Este documento resume los principales efectos del tabaquismo en la salud. En 3 oraciones o menos: El tabaco causa más de 8 millones de muertes al año y es un factor de riesgo importante para muchas enfermedades, incluidas las enfermedades cardiovasculares, varios tipos de cáncer como cáncer de pulmón y cáncer de cabeza y cuello, y enfermedades respiratorias como EPOC. Dejar de fumar reduce considerablemente estos riesgos para la salud y es beneficioso incluso para personas que
GENERALIDADES SOBRE LA CESAREA, RESIDENCIA DE GINECOLOGIA Y OBSTETRICIA
Tabaco y salud: efectos y estrategias de abandono
1. 1 8 F e b r e r o 2 0 2 0
Atención Primaria contra el
tabaco y nuevas modas
Irene Estrada Lázaro
Elena Lou Calvo
C.S.Torrero - La Paz
2. 1
1) Introducción - pag 2
2) El tabaco en números – pag 2
3) Repercusión para la salud – pag 4
a. Cardiovascular – pag 4
b. Oncológica – pag 4
c. Aparato respiratorio – pag 7
d. Infecciones – pag 7
e. Diabetes – pag 7
f. Osteoporosis – pag 7
g. Problemas reproductivos – pag 8
4) Proceso para el abandono del hábito tabáquico – pag 8
a. Valoración del paciente – pag 9
b. intervención breve – pag 12
c. Intervención intensa – pag 13
d. Primeros días sin fumar – pag 14
e. Seguimiento – pag 15
5) Intervenciones desde el Centro de Salud – pag 16
6) Tratamiento farmacológico – pag 18
7) Nuevas modas: vapeo – pag 21
8) Bibliografía – pag 23
9) Anexos – pag 26
3. 2
1. INTRODUCCIÓN
La epidemia de tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud
pública que ha tenido que afrontar el mundo. Mata a más de 8 millones de
personas al año, de las cuales más de 7 millones son consumidores directos y
alrededor de 1,2 millones son no fumadores expuestos al humo ajeno. A pesar
de ser ampliamente conocidas las consecuencias que el tabaco provoca sobre
la salud de fumadores activos y pasivos, todavía existe una gran aceptación
social de su uso. Tanto la acción de fumar como la de inhalar el humo del
tabaco son nocivas para la salud, llegandose a estudiar la exposición al humo
de tabaco como factor de riesgo para desarrollar enfermedades, siendo esto
más relevante en edad pediátrica.
2. EL TABACO EN NÚMEROS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó en Diciembre del
2019 un informe sobre las tendencias mundiales del consumo de tabaco, en el
que, por primera vez, se observa que la cantidad de hombres que consumen
tabaco está disminuyendo, en más de 1 millón de hombres menos en 2020.
Casi en las últimas dos décadas, el consumo global de tabaco en general ha
disminuido, de 1.397 mil millones en 2000 a 1.337 mil millones en 2018, o
aproximadamente 60 millones de personas. Esto ha sido impulsado en gran
medida por las reducciones en el número de mujeres que usan estos productos
(346 millones en 2000 hasta 244 millones en 2018, o una caída de alrededor
de 100 millones).
A nivel de territorio nacional, se ha calculado que un 22% de la población en
España afirma fumar a diario, el 2% es fumador ocasional, mientras que el 25%
se declara exfumador. Por otra parte, más de la mitad se declara no fumador,
siendo esto más frecuente en mujeres a partir de los 75 años.
La cifra de personas mayores de quince años que afirma fumar a diario
asciende en España a alrededor de 8,6 millones de personas, mientras que la
de no fumadoras asciende hasta casi 20 millones de personas.
Según cifras recientes del Ministerio de Sanidad, cerca de una cuarta parte de
los hombres son fumadores habituales, frente a casi un 18% de las mujeres.
Por otra parte, la Asociación Española Contra el Cáncer realiza estimaciones a
partir de la Encuesta Europea de Salud y la Encuesta Nacional de Salud, que
se publican cada cuatro años, y el padrón de población del Instituto Nacional
de Estadística, reflejan según las cifras que entre 2006 y 20018 las personas
4. 3
que fuman a diario se han reducido un 6%, mientras que las no fumadoras han
aumentado un 11%. Así mismo, las personas no fumadoras representan casi la
mitad de la población.
Si evaluamos esta información por edad y sexo, dentro de las personas que
afirman fumar a diario, la franja de edad donde predominan los hombres es
entre los 25 y los 34. En el caso de las mujeres este intervalo es entre los 45 y
los 54. Además, la mayor proporción de mujeres que dejaron de fumar tienen
entre 55 y 64 años, mientras que la mayor de hombres es a partir de los 75
años.
Dentro de nuestro país también hay diferencias significativas con el número de
fumadores, siendo Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Ceuta, las
tres autonomías con más fumadores diarios. Cabe destacar que Galicia, País
Vasco y Madrid son las provincias con menor número de fumadores diarios.
Según datos publicados por el Comisionado para el mercado del Tabaco en
Aragón la venta de cajetillas de tabaco había disminuido desde 2010 a 2017 en
un 36,2%. Este año se ha producido el primer repunte de las ventas desde la
entrada en vigor la ley 42/2010, con un incremento de un 0,18%. Este
incremento se ha observado también en Cataluña, País Vasco, Navarra y
Castilla La Mancha, no siendo así en el resto de España que mantienen la
tendencia descendente.
5. 4
3. REPERCUSIÓN PARA LA SALUD
Dejar de fumar está asociado con importantes beneficios para la salud. El
alcance de este beneficio depende de la intensidad y duración de la exposición
previa al humo del tabaco. Se puede esperar que los fumadores que dejan de
fumar vivan más tiempo y sean menos propensos a desarrollar enfermedades
relacionadas con el tabaco, como enfermedades coronarias, cáncer y
enfermedades pulmonares. Los fumadores también se benefician de dejar de
fumar incluso después del desarrollo de enfermedades relacionadas con el
tabaquismo, como la enfermedad coronaria o la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica. A continuación se exponen los riesgos más prevalentes del
tabaco y su relación con este.
a. CARDIOVASCULAR
Con respecto a la enfermedad cardiovascular, se han realizado las
siguientes observaciones con respecto a un papel importante para fumar:
El tabaquismo es un factor de riesgo importante independiente para la
enfermedad cardiovascular aterosclerótica total, la enfermedad coronaria, la
enfermedad cerebrovascular y la insuficiencia cardíaca, con una aparente
relación dosis-dependiente. La incidencia de infarto de miocardio aumenta seis
veces en mujeres y tres veces en hombres que fuman al menos 20 cigarrillos
por día, en comparación con los sujetos que nunca han fumado.
