Freud analiza el delirio paranoico y la esquizofrenia, introduciendo los conceptos de narcisismo, superyó y proceso secundario. Explica que el delirio representa deseos inconscientes y que la resistencia a abandonarlo se debe a que el delirante ama sus delirios como a sí mismo. Además, la sensación de ser observado representa la conciencia moral interna del sujeto.
2. Después de haber escrito sobre el presidente Schreber, Freud hablará en diferentes
artículos sobre la paranoia y la esquizofrenia.
No será sino hasta 1924 que volverá en forma rotunda sobre el tema de la psicosis.
Al abordar el delirio de ser observados que se presenta en los paranoicos, Freud en
“Introducción al Narcisismo” (1914) empieza a construir la instancia del superyó que
años más tarde desarrollará en su texto “El yo y el ello” (1923) .
Freud entiende que la sensación de ser observados que
está presente en la paranoia, ocurre en la vida cotidiana en todas las personas.
Se trata de una queja justa y
descriptiva de la verdad ya que esas miradas o voces que el enfermo escucha,
representan en sentido regresivo, la historia genética
de la conciencia moral. Para
Freud, eso hostil que viene de afuera es precisamente la conciencia moral en forma
desfigurada y regresiva.
A esta conciencia moral le llamará después, en 1916, censor
yoico. En 1923, lo nombrará la instancia super yoica.
3. En este mismo texto (Introducción al Narcisismo) Freud plantea la pregunta sobre el
destino de la libido que se ha sustraído a los objetos en la esquizofrenia. La plantea
porque tiene ya una respuesta. Esa libido se conduce
al yo surgiendo así el Narcisismo secundario.
¿Por qué secundario? Porque la libido que se repliega en el delirio de
grandeza por ejemplo, no es otra cosa que el florecimiento de un estado que antes ya
había existido. El narcisismo secundario se edifica sobre el primario.
El delirante hace una elección narcisista de objeto.
Este camino de la libido, presente en los parafrénicos,
es un intento de curación.
4. Para 1915, Freud ya había trabajado los conceptos de investidura-palabra e investiduracosa. Sabía que en el sueño había un intercambio entre tales investiduras, y pensaba
que en la esquizofrenia, tal intercambio quedaba bloqueado, es decir,
que el proceso secundario no tenía lugar en la esquizofrenia .
Esto lo decía a propósito de la
percepción ya que ésta es siempre sometida al proceso secundario.
En la alucinación, síntoma que se presenta en la esquizofrenia,
hay una creencia de su cumplimiento en
tanto se encuentra en la realidad porque no pasa por el proceso secundario.
Es como si la fase alucinatoria de la esquizofrenia fuese un intento de restituir a las
representaciones-objeto devolviéndole su investidura libidinal.
En este intento restitutivo
la alucinación se figura como una creencia cumplida en la realidad.
5. Con esto, Freud quiere decir que en el contenido de un delirio
está presente el cumplimiento de un deseo.
El deseo puede tomar el camino a la conciencia por el que
sería normal en la vida de vigilia sin por ello perder
su característica de delirante. Este
deseo se forma en el preconciente como un deseo onírico, como
una fantasía que cumple un deseo. Así lo va a trabajar en
“Complemento metapsicológico a la doctrina
de los sueños” [1917(1915)].
6. De hecho, el delirio tiene un vínculo con el
inconsciente que lo representa y lo sofoca a
su vez. Este argumento le es suficiente a
Freud para explicar la resistencia que
presenta el delirante en abandonar sus
ideas mediante la lógica y la realidad
Además: el delirante ama a sus delirios
como a sí mismo
7. Por ejemplo, cuando el delirante se queja
de ser observado, ahí nos está revelando una
verdad que no ha sido apreciada lo suficiente.
Se trata de una verdad que proviene del
interior de su yo, de un yo dividido por la crítica y la
censura. El problema radica en que
pone afuera y sentido como ajeno
algo que está experimentando en su interior.
Su yo está siendo medido por un yo ideal que él mismo
ha construido en su desarrollo.
Es aquí donde Freud nombra a esta instancia de
observación como censor yoico. Esta
instancia trata al resto del yo como objeto.