El documento discute la necesidad de reformar los sistemas educativos para enfrentar los problemas de la sociedad actual y preparar a los estudiantes para el futuro. Propone que la educación debe enfocarse en desarrollar un pensamiento complejo que comprenda las interrelaciones entre diferentes campos para aceptar un destino común de la humanidad. También sugiere que la educación superior debe enfrentar retos como la pertinencia, calidad, tecnología, investigación e internacionalización a través de cambios estructurales como su cultura organizacional e innovación.