2. CONTENIDO:
¿Qué es una teoría?
Clasificación de las teorías y modelos
¿Cómo se elige una teoría para la
práctica
3. THEOREO
En la vida cotidiana:
Conjuntos de creencias que nos ayudan a
entender por qué y cómo suceden
determinados acontecimientos
4. Probabilidad de que se venda:
Factores/creencias
- Precio
- Utilidad
- Distribución y márketing
- Etc.
Hipótesis (relación entre factores):
- Si es caro…
- Si la editorial hace una buena distribución…
- Si el público encuentra el libro útil…
- Etc.
Fenómeno a explicar:
VENTA DE LIBRO
5. Conjunto de constructos (conceptos),
definiciones y proposiciones que presentan un
punto de vista sistemático de un fenómeno
especificando las relaciones entre variables, con
el propósito de explicar y predecir el fenómeno.
Un planteamiento abstracto y formal sobre un
aspecto concreto de la realidad.
DESCRIBIR
EXPLICAR
PREDECIR
MANEJAR
FENÓMENO
6. COMPONENTES DE UNA TEORÍA FORMAL
Factores explicativos o conceptos
Descripciones de las relaciones entre esos
factores o conceptos
Definiciones y condiciones bajo los cuales
existen y no existen esas relaciones
CONSTRUCTOS
Adaptados para una
TÉORÍA CONCRETA
VARIABLES Formas operacionales de
los constructos
7. ATRIBUTOS DE LAS TEORÍAS
Capacidad de explicación y predicción basada en
la evidencia
Perspectiva o capacidad de generalizar
Consistencia lógica (sin contradicciones internas)
Parsimonia o sencillez
Fructificación o capacidad para proponer nuevos
interrogantes y descubrir otros conocimientos
8. BENEFICIOS DEL USO DE LAS TEORÍAS
Nos ayuda a describir, explicar, predecir y manejar las
conductas relacionadas con la salud
TABAQUISMO
Identificar qué datos recoger
Entender la conducta desde la interrelación de todos
los constructos
Planificar intervenciones eficaces desde todos los
sectores (nos orienta también para elegir métodos
dirigidos específicamente a las variables del modelo o
teoría).
9. La conducta de las personas puede verse afectada
por múltiples niveles de influencia. A su vez, la
conducta también puede influir en esos niveles.
La conducta individual y el ambiente social pueden
afectarse mutuamente.
11. Nivel Definición
Intrapersonal Características de la persona que influyen en su
conducta: creencias, actitudes, conocimiento,
etc.
Interpersonal Procesos de interacción con otras personas que
ofrecen apoyo, identidad social, definición de rol,
etc. Se incluyen los grupos primarios como la
familia, los amigos, los colegas, etc.
Comunitario
Factores
institucionales Reglas, normas y estructuras informales que
pueden promover o perjudicar las conductas
recomendadas.
Factores
comunitarios
Redes sociales y normas formales e informales
que existan entre los individuos, grupos y
organizaciones.
Política pública Políticas locales, autonómicas y estatales que
regulen las conductas saludables.
12. 1. La conducta está mediatizada por aspectos
cognitivos (lo que sabemos y pensamos afecta a
lo que hacemos).
2. El conocimiento es necesario PERO NO
SUFICIENTE para producir un cambio de
conducta (motivación, habilidades, autoeficacia,
factores del ambiente etc. juegan un papel
importantísimo).
13. MODELOS DEL NIVEL INTRAPERSONAL:
HBM O MODELO DE CREENCIAS DE SALUD
MODELO A.S.E.
