La evaluación puede clasificarse de diferentes formas: por su función (formativa, sumativa, etc.), por su temporalidad (inicial, procesual, final), por sus agentes (autoevaluación, coevaluación, heteroevaluación) y por su normotipo (normativa, criterial). La evaluación permite analizar y comparar los resultados obtenidos, rectificar actividades y mejorar el aprendizaje. Sin evaluación, el proceso de enseñanza-aprendizaje sería como viajar sin saber si se va por el camino correcto.