Descripción de las diferentes tipos de tiñas o dermatofitosis que se presentan en el cuerpo humano, todas tratables, de buen pronóstico. Debemos conocer los fundamentos para sustentar nuestros tratamientos científicamente y llevarlos a cabo responsablemente con nuestros pacientes.
20. AGENTE INFECCIOSO
Los causantes del pie de atleta (tinea pedis) son hongos del
pie específicos: éstos se denominan dermatofitos (del
griego derma = piel, phyton = planta). Los dermatofitos son hongos
parasitarios en forma de hilos que atacan especialmente la piel en los
tejidos anejos, es decir, las uñas y el pelo. Junto a los hongos de la
levadura y del moho, los dermatofitos son responsables de la mayor
parte de las enfermedades humanas de hongos de la piel. Los agentes
del pie de atleta se extienden por la capa córnea de la epidermis, es
decir, la capa superior de la piel; normalmente no se encuentran ni en la
epidermis ni en capas de piel más profundas.
22. Transmisión
El pie de atleta (tinea pedis) tiene normalmente su origen en la transmisión entre personas.
Las vías de transmisión pueden ser diversas. Las más frecuentes son las siguientes:
Las transmisiones indirectas a través de fuentes de infección como los suelos de baños y
duchas públicos, zapatos, calcetines y alfombras (sobre todo de hoteles).
Las transmisiones directas por contacto de la piel (por ejemplo, en deportes de contacto como
el judo).
La transmisión indirecta es posible donde las personas andan descalzas y donde las escamas
de su piel entran en contacto con el pie de otras personas. Tras la transmisión de los hongos
se desarrolla tinea pedis si confluyen factores distintos. Un entorno húmedo fomenta la
infección de pie de atleta. Las causas más relevantes que provocan el pie de atleta son:
24. En el caso del pie de atleta (tinea pedis), la piel de los pies está infectada con
determinados hongos (llamados dermatofitos) que desencadena los síntomas
siguientes:
Enrojecimiento de la piel
Humedad de la piel
Descamación de la piel
Formación de ampollas
Picor
Frecuentemente ambos pies muestran los síntomas del pie de atleta simultáneamente.
En función de cada caso se distinguen tres formas de tinea pedis:
Grietas o ampollas
Enrojecimiento, hinchazón, picazón o quemazón
Piel escamosa y pelada
Mal olor en los pies
Piel oscura y gruesa en las plantas o a los lados de sus pies
Uñas de los pies gruesas, anormales
25. 1. Pie de atleta entre los dedos de los
pies
El pie de atleta (tinea pedis) se forma frecuentemente entre los espacios de los dedos de los
pies; en la mayoría de los casos los primeros síntomas aparecen entre el cuarto y quinto dedo.
La denominación técnica de esta forma de infección es micosis interdigital (interdigital = entre
los dedos). Al principio se ablanda la piel. A continuación la zona de piel afectada puede:
Enrojecer ligeramente
Escamarse
Picar
Formar capas de piel blancas, hinchadas y gruesas
Formar grietas profundas y dolorosas
Otros síntomas frecuentes del pie de atleta entre los dedos de los pies son pequeñas ampollas
que se forman a los lados del dedo. La tinea pedis pasa frecuentemente desapercibida durante
años y se puede extender a la planta del pie, los bordes del pie y el empeine.
26. 2. Pie de atleta con descamación y queratinización
intensa
El pie de atleta (tinea pedis) puede afectar también a la planta del pie
(tinea pedis plantaris) y extenderse a los bordes y el empeine. Los
síntomas típicos son piel escamada y muy queraterizada (en lenguaje
técnico escamoso hiperqueratósico):
Primero se forma una fina descamación seca sobre una zona de piel
ligera o moderadamente inflamada.
Luego se puede formar callosidades gruesas y grietas dolorosas,
sobre todo en el talón.
El patrón de contagio y los síntomas de este tipo de pie de atleta
descamado y queraterizado se asemeja a un mocasín por lo que
también se denomina de tipo mocasín. Los afectados confunden esta
forma de pie de atleta con piel seca.
27. 3. Pie de atleta con ampollas
El pie de atleta (tinea pedis) puede tener como síntomas iniciales ampollas con
líquido en el empeine y los bordes del pie (es decir, tener una evolución vesicular
dishidrótica). Debido a la gruesa capa córnea en la planta del pie, estas ampollas no
revientan espontáneamente, sino que se secan. Como consecuencia se tensa la piel y
empieza a picar.
29. El tratamiento Farmacológico:
puede llevarse a cabo tanto por vía oral o tópica.
30.
31. Los antimicóticos tópicos, se deben utilizar en pacientes con infecciones
epidérmicas leves.
Los tratamientos por vía oral se utilizarán
en infecciones crónicas recurrentes o recalcitrantes, en los casos en los que
falle el tratamiento tópico, en pacientes inmunocomprometidos y en
reacciones inflamatorias severas con múltiples autoinoculaciones .
32. Normalmente, estos medicamentos contienen: clotrimazol, miconazol u
otro azol, y el tratamiento debe continuar una o dos semanas después de
la desaparición de la infección, para evitar recidivas.
33. En el 65% de los casos la infección no desaparece por completo, volviendo
a aparecer en menos de dos años. En estas recaídas se emplean también
antimicóticos, pero en este caso por vía oral.
34. En caso de lesiones exudativas (lesiones agudas, húmedas) es aconsejable
el uso de fomentos astringentes, y si existiese sobreinfección bacteriana (lo
cual -como consecuencia del rascado- es habitual), deben añadirse
antibióticos.
35. Mientras tanto, suelen utilizarse cremas con corticoides, tanto para aliviar
el dolor, como el picor. (ojo: el médico recomienda un corticoide -de
potencia moderada- tras conocer que trata una micosis y asociado al
antifúngico).