MODELO TRANSTEÓRICO
TEORÍA DE LA CONDUCTA PLANIFICADA
MODELOS DEL NIVEL INTERPERSONAL:
TEORÍA COGNITIVO SOCIAL
MODELO I-CHANGE
MODELOS DEL NIVEL COMUNITARIO:
ORGANIZACIÓN COMUNITARIA
TEORÍA DE DIFUSIÓN DE INNOVACIONES
TEORÍAS DE CAMBIO DE LAS ORGANIZACIONES
14. PRINCIPIOS PARA LA PRÁCTICA DE LA EpS
1. La adquisición de una nueva conducta no es un suceso
puntual
• Valorar diferencias en el proceso del cambio
• Plantear cambio de conducta gradual
• Estrategias de cambio específicas para cada etapa
• Enseñar habilidades para el cambio
2. Los factores psicológicos (creencias y valores) influyen en
las conductas
• Estrategias dirigidas específicamente a los
constructos que queramos modificar
3. Cuantos más beneficios, más probabilidad de que se repita
• Estrategias para reforzar la conducta
• Componente para reducir amenaza si usamos miedo
• Desarrollar la capacidad de las personas para el
auto-refuerzo
15. PRINCIPIOS PARA LA PRÁCTICA DE LA EpS
4. La experiencia conductual puede influir en las expectativas
y los valores
5. Las personas no son pasivas. Tienen un rol activo
• Adaptación al grupo diana
• Involucrar a la población
• Evitar mensajes coercitivos
6. Las normas sociales son fundamentales
• Adaptación
• Modelado
• El cambio social refuerza el cambio individual
• Utilizar procesos de influencia normativa
16. PRINCIPIOS PARA LA PRÁCTICA DE LA EpS
7. La conducta de salud no es independiente del contexto en
el que ocurre
• Intervenciones ecológicas
• Cambios ambientales
8. El proceso de aplicación de las teorías de salud conductual
en la práctica debe realizarse con métodos de investigación
y evaluación.
• Literatura científica
• Métodos de investigación
• Diseño de investigaciones que demuestren causa-
efecto
17. MARCO PRÁCTICO PARA EL CAMBIO DE CONDUCTAS
1. Que se tenga una intención muy sólida
2. Que no haya obstáculos ambientales
3. Que tenga las habilidades necesarias
4. Que la personas crea que las ventajas superan las
desventajas
5. Que se perciba presión social
6. Que se perciba que la conducta es consistente con su auto-
imagen
7. Que las reacciones emocionales sean más positivas que
negativas
8. Que se tenga autoeficacia percibida
Necesarias
y suficientes
Afectan a la intensidad y la
dirección de la intención
18. 1ª CONDICIÓN
Tengo riesgo
Las consecuencias son graves
La acción recomendada evita el
problema
ESTRATEGIAS
- Ofrecer información
- Incrementar la conciencia
- Detalles de los efectos sobre la salud
- Personalizar la información sobre riesgos y beneficios
- Incorporar información sobre efectos positivos de
adoptar la conducta saludable
19. 2ª CONDICIÓN
Las barreras pueden ser tangibles o
psicológicas y ocurrir a muchos
niveles
ESTRATEGIAS
- Determinar las posibles barreras para eliminarlas o
tratar de minimizarlas
- Crear ambientes que apoyen la conducta saludable
cuando sea posible
20. 3ª CONDICIÓN
Hay que realizar la conducta de
manera apropiada para conseguir
el resultado deseado
ESTRATEGIAS
- Ofrecer entrenamiento
- Identificar y mostrar modelos
- Anticipar posibles barreras y enseñar técnicas de
afrontamiento
- Analizar las recaídas en la conducta no saludable
21. 4ª CONDICIÓN
Los beneficios y los costos
pueden ser tangibles o
psicológicos
ESTRATEGIAS
- Enfatizar los resultados positivos de la acción
recomendada y minimizar las consecuencias negativas
- Incrementar los beneficios mediante refuerzos e
incentivos
- Mostrar mediante modelos los beneficios de realizar la
conducta saludable
22. 5ª CONDICIÓN
Se percibe apoyo por parte de
los iguales y de las personas
importantes
ESTRATEGIAS
- Identificar y mostrar modelos relevantes para el grupo
diana que hayan adoptado la conducta saludable
- Determinar las personas importantes para el grupo
diana y conseguir que apoyen la conducta saludable
23. 6ª CONDICIÓN
La acción recomendada debe
ser relevante y apropiada a la
cultura, valores, etc.