En el estudio INTER-HEART se evaluaron más de 29.000 individuos de 52
paises y se comparó a 15.152 pacientes que habían sufrido un primer infarto
agudo de miocardio con 14.820 individuos-control sanos. Los 2 factores de
riesgo de infarto agudo más importantes fueron una ratio anormal Apo B / Apo
A-1 y el hábito de fumar. Juntos predijeron el 66% de los infartos.
Los pacientes que continúan fumando en presencia de enfermedad coronaria
establecida tienen un mayor riesgo de repetir el infarto de miocardio y un mayor
riesgo de muerte, incluida la muerte cardíaca súbita. Entre los fumadores que
dejan de fumar después de un infarto de miocardio, el riesgo de eventos
recurrentes disminuye con el tiempo. Los pacientes que continúan fumando
después de la revascularización tienen una mortalidad significativamente mayor
en comparación con aquellos que dejan de fumar.
En el Jackson Heart Study se escogió una cohorte de 4.129 participantes de
raza negra sin antecedentes de insuficiencia cardíaca que fueron seguidos
durante una mediana de ocho años, en el cual se vió un riesgo
significativamente mayor de desarrollar insuficiencia cardíaca entre los
fumadores actuales y ex fumadores con más de 15 años de historia de paquete
en comparación con aquellos que nunca fumaron.
b. ONCOLOGÍA
Fumar es un factor de riesgo importante para muchos tipos de cáncer, y
dejar de fumar está asociado con una reducción en su riesgo. Entre los
6. 5
fumadores con cáncer relacionado con este hábito, dejar de fumar también
puede disminuir el riesgo de desarrollar una segunda neoplasia maligna
relacionada con el tabaco.
o Cáncer de pulmón
La mayoría de los datos que examinan la epidemiología del cáncer de
pulmón provienen del mundo desarrollado, donde el tabaquismo es el factor de
riesgo predominante. Además, en estas mismas condiciones, los factores de
riesgo adicionales, como el humo y la contaminación del aire, pueden ser
particularmente importantes.
El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en todo el
mundo en hombres, y la segunda más común en mujeres. En todo el mundo, el
cáncer de pulmón ocurrió en aproximadamente 1.8 millones de pacientes en
2012 y causó un estimado de 1.6 millones de muertes. Sin embargo, es
probable que los esfuerzos de control del tabaco reduzcan su incidencia de
manera importante.
Existen variaciones evidentes entre la incidencia de cáncer de pulmón entre
diferentes países y entre hombres y mujeres. Estas diferencias son un reflejo
en gran parte de las variaciones en la prevalencia del consumo de tabaco. La
literatura describe que los cambios en la incidencia de cáncer de pulmón a lo
largo del tiempo se han correlacionado estrechamente con dichas variaciones
en el consumo de cigarrillos.
o Cáncer de cabeza y cuello
El cáncer de cabeza y cuello es común en varias regiones del mundo. Los
principales factores de riesgo asociados con el cáncer de cabeza y cuello
incluyen el consumo de tabaco, el consumo de alcohol, la infección por el virus
del papiloma humano (VPH) y la infección por el virus de Epstein-Barr. La
exposición crónica a estos factores cancerígenos puede provocar lesiones
displásicas o premalignas en la mucosa orofaríngea y, en última instancia,
cáncer de cabeza y cuello. La prevalencia relativa de estos factores de riesgo
contribuye a las variaciones en la distribución observada del cáncer de cabeza
y cuello en diferentes áreas del mundo.
El riesgo de cáncer de cabeza y cuello es elevado para aquellos que fuman ya
sea en cigarrillo convencional como puro o pipa. La exposición al humo
también es dañina, se ha visto en un estudio que evalúa a 59 pacientes con
cáncer de cabeza y cuello los cuales eran no fumadores, tras una entrevista se
vió que tenían una exposición significativamente mayor al humo de tabaco
ambiental con respecto a una población control sana, siendo esta relación más
estrecha en mujeres.
o Cáncer gástrico
Respecto al cáncer gástrico, existen diferencias geográficas y étnicas en la
incidencia de cáncer gástrico en todo el mundo, así como las tendencias en
cada población a lo largo del tiempo. Los emigrantes de países de alta
7. 6
incidencia a países de baja incidencia a menudo experimentan una disminución
del riesgo de desarrollar carcinoma gástrico. Tales hallazgos sugieren
fuertemente que los factores ambientales tienen un papel importante en la
etiología del cáncer gástrico y que la exposición a factores de riesgo ocurre
temprano en la vida.
Varios estudios han examinado la relación entre el tabaquismo y el cáncer
gástrico. Aproximadamente el 18 por ciento de los casos de cáncer gástrico se
pueden atribuir al tabaquismo. Un metaanálisis de 42 estudios estimó que el
riesgo aumentó aproximadamente 1,53 veces en los pacientes fumadores y fue
mayor en los hombres. Un estudio prospectivo de Europa (EPIC) encontró una
magnitud de riesgo similar, que disminuyó después de 10 años de dejar de
fumar.
o Cáncer de mama
Aunque los resultados en diferentes estudios al respecto no han sido
uniformes, varios estudios sugieren que existe un riesgo moderadamente
mayor de cáncer de mama en las mujeres fumadoras. El aumento del riesgo es
más consistente en los estudios que evaluaron el inicio temprano, una mayor
cantidad de consumo y mayor duración del hábito. La relación entre fumar y el
cáncer de mama se complica por el hecho de que hasta el 50 por ciento de las
mujeres que fuman también consumen alcohol, un factor de riesgo conocido
para este tipo de cáncer. Sin embargo, en estudios entre mujeres que fumaban
pero no bebían alcohol, aún existía un mayor riesgo de cáncer de mama
asociado con el tabaquismo.
o Cáncer nefrourológicos
Hablando del cáncer uroterial, el hecho de fumar es el factor más
importante que contribuye a la incidencia general en los países occidentales.
Los compuestos cancerígenos presentes en los cigarrillos responsables del
cáncer de vejiga no se han identificado definitivamente, pero hay más de 60
carcinógenos conocidos y especies reactivas de oxígeno presentes en el
tabaco que son dañinos, incluidos 4-aminobifenilo (4-ABP), hidrocarburos
aromáticos policíclicos, compuestos N-nitrosos y aldehídos insaturados.
