Platón creía que el alma es inmortal y se reencarna en diferentes cuerpos. El origen del alma es la idea divina de Dios. El propósito del hombre es usar la razón para recordar su educación divina original y volver a la perfección de Dios. Un alma justa y virtuosa ascenderá al cielo después de la muerte, mientras que un alma injusta descenderá al infierno.