La planificación de una clase universitaria, como así también la
planificación de una reunión de capacitación en una organización, incluye los siguientes componentes: objetivos, contenidos, actividades, recursos, tiempos y criterios e instrumentos de evaluación. Los mismos están interrelacionados constituyendo un sistema. Es decir, cada uno de ellos afecta a los otros y, además, si alguno de ellos se modifica, se modifican los demás.
1. LA PLANIFICACIÓN DE UNA CLASE UNIVERSITARIA
Fuentes:
Ander-Egg, E. (1996). La planificación educativa, conceptos, métodos, estrategias y técnicas
para educadores. Buenos Aires: Magisterio del Río de la Plata.
Gimeno Sacristán, J. y Pérez Gómez, A. (1995). Comprender y transformar la enseñanza.
Madrid, Morata..
Gore, E. (1996). La educación en la empresa. Aprendiendo en contextos organizativos.
Buenos Aires: Granica.
Jackson, P. (1991). La vida en las aulas. Madrid: Morata.
Zabala Vidiella A. (1999). La práctica educativa. Cómo Enseñar. Barcelona, Grao.
Desarrollo:
La planificación es necesaria porque la enseñanza es una práctica intencional, compleja,
imprevisible y multideterminada. Se aplica con el objetivo de racionalizar y guiar la práctica
docente. Pero, no consiste en detallar una acción y preverla exhaustivamente, sino en realizar
anticipaciones y guiar la acción docente (Ander-Egg, 1996). En realidad, sirve para ordenar
los pasos, anticipar consecuencias, estudiar alternativas, ver la complejidad de los
componentes, reflexionar sobre la práctica docente antes de realizarla, analizar las
circunstancias y prever recursos. Esto supone clasificar los elementos que intervienen en ella,
establecer un orden determinado en dicha acción, es decir, un cierto grado de
condicionamiento de la práctica, que marca la dirección a seguir, considerando las
circunstancias reales. Entonces, planificar implica determinar qué, para qué, cómo y cuando
enseñar y, además cómo evaluar.
Según Jackson (1991), en la planificación se utiliza un pensamiento preactivo, un
pensamiento interactivo durante la clase se aplica y, luego de la clase, se emplea un
pensamiento postactivo. Además, este autor señala que la implementación en la clase es el
momento de poner a prueba la planificación realizada, la cual es considerada como una
hipótesis de trabajo. Al respecto, Gimeno Sacristán y Pérez Gómez (1995) advierte sobre la
dificultad de prever lo que ocurrirá en las situaciones de enseñanza y considera que hay cinco
rasgos que las identifican: complejidad, incertidumbre, inestabilidad, singularidad y conflictos
de valores. Por lo tanto, es un error considerar que la enseñanza es un práctica totalmente
previsible, así como pensar que aquello que sale de lo previsto de la planificación es un desvío
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2. anormal. Por lo tanto, la planificación deberá tender a ser flexible, abierta a los avatares que
se producen en su aplicación
La planificación de una clase universitaria, como así también la planificación de una reunión
de capacitación en una organización, incluye los siguientes componentes: objetivos,
contenidos, actividades, recursos, tiempos y criterios e instrumentos de evaluación. Los
mismos están interrelacionados constituyendo un sistema. Es decir, cada uno de ellos afecta a
los otros y, además, si alguno de ellos se modifica, se modifican los demás. Por otra parte,
cada uno de los componentes puede ser dato o decisión (Gore, 1996). Es dato cuando la
institución presenta a los docentes los componentes en calidad de requisito para la
planificación y no pueden modificarse. En cambio, es decisión cuando los componentes
pueden ser modificados y elegidos por los docentes.
Por otra parte, la planificación de una clase universitaria debe tener en cuenta tres momentos:
inicio, desarrollo y cierre, que se describirán seguidamente:
1. Inicio: El docente enuncia con claridad el propósito u objetivo de la clase. Además,
presenta de forma organizada y de manera expositiva o argumentativa los contenidos a
trabajar estableciendo un vínculo entre lo que los estudiantes ya conocen y los nuevos
contenidos (aprendizaje significativo)
2. Desarrollo: El docente desarrolla los contenidos pertinentes al objetivo o tema de la
clase. Además, propone actividades utilizando diversos recursos didácticos que permitan
a los estudiantes alcanzar un aprendizaje significativo.
3. Cierre: Se realiza un cierre de la clase resumiendo los contenidos desarrollados y
presentándolos, por ejemplo, en un cuadro sinóptico. En este momento se elaboran las
conclusiones retomando preguntas o dudas de los estudiantes. Finalmente, se relacionan
lo contenidos tratados en la clase con aquellos que se desarrollarán la siguiente clase.
La planificación de una clase universitaria incluye contenidos correspondientes a una
determinada unidad didáctica que está incluida en una planificación general (cuatrimestral o
anual) que comprende el total de las clases referidas a las distintas unidades didácticas, las
cuales incorporan los contenidos del programa de la asignatura que, a su vez, forma parte del
currículum que es el marco regulatorio de la enseñanza.
Con respecto a la noción de unidad didáctica, Ander-Egg (1996) señala que la misma da
respuesta a todas las cuestiones curriculares, es decir, qué enseñar (objetivos y contenidos),
cómo enseñar (actividades, organización del espacio y del tiempo, materiales y recursos
didácticos) y cómo evaluar (criterios e instrumentos para la evaluación) todo ello en un
tiempo claramente delimitado.
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3. Una unidad didáctica es un instrumento para la planificación de las clases que facilita la
intervención del docente porque le permite organizar su práctica educativa con el objetivo de
articular procesos de enseñanza y aprendizaje de acuerdo a las características de los
estudiantes. Al respecto, Zabala Vidiella. (1999, p. 16) señala que las unidades didácticas
“tienen la virtud de mantener el carácter unitario y recoger toda la complejidad de la práctica,
al mismo tiempo que son instrumentos que permiten incluir las tres fases de toda intervención
reflexiva: planificación, aplicación y evaluación”.
En síntesis, la planificación de una clase es un aspecto central en el esfuerzo por promover y
garantizar el aprendizaje de los estudiantes universitarios. Su aplicación efectiva permite
maximizar el uso del tiempo y definir los procesos y los recursos necesarios para que los
estudiantes logren los aprendizajes que deben alcanzar. En este sentido, realizar una
planificación efectiva de una clase universitaria requiere entre otras cosas, que el docente
invierta tiempo en su preparación y que tenga en cuenta los conocimiento, habilidades y metas
de los estudiantes. El objetivo es motivar a los estudiantes para que aprendan los contenidos
de manera significativa.
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