Un metaanálisis que incluyó datos de 88 estudios encontró que los riesgos
relativos de cáncer de vejiga para todos los fumadores, fumadores actuales y
exfumadores en comparación con los no fumadores fueron 2.62, 3.49 y 2.07.
Dejar de fumar también parece disminuir la tasa de recurrencia en pacientes
con cáncer de vejiga no invasivo muscular incluso después del diagnóstico. A
pesar de ello, se ha visto que abandonar este hábito disminuye pero no elimina
el aumento del riesgo de padecer cáncer de vejiga.
Con respecto al carcinoma de células renales, fumar se asocia con un
mayor riesgo de desarrollar carcinoma de células renales. En un metanálisis
que incluyó datos de 24 estudios, los riesgos relativos de cáncer renal para
todos los fumadores, fumadores actuales y exfumadores fueron 1,31, 1,36 y
1,16, respectivamente. Además, el aumento del hábito tabáquico parece estar
asociado con una enfermedad más avanzada, habiendo en el momento del
8. 7
diagnóstico una mayor clasificación por tamaño, afectación de los ganglios
linfáticos o enfermedad metastásica.
c. APARATO RESPIRATORIO
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica es el resultado de una
interacción compleja entre factores genéticos no modificables y factores de
riesgo modificables. Estas interacciones son la razón por la que dos individuos
pueden tener factores de riesgo genéticos idénticos, pero solo uno desarrollará
EPOC. Dejar de fumar reduce la disminución acelerada de la función pulmonar
asociada con el tabaquismo, lo que disminuye la probabilidad de desarrollar
EPOC.
En un estudio de cohorte retrospectivo con 8.045 sujetos, encontró que el
riesgo de padecer menor o mayor grado de EPOC fue menor entre los
pacientes que nunca habían fumado o dejaron de fumar en los primeros 5 años
de estudio que entre los pacientes que continuaron fumando. A pesar de que
haya diferencias entre géneros, siendo más consolidadas en varones, estas
cifras siguen la misma tendencia.
d. INFECCIONES
El tabaquismo se asocia con un mayor riesgo de varios tipos de
infección, incluida la tuberculosis, la neumonía neumocócica, la legionela, la
enfermedad meningocócica, la gripe y el resfriado común.
Las implicaciones clínicas son la importancia de dejar de fumar como parte del
plan terapéutico para las personas con enfermedades infecciosas graves o
periodontitis, y las personas que tienen resultados positivos de las pruebas
cutáneas de tuberculina. Además, controlar la exposición al humo de cigarrillo
en niños es importante para reducir los riesgos de enfermedad meningocócica
y otitis media, y en adultos para reducir el riesgo de gripe y enfermedad
meningocócica. Otras recomendaciones incluyen la vacuna contra la gripe,
incluso neumococo y la influenza en todos los fumadores y el tratamiento con
aciclovir para la varicela.
e. DIABETES
La cantidad de cigarrillos diarios se asocia con un mayor riesgo de
desarrollar diabetes mellitus tipo 2 a largo plazo. Esto puede deberse en parte
al efecto de la nicotina sobre la sensibilidad alterada a la insulina. Aunque
parece haber un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 poco después de
dejar el consumo de tabaco, que se ha llegado a sugerir debido al aumento de
peso al dejar esta adicción en algunos individuos, dejar de fumar reduce el
riesgo de diabetes después de varios años de abstinencia.
f. OSTEOPOROSIS
Se ha comprobado en diferentes estudios que fumar acelera la pérdida
ósea y es un factor de riesgo de fractura de cadera en las mujeres. Dejar de
9. 8
fumar puede revertir la pérdida de densidad mineral ósea y disminuir el exceso
de riesgo de fractura de cadera después de aproximadamente 10 años
después de dejar el tabaco.
g. PROBLEMAS REPRODUCTIVOS
Fumar se asocia con un mayor riesgo de varios trastornos reproductivos,
incluidas complicaciones durante el embarazo, menopausia prematura,
disfunción eréctil y la disminución de la fertilidad tanto en hombres y mujeres.
En particular, el tabaquismo materno se asocia con el aborto espontáneo, el
embarazo ectópico, el bajo peso al nacer y una serie de enfermedades en el
feto, algunas de las cuales pueden desarrollarse más tarde en la vida.
Los estudios patológicos de las placentas de los fumadores han mostrado
cambios estructurales, incluida una reducción en la fracción del volumen capilar
y un aumento del grosor de la membrana vellosa, que afectan al flujo
placentario y disminuyen el intercambi ode nutrientes entre madre y feto. El
abandono del hábito de fumar en la madre mejora los resultados fetales y
maternos.
4. PROCESO PARA EL ABANDONO DEL HÁBITO TABÁQUICO
A pesar de ser sobradamente conocidas las consecuencias que el tabaco
provoca sobre la salud de fumadores activos y pasivos todavía existe una gran
aceptación social de su uso.
La industria tabaquera dice que las personas que fuman lo hacen libremente;
sin embargo, el tabaco es una droga adictiva siendo la nicotina la responsable
de ello. Al fumar, usted satisface la necesidad de nicotina que su cuerpo le
demanda, de ahí el placer que se siente al fumar. Como cualquier otra
conducta adictiva, dejar de fumar y perseverar en ello es particularmente difícil.
Únicamente un 5% de las personas que lo intentan por su propia cuenta
consigue abandonar el hábito, mientras que el índice de cesación aumenta
hasta casi un 30-40% en aquellas personas que recurren a programas
estructurados de deshabituación.
El acto de fumar, y por tanto abandonar este hábito, reúne un todo: implica una
adicción física y psicológica que se deberá superar mediante intervenciones
psico-sociales y farmacológicas; una conducta aprendida que anularemos
gracias a estrategias conductuales; y por último, una dependencia social que
cambiaremos modificando nuestro entorno.
Para lograr todo esto, será necesario un cambio gradual en la conducta del
fumador quien atravesará distintas etapas (Prochaska y Diclemente) a lo largo
de este proceso:
- Pre-contemplación (35% de los fumadores): el fumador fuma y no tiene
ninguna conciencia de que está haciendo algo perjudicial. No se ha planteado
seriamente la idea de abandonarlo. Informaremos sobre los beneficios del
abandono del tabaco, aportaremos consejo motivacional y entregaremos
folletos/guías que puedan llevarle a la reflexión.
- Contemplación (50%): el fumador fuma pero sabe que está mal. Hay un
planteamiento de cambio en los próximos seis meses. En este caso es preciso
10. 9
remarcas las consecuencias nocivas del tabaquismo y los beneficios a corto y
largo plazo de su abandono. Se denominan contempladores crónicos a
aquellos fumadores que siempre piensan en dejarlo pero que nunca
encuentran el momento oportuno para intentarlo definitivamente.
