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DIX Y EL MOVIMIENTO DE HIGIENE MENTAL.pptx
1. DIX Y EL MOVIMIENTO DE
HIGIENE MENTAL.Do-rotea Dix
(1802-1887).
fue una enérgica maestra de Nueva Inglaterra que
se convirtió en la defensora de las personas pobres
y olvidadas que permanecían en las prisiones y las
instituciones mentales desde hacía décadas. Dix,
que también había sido una niña criada en
circunstancias muy difíciles (Viney, 1996), llegó a
convertirse posteriormente en una impulsora del
tratamiento humanitario para los pacientes
psiquiátricos. En su juventud trabajó como maestra,
pero sus ataques de tuberculosis la obligaron a
retirarse prematuramente de su trabajo.
2. • Impresionada por lo que había visto, Dix llevó a
cabouna entusiasta campaña entre 1841 y 1881
para animar alpueblo y a los legisladores a terminar
con este inhumano tra-tamiento. Gracias a sus
esfuerzos, se desarrolló en América elmovimiento para
la higiene mental: se invirtieron millonesde dólares en
construir hospitales apropiados, y veinte Esta-dos
respondieron directamente a sus peticiones. No
sólocontribuyó a mejorar las condiciones de los
hospitales ame-ricanos, sino que también dirigió a la
apertura de dos gran-des instituciones en Canadá, y
reformó por completo elsistema de asilos mentales
en Escocia y en otros países. Se leatribuye la
fundación de treinta y dos hospitales mentales,un
sorprendente récord, dada la ignorancia y la
superstición
3. • También se ha señalado que aislar a los pacientes
eninstituciones puede interferir con su integración
social (laterapia moral) y dilatar la búsqueda de
tratamientos másapropiados y eficaces para los
trastornos mentales (Blok-hoven, 1972). Sin embargo,
dichas críticas no tienen encuenta el contexto en
el que Dix realizó su contribución véaseel apartado
Temas sin resolveral final de este capítulo. Su defensa
del tratamiento humanitario y de los enfermos
mentales destaca en fuerte contraste con
lacrueldad de los tratamientos habituales de la época.
4. las
causas y el tratamiento de
lostrastornos mentales.
•
• En la primera mitad del sigloXIX, los hospitales mentalesestaban
controlados esencialmente por personas legasdebido a la
preeminencia de la organización moral para eltratamiento de los
lunáticos. Los profesionales médicos o alienistas,como se
denominaba a los psiquiatras de laépoca en referencia al tipo de
pacientes que trataban, alienados o locos tenían un papel
relativamente menor enla dirección de los manicomios. De hecho,
no se disponíade tratamientos eficaces para los trastornos
mentales, y porlo tanto las únicas medidas terapéuticas
disponibles eranlas drogas, las sangrías y los purgantes, cuyos
resultadoseran nulos. Sin embargo, durante la segunda mitad
delsiglo, los alienistas fueron obteniendo un mayor control enlos
manicomios, e incorporaron la terapia de organizaciónmoral a sus
propios procedimientos rudimentarios físicomédicos.
5. • Nos encontramos todavía en una época en la que no se
comprendía el origen de lostrastornos mentales, y donde
problemas como la depresióneran considerados como una
consecuencia del agotamientonervioso esto es, los
psiquiatras de la época pensaban quelos problemas
emocionales estaban producidos por el despilfarro y por el
agotamiento de la energía corporal, comoconsecuencia de
los excesos. El deterioro mental o que-brantamiento
nervioso que supuestamente provenían deldespilfarro de
estas preciadas fuerzas nerviosas, se deno-minó
neurastenia,una situación que implicaba sentimien-tos de
decaimiento, falta de energía, y otros síntomas físicosque
se consideraban relacionados con las exigencias de
lasociedad.
6. • El cambio de actitud hacia la saludmental a principios del sigloXX.
•
• Resulta difícil clasificar las perspectivas modernas sobre laconducta
anormal en categorías independientes y homogé-neas, o trazar sus
precedentes históricos, sin dar una impre-sión de arbitrariedad y
simplicidad. Sin embargo, unavisión general breve y selectiva puede
permitirnos com-prender mejor nuestra época contemporánea, y dibujar
elescenario en el que se desarrollará nuestra exposición de losprincipales
puntos de vista y consideraciones causales quediscutiremos en el Capítulo
3. Hacia el final del sigloXIX,elmanicomio u hospital mental la mansión de
la colina con su aspecto de fortaleza, se había convertido en un pai-saje
familiar en América. Dentro de ella, los pacientes mentales vivían en
condiciones relativamente despiadadas, pesea las incursiones del
movimiento de organización moral.Sin embargo, para el público en
general, los manicomioseran lugares escalofriantes, y sus inquilinos
personas extrañas y aterradoras.