ESTRATEGIAS
- Diseñar el programa respetando la cultura, los valores
y las creencias de las personas
- Fijar objetivos de cambio que respeten el estilo de vida
24. 7ª CONDICIÓN
Las recompensas pueden ser
tangibles o psicológicas. Es
importante que las recompensas
sean significativas
ESTRATEGIAS
- Enfatizar los resultados positivos de realizar la
conducta saludable
- Buscar sistemas de refuerzo a través de incentivos que
sean relevantes
25. 8ª CONDICIÓN
Sentido de autoeficacia incluso
cuando hay dificultades
ESTRATEGIAS
- Ofrecer entrenamiento necesario con objetivos parciales
- Identificar y mostrar modelos
- Anticipar posibles barreras y enseñar técnicas de
afrontamiento
- Analizar las recaídas
Notas del editor
Existen muchas definiciones para ilustrar el significado de la palabra teoría. De hecho es una palabra que utilizamos habitualmente en el lenguaje cotidiano. Decimos: “en teoría deberíamos…”; “…es que la teoría no tiene nada que ver con la práctica”; “hay personas que están muy alejadas de la práctica, son unos teóricos”. En realidad estos ejemplos representan tanto una confusión sobre el término teoría desde el punto de vista científico como un desconocimiento de la utilidad de la teoría en cualquier práctica profesional. Vayamos por partes: La palabra “teoría” procede del griego (theoreo) y significa mirar, observar. Deriva del vocablo “theoros” con el que los griegos designaban a sus embajadores en las fiestas religiosas con la única función de observar sin participar. También el término era utilizado en la escena teatral con el mismo significado de observar. Quizá por eso muchas veces se utilice la palabra teoría para designar algo que no es completamente real.
En la vida cotidiana y guiados por nuestras observaciones de los hechos del mundo desarrollamos seudo teorías o teorías parciales sobre nuestra experiencia diaria. Estas representan conjuntos de creencias que nos ayudan a entender por qué y cómo suceden determinados acontecimientos.
Por ejemplo, el autor de un libro puede creer que la probabilidad de que su libro se venda depende de varios factores como:
El precio que cueste el libro
La utilidad que le encuentren los posibles compradores con respecto a otros libros de la misma temática.
La distribución y el marketing que realice la editorial en la que se ha publicado el libro.
A su vez, el autor puede plantear una serie de hipótesis sobre la relación entre estos factores. Por ejemplo, puede pensar que:
Si el libro es demasiado caro quizá se venda mejor porque existe una tendencia en el público a asociar lo caro con la calidad.
Si la editorial realiza una buena distribución se venderá mejor.
Si el posible público encuentra útil el libro es probable que se venda mejor a no ser que resulte excesivamente caro para los posibles lectores.
Este ejemplo de sistema de creencias que explica el fenómeno: “venta del libro” tiene muchos de los elementos de una teoría científica formal como veremos más adelante.
En el lenguaje de la ciencia podemos citar varias definiciones del término teoría:
Conjunto de constructos (conceptos), definiciones y proposiciones que presentan un punto de vista sistemático de un fenómeno especificando las relaciones entre variables, con el propósito de explicar y predecir el fenómeno.
Un planteamiento abstracto y formal sobre un aspecto concreto de la realidad.
En definitiva, lo que todas las definiciones concluyen es que mediante una teoría se puede describir, explicar, predecir y manejar algún fenómeno. En el caso que nos ocupa el fenómeno que deben explicar las diferentes teorías es la conducta humana, más concretamente la conducta relacionada con la salud.
La teoría también es capaz de ayudarnos en la práctica a educar a las personas para que adopten o modifiquen conductas que conduzcan a la salud.