- Preparación: el fumador es capaz de fijar una fecha y pensar un plan para
dejar de fumar en el próximo mes. Es aquí donde pondremos en marcha
acciones de diagnóstico midiendo: el grado de motivación (Test de Richmond),
de dependencia (Test de Fagerstrom), de tabaquismo (cooxímetro) y el grado
de dependencia social, psicológica y gestual (Test de Glover-Nilsson).
Proporcionaremos al paciente hojas de autorregistros que permiten al fumador
conocer sus rutinas y hacer un análisis de los motivos que tiene para fumar.
También pondremos en marcha acciones terapéuticas como el apoyo
psicológico y el tratamiento farmacológico.
- Acción (20%): el fumador cambia su actitud y decide dejar de fumar (Dia D).
Esta fase incluye no fumar durante menos de seis meses. Será necesario
proporcionar al paciente herramientas para superar las adversidades (técnicas
de relajación, conocer el síndrome de abstinencia, conductas
sociales/entorno…).
- Mantenimiento: la persona se mantiene sin fumar durante más de seis meses.
A partir del año en abstinencia, se considera al paciente ex-fumador. Dejar de
fumar es un proceso largo, ya que suelen pasar unos 3 años hasta que el
adicto se ve libre de los efectos perniciosos, se desintoxica y no recae en la
adicción. Sin duda, es un proceso individual, particular y que exige una gran
fuerza de voluntad por parte del individuo.
- Recaída: es una fase más del proceso, es frecuente necesitar 3-4 intentos
antes de dejar de fumar definitivamente. Cuando aparece hay que normalizar la
situación y analizarlo como una fuente de aprendizaje (detectar errores,
generar un nuevo compromiso...) para el intento definitivo. La persona se
siente fracasada y por ello la recaída se acompaña de una gran pérdida de
autoestima personal. En todos los fumadores es importante valorar los intentos
previos de abandono.
a. VALORACIÓN DEL PACIENTE:
El primer paso para el tratamiento de la dependencia del tabaco es
identificar sistemáticamente a los fumadores que acuden a la consulta por
cualquier motivo. La OMS define como fumador a todo individuo que haya
fumado diariamente durante el último mes cualquier cantidad de cigarrillos,
incluso uno. Esta definición permite a los profesionales identificar la población
11. 10
sobre la que llevar a cabo las intervenciones más adecuadas respecto al uso
del tabaco y evaluar su predisposición al abandono del mismo.
La OMS define como no fumador al individuo que nunca ha fumado cigarrillos
al menos durante un mes de forma diaria. Es importante reforzar en estos
casos el no consumo y hacer prevención para evitar el inicio del mismo,
sobretodo en los más jóvenes, dar la enhorabuena y reforzar la abstinencia,
alertar de que una sola calada puede desencadenar una recaída y seguir
preguntando por el consumo de tabaco al menos 1 vez cada 2 años.
Hay dos variables a explorar para el proceso de dejar de fumar: motivación y
dependencia.
1. Valoración de la motivación. Es fundamental saber que la motivación es el
motor del cambio, y que cuantos más y mejores motivos encuentre el paciente
para dejar de fumar más fácilmente logrará su objetivo y aumentará su
confianza en que puede dejar el tabaco. Para conocer el grado de motivación
podemos usar cuestionarios como el de Richmond o algunas preguntas
abiertas que nos orienten.
La entrevista motivacional pretende, a base de mensajes educativos e
información sanitaria, conseguir cambios en las actitudes y conducta de los
fumadores. Ésta debe reunir una serie de principios:
Empatía: aceptar la ambivalencia con preguntas abiertas y la escucha reflexiva.
Favorecer la discrepancia: promover sus propios argumentos para cambiar y
visualizar la discrepancia entre sus valores y objetivos personales y su
conducta.
Manejar la resistencia: evitar la confrontación. Proponer opciones, no
imponerlas.
Apoyar la autoeficacia (o confianza en uno mismo para lograr la meta final).
Además, debe presentar una serie de elementos universalmente aceptados:
Firme y seria: tiene que ser motivo de reflexión.
Breve: no más de 3-5 minutos. Es importante plasmar los inconvenientes y las
ventajas. El objetivo es contribuir a que el paciente reafirme su proyecto.
Personalizado: es fundamental conocer los motivos por los que cada fumador
sigue con esta adicción para realizar un abordaje eficaz y real.
2. Valoración de la dependencia. Si el paciente está motivado para dejar de
fumar, hay que valorar el grado de dependencia para establecer el tipo de
intervención (Test de Fagerström). Existe una versión breve de este Test con 2
preguntas sencillas para valorar la dependencia, en el que cuanto mayor es el
12. 11
número de cigarrillos consumidos y menor el tiempo entre ellos, mayor es la
dependencia:
De acuerdo al nivel de dependencia y motivación, los objetivos de la
intervención clínica son los mostrados en la siguiente tabla:
Actitud con el paciente frente a sus excusas:
- Dejar de fumar es posible: lo más importante es tomar la decisión de
hacerlo, a partir de ahí las dificultades que tendrá que afrontar serán
menores (Anexo 6).
- No todos los fumadores dejan de fumar de la misma manera: algunos no
precisan de ayudas externas, sin embargo otros necesitan un esfuerzo
personal importante y ayuda adicional. No se desilusione si no lo consigue
en un primer intento, es un buen comienzo.
- Cualquier edad es buena para dejarlo: cuanto más joven deje de fumar,
mayores serán los beneficios.
- El tabaco dificulta el adecuado rendimiento en el trabajo: contrariamente a
lo que se piensa.
- Ante situaciones de estrés no es una herramienta de relajación: la nicotina
aumenta la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, sin el tabaco el cuerpo
se relajará.
- Fumar 1-2 cigarrillos al día o de forma esporádica no es saludable: lo
realmente beneficioso es suspender de forma definitiva su consumo.
- Dejar de fumar facilita el aumento de peso: es previsible que gane algo de
peso, sobretodo al principio, pero posteriormente se estabilizará (Anexo 7 y
8).
- Es importante informar al paciente de los efectos que tienen la carencia de
la nicotina.
- Invitar a su entorno a dejar de fumar, el apoyo mutuo resulta beneficioso.
