El grupo estudiantil recolectó 6 kilos de cáscaras de plátano y otros residuos orgánicos de la institución y los picó en trozos pequeños. Agregaron los residuos a una caneca con agua y 1 kilo de azúcar. Luego de ocho días, separaron el líquido de los residuos usando un colador para crear un abono líquido orgánico mezclando 50 ml del líquido con cada litro de agua, el cual aplicaron como fertilizante a las plantas de las zonas verdes y huerta de la escuela.