En el campo de la promoción de la salud y de la educación para la salud ha habido un cuerpo extenso de investigación que ha dado como fruto la formulación de múltiples teorías de conductas de salud en los últimos cincuenta años. Algunas de las más utilizadas las analizaremos en profundidad en los próximos capítulos. No obstante, la ingente formulación de teorías en el campo de la salud conductual ha dificultado en muchos casos sus aplicaciones prácticas como veremos más adelante. Muchas provienen de varias disciplinas, tales como la psicología, la sociología, la antropología, la conducta del consumidor y el marketing. No todas han sido desarrolladas en su totalidad o sometidas a experimentación de manera rigurosa.
Los conceptos son los elementos principales de las teorías. Son como las piezas de un puzzle. Somos capaces de verlas individualmente pero no podremos ver el dibujo completo hasta que todas las piezas encajen adecuadamente. Se denominan “constructos” cuando se han adoptado para su uso en una teoría concreta. En realidad un concepto es un constructo mental, una abstracción que se emplea para clasificar los distintos objetos del mundo exterior e interior. La actitud, por ejemplo, es un constructo que forma parte de los factores teóricos que explican algunas conductas relacionadas con la salud. Veremos más adelante cómo algunas teorías explican que para que exista un cambio de conducta tiene que haber una actitud positiva hacia esa conducta.
Asimismo, la teoría debe describir cómo y en qué condiciones se relacionan los diferentes conceptos que forman parte de ella.
Las teorías deben así mismo especificar cómo puede medirse un constructo en una situación determinada. La especificación de los constructos en las diversas teorías se realiza por medio de las variables.
Ya hemos comentado que una teoría es útil porque explica y predice los fenómenos a los que se refiere. Eso implica una organización de todo el conocimiento sobre el fenómeno y una guía para futuras investigación sobre el fenómeno que trata de explicar.
Las teorías pueden estás más o menos desarrolladas. Cuanto más desarrollada estén más valor tendrán puesto que reflejarán las siguientes características:
Capacidad de explicación y predicción basada en la evidencia. Como nunca sabemos todo lo que hay que saber del fenómeno, una teoría puede ser falsable, es decir, pueden aparecer nuevos datos que evidencien que estábamos equivocados.
Perspectiva o capacidad de generalizar. Es decir, que una teoría tiene que ser reproducible y tener la capacidad de generalizarse. Por ejemplo, las teorías explicativas de la conducta humana deberían poder generalizarse a la conducta de salud, a la conducta de aprendizaje, etc.
Consistencia lógica de forma que no tenga contradicciones internas.
Parsimonia o sencillez. Es más útil una teoría que pueda explicar uno o varios fenómenos con pocas proposiciones que una que necesite muchas.
Fructificación o capacidad para proponer nuevos interrogantes y descubrir otros conocimientos.
El beneficio fundamental es que nos ayuda a describir, explicar, predecir y manejar las conductas relacionadas con la salud objeto de nuestro interés. De esta manera, utilizando una teoría concreta seremos capaces de, por ejemplo, describir la conducta tabáquica, explicar y predecir por qué y cuándo se va a dar, y buscar las herramientas necesarias para modificar esa conducta. De tal forma que el uso de las teorías nos trae luz sobre el qué, el por qué y el cómo de las conductas.
Por ejemplo y siguiendo con el caso del tabaquismo una teoría nos puede ayudar a:
Identificar qué datos recoger. Si sospechamos o sabemos las variables (sugeridas por la teoría) que están involucradas, buscaremos concretamente la información relacionada con esas variables.
Entender la conducta tabáquica desde la interrelación de todos los constructos que la teoría ha especificado.
Planificar intervenciones eficaces desde todos los sectores, incluyendo cambios organizativos o de política pública. Además nos orienta para elegir métodos para modificar la conducta tabáquica dirigidos específicamente a las variables del modelo.
Para poder clasificar las teorías debemos antes recapacitar sobre las causas de las conductas no saludables y de los problemas de salud. Es decir, podríamos preguntarnos por qué la gente fuma y encontrar respuestas del tipo: “no saben que el tabaco provoca cáncer”, “es un vicio muy arraigado”, “se fuma por imitación o por presión de los amigos”, etc.
