La Metempsicosis es el traslado del alma a otro cuerpo, también conocida como reencarnación o transmigración. Esta doctrina enseña que el alma habita sucesivamente en cuerpos diferentes, de hombres como de animales, pero este concepto filosófico y creencia religiosa es un principio común a diversas civilizaciones separadas tanto geográficamente como históricamente. Para el Sistema Nacional de Inversión Pública, en adelante SNIP, desde su creación el año 2000 (Ley Nº 27293), esa es su historia verdadera como sistema administrativo, del cual y sobre el cual se desataran tanto las iras santas de Mesías ungidos por el poder popular, como por Caciques y por influyentes y notables, conspirando (deplorablemente, con éxito) para sustraerse de procesos técnicos (de uso formal, y usuales, en el sector privado), metodológicamente hablando, los que incluyen a los exigentes términos del Project Management, habiéndose reducido escalas de rigidez y simplificado procedimientos, reducido etapas y facilitado casos, pero su espíritu no ha cambiado (al menos, no hasta el punto de ser irreconocible) aunque ser “razonable” lo ha hecho un ser deforme, un Orco tal como describiría Tolkien.
Estudio de opinión a nivel nacional (16.04.24) Publicación.pdf
De nuevo, el SNIP: ¿Los “Duros” también lloran?.
1. De nuevo, el
SNIP: ¿Los
“Duros”
también
lloran?
agosto 20
2012
La Metempsicosis es el traslado del alma a otro cuerpo, también conocida como
reencarnación o transmigración. Esta doctrina enseña que el alma habita
sucesivamente en cuerpos diferentes, de hombres como de animales, pero este
concepto filosófico y creencia religiosa es un principio común a diversas
civilizaciones separadas tanto geográficamente como históricamente. Para el
Sistema Nacional de Inversión Pública, en adelante SNIP, desde su creación el año
2000 (Ley Nº 27293), esa es su historia verdadera como sistema administrativo, del
cual y sobre el cual se desataran tanto las iras santas de Mesías ungidos por el
poder popular, como por Caciques y por influyentes y notables, conspirando
(deplorablemente, con éxito) para sustraerse de procesos técnicos (de uso formal, y
usuales, en el sector privado), metodológicamente hablando, los que incluyen a los
exigentes términos del Project Management, habiéndose reducido escalas de
rigidez y simplificado procedimientos, reducido etapas y facilitado casos, pero su
espíritu no ha cambiado (al menos, no hasta el punto de ser irreconocible) aunque
ser “razonable” lo ha hecho un ser deforme, un Orco tal como describiría Tolkien.
Articulo 30
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De nuevo, el SNIP: ¿Los “Duros” también lloran?
Por Econ. Alfredo Espinal
La saga de un inmortal.
La Metempsicosis es el traslado del alma a otro cuerpo, también conocida como reencarnación o transmigración. Esta
doctrina enseña que el alma habita sucesivamente en cuerpos diferentes, de hombres como de animales, pero este
concepto filosófico y creencia religiosa es un principio común a diversas civilizaciones separadas tanto geográficamente
como históricamente. Los egipcios fueron los primeros en creer en la inmortalidad del alma y que a la muerte del cuerpo
este pasa por todas las formas de vida en la tierra, y al completar el ciclo, nace de nuevo como hombre. Este periodo
dura unos tres mil años. Más tarde los griegos y los romanos también adoptaron esta creencia de la reencarnación o
metempsicosis, y no obstante el advenimiento de doctrinas universales, sigue presente en la mayoría de las religiones
orientales: el hinduista o el budista, cree que el alma aparecerá en otro cuerpo después de pasar por todas las formas
vivas de la tierra y renacerá con una personalidad más evolucionada. En el cristianismo aparece como la Parusía, o la
segunda venida de Cristo. Misma esencia, diferente exegesis.
Para el Sistema Nacional de Inversión Pública, en adelante SNIP, desde su creación el año 2000 (Ley Nº 27293), esa es
su historia verdadera como sistema administrativo, del cual y sobre el cual se desataran tanto las iras santas de Mesías
ungidos por el poder popular, como por Caciques y por influyentes y notables, conspirando (deplorablemente, con éxito)
para sustraerse de procesos técnicos (de uso formal, y usuales, en el sector privado), metodológicamente hablando, los
que incluyen a los exigentes términos del Project Management, habiéndose reducido escalas de rigidez y simplificado
procedimientos, reducido etapas y facilitado casos, pero su espíritu no ha cambiado (al menos, no hasta el punto de ser
irreconocible) aunque ser “razonable” lo ha hecho un ser deforme, un Orco tal como describiría Tolkien.
