La estructura política de la Nueva España en los siglos XVI-XVIII estaba encabezada por el Rey de España, quien gobernaba a través del Consejo de Indias y nombraba virreyes. El virrey, como representante real, ejercía poderes militares, judiciales y religiosos y estaba a cargo de la Real Audiencia. La colonia también contaba con gobernadores regionales, cabildos locales y la Iglesia católica, que se encargaba de evangelizar a los indígenas.