Signos y Síntomas de Alteraciones de las Sensopercepciones
Universidad Nacional de Chimborazo
Facultad de Ciencias de la Salud
Carrera de Psicología Clínica
Estudiantes del Tercer Semestre
Cátedra de Psicopatología General I
Unidad II
Período Académico Septiembre 2013 - Febrero 2014
Riobamba -- Ecuador
Signos y Síntomas de Alteraciones de las Sensopercepciones
Universidad Nacional de Chimborazo
Facultad de Ciencias de la Salud
Carrera de Psicología Clínica
Estudiantes del Tercer Semestre
Cátedra de Psicopatología General I
Unidad II
Período Académico Septiembre 2013 - Febrero 2014
Riobamba -- Ecuador
El proceso de Duelo en Fisioterapia: conocerlo para no obstaculizarlo53651209
Las personas que acuden a fisioterapia no están exentas de situaciones de separación o pérdida de una persona, un ideal, un trabajo, etc. Todos estos acontecimientos de la vida generan de forma natural, una serie de cambios afectivos, cognitivo y conductuales, que se engloban en lo que conocemos como proceso de Duelo. Todos los procesos que entrañan perdida son, en esencia, muy parecidos en su evolución; por este motivo, como fisioterapeutas, debemos conocer las diferentes etapas por las que, probablemente, transitará la persona, por su influencia sobre las conductas del paciente frente al proceso de rehabilitación pero, sobro todo para evitar, con nuestros actos, obstaculizar el desarrollo e impedir que la persona consiga, en última instancia, asumir la perdida.
CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL ABANDONO EMOCIONAL EN NIÑOS:
INTRODUCCIÓN:
ABANDONO = Dejar a alguien o algo.
El niño experimenta una sensación de desamparo provocado por una persona que debería brindarle seguridad, paz y apoyo, en lugar de eso solo le brinda la sensación de soledad.
Falta de respuestas
Falta de expresiones emocionales
Falta de interacción y contacto
DESARROLLO:
1.- IMPORTANCIA DEL AFECTO EN LOS NIÑOS:
2.- CAUSAS DEL ABANDONO EMOCIONAL EN NIÑOS:
3. Tipos de padres que abandonan emocionalmente a sus hijos:
4.- Consecuencias del abandono emocional en un niño:
INSEGURIDAD: crecen con la idea que sus emociones no interesan.
BAJA AUTOESTIMA: influye negativamente en el desarrollo de su personalidad, pudiendo exteriorizarse en términos de codependencia, violencia o incluso depresiones posteriores.
CONFIAR EN OTROS: no confian porque cuando lo hicieron los lastimaron.
DIFICULTADES EN ESCUELA: malas calificaciones, ausentismo escolar, bullying.
OTRAS CONSECUENCIAS:
Vulnerables a entrar en el alcohol y las drogas para sentirse aceptados por su grupo.
Pueden entrar a pandillas para sentirse parte de algo y como no saben manifestar sus emociones y no han desarrollado asertividad ni la empatía puede cometer fácilmente actos contra otra persona.
Ser víctima o ser agresor en la escuela, en una relación, o en su familia ya de adultos.
El examen del estado mental se ha definido como una obtención sistemática de datos basada en la observación de la conducta del paciente, realizada tanto durante la entrevista, como en otras circunstancias (sala de espera, unidad de hospitalización). Puede ser considerada como algo análogo a la exploración física de los pacientes médicos.
Anamnesis Psicológica.
Se entiende por anamnesis el proceso de recogida de información sobre el trastorno que presenta el paciente, que puede ser obtenida tanto a partir del propio paciente, como de fuentes colaterales.
La microbiota produce inflamación y el desequilibrio conocido como disbiosis y la inflamación alteran no solo los procesos fisiopatológicos que producen ojo seco sino también otras enfermdades oculares
Presentación utilizada en la conferencia impartida en el X Congreso Nacional de Médicos y Médicas Jubiladas, bajo el título: "Edadismo: afectos y efectos. Por un pacto intergeneracional".