I. Si un Proyecto resuelve un problema, ¿Cuál es el problema del SNIP?
La metodología del SNIP, que no es hechura peruana sino un mecanismo que llegó atado de la mano de los préstamos
de organismos internacionales, principalmente para la creación de infraestructura, actividades productivas y conexas, ya
tiene en nuestro país doce años de una historia interesante, y ¡llena de adrenalina!. Su pasado se rastrea desde épocas
en que la palabra “ajuste fiscal” tenía claramente una significación sudamericana, y se sitúa entre las denominadas Olas
de Reforma de Primera y Segunda Generación. Para dotar al lector de una contextualización más precisa, debemos dar
al menos una explicación sumaria, apelando al artículo1 “Gestión Pública para resultados: El quinto elemento”, que nos
cita: “El Estado no una construcción “Made in Perú-Trade Mark”, reflejando la evolución de la política y pensamiento de
caudillos, algunos con aciertos (infrecuentes), y medidas apropiadas de algunos de sus más modernos Lideres. El
Estado como creación global, ha conocido su forma democrática actual partiendo de una Primera Generación de
Reformas cuyo objetivo central era encoger al Estado, no necesariamente mejorarlo, reduciendo los limites para su
gestión, percibiéndolo contraproducente a la buena marcha del nuevo esquema económico con base en el mercado,
para reducir desequilibrios macroeconómicos, crisis fiscal, y su reducción orgánica vía privatizaciones, viable
centralizando el Poder (Gobierno Central). La Segunda Generación de Reformas, se sitúa post crisis de deuda y
privatizaciones, que los sajones llaman “downsizing” y bajo reflexiones como la del ajuste con rostro humano, se orienta
a proveer mejores servicios públicos, a la competencia estatal por presupuestos por programas, democratización de
decisiones y generación de infraestructura. Ello ha revelado la existencia de desajustes sociales emocionales y
fragmentación de una visión y consenso del Nuevo Estado, resultante de un proceso de reformas. Diversos autores han
señalado la importancia que reviste el advertir que pensamos con “imágenes”; la fuerza de las “visiones compartidas”
que llevan a las personas a encontrar la forma de cristalizarlas, y la necesidad de generar estímulos útiles para superar
los actuales patrones de pensamiento”.
Desde su creación como un Sistema Administrativo, en el año 2000, siendo Alberto Fujimori Presidente constitucional,
ha sido más bien poderoso instrumento para desalentar el gasto fiscal, seguir cierta lógica pro cíclica, y ejercer discreta
tiranía fiscal, y algunos “pecadillos” de soberbia tecnocrática. De tales deslices académico-consultoras-grupotal-, no hay
desde el 2001, ni pausa ni tregua en buscar formas de perforar el sistema. Como muestra de ello, se señala algunos de
los actos, malestares o decisiones que en su momento fueran la comidilla de políticos y la elite tecnocrática limeña:
a) En agosto del 2003, el Ministerio de Economía publica el Decreto Supremo N° 118-2003-EF, norma que exceptúa
del cumplimiento de la fase de Pre inversión del Ciclo del Proyecto, al Proyecto de Inversión Pública denominado
“Construcción, operación y mantenimiento del túnel trasandino” y “Primera etapa Presa Limón”, del proyecto Olmos,
1
Espinal, Alfredo; en, Revista Gestión Pública y Desarrollo, Año 3 - Nº 29/Diciembre 2009, Ediciones Caballero Bustamante
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esta ultima una obra que un año después sería encargada a la empresa brasileña Odebrecht y que ahora se conoce
como Trasvase Olmos, con mecanismos de clara diferenciación según los analistas y políticos de la época.
b) En febrero del 2005, se publica el Decreto Supremo Nº 022-2005-EF, exonerando del control del SNIP a los tramos
2, 3 y 4 de la Carretera interoceánica Sur. Esa norma, como la primera citada, impulsada por el entonces Presidente
Alejandro Toledo y con la firma de Javier Sota Nadal, Ministro de Educación encargado en esa fecha de la cartera
de Economía y Finanzas; dato curioso: La norma publicada en El Peruano no consigna a Pedro Pablo Kuczynski,
entonces Ministro de Economía y Finanzas.
c) Casi concluyendo el periodo de la Administración Toledo, y quizá como admonición a la Administración entrante,
USAID Perú a través de “Descentralizando”, boletín trimestral N° 6 Abril-Junio 2006 (PRODES Prodescentralizacion)
en un análisis de la situación peruana y las propuestas de cambio, señala en cuanto a Sistemas Administrativos:
“Descentralizar y simplificar el SNIP y entregar a los gobiernos descentralizados autonomía para aprobar proyectos
de inversión cualquiera sea el monto, cumpliendo con las normas técnicas del SNIP y se dé cuenta a éste. El SNIP
debe orientarse a fortalecer capacidades técnicas, brindar asistencia técnica, supervisar y evaluar la inversión
pública” (Página 5).
d) Ya en la nueva Administración García, el malestar por el “estorbo” del SNIP se deja sentir, y el jueves 15 de febrero
2007, según detalla el Diario Perú 21 “El presidente de la República insistió hoy en la necesidad de liberar y
flexibilizar mucho más el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP). Adelantó que, se podría llevar adelante una
"experiencia piloto" para liberar el SNIP en algún departamento, facilitando la capacidad de acción de las
autoridades en el terreno de las inversiones. "Creo que hay que liberar y flexibilizar mucho más el famoso SNIP",
dijo el jefe de Estado durante el Consejo de Ministros, en el cual participó el presidente regional de Huancavelica,
Federico Salas. García Pérez comentó que el SNIP ha bloqueado la capacidad de acción inclusive de los ministros,
lo que ha frenado el ritmo de inversiones públicas. "Estamos en el 50 por ciento (de inversiones) en este momento y
podríamos estar al 100 por ciento, generando empleo en todas partes y obras. La verdad que esto del SNIP nos
está llevando a la impaciencia", enfatizó”.
