Para prevenir enfermedades transmisibles, es fundamental romper la cadena epidemiológica en cualquiera de sus tres eslabones: la fuente de infección, el mecanismo de transmisión o el individuo susceptible. Existen productos inmunobiológicos como vacunas, inmunoglobulinas y antitoxinas que inducen una respuesta inmune protectora de forma activa o pasiva. Las vacunas más comunes son las de BCG, hepatitis B, difteria-tétanos-tosferina, rotavirus, neumococo, influenza, sarampión-rubeola-