IA, la clave de la genomica (May 2024).pdfPaul Agapow
A.k.a. AI, the key to genomics. Presented at 1er Congreso Español de Medicina Genómica. Spanish language.
On the failure of applied genomics. On the complexity of genomics, biology, medicine. The need for AI. Barriers.
En el marco de la Sexta Cumbre Ministerial Mundial sobre Seguridad del Paciente celebrada en Santiago de Chile en el mes de abril de 2024 se ha dado a conocer la primera Carta de Derechos de Seguridad de Paciente, a nivel mundial, a iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los objetivos del nuevo documento pasan por los siguientes aspectos clave: afirmar la seguridad del paciente como un derecho fundamental del paciente, para todos, en todas partes; identificar los derechos clave de seguridad del paciente que los trabajadores de salud y los líderes sanitarios deben defender para planificar, diseñar y prestar servicios de salud seguros; promover una cultura de seguridad, equidad, transparencia y rendición de cuentas dentro de los sistemas de salud; empoderar a los pacientes para que participen activamente en su propia atención como socios y para hacer valer su derecho a una atención segura; apoyar el desarrollo e implementación de políticas, procedimientos y mejores prácticas que fortalezcan la seguridad del paciente; y reconocer la seguridad del paciente como un componente integral del derecho a la salud; proporcionar orientación sobre la interacción entre el paciente y el sistema de salud en todo el espectro de servicios de salud, incluidos los cuidados de promoción, protección, prevención, curación, rehabilitación y paliativos; reconocer la importancia de involucrar y empoderar a las familias y los cuidadores en los procesos de atención médica y los sistemas de salud a nivel nacional, subnacional y comunitario.
Y ello porque la seguridad del paciente responde al primer principio fundamental de la atención sanitaria: “No hacer daño” (Primum non nocere). Y esto enlaza con la importancia de la prevención cuaternaria, pues cabe no olvidar que uno de los principales agentes de daño somos los propios profesionales sanitarios, por lo que hay que prevenirse del exceso de diagnóstico, tratamiento y prevención sanitaria.
Compartimos el documento abajo, estos son los 10 derechos fundamentales de seguridad del paciente descritos en la Carta:
1. Atención oportuna, eficaz y adecuada
2. Procesos y prácticas seguras de atención de salud
3. Trabajadores de salud calificados y competentes
4. Productos médicos seguros y su uso seguro y racional
5. Instalaciones de atención médica seguras y protegidas
6. Dignidad, respeto, no discriminación, privacidad y confidencialidad
7. Información, educación y toma de decisiones apoyada
8. Acceder a registros médicos
9. Ser escuchado y resolución justa
10. Compromiso del paciente y la familia
Que así sea. Y el compromiso pase del escrito a la realidad.
TdR Profesional en Estadística VIH ColombiaTe Cuidamos
APOYAR DESDE LA UNIDAD DE GESTIÓN DE ANÁLISIS DE INFORMACIÓN AL MINISTERIO DE SALUD Y PROTECCIÓN SOCIAL Y ENTIDADES TERRITORIALES EN LA DEFINICIÓN Y APLICACIÓN DE METODOLOGÍAS DE ANÁLISIS DE INFORMACIÓN, PARA LA OBTENCIÓN DE INDICADORES Y SEGUIMIENTO A LAS METAS NACIONALES E INTERNACIONALES EN ITS, VIH, COINFECCIÓN TB-VIH, HEPATITIS B Y C, EN EL MARCO DEL ACUERDO DE SUBVENCIÓN NO. COL-H-ENTERITORIO 3042 (CONVENIO NO. 222005), SUSCRITO CON EL FONDO MUNDIAL.
Protocolos Clínicos y Guías de Práctica Clínica en Odontología
DISOCIACIÓN Y TRASTORNOS DISOCIATIVOS.
1. DISOCIACIÓN Y TRASTORNOS DISOCIATIVOS: TIPOS, CAUSAS,
PREVALENCIA
¿Qué es la disociación?