e) En mayo del mismo año, 2007, el malestar resulta ya materializado en una norma, el Decreto de Urgencia Nº 014,
que declaró en emergencia varios proyectos de inversión pública con el objetivo de agilizar su ejecución, respecto
del cual se suceden y concretan modificaciones, aprobadas en la tercera semana de Mayo. Aunque el Ministro de
Economía y Finanzas, Luis Carranza, dijo que “…estas modificaciones eran simples afinamientos al decreto, en
realidad lo cambian de manera sustancial. Según explicó Carranza, los cambios aprobados en el Consejo de
Ministros del domingo 20 de Mayo se orientan a delimitar los beneficiarios del decreto, al establecer que se aplique
sólo para los gobiernos regionales y locales, y no a los ministerios, como originalmente se indicaba. Asimismo, se
exceptúa de los alcances del decreto a los grandes proyectos de inversión que forman parte de procesos de
concesiones y aquellos que requieran del cofinanciamiento del Estado o de algún tipo de aval o garantía. Y de forma
complementaria, se restituye para el MEF la facultad de determinar los lineamientos (parámetros) de los perfiles que
presenten para su aprobación los gobiernos regionales o locales, aunque en coordinación con los ministerios afines
a los proyectos de inversión. Sobre la posibilidad de fijar montos máximos para aprobar los proyectos -como
sugerían algunos analistas- el titular del MEF comentó que utilizar dicho criterio como mecanismo de control no
hubiera sido lo ideal, como sí lo será asegurar cierta estructura (lineamientos o parámetros) en la aprobación de los
proyectos. Aclaró que, si bien el citado decreto ya no se aplicará para construir carreteras, éste no era necesario
para rehabilitar y mejorar las vías. Luego recordó: "Actualmente todo se puede hacer con un solo nivel de estudio,
un esquema que también funciona para la electrificación rural". También resaltó que los cambios iban en la línea de
lo que el presidente García quiere y espera para facilitar la ejecución de inversión pública a escala regional y local.
Así, expresó que hay proyectos, como las pequeñas obras de irrigación, que se pueden ejecutar con la presentación
de un solo estudio y de una manera rápida, mientras que otras obras de mayor envergadura requieren asegurar una
rentabilidad social a través de una evaluación más rigurosa. En todo caso, resaltó que el gobierno estaba abocado a
dar una solución integral al problema del bajo nivel de la inversión pública. En este sentido, el Consejo de Ministros
aprobó un nuevo decreto que declara en reestructuración al Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) y dicta
otras medidas para garantizar la calidad del gasto. En tanto, la ministra de Trabajo, Susana Pinilla, informó que en el
Consejo de Ministros se aprobó un dispositivo que crea una Comisión Multisectorial para que en los próximos 30
días dé a conocer cómo se simplificará el SNIP y cuáles son los montos adecuados para lograr dicho objetivo.
Según Pinilla, en esta comisión participarán no sólo ministros sino también alcaldes y gobiernos regionales que más
hayan ejecutado su presupuesto "para poder escuchar las voces de quienes tienen que lidiar con este organismo
día a día". "Esa es la fórmula más adecuada, porque todos coinciden en que se debe flexibilizar el SNIP, pero sí
aceptan que se tiene que mantener un nivel de control", dijo. Agregó que están buscando un punto de acuerdo
medio”. A su turno, el Presidente indicó la necesidad de aligerar los procedimientos para ejecutar obras de inversión
pública, sin que esto afecte la calidad del gasto. (El Comercio, 22.5.2007).
f) En los tiempos actuales, y para no ser menos, el ministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla, (Ex Vice
Ministro de Hacienda, de Enero 2010 a Julio 2011) anunció que presentará un proyecto de ley al Congreso para
reformar el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) para adecuarlo a los retos y desafíos de estos tiempos.
“Estamos flexibilizando el SNIP. Les anticipo que vamos a presentar un proyecto de ley en la próxima legislatura
para una reforma en este sistema, donde estamos tratando de adecuarlo a los nuevos retos y desafíos que tiene el
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país”, adelantó Castilla. Señaló que la norma pretende ajustar el SNIP a la heterogeneidad de necesidades de los
gobiernos regionales y locales, las cuales difieren de los proyectos de Lima. “El SNIP está hecho para proyectos de
fierro y cemento pero no está hecho para otro tipo de proyectos que pueden ser inversiones sociales o productivas”,
detalló durante la presentación del estímulo fiscal para el sector exportador. “Luego de 11 años que tiene el SNIP es
tiempo de repensar en adelante cuáles son los retos y desafíos. El SNIP no puede ser un fin en sí mismo, es un
instrumento que permite asegurar la calidad del recurso público pero también debemos asegurarnos que se haga la
inversión, el uso también es muy importante”, agregó. Puso como ejemplo que el VRAE, donde hay una cantidad de
proyectos productivos que son esenciales para potenciar el desarrollo de esta región que lleva años azotada por el
narcotráfico y los cultivos ilegales” (tomado del Diario Gestión, 22 de junio del 2012).
Pero, ¿Qué es el SNIP?: Es uno de los sistemas administrativos nacionales reconocidos por la Ley Orgánica del Poder
Ejecutivo (LOPE) o Ley Nº 29158, creado para optimizar el uso de los Recursos Públicos destinados a la inversión,
mediante el establecimiento de principios, procesos, metodologías y normas técnicas relacionados con las diversas
fases de los proyectos de inversión. Como fuera analizado en otro trabajo2 “Hasta antes de esa norma, la inversión
pública se ejecutaba mediante la organización de un Expediente Técnico, que es una sustentación de orientación
ingenieril, en la cual se basaba el desarrollo de la obra, costos detallados, y los aspectos de construcción o de montaje,
o de naturaleza similar, dependiendo de la naturaleza del Proyecto, pero con ausencia de elementos técnicos
económicos, de evaluación de viabilidad, de comparaciones de usos alternativos del recurso público, y sin elementos
que permitan establecer, ante dos o más opciones de uso de recursos, el criterio de optimización económica. El proceso
de descentralización y de transferencia de derechos y recursos, desde el año 2003, ha generado también a nivel Sub
Nacional, en especial en el nivel regional, un “limbo” funcional, conociendo sus competencias o no tenían el imperio de
su ejercicio o no sabían cómo pasar al nivel funcional, o no había referente o “asignador” de roles respecto al nivel
Local, en el plano Provincia en especial. Este último rasgo sedujo a los Gobiernos Regionales para pasar al “lado
oscuro” y competir con las Municipalidades en la formulación y ejecución de obras de menor escala, con plazos más
políticos (cortos, e “inaugurables”) lo que al ser percibido por la DGPM, generó “endurecimiento de las condiciones de
formulación y aprobación bajo principios de subsidiaridad”, con la protesta y excusa de la baja ejecución de sus
Programas de Inversiones por tales “trabas a la gestión”, trasladándose el énfasis de la tipología de Proyectos a los que
intensivos en fierro y cemento, prometían “Placas Recordatorias”, “cosificando” la inversión pública”.
