Los objetos de aprendizaje son recursos digitales diseñados para facilitar el aprendizaje. Se propusieron originalmente en 1991 y consisten en al menos tres componentes: contenido, actividades de aprendizaje y elementos de contextualización. Deben ser fáciles de almacenar, identificar y recuperar mediante metadatos. Son recursos reutilizables que permiten flexibilidad en el diseño de cursos y disminuyen los costos.