Disociación es una palabra que se utiliza para describir la desconexión entre
cosas generalmente asociadas entre sí. Las experiencias disociativas no se
integran en el sentido del yo, dando por resultado discontinuidades en el
conocimiento consciente. En la disociación se da una falta de conexión en los
pensamientos, memoria y sentido de identidad de una persona. Por ejemplo,
alguien puede pensar en un acontecimiento que le trastornaba enormemente y
aún así no experimentar ninguna emoción en absoluto. Es lo que se llama
embotamiento emocional, uno de los aspectos principales del trastorno de
estrés postraumático. La disociación es un proceso psicológico que se encuentra
comúnmente en personas que buscan un tratamiento por problemas
psicológicos (Maldonado et al., 2002).
La disociación cae dentro de una línea continua de severidad. Por ejemplo, una
disociación leve sería quedarse absorto leyendo un libro y no darse cuenta de lo
que sucede alrededor, o cuando estás conduciendo por una carretera familiar y
te das cuenta de que no recuerdas los últimos kilómetros porque tu mente
estaba "en otra parte" mientras tu cuerpo se encargaba de conducir. Estos
síntomas no se consideran patológicos y caen dentro de la normalidad. Reciben
el nombre de abstracción hipnótica. Una forma más severa y crónica de
disociación puede verse en el trastorno de identidad disociativo, antes llamado
trastorno de personalidad múltiple, y otros trastornos disociativos que iremos
viendo a lo largo de estas páginas.
La disociación puede afectar a la subjetividad de una persona en forma de
pensamientos, sentimientos y acciones que parecen no provenir de ninguna
parte, o se ve a sí misma llevando a cabo una acción como si estuviera
controlada por una fuerza externa. (Dell, 2001). Por lo general, una persona se
siente "controlada" por una emoción que no parece tener en ese momento. Por
ejemplo, puede sentir repentinamente una tristeza insoportable, sin una razón
evidente, y después esa emoción desaparece de la misma manera que llegó. O
bien, una persona puede encontrarse a sí misma haciendo algo que no haría
normalmente pero incapaz de detenerse, como si alguien le estuviera obligando
a hacerlo. Esto se describe a veces como la experiencia de ser un "pasajero" en
su propio cuerpo, más que el conductor.
Hay cinco maneras principales mediante las cuales la disociación de procesos
psicológicos cambia la manera en que una persona experimenta la vida:
despersonalización, desrealización, amnesia, confusión de la identidad, y
2. alteración de la identidad. Se sospecha de la existencia de un trastorno
disociativo cuando se da cualquiera de las cinco características.
Despersonalización
Despersonalización es la sensación de estar separado, o fuera del propio cuerpo.
Sin embargo, algunas personas hablan de una profunda alienación de sus
cuerpos, la sensación de que no se reconocen en el espejo, no reconocen su cara,
o simplemente, no se sienten "conectados" con sus cuerpos de maneras que son
difíciles de expresar con palabras (Frey, 2001; Guralnik, Schmeidler, Y Simeon,
2000; Maldonado et al., 2002).
Desrealización
Es la sensación de que el mundo no es real. Algunas personas explican que el
mundo parece falso, brumoso, lejano, o como si lo vieran a través de un velo.
Otras dicen ver el mundo como si estuvieran fuera, o como si vieran una
película (Steinberg, 1995).
Amnesia disociativa
La amnesia se refiere a la incapacidad para recordar información personal
importante que es tan extensa que no es debida al olvido ordinario. La mayoría
de las amnesias típicas de los trastornos disociativos no suelen ser del tipo de la
fuga disociativa, donde las personas recorren largas distancias y de repente se
dan cuenta de que no saben dónde están ni cómo llegaron allí. Por el contrario,
la mayoría de las amnesias consisten a menudo en el olvido de un
acontecimiento importante, por ejemplo, una boda, o una reunión social, o un
periodo de tiempo, que puede abarcar minutos o años. Más típicamente, se
producen micro-amnesias, en las que no se recuerda una discusión, o el
contenido de una conversación se olvida de un momento a otro. Algunas
personas afirman que este tipo de experiencias las dejan a menudo luchando
por recordar de qué estuvieron hablando. Mientras tanto, esta persona intenta
no dejar que su interlocutor se dé cuenta de que no tiene ni idea de lo que se ha
estado diciendo.
