1. ENTORNO PSICOPEDAGÓGICO
De la familia y de los recursos organizados de la sociedad depende la satisfacción
de las necesidades de cuidado, protección, de estimulación sensorial, motora,
afectiva y social de los niños y las niñas durante su primera infancia. Durante la
gestación y la primera infancia, los determinantes sociales actúan a través de la
familia y de como ésta se relaciona con el niño o la niña. La disminución de las
tasas de pobreza en hogares con niños y niñas, el aumento de la escolaridad de
padres y madres, de las tasas de lactancia materna exclusiva y las mejoras en el
equipamiento de los hogares son avances importantes, pero no suficientes como
para asegurar que todos los niños y las niñas
Dada la importancia fundamental de la familia, y el medio social para definir
acciones sobre los determinantes del desarrollo, es imprescindible reconocer la
variedad de formas de organización de las familias en las que nacen los niños y
las niñas y respetar sus necesidades en las distintas circunstancias que les toca
vivir, como una condición necesaria para que las políticas públicas lleguen a todas
ellas.
Los tratamientos psicopedagógicos son los métodos más adecuados para ayudar
a los niños hiperactivos a mejorar su adaptación al mundo en el que viven.
Seguramente, en un mundo en el que estos niños fueran mayoría, quienes
tendrían que aprender a adaptarse serían los demás; pero, como el mundo no es
así, son ellos quienes han de aprender a regular su comportamiento.
Los tratamientos psicopedagógicos se llaman así porque consisten en
procedimientos de enseñanza - aprendizaje de habilidades comportamentales. Es
decir, lo pedagógico se refiere a que son destrezas que hay que aprender (y hace
falta alguien que las enseñe); y lo psicológico se refiere a que lo que hay que
enseñar-aprender son destrezas para aplicar en la vida cotidiana (conducta).
Por mucho tiempo se han visto a los orientadores y profesores como los
encargados de detectar y dar seguimiento a los casos que pudieran aparecer de
necesidades especiales, además de incitar el desarrollo integral del ser humano
mediante prácticas de higiene física y mental, promoviendo el autoconocimiento, la
autoconfianza, aceptación y la autodirección, y por supuesto el encargado de
impulsar valores donde los individuos puedan adaptarse al medio que les rodea.
.
El trabajo de los maestros y orientadores también demuestra debilidad en el uso
diagnóstico del desarrollo de las funciones psicológicas básicas para el
aprendizaje en donde éstos carecen de acción tanto preventivas como de solución
de todos aquellos aspectos insuficientemente establecidos en el ámbito de las
relaciones objétales; en el dominio de categorías espacio-temporales; causalidad;
y en las de permanencia del objeto; todas las cuales redundan, finalmente, en
desarmonías cognitivas subyacentes al fracaso escolar; la decepción en los
estudios de seguimientos de casos, debido a la poco profundidad con que se
trabajan los mismos.