Esta última condición descrita, constituye el problema real del SNIP, o mejor dicho, constituye un problema “real” al ser
una condición técnica que exige ser observada, y resulta políticamente, rasgo indeseado. Tal rasgo debe leerse además
en función del grado de refinamiento técnico que demanda preparar un proyecto, bajo la identificación racional de un
problema, lo cual deja de lado el carácter de “iluminado” del político que señala qué problema (y qué prioridad) es el que
está dispuesto a “resolver” y que “solución” considera “correcta”. Este hecho es el que define si es el SNIP el que se
aparta de la optimización del uso de los recursos públicos, o son los tomadores de decisiones quienes se apartan del
SNIP. Si se examina la naturaleza de los proyectos registrados en la etapa de pre inversión, puede verse que siendo
cierto que una importante mayoría son típicamente obras de infraestructura de diversa índole, hay también otros que se
relacionan a generación de competencias, y en general, sistemas blandos, debiendo reconocerse son aún minoritarios.
¿Qué otras extensiones tiene el SNIP que representen una barrera respecto a los “retos y desafíos de estos tiempos”?,
y de paso, sería interesante conocer la interpretación oficial de tales “retos y desafíos”, entre ellos, si “estos tiempos”
comenzaron a menos de un año, pues lo más relacionado podría ser, por el efecto (aún) buscado, el diseño del primer
programa de estimulo económico de la actual Administración, estructurado en base a la inversión (Decreto de Urgencia
Nº 054-2011), en medio de una crisis internacional, distribuyendo S/. 370 millones para el gobierno central, destinados a
mantenimiento de carreteras, y S/. 520 millones para gobiernos subnacionales, con el objetivo de culminar las obras en
ejecución para ese año 2011. Ese crédito suplementario a las regiones se anuncio acompañado de una asistencia
técnica para cumplir la ejecución del gasto, pero dado el modesto nivel de ejecución, se infiere no sucedió lo previsto.
Además se aprobó otorgar un bono hasta completar S/. 400 millones de incentivo a los gobiernos subnacionales que
desarrollen con eficacia los proyectos de inversión; en tanto, se adelantaría la licitación del presupuesto público 2012.
Debe recordar el lector que al efecto, asumiendo diferentes cuestionamientos e incorporando criterios de simplificación
de procedimientos administrativos para la formulación, aprobación y conciliación de intereses fiscales (presupuesto) y
de institucionalidad (el propósito de los Gobiernos Sub Nacionales), en abril 2011, se aprueba por Resolución Directoral
N° 003-2011-EF/6 8.01, una nueva Directiva General del SNIP, cuya lógica manifiesta es la simplificación, al extremo de
la aparente eliminación del nivel de prefactibilidad (no se hace formal, por cuanto requeriría modificar la ley orgánica del
sistema, proceso lento e impredecible), aunque realmente muta tal nivel en un perfil “recargado” según la jerga del MEF,
o perfil a nivel de Prefactibilidad, que busca disminuir tiempos y costos en el ciclo de vida del proyecto sin disminuir la
rigurosidad de los estudios, y que desde el punto de vista de las vallas de montos del proyecto, amplia los umbrales en
2
Revista Gestión Pública y Desarrollo, Año 3 - Nº 32/Marzo 2010, Ediciones Caballero Bustamante, Perú.
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los costos de ejecución que dependían de la verificación (análisis según la vigencia del objetivo y actividades) de la
viabilidad o paralización del proyecto. Otra novedad es la obligatoriedad de realizar una evaluación intermedia en los
proyectos por encima de S/. 10 millones, para mejorar su calidad, y creación de comités de seguimiento para evaluación
parcial de la ejecución de los proyectos, incorporando la agilización en la ejecución de proyectos bajo un sistema mucho
más integral incorporando dentro de la formulación del proyecto, en la fase de inversión, la programación de actividades,
como formulación de los términos de referencia para estudios definitivos o expediente técnico, y otras transversales al
SNIP, como el proceso de licitación y contratación de la obra, y herramientas para el monitoreo y seguimiento de los
PIP, tema que anteriormente no había sido adecuadamente desarrollado.
Todo indica que el problema sigue siendo del lado del ejecutor de proyectos, más que del SNIP.
II. Deshaciendo el Hechizo! Al SNIP lo que es del SNIP.
Pese a lo descrito, no todo es tampoco óptimo e imperecedero en el SNIP, requiriendo ajustes no solo en si mismo sino
en su aplicación y vigencia como sistema administrativo de cobertura nacional, cuyo efecto depende (y a su vez influye),
principalmente de otros dos sistemas administrativos: el del Presupuesto Público y el de Abastecimiento.
