3. Autoestima, autoconfianza. La autoestima está formada por la
percepción y el ideal de uno mismo. La percepción de uno mismo
equivale al autoconcepto: la visión objetiva de nuestras emociones. El
ideal de uno mismo es la imagen de la persona que nos gustaría ser,
el deseo de poseer determinadas emociones. La discrepancia entre la
percepción de uno mismo y el ideal de uno mismo da como resultado
la autoestima. Una gran discrepancia supone una baja autoestima,
mientras que una escasa discrepancia es indicativo de una alta
autoestima. La autoconfianza se refiere a la forma en que nos vemos,
la creencia de quiénes somos, de lo que podemos y de lo que no
podemos hacer. Si confiamos en nosotros mismos estaremos más
dispuestos a actuar y perseguir nuestros sueños y objetivos.
LA AUTONOMÍA EMOCIONAL supone la generación de emociones
apropiadas a cada momento. Incluye una buena autoestima y
capacidad para adoptar una actitud positiva ante la vida. Todo ello de
cara a posibilitar un mayor bienestar subjetivo, que redunda un
mayor bienestar social.