Este documento discute la falta de cultura ciudadana en torno a la educación y la ciencia en Colombia. Argumenta que la mayoría de líderes políticos, empresariales y de medios no comprenden el rol crucial del conocimiento y la educación en el desarrollo del país. La educación debe ser un proceso de toda la vida que se actualiza constantemente ante los rápidos cambios tecnológicos. Se necesita una participación ciudadana más activa que exija una mejor calidad educativa y la elección de gobernantes responsables en esta área.
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Rafael orduz 7 abr 2014
1. Rafael Orduz 7 Abr 2014 - 8:12 pm
LA ANTICULTURA DE LA EDUCACIÓN
Por: Rafael Orduz
Tomado de:
http://www.elespectador.com/opinion/anticultura-de-educacion-
columna-485514
Los resultados del Pisa son tan sólo una manifestación de la ausencia de
cultura ciudadana alrededor del significado de la educación y ciencia y
tecnología en el desarrollo social y económico de Colombia. En el caso
del Pisa, el tema no se reduce a los niños y jóvenes mal preparados por
maestros ídem.
Es más grave: se trata de una abrumadora mayoría de líderes políticos,
empresariales, académicos, de los de medios de comunicación, que no
comprenden el rol del conocimiento y la educación en la vida cotidiana
de todos y cada uno de los habitantes de este país. No es de extrañar que
no le otorguen prioridad alguna a formar cultura ciudadana y que sólo se
refieran a uno que otro tema en función de la coyuntura mediática. A
veces, con la insolencia de funcionarios públicos, como en el doloroso (y
repetido) caso del Pisa
Hay que salir de una vez por todas del cuento de la educación restringida
a niños y jóvenes, y a la adquisición de cartones. Títulos abundan y se
ofrecen, más o menos de forma fácil, por ejemplo, en el caso de
numerosos establecimientos de educación superior colombianos,
españoles o argentinos.
2. La educación es de toda una vida en los individuos y la sociedad,
particularmente en una era en la que la innovación y los cambios
tecnológicos ocurren a velocidades vertiginosas.
El mundo de la ciencia y la tecnología nos avasalla a diario. Suprime las
formas en que hacíamos nuestro trabajo y las reemplaza por otras que, a
su vez, se vuelven obsoletas con rapidez. Organizaciones e individuos que
no se actualicen están perdidos.
La cyt y la educación están presentes en la vida de todos y cada uno.
Debería traducirse en los hábitos alrededor de la nutrición, la salud, el
transporte y el respeto climático. El ocio y el entretenimiento, escuchar y
producir música, están atados a la tecnología.
Se requiere una cultura que propicie el estudio de las matemáticas y las
ciencias, independientemente de su utilidad, simplemente porque
requerimos de jóvenes críticos que sepan pensar. De un país que, con una
de las mayores riquezas en biodiversidad, podría derivar poderosas
ventajas en el concierto mundial, basadas en el conocimiento.
La clave está en la participación ciudadana. Una cultura que obligue a
quienes toman decisiones públicas a pensar y actuar seriamente alrededor
de la educación, que deban rendir cuentas por su calidad. Que conduzca
a la elección de gobernantes responsables que promuevan la calidad.
Cultura ciudadana en la vía de Mockus.
Hay notables excepciones que la promueven. Líderes como Nora Elizabeth
Hoyos (Maloka), quien invierte la mayor parte de su tiempo buscando
recursos y que tiene la película de cultura en cita clara. O Fajardo y
Ángela Restrepo en Antioquia.
Los ciudadanos tenemos la palabra.