13. 12
b. INTERVENCIÓN BREVE
Definición: Abordaje oportunista mediante entrevista profesional/paciente
centrada en el uso del tabaco y cuya duración no exceda los 10 minutos, no
supere las 3 visitas anuales y la duración total anual no sobrepase los 30
minutos. Si esta actitud se repite en cada consulta que el sujeto realice por el
motivo que fueses, hablaríamos de una “intervención breve sistematizada”.
Objetivo: Motivar al fumador para el abandono del hábito, generando en él una
reflexión y una ambivalencia, es decir, despertar sentimientos contrapuestos
respecto al hecho de fumar para conseguir que pase a fase contemplativa.
Descripción:
Analizar la disposición del paciente respecto al abandono del tabaco. Esta
intervención se proporcionará al paciente que no desea dejar de fumar o al que
no está dispuesto a fijar una fecha. Debemos informar de manera clara,
explicándole cómo se le puede ayudar y asegurándonos de que comprende la
información, personalizada investigar los motivos que tiene para seguir
fumando es el primer paso para poder desmontar sus argumentos, y
convincente, cada paciente requerirá una estrategia diferente, pero hay que
tener argumentos sólidos para que llegue por sí mismo a encontrar motivos
para dejar de fumar.
Etapas de la Intervención Breve Sistematizada (5A):
- Preguntar (Ask): identificar al fumador y elaborar una historia tabáquica.
- Aconsejar (Advise): proporcionar consejo motivacional.
- Apreciar (Assess): valorar la fase en la que se encuentra el paciente, permite
personalizar la intervención más oportuna. Si no desea dejar de fumar, se le
hará ver lo perjudicial de su actitud y se le brindará apoyo para el futuro. Si no
está decidido aun, se intentará fomentar su motivación haciéndole ver las
ventajas de no fumar. Si está dispuesto a hacer un serio intento de abandono,
se le ofertará ayuda y tratamiento adecuado.
- Ayudar (Assist): fijará un “Día D”, el primer día sin tabaco, que será
inaplazable. Conviene evitar días de gran estrés, fiestas o situaciones
especiales. El paciente ha de llegar sin falsas creencias sobre su decisión y
con herramientas para afrontarlo.
- Acordar (Arrange): marcar un seguimiento adecuado, inicialmente suelen ser
consultas semanales durante 4-6 semanas y luego quincenales hasta el tercer
mes.
En los pacientes no motivados para dejar de fumar hay que usar técnicas de
motivación para vencer las resistencias (5R).
- Relevancia: la información motivacional tiene mayor impacto si es relevante
para: su situación familiar o social, su estado de salud o su economía.
- Riesgos: pedir al paciente que enumere los perjuicios del tabaco y
comentarlos. Por ejemplo los riesgos a corto plazo (menor capacidad pulmonar,
exacerbación del asma, efectos negativos sobre la gestación) así como a largo
plazo (riesgo cardiovascular, cancer), y riesgos para el entorno.
- Utilizar otras formas de tabaco (puros o pipas) o no tragar el humo, no elimina
los riesgos.
14. 13
- Recompensas: pedir al paciente que enumere los beneficios de abandonar el
tabaco y comentarlos:
- Mejora de la calidad de vida: disminuir la tos, la fatiga, respirar mejor, padecer
menos infecciones respiratorias, sentir más vitalidad y energía.
- Mejora del sabor de la comida y del sentido del olfato. No huele mal.
- Ahorro de dinero.
- Ser un buen ejemplo para los hijos, y proporcionar un ambiente más sano y
limpio.
- No exponer a otros al humo y que tu entorno.
- Resistencias: pedir al paciente identificar los impedimentos para dejar de
fumar. Las típicas son: abstinencia, temor al fracaso, incremento ponderal,
depresión, placer, falta de apoyo...
- Repetición: la intervención motivacional debería repetirse con cada
consulta siendo la duración no superior a diez minutos. La intervención
breve puede secuenciarse y sus contenidos no tienen por qué ser los
mismos en cada visita.
c. INTERVENCIÓN INTENSIVA:
Definición: en este tipo de intervención se proporciona apoyo psicológico y/o
farmacológico. Pueden ser individuales o grupales, y deben de tener más de 10
minutos de duración, durante 4 ó más sesiones, y más de 30 minutos de
duración total.
Objetivo: Ayudar a los pacientes dispuestos a dejar de fumar aumentando su
motivación y eliminando los obstáculos para reforzar la autoeficacia. La
intervención intensiva es más efectiva que la intervención breve y debe
realizarse siempre que sea posible.
Descripción:
El plan es dejar de fumar de forma seria y permanente. Merece la pena dejarlo
del todo, de golpe y para siempre.
- Se preparará al fumador para ir reduciendo gradualmente el consumo
de cigarrillos durante los 8-10 días previos a abandonarlo
definitivamente (Día D). Durante ese tiempo deberá reflexionar y
plantearse por qué fumaba, valorar los pros-contras e identificar las
situaciones de mayor riesgo.
15. 14
- Es preciso fijar una fecha para dejar de fumar idealmente en el plazo
de 2 semanas, que será inamovible. Decirle que comunique a la familia,
amigos y compañeros de trabajo que va a dejar de fumar y solicite su
comprensión y apoyo. Procure que no coincida con una época de
especial tensión, para facilitar así la tarea.
- Entregar información al paciente en forma de folletos, guías de ayuda o
libros de autoayuda. Estos materiales tienen un impacto pequeño pero
real y permite al paciente anticiparse a las dificultades de dejar de fumar,
particularmente durante las primeras semanas.
- Si el paciente ha fracasado previamente sin tratamiento farmacológico,
se le ofrecerá puesto que resulta útil para superar la dependencia física
que suele durar unas 3 semanas y que es la primera causa de recaídas
precoces (primeros 2 meses).
- El fumador deberá eliminar productos del tabaco o relacionados con él,
como pueden ser el alcohol y el café.
- Es esencial la abstinencia total, por lo que es imprescindible ser
estrictos: “ni una sola calada después de la fecha para dejar de fumar”.
El primer paso para caer de nuevo en el hábito es pensar que puede
volver a fumar un cigarro de forma excepcional.
- Solicitar colaboración del entorno.
d. PRIMEROS DÍAS SIN FUMAR:
El primer día: Incorpore nuevas rutinas a su día a día: levántese antes de lo
habitual, tome una ducha relajante, incorpore técnicas de relajación... No
piense que nunca más va a volver a fumar, sino que ha decidido no fumar hoy,
y repítase esa frase. Salga a la calle convencido de lo acertado de su decisión,
de que cualquier dificultad se superará y que los suyos le apoyarán en todo
momento.