Confusión de la identidad y alteración de la identidad
La confusión de la identidad es un sensación de confusión respecto a quién es
uno mismo. Por ejemplo, cuando una persona siente excitación y una emoción
positiva mientras está realizando una actividad (por ejemplo, conducción
temeraria, uso de drogas) que por lo general le resulta desagradable. La
alteración de la identidad es la sensación de ser marcadamente diferente de otra
parte de su ser. Así, una persona puede cambiar a una personalidad diferente,
sentirse confusa, y preguntar a su terapeuta, "¿Quién eres tú, y qué hago yo
aquí?" Además de estos cambios observables, la persona puede experimentar
distorsiones del tiempo, lugar, y situación. Por ejemplo, en el curso de un
descubrimiento inicial de la experiencia de la alteración de la identidad, una
3. persona puede creer incorrectamente que es cinco años mayor, que está en la
casa de su niñez y no en el despacho de su terapeuta, o temer que una persona
fallecida a la que teme aparezca de un momento a otro (Fine, 1999; Maldonado
et al., 2002; Spiegel Y Cardena, 1991; Steinberg, 1995).
Más a menudo, pueden observarse formas más sutiles de alteración de la
identidad cuando una persona utiliza diferentes tonos de voz, forma de hablar,
o expresiones faciales. Éstos cambios pueden estar asociados a un cambio en la
forma de ver el mundo del paciente. Por ejemplo, durante una discusión sobre
el miedo, un cliente puede sentirse inicialmente joven, vulnerable, y asustado,
seguido por un cambio repentino a un estado de hostilidad y crueldad. La
persona puede expresar confusión sobre sus emociones y percepciones, o puede
tener dificultades para recordar qué acaba de decir, incluso aunque no diga ser
una persona diferente o tener otro nombre.
El paciente puede ser capaz de confirmar la experiencia de una alteración de la
identidad, pero a menudo la parte de sí mismo que se presenta a terapia no es
consciente de la existencia de estados disociados. Si se sospecha de una
alteración de la identidad, puede confirmarse al observar amnesia para el
propio comportamiento, cambios de humor, cambios en los patrones de
discurso, lenguaje corporal, conducta y relación con el terapeuta.
¿Cuál es la causa de la disociación y de los trastornos disociativos?
La investigación tiende a indicar que la disociación procede de una
combinación de factores ambientales y biológicos. La probabilidad de que una
tendencia a disociar sea heredada se considera que es de cero (Simeon et al.,
2001). Por lo general, el abuso repetido físico y/o sexual en la infancia y otras
formas de trauma se asocian al desarrollo de los trastornos disociativos
(Putnam, 1985). En el contexto de un trauma crónico y severo en la niñez, la
disociación puede ser considerada adaptativa porque reduce el intenso dolor
emocional creado por el trauma. Sin embargo, si la disociación continúa
utilizándose en la edad adulta, cuando el peligro original ya no existe, puede
ser disfuncional. El adulto que disocia puede desconectar automáticamente de
las situaciones que percibe como peligrosas o amenazantes, sin tener tiempo
para determinar si existe un peligro real. Esto deja a la persona fuera de
contacto en muchas situaciones de la vida diaria, e incapaz protegerse en
momentos de peligro real.
La disociación puede también ocurrir cuando ha habido negligencia severa o
abuso emocional, incluso cuando no ha habido abuso físico o sexual ostensible
(Anderson y Alexander, 1996; Del oeste, Adán, Spreng, Y Rose, 2001). Los niños
pueden también disociar en las familias en las que los padres son
amenazadores, imprevisibles, disocian ellos mismos, o utilizan un estilo de
comunicación altamente contradictorio (Blizard, 2001; Liotti, 1992, 1999a, b).
El desarrollo de desórdenes disociativos en la edad adulta parece estar
4. relacionado con la intensidad de la disociación durante el acontecimiento
traumático real; la disociación severa durante la experiencia traumática
aumenta la probabilidad de la generalización de tales mecanismos tras el
acontecimiento.