Dejando de lado aspectos sustancialmente metodológicos o administrativos, respecto a la forma en que una decisión de
inversión se convierte en una solución (el SNIP, en etapa de ejecución), al proceso del ciclo del proyecto y al medio
integrador que aglutina a estos, se le puede requerir, y de hecho, requiere se aporte contribuciones al efecto, para:
a. Desarrollar y armonizar un sistema de prelaciones para que los problemas identificados con una solución-proyecto,
tengan una “licencia social”, entendiendo que la obra pública crea un sano ciclo para el retorno de los aportes de los
contribuyentes y la redistribución hacia bases materiales que inducirán el crecimiento y el desarrollo. Aquí trazamos
una línea divisoria entre los proyectos especiales (de grandes dimensiones, gestionados por el Gobierno Nacional, y
de amplia influencia territorial) y los demás proyectos, que en escala regional y local resultan elegibles para su
ejecución a través de procesos de presupuesto participativo, o por modificaciones presupuestarias vinculadas a
tales presupuestos participativos, cuyo desenvolvimiento demanda una madurez y una representatividad que aun no
se logra, pese a casi 10 años de vigencia de la ley marco sobre la materia (Ley Nº 28056). Los proyectos especiales
no están sometidos a procesos de presupuesto participativo.
b. Estructurar un mecanismo de articulación que resulte en un medio facilitador y de ayuda a la toma de decisiones, en
el impulso a la preparación y la ejecución de inversión pública, teniendo en cuenta productos y resultados, buscando
efectos complementarios, maximización del efecto espacial y la concurrencia e inducción de actividades económico
sociales, que aprovechen la sinergia de los proyectos de inversión pública. En este caso, en proporción variable, es
necesario tolerar otras formas de beneficios sociales alternativos o diferenciales respecto a los cuales el manual de
proyectos considera razonables: un ejemplo, el gran poder de concentración social que una obra pública representa
para poblaciones rurales, en forma de plaza de armas, de local comunal o similar, dadas las formas tradicionales de
su organización social, siendo quizá el único espacio público con convocatoria dinámica propia.
c. Fortalecer los procesos de análisis de post evaluación, validación de las formas inductoras del comportamiento que
se generan a partir de la puesta en operación de los proyectos de inversión, especialmente en los que constituyen
un potencial (del modo definido en la metodología FODA, vale decir, la conjunción Fortalezas-Oportunidades) para
el aprovechamiento económico.
d. Crear simultáneamente a la idea del proyecto, y su culminación en una viabilidad otorgada que le confiere un plazo
a efectos de pasar a su ejecución, la idea del mercado (o su relación con uno existente) en el cual se pueda realizar
el ciclo de proceso de adquisición o contratación según la naturaleza del proyecto, o inducir se genere tal mercado,
sobre la base de un programa de inversiones que bajo un modelo estratégico definido (intensivo en capital, en mano
de obra o intermedio entre ambos) en el marco temporal formalmente establecido (tres años), de forma tal que el
sector público y el privado intercambien prestaciones, se pueda contar con opciones y expertises locales en bienes y
servicios, de forma que tercerización de procesos y supervisión de los mismos, además de las etapas constructivas,
se pueda sostener en el tiempo y adquirir la madurez y experiencias suficientes para generar una tradición y amplias
calificaciones en los procesos de selección y contratación, además de los obvios beneficios desde el punto de vista
de empleos especializados, proveedurías confiables y actividad económica sostenible.
EL SNIP debe también resolver problemas endógenos como sistema, y de endorfismo3 dentro del MEF, en términos de
lo que es rentabilidad esperada y de aquello que es posible evaluar (costo beneficio -sobre estimación de beneficios que
se valúa monetariamente- o costo efectividad –si la medición monetaria no es viable), o de estructura de la inversión
que se busca (en los sectores que se desea estimular, en las actividades vinculadas conforme al insumo-producto o en
3
Tomado de wikipedia: Las endorfinas son péptidos opioides endógenos que funcionan como neurotransmisores; Son producidas por la glándula
pituitaria y el hipotálamo en vertebrados durante el ejercicio,. la excitación, el dolor, el consumo de alimentos picantes o el consumo de chocolate, por
ejemplo, el enamoramiento y el orgasmo y son similares a los opiáceos en su efecto analgésico y de sensación de bienestar.
6. Página5
forma de inductores de emprendimientos, o asociación similar), en un caso u otro, según corresponda, siendo lo ultimo
más bien asociado a lo estratégico.
En el primer caso, enfrenta la “fatalidad de la araña”, que teje una laboriosa red de la cual resulta beneficiaria pero al
mismo tiempo su cautiva, como suele suceder a los sistemas que desarrollan protocolos, reglas, parámetros y sintaxis
deterministicas de fronteras (por ejemplo, la increíble coincidencia que cada vez que se amplía el valor máximo de lo
que se considera un PIP menor, la formulación de nuevos PIP igualmente vuelve a acercarse a esos nuevos montos), o
que sostiene un nivel de tasa social de descuento bajo un contexto de más de 52 meses sostenidos de tasas de interés
y referencia marginalmente cercanas a cero en el contexto internacional, pero que para la realidad nacional fija en un
nivel del 10%, haciendo de un lado complejo que alguna tipología de Proyectos sea rentable, económica o socialmente,
y de otro lado, cuando se estructura esa utilidad (a tal tasa de descuento, y con una TIR relevante) no se aprecia la cola
de inversionistas que esperaríamos pujando por ser los promotores de tal inversión. Estas zonas grises favorecen las
rendijas por las cuales se lograr filtrar el paso de un proyecto cuya solución admite cuantificación a través de un flujo
económico, estimable y expresable además en una unidad de cuenta concreta, mutando hacia una evaluación basada
en la más simple expresión de costo efectividad. Algo mas escalofriante: Admitir Programas vestidos de Proyectos!
