Kant buscó responder tres preguntas fundamentales: ¿Qué puedo saber?, ¿Qué debo hacer? y ¿Qué puedo esperar? Aunque no podemos conocer lo absoluto, la razón humana nos da acceso a la conciencia moral. Kant argumentó que la conciencia moral representa lo absoluto y nos dice de forma incondicional qué debemos hacer, sin importar las consecuencias personales. La conciencia moral es la única fuente de deberes y exigencias absolutas para Kant.
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Características de la época kantiana
1. Características de la época kantiana.
Kant fue un filósofo alemán, se le preguntaron tres preguntas:
¿Qué puedo saber?
¿Qué debo hacer?
¿Qué puedo esperar?
La actitud de Kant frente a la problemática metafísica, afirma por un
lado que no conocemos ni podemos conocer lo absoluto pero, al
mismo tiempo, considera al hombre un ente dotado de razón, facultad
de lo incondicionado. El hombre no puede ser indiferente a la
problemática metafísica, por esa razón tomamos siempre una posición
al respecto.
Kant busca resolver esta aparente contradicción, pero no en el plano
gnoseológico sino en el moral, en el campo de la razón práctica.
Si no podemos alcanzar lo absoluto, si tenemos cierto acceso a algo
que se acerca. Este contacto de aproximación se da en la conciencia
moral o conciencia del bien y el mal, lo justo y lo injusto, lo que
debemos hacer y lo que no debemos hacer.
La conciencia moral, es para Kant, la presencia de lo absoluto o al
menos, parte del absoluto en el nombre.
La conciencia moral manda de modo absoluto, ordena de modo
incondicionado, nos dice que prefiere ser amable porque así evitare
problemas.
La conciencia moral dirá, debo ser amable con él porque es mi deber
tratar bien a la gente y no importa si ello me cuesta la vida, la fortuna
o lo que fuere.
La conciencia moral es entonces la conciencia de una exigencia
absoluta que no se explica y que no tienen sentido alguno desde el
punto de vista de fenómenos de la naturaleza, en la naturaleza no hay
deber, tan solo hay suceder, una piedra no debe caer, simplemente cae.