Los primeros días: Es normal sentir cierto grado de ansiedad, por ello es
importante tener herramientas que le permitan combatirla o evitarla:
- Presentará tos, sequedad de boca, insomnio, dolor de cabeza,
estreñimiento, fatiga, dificultad para concentrarse… No desista estos
síntomas desaparecerán y los beneficios serán muy superiores.
- Evite las situaciones en las que habitualmente fumaba y cultive nuevas
aficiones que le mantengan ocupado y sean relajantes. Mantenerse activo
incorporando una rutina de ejercicio físico sencilla, también le resultará útil.
- Si le ofrecen tabaco, rechácelo con orgullo diciendo que lo está dejando e
invite a la otra persona a hacer lo mismo.
- En cuanto a la alimentación y los líquidos: evite bebidas relacionadas con el
tabaco, como el alcohol y el café. Introduzca mucha agua y zumos de
frutas, que ayudan a eliminar rápidamente la nicotina de su organismo.
Aumentarán las ganas de comer, tenga a mano cosas para picar sin azúcar.
Siga una dieta ligera, con abundantes frutas y verduras.
- Ante las situaciones de estrés el cigarrillo no es la solución, sino usted
mismo. Si es capaz de resistirse, habrá podido con el cigarrillo. A medida
que pasen los días, los deseos de fumar se reducirán.
16. 15
A los años:
Al cabo de unos 2 años, el riesgo de sufrir un ataque cardíaco se reduce a la
mitad del que habría sido si continuara fumando. Tras 10 años sin fumar, el
riesgo de padecer enfermedades secundarias al tabaquismo será idéntico al de
una persona que no ha fumado nunca.
e. SEGUIMIENTO:
Hay que acordar y programar una seria de contactos de seguimiento bien
personalmente o por teléfono iniciales, que se irán adaptando a las
necesidades individuales de apoyo: síntomas de abstinencia intensos,
personalidad dependiente, tratamiento insuficiente...
Prevención de recaídas:
- Todo fumador en proceso de deshabituación debe recibir información y
ánimos de manera convincente para seguir la abstinencia (remarcar cualquier
éxito: duración de la abstinencia, reducción de los síntomas de abstinencia…).
(Anexo 11).
- Hacer hincapié en los beneficios para la salud que se obtienen al dejar de
fumar.
- Los problemas con los que se ha encontrado o las amenazas anticipadas
para el mantenimiento de la abstinencia.
17. 16
Si recae:
En primer lugar, no se desanime. Dejar de fumar es un proceso lento y cada
intento serio para conseguirlo es un paso adelante, nunca un retroceso (“perder
una batalla no es perder la guerra”). Tenga en cuenta una serie de aspectos:
- Si ha podido mantenerse un tiempo sin fumar, ya sabe que es posible vivir sin
tabaco.
- De todo se aprende, analice las razones por las que ha recaído y téngalas en
cuenta para un próximo intento.
- Tómese una pausa entre cada intento a fin de conseguir una preparación
mental adecuada.
- Cada intento serio para dejar el tabaco le acerca más a su objetivo: dejarlo
definitivamente.
Síndrome de abstinencia:
Los síntomas floridos comienzan entre el segundo y el tercer día, y suelen
durar hasta la tercera semana pero en algunos pacientes el síndrome de
abstinencia puede durar hasta seis meses. Las ganas intensas de fumar duran
escasos minutos o segundos, cada vez son menores y no son acumulables.
Entre la primera semana y la cuarta puede ocurrir que aparezcan síntomas
respiratorios: tos, carraspera, picor de garganta, disfonía o afonía, aumento de
la expectoración. Esto es una indicación de que el epitelio se regenera y
empieza a funcionar normalmente.
5. INTERVENCIONES DESDE EL CENTRO DE SALUD:
El abordaje desde los centros de salud debe ser, sin duda, el principal
protagonista de la intervención a los fumadores; esto es así por un sencillo
motivo, se sabe que el 70 % de los pacientes acuden a las consultas de
Atención Primaria al menos una vez al año, y se estima que el 95% de la
población acude a dichas consultas al menos una vez en cinco años. Por lo
tanto, es el lugar idóneo para la captación de los fumadores. Por otro lado, la
existencia de otros programas de salud, los distintos motivos que llevan al
fumador a su Centro de Salud, y la accesibilidad al mismo, hace que este nivel
asistencial sea muy adecuado para el tratamiento y el seguimiento de los
pacientes fumadores. Tanto el personal médico (medicina general y pediatría)
como de enfermería debe implicarse en la atención a los pacientes fumadores.
El propio Centro de Salud ha de ser un ambiente que favorezca la intervención,
por ello es importante colocar por todo el centro carteles facilitados por el
Gobierno de Aragón, relacionados con el abandono del tabaco, así como
disponer de trípticos informativos en los mostradores.
18. 17
A nivel informático, los profesionales disponen desde el OMI-AP (OMI) de
herramientas para el seguimiento de las actividades preventivas como los
Planes Personales Centrales (PPC), que permiten al profesional agrupar de
forma ordenada todas las actividades preventivas y de seguimiento del
paciente. Está estructurado en Servicios compuestos a su vez por protocolos,
órdenes clínicas y DGP. La inclusión de pacientes a la mayoría de los servicios
es automática una vez cumple los criterios de inclusión al mismo.
El icono de Plan Personal Jerárquico (color verde) nos lleva a la pantalla
principal de los PPC. Se muestran los servicios en los que el paciente está, o
prodía estar, incluido. La información aparece coloreada para representar el
estado de realización de las actividades que lo componen: en rojo está todo por
realizar, en amarillo faltan actividades y en verde están completamente
realizadas.
Muchos de los protocolos diseñados incluyen ahora documentos asociados
que en su mayoría son hojas de información para el paciente, por ejemplo:
dietas hipocalóricas.
La inclusión de un paciente en el servicio del tabaco se realiza creando un
episodio de Tabaco (P17) en el curso clínico. Está compuesto de cuatro
protocolos:
- Un protocolo de Orientación que se rellena el día en que se incluye al
paciente en el servicio y en el que se selecciona el tipo de intervención que se
va a realizar. Dependiendo de lo que seleccionemos se activará el protocolo de
Intervención Breve o el de Intensiva. Todos los parámetros que aparecen
deben ser interpretados de forma orientativa.
- Un protocolo de Intervención breve que ya conocemos y que se aconseja
realizar un máximo de dos veces al año.
- Un protocolo de Intervención intensiva también ya conocido.
**Los protocolos de Intervención, tanto breve como intensiva, llevan asociada
documentación impresa para entregar al paciente en caso de que se considere
necesario.