7. • A su vez los psiquiatras hacían muy poco por educar al
público o por disminuir ese horror ante lalocura. Por
supuesto, una razón importante para este silencio era
simplemente que estos primeros psiquiatras
teníanrealmente poco que decir. En los Estados
Unidos, el hospital de Pennsylvania enFiladelfia, bajo
la dirección de Benjamín Franklin en 1756,estableció
algunas celdas para pacientes mentales. El hospital
público de Williamsburg, en Virginia, construido
en1773, fue el primer hospital de los Estados Unidos
dedicadoexclusivamente a pacientes mentales.
8. • Dichas técnicas, si bien se basabanen las concepciones científicas
de la época, estaban diseñadas para intimidar a los pacientes.
Incluían drogas muypotentes, tratamientos con agua, sangrías y
quemaduras,descargas eléctricas, e impedimentos físicos. Por
ejemplo, sesumergía a los pacientes violentos en agua helada y
a lospacientes apáticos en agua ardiente; los que tenían
deliriosrecibían drogas que los dejaban exhaustos; y era una
prácticafrecuente sangrarlos para vaciar su organismo de
fluidos dañinos. Las estimaciones del porcentaje de curaciones
enlos hospitales apenas alcanzaban el veinte por ciento.La reforma
humanitariaComo se puede ver, hacia finales del sigloXVIIIla
mayoría delos hospitales mentales europeos y americanos
necesitabaurgentemente una reforma.
9. • EL EXPERIMENTO DE PINEL.
•
• En 1792, poco despuésde que comenzara la revolución francesa, Pinel fue
nom-brado director de La Bicête de París. Entre sus atribucionesrecibió el permiso
del Comité Revolucionario para poner aprueba su idea de que los pacientes
mentales deberían sertratados con amabilidad y consideración, como a
personasenfermas y no como bestias o criminales. Si su experimentohubiera
fracasado, probablemente Pinel hubiera perdido lacabeza, pero afortunadamente
resultó un rotundo éxito. Seeliminaron las cadenas, se crearon habitaciones
soleadaspara los pacientes, que podían caminar y hacer ejercicio porlos jardines
del hospital, y estos pobres seres empezaron arecibir atenciones en ocasiones por
primera vez en más detreinta años. El resultado fue casi milagroso. Los ruidos,
lasuciedad y los abusos, fueron sustituidos por orden y tran-quilidad. Como decía
Pinel, la disciplina estaba rodeadapor la rutina y la amabilidad, lo cual tuvo
un efecto muyfavorable sobre los locos, convirtiendo incluso a los másfuriosos en
personas más tratables Selling, 1943.
10. • EL TRABAJO DE TUKE EN INGLATERRA.
•
• Más omenos en la misma época en que Pinel aplicaba su reformaen La
Bicête, un cuáquero inglés llamado William Tuke(1732-1822) fundó el
York Retreta, una agradable casa decampo donde los pacientes
mentales vivían, trabajaban ydescansaban en una atmósfera
amablemente religiosa(Narby, 1982). Este retiro representaba la
culminación deuna noble batalla contra la brutalidad, la ignorancia y
laindiferencia, características de la época.A medida que los asombrosos
resultados de Pinel seconocían en Inglaterra, el incipiente trabajo de
Tuke ibaobteniendo el apoyo de médicos ingleses tan eminentescomo
John Connolly, Samuel Hitch, y otros. En 1841 Hitchintrodujo enfermeras
preparadas específicamente en elasilo de Gloucester, y colocó
supervisores a cargo de ellas.Estas innovaciones, completamente
revolucionarias en laépoca, resultaron de gran importancia no sólo para
el cui-dado de los pacientes mentales, sino también para modifi-car la
actitud del público hacia las personas con trastornosmentales.
11. • Perspectivas históricas y contemporáneas de la conducta patológica.
•
• Tratamientos de los primeros hospitales.
•
• A los pacientes se les encadenaba con grilletesa las paredes de sus oscuras e
insalubres celdas, mediante collares de hierro que les mantenían pegados a la
pared y apenas permitíanmovimientos. Con frecuencia también se lescolocaba
aros metálicos alrededor de lasmuñecas, para mantenerlos encadenados
demanos y pies. Si bien estas cadenas les permi-tían comer por sí mismos,
generalmente nisiquiera les permitían tumbarse en el suelo para dormir. Por
otraparte, dados los escasísimos conocimientos sobre nutrición, y elhecho de
que se suponía que los pacientes habían perdido su capacidad humana, se
prestaba muy poca atención a la calidad de sucomida. El único mobiliario de
las celdas consistía en paja tirada enel suelo, y éstas nunca se limpiaban, por lo
que el olor llegaba a serinsoportable. Nadie visitaba esas celdas excepto para
dejar lacomida, tampoco estaban protegidas del calor o del frío, y nisiquiera
se observaban los más elementales gestos de humanidad adaptado de Selling,
1943.