En el segundo caso, debe enfrentar una paradoja de babel, donde se suceden iniciativas de proyectos como solución a
problemas identificados pero que fundamentalmente se detienen en el cumplimiento del Objetivo Central, establecido en
términos del resultado, sin evolucionar mayormente a validar o sincerar lo que se espera, y que admita demostrarse
objetivamente, en términos del Fin último, establecido en términos del impacto esperado. Adicionalmente, en el proceso
de establecer participativamente la prelación o simpatía popular por algún proyecto en especial o por la emoción de dar
por ejecutada una elección sujeta a vueltas de timón (por limitaciones presupuestales, por nuevas prioridades post acto
participativo, por decisión política posterior en sentido contrario, o alguna otra justificación imaginativa), se debe esperar
que algún diligente funcionario, o gestores de interés comprometidos con aspiraciones legitimadas, caiga en cuenta que
es necesario dotar de carácter vinculante a los proyectos, de forma que estratégicamente sean retroalimentados en sus
efectos, inconexión que explica la desarticulación de propósitos entre el sistema de inversión publica y el sistema de
planificación estratégica, a su vez replicado en la composición del programa nacional de la inversión pública a nivel
regional, el tamaño “optimo“ de la inversión pública y el nivel efecto-eficiente de inversión de cada proyecto, y de estos a
efectos del efecto sectorial inducido de crecimiento vía inversiones. Ello se explica en el diseño macroeconómico de
instrumentos agregados, que buscan impactar en la variable de demanda, mas no cuidan el efecto inducido en el nivel
de producto bruto sectorial esperado.
Este carácter de “nacional” en el sentido de los elementos constitutivos del arsenal macroeconómico de la inversión (lea
límites fiscales, proyectos especiales –por su gigantismo en recursos financieros e influencia territorial-, deuda pública y
de alcance binacional), además con sus sedes administrativas en las ciudades capital de mayor desarrollo económico
relativo, ergo, igualmente con la más visible concentración de agentes económicos, mercados y canales de distribución,
nos coloca frente a una discutible orientación típicamente centralista del SNIP respecto a un proceso irreversible aunque
lento, de descentralización, en el cual y en temas de inversión pública, con “preocupación”, por el tamaño de proyectos y
por los procesos vinculados a la selección y contratación de los componentes de tales que, curiosamente, vuelve a traer
al debate el asunto de los mercados, de la formación de los mismos a través de un mecanismo inductor de la inversión
pública que sea sostenido, estratégico y sinérgico.
Nuevamente, el tema del SNIP desnuda su filiación política, superpuesta a la tecnocrática.
III. Deshabillé, con elegancia: El móvil Político, ….. cuasi allegro!.
Mas que un sistema administrativo y un mecanismo de política fiscal, el SNIP es realmente un mecanismo de política y
el “lugar público de encuentro” de los diversos grupos de interés y del nivel de Gobierno, sea nacional, regional o Local.
Como tal, trasciende el ámbito puramente tecnocrático.
¿Cuál es el mensaje cuando nos señalan que la norma a ser propuesta pretende ajustar el SNIP a la heterogeneidad de
necesidades de gobiernos regionales y locales, que difieren de los proyectos de Lima, orientados a proyectos de fierro y
cemento, no hecho para otro tipo de proyectos como inversiones sociales o productivas, y que el SNIP no puede ser un
fin en sí mismo, siendo instrumento para asegurar la calidad del recurso público?
Tres postulados caben dentro de las posibles (o plausibles) interpretaciones que, cual exégesis, pueden derivarse de tal
mensaje del Ministro de Economía y Finanzas, como el puente entre el diseño del Programa de Estimulo de Septiembre
2011, basado en la inversión pública como pivotante, y el Plan de Facilitación y Estimulo exportador de Junio 2012, en
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el que los procesos productivos, no importa su tamaño más si su sostenibilidad y calce con las demandas foráneas, son
la piedra angular y locomotora para generar oferta hacia el exterior y crecimiento económico hacia adentro:
(a) Las complicaciones que impone la “Muralla China” presupuestal, entre el previo gasto para pre inversión requerido y
el proceso de inversión propiamente dicho, o el conflicto entre gasto corriente y gasto de capital, requiere su
flexibilización de forma que con pragmatismo se acepte que la inversión no “cosificada” tiene alto componente de gasto
y costo en servicios (de estudios de demanda, línea de base social, de sensibilización, de medios e inducción, etc) que
sin los cuales no resulta coherente formular un proyecto social, o peor aún, resulta en una filtración de gasto o adopta la
forma de un programa social sin serlo, no importando el revestimiento de proyectos a acciones más bien afines al gasto
corriente;
(b) Que por razones de buena apariencia estadística macroeconómica, resulta conveniente que las cifras de gestión
fiscal ayuden a superar “realmente” la barrera “mítica” del 25% como monto de inversión total respecto al PBI y así ser
confirmados como una economía firmemente emergente (y, notables miembros del club de desarrollados “a su modo”,
pero que desde marzo del 2011, en conjunto superan el peso económico que antes y juntos, tenían Europa y USA,
claro, con el peso especifico de China en ese Club) y respetable para inversiones y negocios globales, al mostrar
espacios para crecer en infraestructura y en mercados vinculados a tales procesos, y de paso, generar nuevos
instrumentos o al menos nuevas oportunidades de reciclamiento de recursos disponibles en la economía y así relajar
riesgos de influencia de elevados recursos de oportunistas tomadores de opciones, con poca o rígida capacidad (por
efecto de tratados de libre comercio, convenios de inversiones o similares) de contención;
(c) Que los flujos de inversión del sector público ya parecen la parodia de Blanca Nieves y los 7 enanos, en alusión a los
proyectos e inversiones del Gobierno Nacional y los proyectos de los Gobiernos Regionales y Locales, respectivamente,
siendo el camino burocrático por el cual deben transitar estos últimos, acechado por oscuras regulaciones y amenazas
principalmente provenientes de ausencia o la lejanía de los mercados, por lo que si los Programas Sociales son los que
mejor resuelven este obstáculo (dada su dimensión de compras de escala), al menos los proyectos públicos deberían
apostar a generar economías inducidas bajo la forma de inversión productiva, o de emprendimientos (sujeta a eventos
de mortalidad del negocio, preferible a una transferencia monetaria a la población objetivo, carente del incentivo para
crear negocios) que en términos fiscales producen similar efecto presupuestario, pero distinto estimulo al de un apoyo
social, de mejor internalización en el beneficiario.