El trauma repetido en la niñez aumenta perceptiblemente la probabilidad de
desarrollar trastornos disociativos en la edad adulta. (International Society for
the Study of Dissociation, 2002; Kisiel & Lyons, 2001; Martinez-Taboas &
Guillermo, 2000; Nash, Hulsey, Sexton, Harralson & Lambert, 1993; Siegel, 2003;
Simeon et al., 2001; Simeon, Guralnik, & Schmeidler, 2001; Spiegel & Cardena,
1991).
Problemas para manejar las emociones
Uno de los problemas principales para la persona con un trastorno disociativo
es la alteración de la regulación de las emociones; es decir, la dificultad para
tolerar y manejar experiencias emocionales intensas. Este problema procede en
parte de haber tenido pocas oportunidades de aprender a calmarse a sí mismos
o modular sus emociones, debido al hecho de criarse en una familia abusiva o
negligente, donde los padres no enseñaron estas habilidades. Los problemas en
el manejo de las emociones se componen de la intrusión repentina de recuerdos
traumáticos y de las emociones abrumadoras que los acompañan (Metcalfe y
Jacobs, 1996; Rauch, van der Kolk, Fisler, Alpert, Orr et al., 1996).
La incapacidad para manejar emociones intensas puede desencadenar un
cambio en el estado del yo, desde un estado de ánimo a otro. La
despersonalización, la desrealización, la amnesia y la confusión de la identidad
pueden considerarse esfuerzos de autorregulación cuando la regulación de las
emociones falla. La despersonalización (o verse a sí mismo como si estuviera
fuera de su propio cuerpo), por ejemplo, es un modo de no estar presente
mientras se está siendo sometido a un acto de abuso o crueldad insoportable.
Como última alternativa de una mente abrumada para escapar del miedo
cuando no hay escapatoria, una persona puede, inconscientemente, adaptarse
creyendo que es alguien diferente. Así, la experiencia traumática que la persona
no se ve capaz de afrontar ni de admitir, queda en un compartimento aislado de
su mente, desconectado del resto, y desarrollándose de un modo independiente
con cada repetición del trauma hasta dar lugar a una personalidad diferente.
No es raro que una de las personalidades sea agresiva y sienta ira y desprecio
hacia la personalidad víctima, a quien considera débil, cobarde y merecedora
del castigo. Esta personalidad airada ha observado a la víctima desde fuera sin
sentir nada hacia ella. Por eso, uno de los pasos principales para la integración
de esta personalidad pasaría por lograr que sienta compasión por la víctima y
empatía hacia ella. La aproximación terapéutica requiere ayudar a construir la
confianza en la capacidad de una persona para tolerar sus emociones, aprender,
y crecer como persona.
5. Tipos de trastornos disociativos según el DSM-IV TR
Hay cuatro categorías principales de trastornos disociativos:
Amnesia disociativa, fuga disociativa, trastorno de identidad disociativo, y
trastorno de despersonalización.
La amnesia de disociativa (amnesia psicógena) se caracteriza por una
incapacidad para recordar información personal importante, generalmente de
una naturaleza traumática o estresante, que es demasiado amplia como para ser
explicada por el olvido ordinario. Es la más común de todos los trastornos
disociativos, y puede verse con frecuencia en las salas de emergencia de los
hospitales (Maldonado et el al., 2002; Steinberg et al., 1993). Además, la amnesia
disociativa se asocia a menudo a otros trastornos psicológicos (por ejemplo,
trastornos de ansiedad, otros trastornos disociativos). Los individuos que
sufren de amnesia disociativa son generalmente conscientes de su pérdida de
memoria, la cual suele ser reversible debido a que los problemas de memoria se
dan en el proceso de recuperación, no en el proceso de codificación. La
duración del trastorno varía desde algunos días a varios años.
