La muerte se define como la parada cardiorrespiratoria y la ausencia de actividad cerebral, con la piel fría e inmovilidad del cuerpo. Tras la muerte, el cadáver presenta livor mortis o coloración morada de las partes bajas debido a la acumulación de sangre, así como rigidez muscular. Los cuidados post mortem incluyen certificar la muerte, respetar la intimidad de la familia, cerrar los ojos y boca, retirar equipos médicos y vestir el cuerpo.