En el siglo XVII, la sociedad europea mantuvo su estructura estamental dividida en nobleza, clero y estamentos no privilegiados. La nobleza perdió poder frente al monarca absoluto y se convirtió en cortesana, mientras que el clero mantuvo sus privilegios. El estamento no privilegiado era heterogéneo y estaba formado por campesinos empobrecidos, una burguesía enriquecida por el comercio, y grupos urbanos como artesanos que sufrieron la crisis y obreros con pésimas condiciones de vida