- Un protocolo de seguimiento que va asociado al de intervención intensiva y
que solamente aparece cuando se ha seleccionado esta actividad.
19. 18
a. UNIDAD DE TABAQUISMO:
Criterios de derivación a una unidad de tabaquismo, es decir, circunstancias
que agravan el pronóstico o contraindican el tratamiento farmacológico,
haciendo a estos pacientes subsidiarios de un tratamiento más intensivo:
1. Fumadores con fracasos anteriores, siempre que hayan sido correctamente
tratados por un profesional sanitario. 2. Fumadores con cardiopatía isquémica
inestable de menos de 8 semanas de evolución. 3. Fumadores con arritmias o
hipertensión arterial no controladas. 4. Fumadores con otras enfermedades
crónicas no controladas (nefropatía,hepatopatía,cardiopatía,etc.). 5.
Fumadoras gestantes o lactantes. 6. Fumadores con enfermedades
psiquiátricas.
b. DIRECCIONES DE INTERÉS:
• Centro Municipal de Atención y Prevención de Adicciones.
• Unidad de Tabaquismo de la Universidad de Zaragoza.
• Asociación para la Prevención del Tabaquismo en Aragón APTA.
• Asociación Española Contra el Cáncer de Zaragoza.
6. TRATAMIENTO FARMACOLÓGICOS
Cualquiera de los tratamientos farmacológicos de deshabituación
tabáquica no es suficiente por sí solo para conseguir abandonar el hábito del
tabaco. Los elementos básicos del éxito son la decisión personal y la fuerza de
voluntad. Los fármacos ayudarán a evitar que los síntomas de la abstinencia
hagan estragos en las intenciones de dejar de fumar, pero nada pueden hacer
si no existe un apoyo motivacional por parte del adicto.
El tratamiento debe ser ofertado siempre en el contexto de la intervención
intensiva y el paciente debe cumplir una serie de requisitos:
- Ser mayor de edad.
- Tener motivación de dejar de fumar expresada y constatable con al menos
un intento de dejarlo en el último año.
- Fumar más de 10 cigarrillos al día.
- Tener un alto nivel de dependencia (Test de Fagestrom mayor o igual a 7)
20. 19
- Formar parte de un programa de apoyo de deshabituación tabáquica en la
comunidad autónoma.
Existen tres grandes grupos de tratamientos farmacológicos de primera
línea los sustitutivos de la nicotina, el hidrocloruro de bupropion de liberación
prolongada y la vareniclina. Estos medicamentos pueden estar contraindicados
en algunas personas o pueden presentar efectos adversos, por lo que la
deshabituación tabaquica se tiene que hacere bajo control y seguimiento
médico. Para decidir qué terapia utilizar en cada caso se deben tener en
cuenta los siguientes aspectos:
- Grado de motivación y aceptabilidad del tratamiento.
- Disponibilidad de asesoramiento o ayuda.
- Historia de intento de abandonos anteriores y procedimientos y de ayuda
utilizados
- Valoración de contraindicaciones y potenciales efectos nocivos.
- Preferencias personales del fumador.
Desde el inicio de este año, enero 2020, se ha incluido en la Cartera de
servicios del SNS el tratamiento para la deshabituación tabáquica con
Vareniclina (Champix) y Bupropion (Zyntabac). La prescripción de estos
fármacos se realizará mes a mes, tras la evaluación de su eficacia por parte del
facultativo. La sanidad pública financiará un intento anual por paciente para
dejar de fumar.
o Tratamiento sustitutivo con nicotina (TSN):
Esta terapia es una ayuda útil para fumadores con una dependencia moderada
o importante al tabaco (>4 en el Test de Fagerström). La dosis de nicotina se
reduce gradualmente hasta suprimirla del todo. El tratamiento con sustitutivos
de nicotina no suele durar más de tres meses y debe suprimirse si se reanuda
el uso regular de tabaco. Sirve para aliviar el síndrome de abstinencia. Existen
diferentes presentaciones de venta libre en farmacias (chicles, parches...). Se
diferencian en su farmacocinética: los parches consiguen unas dosis estables
de nicotina en sangre durante 16 ó 24 horas, mientras los otros productos
actúan más rápidamente pero durante periodos más cortos. La terapia
combinada con TSN basada en parches de fondo más intervenciones rápidas
chicles o spray nasal puede ser moderadamente más efectiva que la
monoterapia.
La posología de la TSN depende del número de cigarrillos fumados por día:
-Más de 10 cigarros por día y peso mayor a 45 kg, se empieza por la
dosis más alta de nicotina (21mg/día) durante 6 semanas, seguido de 14 mg/d
durante 2 semanas y finalizar con 7 mg/d durante 2 semanas.
-Menos o igual a 10 cigarrillos por día o peso inferior a 45kg, se empieza
por la dosis media de 14 mg/d durante 6 semanas, seguido de 7 mg/d durante
2 semanas.
El parche debe ser aplicado cada mañana en un sitio de dermis libre, rotando
cada día. Normalmente el parche se retira por la noche debido a posibles
21. 20
efectos secundarios como insomnio y sueños vívidos. Si por ello por la mañana
el paciente sufre necesidad de nicotina, se administrará nicotina de acción
corta mientras se espera a que el parche surja efecto.
Es importante que mientras utilice estos productos no fume, puesto que estaría
recibiendo una dosis muy superior a la normal y podría sufrir una intoxicación
nicotínica, que puede cursar con dolor cólicos abdominal, agitación,
convulsiones, dolor de cabeza, palpitaciones. Los efectos adversos más
frecuentes son reacciones locales e insomnio, este último especialmente en los
parches de 24h, que no suelen provocar el abandono del tratamiento.
o Bupropion (Zyntabac):
Es un antidepresivo que inhibe la recaptación de dopamina y noradrenalina.
Puede utilizarse en fumadores con baja, moderada o alta dependencia a la
nicotina.
Suele iniciarse entre una y dos semanas antes de la fecha elegida para dejar
de fumar y la duración total del tratamiento es de unas 7-9 semana. Dejar de
fumar en la fecha elegida de manera abrupta parece ser más efectivo, aunque
la reducción gradual de tabaco es una alternativa también aceptada.
La dosis recomendada de bupropion es de 150 mg/día durante tres días t y a
partir de entonces 150 mg dos veces al día.
Recomendamos el tratamiento durante al menos 12 semanas.