Si analizamos las respuestas descubrimos que las causas pueden tener que ver con aspectos propios del individuo, socioculturales, etc. Pues bien, existe un enfoque en promoción y educación para la salud denominado perspectiva ecológica que pone de relieve la interacción entre los múltiples factores causales de las conductas no saludables. La perspectiva ecológica plantea dos premisas fundamentales:
La conducta de las personas puede verse afectada por múltiples niveles de influencia. A su vez, la conducta también puede influir en esos niveles.
La conducta individual y el ambiente social pueden afectarse mutuamente.
Se han identificado cinco niveles de las conductas relacionadas con la salud. Estos son: factores intrapersonales o individuales, factores interpersonales, factores institucionales o de organización, factores comunitarios y factores de política pública.
Por ejemplo, una mujer puede fallar en la realización de una mamografía debido a su temor de que le encuentren un cáncer. Este es el nivel individual o factor intrapersonal. Sin embargo, su fracaso también puede estar influenciado porque su médico no se lo recomienda, la dificultad de concertar una cita debido a que sólo hay una clínica que realiza mamografías a tiempo parcial o su incapacidad para pagar la cantidad que cuesta hacerse una mamografía. Estos factores interpersonales, organizativos y políticos también influencian su conducta.
Cualquier conducta de salud que analicemos puede verse influenciada de manera positiva o negativa por estos niveles. Imagine, por ejemplo, a un fumador. Quizá desde el nivel intrapersonal conozca los riesgos de su conducta y tenga una buena actitud hacia el abandono de la conducta tabáquica. Sin embargo, su conducta se ve también afectada por otros factores que influyen negativamente. Desde el nivel interpersonal puede no encontrar el suficiente apoyo familiar o de sus amigos porque resulta que todos son fumadores y no le animan a dejar el tabaco. En el nivel comunitario existen factores favorables al abandono como la ley antitabaco, muy restrictiva en cuanto a los lugares públicos donde se puede fumar, pero también hay otros no tan favorables como la ausencia de programas antitabaco desde los centros de salud. Por tanto, el que el fumador de nuestro ejemplo continué o no fumando depende de la interacción de múltiples factores en todos los niveles de influencia.
La segunda premisa de la perspectiva ecológica nos decía que existe una influencia recíproca entre las conductas individuales y los ambientes sociales. Por ejemplo, imagine que un hipertenso va todos los días a comer al bar de su empresa en el que no contemplan plantos bajos en sal o adecuados para hipertensos en el menú. Este hecho le condiciona y puede decidir solicitar a los gerentes que se realicen cambios en los menús o se ofrezcan diferentes tipos de menú o cambiar de lugar para ir a desayunar. Si el gerente del bar advierte que hay muchos trabajadores hipertensos que se van a otro sitio puede decidir prohibir adaptar los menús u ofrecer otros menús alternativos.
Lo más importante desde la perspectiva ecológica es que entendamos que la conducta de las personas está influenciada por muchos factores conductuales y ambientales. Un programa de EpS será más efectivo cuantos más factores tenga en cuenta.
Los modelos contemporáneos de conductas de salud en los niveles individuales e interpersonales generalmente entran dentro de la categoría de teorías cognitivo-conductuales. Hay dos conceptos fundamentales en estas teorías:
Se considera que la conducta está mediatizada por aspectos cognitivos; esto es, lo que nosotros sabemos y pensamos afecta a lo que hacemos.
El conocimiento es necesario pero no es suficiente para producir un cambio de conducta. También juegan un papel importante aspectos como las percepciones, la motivación, las habilidades y los factores del ambiente social.
Teorías del nivel intrapersonal
Estas teorías ponen el énfasis en los factores intrapersonales (es decir aquellos que ocurren dentro de las personas). Aparecen conceptos como actitudes, conocimientos, beneficios de una acción, barreras, etc.
