Este documento discute los desafíos en diferenciar la alienación parental (AP) de otros trastornos clínicos en niños y adolescentes. Señala que los síntomas de AP pueden ser similares a trastornos de ansiedad, TEPT y fobias. Sin embargo, la AP surge sin abuso y la preocupación del niño se centra en creencias irrealistas sobre el progenitor alienado, no en la separación. También puede confundirse con un trastorno negativista desafiante, pero en la AP el niño solo se enfoca en uno de los progen
La dependencia emocional se plantea como un patrón que involucra aspectos cognitivos, emocionales, motivacionales y comportamentales orientados al otro como fuente de satisfacción y seguridad personal, que implica creencias erróneas acerca del amor, de la vida en pareja y de sí mismo.
El trastorno de Apego Reactivo es un trastorno que ocurre con frecuencia en niños que han sido sometidos a experiencias intensas y traumáticas con relación al vinculo con la figura de apego...inicial
Signos inequívocos de la dependencia emocionalDeusto Salud
La dependencia emocional es un problema psicológico en el cual una persona siente una dependencia hacia otra, puede ser amigo o pareja. Conoce sus síntomas.
La dependencia emocional se plantea como un patrón que involucra aspectos cognitivos, emocionales, motivacionales y comportamentales orientados al otro como fuente de satisfacción y seguridad personal, que implica creencias erróneas acerca del amor, de la vida en pareja y de sí mismo.
El trastorno de Apego Reactivo es un trastorno que ocurre con frecuencia en niños que han sido sometidos a experiencias intensas y traumáticas con relación al vinculo con la figura de apego...inicial
Signos inequívocos de la dependencia emocionalDeusto Salud
La dependencia emocional es un problema psicológico en el cual una persona siente una dependencia hacia otra, puede ser amigo o pareja. Conoce sus síntomas.
El examen del estado mental se ha definido como una obtención sistemática de datos basada en la observación de la conducta del paciente, realizada tanto durante la entrevista, como en otras circunstancias (sala de espera, unidad de hospitalización). Puede ser considerada como algo análogo a la exploración física de los pacientes médicos.
Anamnesis Psicológica.
Se entiende por anamnesis el proceso de recogida de información sobre el trastorno que presenta el paciente, que puede ser obtenida tanto a partir del propio paciente, como de fuentes colaterales.
Presentació de Elena Cossin i Maria Rodriguez, infermeres de Badalona Serveis Assistencials, a la Jornada de celebració del Dia Internacional de les Infermeres, celebrada a Badalona el 14 de maig de 2024.
La empatía facilita la comunicación efectiva, reduce los conflictos y fortale...MaxSifuentes3
La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás. Es una habilidad emocional que permite a una persona ponerse en el lugar de otra y experimentar sus emociones y perspectivas. Hay diferentes formas de empatía, que incluyen:
Empatía cognitiva: Es la capacidad de comprender el punto de vista o el estado mental de otra persona. Es decir, saber lo que otra persona está pensando o sintiendo.
Empatía emocional: Es la capacidad de compartir los sentimientos de otra persona. Esto significa que, cuando otra persona está triste, tú también sientes tristeza.
Empatía compasiva: Va más allá de simplemente comprender y compartir sentimientos; implica la voluntad de ayudar a la otra persona a lidiar con su situación.
La empatía es importante en las relaciones interpersonales, ya que facilita la comunicación efectiva, reduce los conflictos y fortalece los vínculos. También es fundamental en profesiones que requieren interacción constante con otras personas, como la atención médica, la educación y el trabajo social.
Para desarrollar la empatía, se pueden practicar varias técnicas, como la escucha activa, la observación de las señales no verbales, la reflexión sobre las propias emociones y la exposición a diversas perspectivas y experiencias.
La empatía es esencial en todas las relaciones interpersonales, ya que permite comprender y compartir los sentimientos de los demás. Es una habilidad emocional que nos ayuda a ponernos en el lugar de otra persona y experimentar sus emociones y puntos de vista. Existen diferentes tipos de empatía, como la cognitiva, que implica comprender el estado mental de otra persona, la emocional, que consiste en compartir sus sentimientos, y la compasiva, que va más allá al involucrar la voluntad de ayudar a la otra persona.
La empatía facilita la comunicación efectiva, reduce los conflictos y fortalece los lazos entre las personas. También es fundamental en profesiones que requieren contacto constante con otras personas, como la atención médica, la educación y el trabajo social.
Para desarrollar la empatía, es importante practicar diferentes técnicas como la escucha activa, la observación de las señales no verbales, la reflexión sobre las propias emociones y la exposición a diferentes perspectivas y experiencias.
Pòster presentat pel doctor José Ferrer, metge de l'equip d'Innovació de BSA, al XX Congrés de la Sociedad Española del Dolor, celebrat a León del 29 al 31 de maig de 2024.
Presentació de Álvaro Baena i Cristina Real, infermers d'urgències de Badalona Serveis Assistencials, a la Jornada de celebració del Dia Internacional de les Infermeres, celebrada a Badalona el 14 de maig de 2024.
Trastornos Clínicos en la Infancia: Diagnóstico diferencial respecto a la Alienación Parental (AP)
1. Trastornos Clínicos en la infancia y adolescencia: Diagnóstico
diferencial con la Alienación Parental (AP).
