La UNESCO define la inclusión como el proceso de identificar y responder a las necesidades de todos los estudiantes para garantizar una mayor participación en el aprendizaje y las culturas. Esto implica realizar cambios en los contenidos, estructuras y estrategias educativas para que todos los niños, independientemente de sus diferencias, puedan acceder a una educación de calidad en el sistema educativo regular. La inclusión promueve que la educación sea responsabilidad de todos y para todos.