Las teorías de este nivel que vamos a estudiar son:
El Modelo de Creencias de Salud
El Modelo Transteórico de las Etapas del Cambio
La Teoría de la Acción Razonada y la Teoría de la Conducta Planificada
El Modelo ASE y su evolución en elModelo I-CHANGE
Teorías del nivel interpersonal
En estas teorías se asume que las personas interactuamos en un ambiente social que va a influir y a condicionar nuestra conducta. Ese ambiente social incluye a nuestra familia, los amigos, los compañeros de trabajo, etc. Las opiniones, sentimientos, conducta, apoyo, etc. de estos miembros puede influir en nuestra conducta. Sabemos, por ejemplo, que una de las causas fundamentales de que los jóvenes empiecen a fumar se debe a la presión de grupo que reciben de sus iguales (pandilla de amigos).
La teoría que desarrollaremos de este nivel es:
La Teoría Cognitivo Social
Teorías del nivel comunitario
Estas teorías enfatizan los factores comunitarios para dirigir el cambio de conducta de los individuos. Utilizan técnicas que cambian la conducta individual mediante un cambio de normas y regulaciones en las organizaciones donde se desarrollan las conductas individuales. Desde la perspectiva ecológica las teorías de este nivel son las más completas ya que tienen en cuenta todos los factores de influencia de las conductas individuales.
Complementan los objetivos de cambio de conducta individual con otros propósitos más amplios que pueden incluir cambios normativos, legislativos, etc.
Por ejemplo, la ley antitabaco española sería una estrategia del nivel comunitario que ayuda y complementa un programa de deshabituación tabáquica basada en factores intrapersonales e interpersonales. Es decir, a un fumador le va a resultar mucho más fácil dejar de fumar si además de tener una actitud positiva, intención de cambio, apoyo social de su entorrno, etc., (factores intra e interpersonales) existe una ley antitabaco que regula los espacios públicos en los que no se puede fumar (factor comunitario).
Algunas de las teorías de este nivel son:
La Teoría de Difusión de Innovaciones
La Teoría de la Comunicación
El Marketing Social
Lo más importante es entender que ninguna teoría explica totalmente la conducta de los individuos. En este sentido no debemos obsesionarnos con aplicar una u otra teoría sino entender que todas ellas nos pueden aportar luz sobre el objetivo último de la EpS que no es ni más ni menos que la adopción de conductas saludables y el cambio de conducta no saludable.
Los investigadores y científicos de las ciencias conductuales han tratado de facilitar el uso de las teorías a los educadores en la práctica. En este sentido plantean una serie de principios para la práctica y marcos prácticos en los que tratan de resumir todos los conceptos importantes de las teorías. Sin embargo, estos marcos y principios no evitan que el educador deba conocer las diferentes teorías para ser capaz de medir los diferentes conceptos y aplicar las estrategias adecuadas para el cambio de conducta.
A continuación presentamos dos marcos prácticos que pueden facilitar la síntesis del conocimiento teórico para su aplicación en la realidad práctica.
El primero de ellos fue desarrollado mediante una investigación cualitativa. El resultado consistió en ocho principios para la práctica consensuados en diversas conferencias profesionales y cursos de EpS.
La adquisición de una nueva conducta no es un suceso puntual sino un proceso que puede implicar pequeñas aproximaciones a la conducta definitiva.
Hay que tener en cuenta que las personas pueden encontrarse en fases diferentes de cambio de conducta y eso condiciona nuestros objetivos e intervenciones. El modelo transteórico, por ejemplo, nos guía para identificar las diferentes etapas del cambio de conducta. Podemos imaginar el cambio de conducta como la llegada al final de una escalera. Las personas podemos encontrarnos en diferentes peldaños y necesitamos acciones diferentes para subir de peldaño. Las implicaciones más importantes para la práctica derivadas de este principio consisten en:
Valorar las diferencias en el proceso de cambio que puedan existir en las personas.
