2. El pensamiento crítico consiste en analizar y
evaluar la consistencia de los razonamientos,
en especial aquellas afirmaciones que
la sociedad acepta como verdaderas en el
contexto de la vida cotidiana.
Dicha evaluación puede realizarse a través de
la observación, la experiencia, el razonamiento
o el método científico. El pensamiento crítico
exige claridad, precisión, equidad y evidencias,
ya que intenta evitar las impresiones
particulares.
¿Qué es el pensamiento critico?
3. ¿En que nos ayuda el pensamiento crítico?
El pensamiento crítico nos ayuda a diferenciar
entre información mediocre e información que
aporta y educa provechosamente. Mientras mejor
informado/a se esté, se estará en mejor posición
para tomar decisiones que puedan traernos
mayores beneficios a largo plazo. Sé sensible y
mira qué cosas no están saliendo bien o qué
proyectos no están obteniendo los resultados
esperados, plantéate la posibilidad de que la
situación sea resultado de una decisión poco
informada y acrítica. Toma acción.
4. ¿Cuál es el objetivo del pensamiento critico?
El objetivo del pensamiento crítico es evitar las
presiones sociales que llevan a la
estandarización y al conformismo. El
pensador crítico busca entender cómo reconocer
y mitigar o evitar los distintos engaños a los que
es sometido en la cotidianeidad.
5. Habilidades del pensador crítico
Para conseguir utilizar el pensamiento crítico, una persona debe dominar una serie de
habilidades fundamentales:
• Tener conciencia de la situación, con el fin de identificar problemas, ideas o
situaciones sobre los que se quiere reflexionar.
• Entender la importancia de priorizar y organizar los datos para resolver un
problema.
• Ser capaz de recopilar la información pertinente para entender la situación entre
manos.
• Entender todos los datos recogidos, incluso aquellos que tienen significados
ocultos.
• Diferenciar entre la información verdadera de la que no lo es, evitando utilizar
prejuicios para separar los dos tipos.
• Encontrar relaciones lógicas entre los distintos datos, de tal manera que se ordenen
en una explicación coherente.
• Extraer conclusiones y generalizaciones lógicas, además de ser capaz de ponerlas
a prueba para comprobar su veracidad.
• Reorganizar las propias creencias con base en las nuevas experiencias e
información adquiridas con el tiempo.