El documento describe los objetivos del primer ciclo escolar en Chile. Se enfoca en enseñar roles, normas y modos de convivencia propios de la escuela mientras también desarrolla las habilidades de alfabetización y aritmética. Además, busca movilizar la capacidad y deseo de aprender de los estudiantes en diversas áreas culturales, ofreciendo experiencias relevantes que expandan sus horizontes. Finalmente, enfatiza la importancia de los libros de texto y la lectura en el hogar para garantizar estos propósitos educ

1. FUNDACIÓN EDUCACIONAL METODISTA WILLIAM TAYLOR
COLEGIO METODISTA WILLIAM TAYLOR
ALTO HOSPICIO
UNIDAD TÈCNICO PEDAGÓGICA
EDUCACIÓN PARVULARIA Y PRIMER CICLO
APRENDAMOS EN FAMILIA N°4
¿Qué se enseña y que se aprende en el Primer Ciclo?
El Primer Ciclo constituye la entrada a la escuela y por eso tiene un sentido muy importante en la vida escolar de los niños.
Los niños comienzan a formarse como escolares, aprendiendo roles, normas, modos de convivencia que son propios de la
escuela.
Comienzan la construcción de sí mismos como alumnos, construyen una imagen de sí y de la experiencia escolar que impactará
en su trayectoria futura dentro la escuela.
Si bien las expectativas sociales se centran en la alfabetización y en la adquisición de las operaciones aritméticas elementales, es
también responsabilidad de este ciclo movilizar la capacidad y el deseo de aprender de cada alumno/a en relación con múltiples
y diversos campos de la experiencia cultural.
Que los niños sean pequeños no significa que tengan que conocer únicamente lo cercano o elementos aislados que no posibilitan
la comprensión del mundo que los rodea y desvirtúan su sentido. Se trata de ofrecer a los niños experiencias relevantes, que
abran el horizonte a otros mundos, a conocimientos diferentes de su contexto cotidiano, favoreciendo nuevas preguntas y la
construcción progresiva de las matemáticas. Esto significa dar oportunidades de mundo. Promover una aproximación sucesiva a
los complejos fenómenos sociales.
El acercamiento de libros a los niños es fundamental para garantizar los propósitos de enseñanza planteados.
También la presencia de un libro de texto constituye una herramienta valiosa y un buen organizador de la tarea que el docente
puede utilizar día a día si reúne ciertas condiciones que se consideran relevantes.
Y una prolongación de la acción educadora en el hogar.
Un buen libro escolar debería:
 presentar diferentes tipos de textos para leer: textos de calidad literaria y de riguroso cuidado en la presentación de los
contenidos de enseñanza.
 dirigirse a sus lectores como sujetos inteligentes y pensantes, proponiendo desafíos en cada propuesta.
 tomar en cuenta, en el desarrollo de las actividades, cómo los chicos aprenden en las diferentes áreas.
 presentar imágenes ricas que complementen a los textos y sean fuente de información en sí mismas.
 características de los textos, la ortografía, la puntuación y la gramática. (¿con B o con V? ¿cuándo se usa la mayúscula?
¿corresponde poner coma? ¿cómo empiezo a escribir una receta?) Los problemas a los que los chicos se enfrentan
cuando escriben deben ser los puntos de partida para reflexionar sobre el lenguaje.
La escuela y los libros
Enseñar a leer y a escribir no es una tarea sencilla. No se trata de enseñar a sonorizar letras, sino de enseñar a comprender lo que
se lee; no se trata de enseñar a poner letras, sino de enseñar a componer textos.
Los niños aprenden a leer cuando leen por sí mismos, cuando escuchan a un adulto que les lee, cuando participan en
conversaciones en torno a los textos, cuando confrontan sus interpretaciones con otros, etc.
Los niños aprenden a escribir textos tanto cuando escriben por sí mismos, en colaboración con sus pares como cuando dicta la
profesora, y tienen oportunidad de reflexionar acerca de qué y cómo se escribe una carta, un cuento, un instructivo, etc.
¡¡Sigue estos simples pasos y tendrá hijos e hijas súper lectores!!!
Esperando una buena acogida, se despide cordialmente,
Patricia Vásquez Espinoza
Jefatura Técnico Pedagógica
Nivel Primera Infancia
Colegio Metodista William Taylor