El SNIP, ciertamente no es un fin sino el medio para concretar inversiones mediante un proceso ordenado y razonable,
pero también es un mecanismo de control eficaz, y de gimnasia mental para evitar despilfarros, o “hacérsela difícil” a
quienes apuntan a tal pretensión, pero aún no ha logrado establecer una conexión practica (y sencilla de validar) con el
efecto esperado, y de este a la malla de efectos concurrentes que forman los determinantes del crecimiento.
Expliquemos: en todo proyecto de inversión se tiene claro qué resultados esperar de cumplirse con el objetivo central
(siempre que se dé por cumplidas las actividades del Marco Lógico) pero no siempre es posible asegurar que el Fin
Último del Proyecto sea una realidad, o al menos se aproxime a los términos propuestos.
Esta condición es la que debe ser contrastada con los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo, el que esta aún en una
fase de construcción, y superada, mediante la constitución de una Agenda Pública de Gestión, entendiendo por tal a la
identificación de acciones de carácter vinculante (qué proyecto de inversión afecta a quién, cómo y de qué manera y en
qué marco temporal o maduración), estratégicas (qué masa crítica de inversiones en determinado sector, produce un
cambio y movilización de agentes económicos y recursos inductores del crecimiento auto sostenido, y en qué espacio
territorial) y políticas (construcción de políticas públicas, diseño de sus contenidos a partir de políticas económicas, fiscal
y social, como proceso integrado de las políticas territoriales y sub nacionales, respecto de las sectoriales nacionales.
Para terminar de entender este complejo fenómeno de equilibrios fiscales y de la “percepción ciudadana” del Gobierno y
su inversión (sea como la ejecución de proyectos especiales de influencia nacional por cuenta del nivel central, o como
efecto de medidas de flexibilización y promoción por el cual el Gobierno Nacional proclama en la población territorial de
fuera de Lima que su tutoría y claro “esfuerzo” orientado a que se logre el desarrollo local, no es acompañado (salvo en
pocas y a veces incomodas Administraciones Sub Nacionales) por esfuerzo similar dentro de sus ámbitos territoriales.
El corolario de todo lo analizado, con el conflicto interno in crescendo y los efectos de una crisis global que ralentiza los
flujos del comercio exterior y de la inversión privada (nacional y extranjera) que ya no puede seguir esperando “a ver
que podría pasar en un futuro muy próximo”, como escenario cada vez más tercamente presente, parecería señalar que
una vez más, el verse bien “políticamente” es un propósito que prevalece por encima de los objetivos, generando una
idea de movilidad, de incitación a la acción y a la creación de infraestructura, aunque se tenga (de eso no hay duda en
el MEF) que pacificar el ambiente para la intervención de la inversión; en este sentido, con oportunidad (oportunismo
sería una designación inelegante), la autoridad económica esta tratando de conciliar los respetables efectos de tener
saldos fiscales positivos a nivel del sector público no financiero –fondos que no logran convertirse en demanda, sobre
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todo Canon y Rentas vinculadas, y con tasas de interés elevadas que no desalientan a esa demanda- y de pasar la valla
del 25% del PBI en una mezcla de [sector publico + sector privado], donde no interesa cuál de estos, sino que se logre.
Esta situación, evolución económica e inversión, es igualmente vigente como problema político bajo ropaje de problema
económico, como se aprecia en un comentario de Paul Krugman4, sobre la economía británica en junio del año en curso
y la política económica del Primer Ministro Cameron, del cual se cita lo siguiente: “ …. señalemos también que el
canalizar fondos a través del sector privado brinda una oportunidad para obsequiar generosamente a los amigos. Claro
que, para ser justos, también la brinda la contratación pública; pero esa es una actividad conocida, con normas y
garantías bien establecidas. Esto sería algo nuevo, que podría posibilitar el colar algunas concesiones en las que nadie
se fija. A mí me parece que Osborne ha dado con un nuevo truco político que por la presente denomino keynesianismo
de amigotes, que consiste en aplicar políticas cuya lógica requiere gasto público, pero que en lugar de eso adoptan la
forma de incentivos a intereses privados favorecidos. Desde un punto de vista macroeconómico, hasta el keynesianismo
de amigotes es mejor que una austeridad destructiva y continuada. Pero debemos ser conscientes de lo
intrínsecamente extraño que es, y lo propenso a los abusos”.
Como se verá, al igual que en nuestro País, el SNIP es la excusa para adoptar una postura política respecto de las
inversiones públicas, proyectos de nivel sub nacional y dotar de argumentos subliminales a la poca receptividad y
escaso aporte al crecimiento local, resultando finalmente que, tanto aquí como allá (Gran Bretaña), el Gobierno espera
que el privatizar el proceso confunda a suficiente gente como para rehuir la responsabilidad.
¿Y es de veras cierto lo rígido y desalentador que sus procesos son para lograr concretar la ejecución de Proyectos? No
y, en términos administrativos, hasta resulta ya ahora simplón: Aquí la Evidencia.