La fuga disociativa (fuga psicógena) se caracteriza por un viaje repentino e
inesperado lejos del hogar o del trabajo, acompañado por una incapacidad para
recordar su pasado y confusión sobre la identidad personal o la asunción de
una nueva identidad. Estas personas son vistas como normales por los demás.
És decir, su psicopatología no es obvia. No suelen ser conscientes de su pérdida
de memoria
El trastorno de despersonalización se caracteriza por una sensación persistente
o recurrente de estar separado de los propios procesos mentales o del propio
cuerpo. Las personas que padecen este trastorno dicen sentirse como si
estuvieran mirando sus vidas desde fuera de sus cuerpos, como si vieran una
película.
A menudo informan de problemas de concentración, memoria y percepción
(Guralnik et al., 2001). La despersonalización debe ocurrir independientemente
del trastorno de identidad disociativo, trastornos por abuso de sustancias y
esquizofrenia (Steinberg et al., 1993).
El trastorno de identidad disociativo (conocido anteriormente como trastornos
de personalidad múltiple) es la manifestación más severa y más crónica de la
disociación, caracterizado por la presencia de dos o más estados de
personalidad o identidades diferentes que, recurrentemente, toman el control
del comportamiento del individuo, acompañado por una incapacidad para
recordar información personal importante que es demasiado amplia para ser
explicada por el olvido ordinario. Ahora se sabe que estos estados disociados no
son personalidades totalmente formadas, sino más bien representan un sentido
6. de la identidad fragmentado. La amnesia asociada típicamente a este trastorno
es asimétrica, es decir, las diferentes personalidades recuerdan aspectos
diferentes de la información autobiográfica. Suele haber una personalidad
principal que se identifica con el nombre verdadero del cliente. Por lo general,
la personalidad principal no está enterada de la presencia de las demás. Las
diferentes personalidades pueden jugar papeles distintos al hacer frente a áreas
problemáticas. Suelen aparecer un promedio de 2 a 4 identidades en el
diagnóstico, con un promedio de 13 a 15 personalidades que emergen durante
el curso del tratamiento (Coons, Bowman y Milstein, 1988; Maldonado et al.,
2002). Los acontecimientos ambientales suelen desencadenar el cambio
repentino de una personalidad a otra.
Trastorno disociativo no especificado. Incluye los trastornos disociativos que no
satisfacen totalmente los criterios diagnósticos para ninguno de los trastornos
mencionados. En la práctica clínica, éste parece ser el diagnóstico más habitual.
Prevalencia de los trastornos disociativos
Algunos estudios indican que la disociación ocurre en un 2-3 % de la población
en general. Otros estudios han estimado un índice de prevalencia del 10% para
todos los trastornos disociativos (Loewenstein, 1994). La disociación puede
darse en formas agudas o crónicas. Inmediatamente después de un trauma
severo, la incidencia de fenómenos disociativos es bastante alta.
Aproximadamente el 73 % de las personas expuestas a un incidente traumático
experimentarán estados disociativos durante el incidente o durante las horas,
días o semanas posteriores. Sin embargo, para la mayoría de las personas estas
experiencias desaparecerán por sí mismas en algunas semanas.
Amnesia disociativa: no se conoce la prevalencia exacta.
Fuga disociativa:0,2 % de la población general. Esta prevalencia se considera
más alta durante periodos de estrés extremo.
Trastorno de identidad disociativo. Entre el 0,1 y el 1 %. En pacientes
psiquiátricos la prevalencia oscila entre el 5 y el 10 %
Trastorno de despersonalización. No se conoce la prevalencia exacta pero
algunos investigadores lo consideran el tercer trastorno psicológico más
frecuente después de la depresión y la ansiedad.
Fuente: https://www.trastornolimite.com/trastornos/disociacion-y-trastornos-disociativos
Ignacio González Sarrió.
Doctor en Psicología Jurídica.
Perito judicial y forense.
Miembro del Turno de Peritos Forenses del Ilustre Colegio Oficial de Psicólogos.
7. Coordinador Grupos de Trabajo en Psicología Jurídica.
http://psicolegalyforense.blogspot.com
NºCol.cv06179.
696102043
Valencia.