La sintomatología manifestada por un niño con AP puede ser coincidente con la
de otros trastornos. Por ejemplo, Walker y Shapiro (2010) han sugerido que un menor
que manifiesta los mismos signos y síntomas de AP puede sufrir en realidad un
trastorno de angustia por separación o una fobia específica, y que es posible que la
percepción de peligro del niño provoque fobias e incluso síntomas compatibles con un
TEPT -Trastorno de Estrés Postraumático-. A este respecto, según el manual DSM-5,
los criterios diagnósticos del TEPT (en adultos y niños) incluyen necesariamente la
“exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza” (APA,
2013, p. 271), mientras que la AP surge sin la presencia de abuso, maltrato o
negligencia; por tanto, aunque el divorcio sea un evento estresante para los menores, no
se trata de un evento traumático que implique amenaza para la integridad física del
menor o de sus figuras de apego. Por otra parte, la AP difiere del Trastorno de Ansiedad
por Separación en el contenido de las preocupaciones del niño, quien en este último
caso se preocupa por la separación de una figura de apego (coincidente con la visitación
del progenitor no custodio que motiva el distanciamiento del cuidador principal),
mientras que en la AP la preocupación del niño se centra en creencias irrealistas de que
el progenitor alienado es pernicioso tanto para él como para el progenitor preferido
(Bernet et al., 2010). Por último, la diferencia fundamental entre una fobia específica
del menor hacia un progenitor o su entorno y la AP se hallaría en la emoción principal
subyacente, siendo en la fobia el miedo y en la AP la hostilidad. En ambos por tanto
existiría rechazo, pero de origen diferente.
La negativa férrea al contacto se explicaría también en el caso de algunos menores
que rechazan a un progenitor, por un trastorno negativista desafiante (Walker y Shapiro,
2010). Tras la separación o divorcio, los menores con este trastorno puede que expresen
enfado, resentimiento o testarudez con una mayor intensidad y es probable que el hijo
sea oposicionista con ambos progenitores en una variedad de contextos, mientras que el
niño con trastorno de AP centra su negativismo en el contacto con el progenitor
alienado iniciando al mismo tiempo una campaña de denigración hacia ese mismo
progenitor (Bernet et al., 2010), sin que necesariamente sea concurrente con
2. discusiones, comportamientos de desafío, de venganza o dirigidos a molestar a otras
personas (APA, 2013).
Igualmente, como ya se ha mencionado en el apartado anterior, algunos autores
han sugerido que la AP podría considerarse una forma leve de Trastorno Psicótico
Compartido, Trastorno de Ideas Delirantes Inducidas o folie à deux (Alascio, 2008; Ellis
y Boyan, 2010), donde un progenitor delirante y el menor comparten la idea de que el
progenitor rechazado es malvado y, por tanto, debe ser evitado, sin la presencia de
causas objetivas para esta creencia. Durante la alienación parental, el progenitor
alienante transfiere al hijo su percepción negativa del otro progenitor, pero no se le
considera normalmente fuera de contacto con la realidad (Bernet et al., 2010) y sus
conductas son generalmente de carácter voluntario, con la finalidad de influenciar los
sentimientos del menor hacia el otro progenitor (Alascio, 2008).
Finalmente, se considera que la situación de estrés, derivada de la separación o
divorcio, puede causar en el niño un Trastorno Adaptativo. A este respecto, Bernet et al.
(2010) exponen que un niño con trastorno adaptativo puede tener una variedad de
síntomas no específicos que incluyen depresión, estado de ánimo ansioso y
comportamientos disruptivos, mientras que el niño con AP manifiesta un conjunto
específico de síntomas incluyendo la campaña de denigración y las racionalizaciones
débiles y frívolas para la crítica persistente hacia el progenitor rechazado. En cuanto a la
posible sintomatología depresiva, Walker y Shapiro (2010) señalan que puede empeorar
por el conflicto continuado entre los progenitores, incluyendo entre las manifestaciones
de un Trastorno del Estado de Ánimo -concretamente en el caso de la depresión infantil-
el comportamiento disruptivo y el rechazo hacia personas y actividades que le solía
gustar hacer, por lo que para estos autores si los síntomas en el menor se reducen una
vez que el comportamiento de los progenitores es controlado por órdenes judiciales,
sugiere claramente un trastorno de ánimo situacional o reactivo a la separación
conflictiva y no AP.
Algunos autores proponen el uso del manual DSM para el diagnóstico de la AP
sin necesidad de recurrir al término SAP dentro del epígrafe “problemas paterno-
filiales” caracterizados porque “el objeto de atención clínica es el patrón de interacción
entre padres e hijos (p.ej., deterioro de la comunicación, sobreprotección disciplina
inadecuada) que está asociado a un deterioro clínicamente significativo de la actividad
individual o familiar o a la aparición de síntomas clínicamente significativos en los
3. padres o hijos” (Jarne y Arch, 2009, p. 89). Por otra parte, Turkat (2002) señala que la
AP cumpliría los criterios diagnósticos del DSM para el “Trastorno Mental No
Especificado”.
Ref. Tesis doctoral: “Las interferencias parentales y la alienación parental en el
contexto jurídico español: revisión de sentencias judiciales en materia de guarda y
custodia”. Autor: Ignacio González Sarrió. Universidad de Valencia. 2017.