2. Proyecto de intervención que aborda la problemática expuesta en el caso
El desarrollo de la Nueva Escuela Rural implica una gestión que vincula conocimiento y acción,
ética y eficacia, política y administración en procesos que tienden al mejoramiento de las prácticas
educativas, a la exploración y aprovechamiento de recursos con los que se cuenta, y a la
innovación permanente como proceso sistémico, bajo una dirección participativa. El trabajo
colegiado y colaborativo y la intervención activa y responsable de cada uno de los diversos actores
que forman parte del proceso educativo propicia la participación en la toma de decisiones en los
distintos ámbitos de la gestión escolar: pedagógico, organizativo y administrativo y de la relación
con madres y padres de familia y la comunidad.
Existen en la actualidad algunos modelos de educación rural que han tenido éxito en México y en
otras partes del mundo. Uno de los propósitos comunes a estos modelos de educación rural es
ayudar a la mejora sistemática de las condiciones y oportunidades de vida de las zonas rurales, así
como erradicar la pobreza a partir de las opciones educativas, por lo cual se han tomado en cuenta
las especificidades tanto políticas y económicas como culturales, de las distintas poblaciones. Otra
constante que comparten la mayoría de estos modelos es la incorporación del saber popular y la
tradición cultural de las comunidades en la metodología pedagógica de la escuela. Una alternativa
de solución es la siguiente, en función a lo pedagógico en la comunidad rural:
El CEIP en México
En el caso de México un modelo alternativo exitoso corresponde a la experiencia del CEIP, Centro
de Integración Popular, que es un modelo de educación dirigido a poblaciones marginadas, por lo
que es aplicable en ambientes rurales y urbanos. Este modelo incluye la educación inicial y
preescolar para atender a niñas y niños cuyas madres, la mayoría de las veces, trabajaban en
zonas urbanas. El CEIP trabaja con una metodología centrada en tres momentos igualmente
importantes para el aprendizaje del niño: el trabajo individual, el trabajo en equipo y el de la
comida y el juego. El material didáctico con el que se cuenta, en su mayoría es elaborado a mano,
y se fundamenta en una metodología que retoma elementos del sistema Montessori y de otros
enfoques como los estudios de Piaget. El modelo facilita la exploración, respeta en todo momento
el interés del niño así como su ritmo de aprendizaje; es él quien guía su propio proceso y la
educadora sólo lo apoya y facilita. Con esta manera de aprender, el niño también conoce y ejerce
sus derechos, aprecia la manera de vivir de su familia y su comunidad. Las educadoras son
mujeres de las mismas comunidades, capacitadas por un equipo académico externo que le da
seguimiento al programa hasta que este equipo de madres educadoras logra ser independiente.
De esta manera se atiende las necesidades administrativas que demanda el sindicato de las
comunidades de Oaxaca dado que los docentes tienen el sustento para erradicar la falta de
educación en la comunidad a causa de los docentes que se van a paro y a los recursos que no son
suficientes y sobre todo que no se cuenta con las condiciones necesarias para impartir clases en
las comunidades rurales de Oaxaca.