1. “VEO QUE ERES PROFETA”
(Jn 4,19b)
(Extraído del libro Veo que eres Profeta de María oliva G.)
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6. La predicación de Jesús estuvo, en general,
dentro de un ambiente marcado por la
incredulidad de sus contemporáneos, y en
cierto modo esta situación es la que lo
conduce a dar su sentencia sobre el profeta:
“Y añadió: la verdad es que ningún profeta
es apreciado en su tierra” (Lc 4, 24).
Leyendo esta sentencia con ojos meramente
humanos, se puede deducir que no se muy
alentador seguir las huellas de Jesús Profeta
del Padre. Y no sólo eso, sino el mayor de
los profetas.
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13. En éste ya se han empeñado muchos, antes de
nosotros, con la certeza y la seguridad de no caminar
a tientas, sino guiados por el mismo Dios, iluminados
por antorchas pequeñas hasta llegar a hacerse
presente totalmente en el que es la Luz del mundo,
Jesucristo. En el pasado esas antorchas fueron los
profetas, iluminaban al pueblo con las palabras que
recibían de Dios, para no dejarlos desviar del
verdadero camino.
14. Hoy los cristianos conocemos la manifestación del
rostro de Dios que ha dado Jesús (cf. Jn 14,9), y
escuchamos la voz de Dios, pues esta “no cambia,
cambian sus voceros.