El objeto de la prueba son los hechos relevantes para el caso, no meras afirmaciones. Los hechos incluyen eventos, circunstancias, lugares, documentos e identidad física y manifestaciones de las personas. Los hechos evidentes o notorios y los hechos imposibles no pueden ser objeto de prueba. En un proceso, las partes deben probar los hechos alegados y el juez debe establecer la verdad sobre los hechos y aplicar el derecho correcto.