El Concilio Vaticano II (1962-1965) buscó actualizar y renovar a la Iglesia Católica. El Concilio, convocado por el Papa Juan XXIII y continuado por Pablo VI, produjo 16 documentos con el objetivo de promover la fe católica, renovar la vida cristiana de los fieles, y adaptar la disciplina eclesiástica a los tiempos modernos.