Los efectos secundarios más frecuentes son somnolencia y boca seca pero el
más grave es la aparición de convulsiones en el 0,1% de los pacientes, que se
da con mayor frecuencia si a la vez se administran medicamentos que
disminuyen el umbral convulsivo como los antipsicóticos, antidepresivos,
teofilina, tramadol, quinolonas. Por ello, adeás no debe usarse en meores de
edad, en pacientes embarazadas o que esten en la lactancia, pacientes que
sufren de convulssiones, insuficiencia renal o alcohólicos.
o Vareniclina (Champix):
La vareniclina es un medicamento diseñado específicamente para dejar de
fumar que no sustituye la nicotina sino que actúa sobre los receptores de dicha
sustancia en el cerebro. Cuando una persona fuma, estos receptores
neuronales liberan sustancias, tales como la dopamina, que genera una
sensación de placer, que es uno de los principales neurotransmisores
implicados en los procesos de adicción. Este fármaco actúa doblemente: por
un lado atenúa la ansiedad por fumar y los síntomas derivados de la
abstinencia y por otro bloquea la unión de la nicotina a los receptores
cerebrales disminuyendo la sensación de bienestar asociada al consumo de
tabaco.
Suele iniciarse entre una y hasta cinco semanas antes de la fecha elegida para
dejar de fumar y la duración total del tratamiento es de unas 12-14 semana.
Dejar de fumar en la fecha elegida de manera abrupta parece ser más efectivo,
aunque la reducción gradual de tabaco es una alternativa también aceptada.
22. 21
La dosis recomendada de vareniclina es de 0.5 mg diarios durante tres días,
luego 0.5 mg dos veces al día durante cuatro días y luego 1 mg dos veces al
día durante el resto de un curso de 12 semanas. La titulación ascendente de la
dosis de vareniclina se realiza para minimizar los efectos secundarios
gastrointestinales, especialmente las náuseas. Se requiere una reducción de la
dosis para aquellos con un aclaramiento de creatinina <30 ml / minuto porque
la vareniclina se excreta casi por completo por el riñón.
Puede provocar somnolencia, por lo que debe utilizarse con precaución si tiene
que conducir o utilizar maquinaria, dolores de cabeza, problemas intestinales
como nauseas y alteraciones del estado de ánimo.
En estudios se ha visto que el uso de este medicamento está asociado con un
aumento del riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular en
pacientes con factores de riesgo añadidos. Al inicio de su comercialización en
EEUU se informó de un aumento de efectos adversos psiquiátricos comos
cambios en el humor, agitación, depresión, ideación suicida, con esta
medicación, tras lo cual LANCET publicó que no había diferencia significativa
entre los tres terapias comparadas con placebo en el redarrollo de estos
efectos adversos.
7. NUEVAS MODAS: VAPEO
Los cigarrillos electrónicos se introdujeron en el mercado en 2006 y se han
convertido rápidamente en una fuente popular de nicotina para muchos
consumidores. Están diseñados para simular fumar calentando una solución
que contiene nicotina que produce un aerosol que se. Los efectos a corto y
largo plazo del uso del cigarrillo electrónico aún no están claros, pero ya es
conocido que no son inocuos para la salud. Se han visto en EEUU casos
directamente relacionados con esta práctica. Además, no existe una clara
regulación actual clara sobre estos dispositivos.
En las últimas ediciones de la encuesta ESTUDES se ha medido el consumo
de otras modalidades como el caso del cigarrillo electrónico. En 2016, el 17,6%
de los estudiantes aragoneses entre 14 y 18 años habrían utilizado cigarrillos
electrónicos alguna vez en la vida (en España el porcentaje fue de 20,1%).
Atendiendo al género, las mayores prevalencias de consumo se encuentran en
los hombres, tanto a nivel autonómico (19,7% de ellos frente a 15,1% de ellas),
como a nivel estatal (22,6% de ellos frente a 17,5% de ellas). Y respecto a la
edad de los estudiantes que han vapeado alguna vez, el consumo de estos
dispositivos aumenta al hacerlo la edad. Los mayores incrementos, en ambos
casos, se encuentran en el paso de 14 a 15 años, con aumentos de 10,3
puntos porcentuales en Aragón y de 8,4 puntos en España.
Esta estadística refleja la evolución anual de la facturación anual de la industria
dedicada al comercio de sistemas electrónicos de inhalación en sustitución del
tabaco en España entre 2014 y 2018. En 2018, el sector ingresó un total de 88
millones de euros en España gracias a la venta de cigarrillos electrónicos. Este
dato no solo significó un incremento de más de 15 millones con respecto al año
previo, sino que supuso además la mayor cifra de negocio del periodo de
estudio.
23. 22
Respecto a los cigarrillos convencionales, que queman tabaco y generan
humo, el cigarillo electrónico tiene un cartucho que contiene líquido, el cual se
calienta para producir un vapos que el usario inhala. Estos cigarrillos
electrónicos además de contener nicotina, llevan sustancias potencialmente
carcinógenas. A continuación exponemos dicha composición:
- Nicotina: el contenido de nicotina de los cigarrillos electrónicos varía y
puede ir de 0 nada a 36 mg/ml. Las concentraciones comunes de nicotina
de los líquidos del cigarrillo electrónico son 6, 12, 18 o 24 mg/ml.
- Propilenglicol / glicerol: el propilenglicol o glicerol son humectantes que
son los componentes principales de la mayoría de los líquidos de los
cigarrillos electrónicos.
- Aromatizantes: Los sabores pueden aumentar el atractivo de los cigarrillos
electrónicos para los jóvenes, especialmente aquellos que aún no son
fumadores. Estos componentes se han prohibido en EEUU.
- Otros compuestos: metales como el estaño, plomo, níquel, cromo,
manganeso y arsénico se han encontrado en líquidos y vapores de
cigarrillos electrónicos.
a. Vapear para dejar de fumar
Hay muchos estudios que intentan establecer la posible utilidad de estos
dispositivos para dejar de fumar, pero de momento no han llegado a una
conclusión clara sobre su eficacia ni su seguridad. Un ensayo publicado en
New England Journal of Medicine en 2019, sobre una población de 886 adultos
fumadores que querían dejar de fumar y que comparaba cigarrillos electrónicos
frente a parches o chicles de nicotina, concluye que, al cabo de 12 meses, un
18% de los que usaron cigarrillos electrónicos consiguió dejar de fumar ,
mientras que con los parches o chicles era solo el 10%. Pero, al cabo de esos
12 meses, el 80% de los que habían usado cigarrillos electrónicos seguían
utilizándolos. Como apuntan también otros estudios, aunque se deshabitúen
del tabaco siguen enganchados al cigarrillo electrónico, que no es inocuo.
24. 23
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