12. • RUSH Y LA DIRECCIÓN MORAL EN AMÉRICA.
•
• Eléxito de los experimentos humanitarios de Pinel y de
Tukerevolucionó el tratamiento de los pacientes mentales
entodo el mundo occidental. En los Estados Unidos, esta revolución
se puso de manifiesto en el trabajo de BenjamínRush (1745-
1813), el fundador de la psiquiatría americana,que incidentalmente
también había sido uno de los firman-tes de la Declaración de
Independencia. Mientras trabajó enel hospital de Pennsylvania en
1783, Rush impulsó el trata-miento humanitario de los enfermos
mentales; escribió elprimer tratado sistemático de psiquiatría en
América,Exá-menes y observaciones médicas sobre las
enfermedades de lamente(1812); y fue el primer americano que
organizó uncurso de psiquiatría.
13. • DIX Y EL MOVIMIENTO DE HIGIENE MENTAL.Do-rotea Dix
(1802-1887).
•
• fue una enérgica maestra de NuevaInglaterra que se
convirtió en la defensora de las personaspobres y olvidadas
que permanecían en las prisiones y lasinstituciones
mentales desde hacía décadas. Dix, que tam-bién había
sido una niña criada en circunstancias muy difíciles (Viney,
1996), llegó a convertirse posteriormente enuna
impulsora del tratamiento humanitario para lospacientes
psiquiátricos. En su juventud trabajó como maes-tra, pero
sus ataques de tuberculosis la obligaron a
retirarseprematuramente de su trabajo.
14. • Perspectivas históricas y contemporáneas de la conducta
patológica.
•
• Sin embargo, poco a poco empezaron a producirseimportantes
avances, que promovieron la modificación delas actitudes del
público en general hacia los pacientes men-tales. En América, el
trabajo pionero de Dix tuvo su conti-nuidad en el de Clifford Beers
(1876-1943), cuyo libro Unamente que se encontró a sí
mismafue publicado en 1908.Beers, graduado Yale, describió su
propio colapso mental, ycontó los terribles tratamientos que recibió
en tres conoci-das instituciones de la época. También explicó su
recupera-ción en la casa de un amable asistente. Si bien hace
tiempoque se habían abandonado las cadenas y otros
mecanismosde tortura, la camisa de fuerza todavía se usaba para
tranquilizar a pacientes demasiado excitados.
15. • Encadenar a los pacientes mentales.
•
• Devido a los escasos recursos de algunos países paraabordar la
salud mental, no resulta extraño que muchosenfermos mentales
sean encadenados. Westermeyer y Kroll (1978) realizaron un
estudio epidemiológico sobre lautilización de este tipo de
actuaciones con los enfermosmentales en veintisiete pueblos de
Laos. Encontraron quelas personas con trastorno mental que se
mostrabanagresivas o a quienes se consideraba peligrosas para
símismas, solían ser encadenados a un poste. Muchos templos
incluso disponen de Casas para laspersonas con trastornos
psicológicos, si bien la asistenciasuele resultar poco adecuada. Por
ejemplo, Erwady, unpueblo de la India cerca de Madras, dispone de
quinceviviendas muchas de las cuales carecen de electricidad,agua
corriente, aseo y cama.
16. • Durante las últimas décadas del sigloXX,nuestra
socie-dad parece haber cerrado el círculo
respecto a los mediospara proporcionar
asistencia humana a los enfermos mentales en
los hospitales. Se hicieron importantes
esfuerzospara clausurar los hospitales mentales y
reinsertar a las personas con trastornos
psiquiátricos en su propia comunidad, con el
objetivo de proporcionar un tratamiento
máshumano e integral que el aislamiento en
hospitales psiquiátricos.
17. • Debido a los escasos recursos de algunos países
paraabordar la salud mental, no resulta extraño que
muchosenfermos mentales sean encadenados.
Westermeyer y
• Kroll (1978) realizaron un estudio epidemiológico sobre
lautilización de este tipo de actuaciones con los
enfermosmentales en veintisiete pueblos de Laos.
Encontraron quelas personas con trastorno mental que
se mostrabanagresivas o a quienes se consideraba
peligrosas para símismas, solían ser encadenados a un
poste. Muchos templos incluso disponen de Casas para
laspersonas con trastornos psicológicos, si bien la
asistenciasuele resultar poco adecuada.