1. Ante la Encrucijada Democrática: el riesgo del Abismo.
Manfred Nolte
Me encuentro frente a mi portátil, listo para encarar mi columna económica semanal.
Sin embargo, un sentimiento de frustración y agobio me embarga. ¿Cómo se puede
hablar de economía cuando la política se ha apoderado de todos los titulares, despierta
nuestra angustia y amenaza con asfixiarnos?
Vivimos en una época de acontecimientos políticos sin precedentes, donde las
decisiones de los líderes y los escándalos políticos nos mantienen al borde del abismo.
La incertidumbre política se ha convertido en la protagonista indiscutible de nuestras
vidas, relegando a un segundo plano los temas económicos, que antes ocupaban un
lugar conveniente en la agenda pública.
La economía, esa disciplina que estudia la producción, distribución y consumo de bienes
y servicios, ha quedado obligadamente relegada a un papel secundario, o simplemente
irrelevante en la circunstancia actual, cuando en realidad debería ser la brújula que guíe
nuestro desarrollo y bienestar. Me siento atrapado en una contradicción abrumadora:
como columnista económico, mi deber es informar y analizar su aspectos relevantes, los
que afectan a nuestra sociedad, pero en la actualidad me resulta difícil respirar en medio
de este ambiente político tan enrarecido. La insoportable polarización política actual y
las disputas partidistas, irreconciliables, están orillando el consenso de medidas
económicas coherentes y eficaces.
Son demasiados y gravísimos los peligros que nos acechan.
Espero, con excesivas reservas, que las aguas se calmen y podamos presenciar un
retorno de la presencia escrita de la economía a la que se pueda otorgar la atención
debida. Antes hay que comprobar que el abismo político ha quedado cercado con todas
las garantías, para recobrar la esperanza y los ánimos de escribir. Estamos a días de
presenciar la desfiguración de la democracia o de su rescate.
Si la verdad política se corrompe, ¿hay sitio para debatir temas como los económicos?
¿Vale la pena?
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