Los montos aprobados a nivel de Estudio de Pre inversión que registra la Ficha SNIP, son estimados sujetos a variaciones;
que por lo general, se modifican al culminarse el Expediente Técnico, dada la especificidad de sus contenidos y precios
actualizados. Considerando lo anterior y teniendo en cuenta las variaciones durante la etapa de Inversión de los PIPs viables,
se cuenta con un “salvavidas” que, como contingencia para las modificaciones a nivel del Expediente Técnico, representa los
montos adicionales que se encuentran amparados en la Normativa5 del SNIP, que en el articulo Nº 27, “Modificaciones de un
PIP durante la fase de inversión” señala: que los Proyectos pueden tener modificaciones no sustanciales que conlleven al
incremento del monto de inversión con que se declarara viable el PIP, siendo modificaciones no sustanciales: aumento en las
metas asociadas a la capacidad de producción del servicio; aumento en metrados; el cambio en la tecnología de producción;
cambio de la alternativa de solución por otra prevista en el estudio de Pre inversión mediante el que se otorgó la viabilidad; el
cambio de la localización geográfica dentro del ámbito de influencia del PIP; el cambio de la modalidad de ejecución del PIP; el
resultado del proceso de selección y el plazo de ejecución. Estas modificaciones se realizan de acuerdo al monto de inversión
total con el que fue declarado viable el PIP:
- Menor o igual a S/.3 millones de Nuevos Soles, la modificación no deberá incrementarlo en más de 40% respecto de lo
declarado viable.
- Mayor a S/.3 millones de Nuevos Soles y menor o igual a S/.6 millones de Nuevos Soles, la modificación no deberá
incrementarlo en más de 30% respecto de lo declarado viable.
- Mayor a S/.6 millones de Nuevos Soles, la modificación no deberá incrementarlo en más de 20% respecto de lo declarado
viable.
Una vez aprobado el Expediente Técnico o Estudio Definitivo, e ingresado el Informe de Consistencia del Estudio (Formato N°
15) y Registro de Variaciones en la fase de Inversión (Formato N° 16); estos documentos que contienen todas las variaciones
de Costos de los componentes de los PIP justifican que los fondos no utilizados en uno o ambos estudios antes referidos, se
puedan reasignar a la ejecución de obras de inversión,
Finalmente, debo señalar que el SNIP se aplica metodológicamente a cualquier tipología de proyecto, a la naturaleza de
casi cualquier problema (quizá la defensa nacional, artes u otra escasa aplicación sean poco prácticas para el SNIP) o
para generar resultados en sistemas duros o blandos; lo que es diferente, en cuanto a su efecto, es que se le pretende
relegar a un nivel de tramites cuasi TUPA (Texto Único de Procedimiento Administrativo) al enrostrársele “excesivos”
procedimientos y la exteriorización de sus inevitables formas administrativas (acreditación de unidades formuladoras,
ejecutoras, funcionarios, registros, formatos, formularios, sustentos), criticándose ese itinerario de propuestas, revisión,
aprobación y sujeción ultima a la viabilidad, para atemperar y evitar su conversión en justificación de un gasto revestido
de proyecto en pos de resolver un problema de naturaleza social o productiva.
Debe si llamarse a reflexión al MEF para ayudar a decidir (lamentablemente, la Secretaria de Gestión Publica de PCM
llamada a generar las condiciones técnico administrativas para lograr eficiencia- integración de sistemas administrativos
bajo redimensionamiento en los tres niveles de Gobierno, si todos los órganos de línea con condiciones y capacidad de
4
http://blogs.elpais.com/paul-krugman/2012/07/cuidado-con-el-keynesianismo.html#more
5
Directiva General del SNIP, aprobada por Resolución Directoral N° 003-2011-EF/6 8.01, Ministerio de Economía y Finanzas.
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constituirse en Unidades Formuladoras, en perspectiva de eficiencia institucional y de racionalidad de gastos y de las
especialidades demandadas para la etapa de pre inversión, la existencia de una pluralidad de Unidades Formuladoras
multiplica la existencia de profesionales y de la contratación de especialistas o empresas consultoras que participen en
fases o en la formulación integral de esta pre inversión, sin que necesariamente el formular los proyectos de inversión
sea una actividad permanente, demande realmente una especialización a nivel de factibilidad para todos los proyectos o
configuren conglomerados o integración de programas de inversión complejos, o sean, o resulten, independizables entre
si las fases del modelo de negocio o generación de bienes públicos, según cada órgano funcional.
El corolario de la discusión y tema real de fondo, es que no resulta proporcional (la decisión de un “nuevo” SNIP) para
dar una respuesta de carácter nacional (en alusión al Gobierno Nacional) a la atonía y dispersión de la Densidad
Estatal6 cuya frialdad respecto a los niveles regionales y locales, se pretende suplir con mas intervención (nacional) y
con una sensación de mayor presencia masiva gracias a una relajación de los procedimientos del SNIP, pero no bajo el
proceso de descentralización, sino como un mecanismo de la política económica, pero sin el elemento económico ni del
carácter reasignados, equilibrador o de incentivos y subsidios.
Economista Alfredo Espinal, Especialista en Economía Pública y Planificación Regional. Diplomado de Diseño y Evaluación de Proyectos
Sociales - Pontificia Universidad Católica, Perú; Maestría en Economía Empresarial y Regional, Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
Perú. Profesor de Post Grado en Asuntos Públicos y Proyectos Sociales.
Email: gobernaphenom@hotmail.com
Artículo publicado en la Revista Gestión Pública y Desarrollo, Año 6 - Nº 61/Agosto2012, Ediciones Caballero Bustamante, Perú
(www.gestionpublica.org.pe)
Foto de la portada: Cronos devorando a sus hijos, Las Horas. Oleo de Goya.
6
Concepto desarrollado en Espinal, Alfredo; “Gestión Publica y Gestión del Agua: ¿Game of Thrones?”, en Revista Gestión Pública y Desarrollo, Año
5, Nº 56, Mayo 2012; Ediciones Caballero Bustamante, Perú.