Plantear un cambio de conducta gradual. Muchos educadores sanitarios ofertan dietas a sus pacientes pensando que el cambio va a ser automático. Debemos entender que cualquier cambio de conducta es difícil y las personas necesitan aproximaciones progresivas a la conducta definitiva.
Desarrollar estrategias de cambio específicas para cada etapa en el proceso de cambio de los individuos. No es lo mismo educar a una madre para que de de lactar a su hijo recién nacido si está motivada que si no lo está.
Enseñar las habilidades psicológicas y conductuales necesarias para cada etapa del cambio de conducta.
Los factores psicológicos, principalmente las creencias y los valores, influyen en las conductas relacionadas con la salud. Estos factores son los principales elementos de las teorías del nivel intrapersonal. Debemos entender los diferentes constructos de las teorías para ser capaces de medirlos y modificarlos para conseguir el cambio de conducta. Es muy difícil, por ejemplo, que alguien vote a un determinado partido político si no tiene una actitud favorable hacia ese partido. Las implicaciones para la práctica incluyen:
Desarrollar estrategias del programa dirigidas específicamente a los constructos concretos que queramos modificar. Por ejemplo, la autoeficacia es una creencia en la propia capacidad del individuo para realizar una conducta. Si los individuos a los cuales va dirigido el programa no se sienten capaces de cambiar de conducta deberíamos incluir alguna actividad que aumentara su autoeficacia.
Cuantos más beneficios o recompensas tenga una conducta, más probabilidades hay de que se repita. Por el contrario, cuantos más inconvenientes tenga una conducta, menos probabilidades de que se repita.
Es importante que los educadores identifiquen los beneficios y las barreras de las conductas saludables para tratar de fomentar unos y minimizar las otras. Sabemos que dejar de hacer conductas no saludables, como fumar por ejemplo, tiene muchos inconvenientes que muchas veces impiden que las personas persistan en sus intentos de abandonar el hábito tabáquico. Algunos aspectos a tener en cuenta derivados de este principio incluyen:
Desarrollar estrategias que consigan reforzar la conducta (ofrecer incentivos y recompensas directas, plantear conductas que tengan reconocimiento social, etc.)
Utilizar en los programas educativos un componente para reducir la amenaza a los problemas de salud cuando incluyamos el miedo, la ansiedad o la amenaza para provocar el cambio de conducta. Se supone que este componente reductor de la amenaza es un factor reforzador de la conducta.
Desarrollar la capacidad de las personas para el auto refuerzo. Se ha demostrado que esta estrategia es más eficaz que el uso de refuerzos externos.
4.- La experiencia conductual puede influir en las expectativas y los valores de las personas.
Cuando una persona tiene una experiencia conductual puede experimentar modificaciones en sus creencias y valores. Por ese motivo los educadores sanitarios deben desarrollar estrategias que aumenten las oportunidades de que los educandos intenten realizar nuevas conductas. El objetivo fundamental consiste en desarrollar elementos que incrementen la viabilidad, disponibilidad y conveniencia de realizar las nuevas conductas recomendadas.
Se puede utilizar como estrategia el conseguir que los participantes se involucren activa y públicamente en un tema de salud pero sin pedirles un cambio de conducta. Por ejemplo, se puede crear un grupo de fumadores a los que en un principio no se les pida dejar de fumar pero se trabaje con ellos un cambio en los elementos de su ambiente que incrementen los recursos y el apoyo para practicar la conducta saludable: dejar de fumar.
5.- Las personas no son pasivas sino que tienen un rol activo en el proceso de cambio de conducta.
Este rol activo afecta al proceso de EpS de muchas maneras. Hay que tener en cuenta que son las personas a las que se dirigen los programas las que controlan el proceso de cambio y no los educadores sanitarios. Ellas atenderán selectivamente a lo que sea relevante para ellos, elegirán aceptar o no la nueva información y adoptar o no las conductas recomendadas. Tendremos que tener en cuenta, por tanto:
Involucrar a los miembros del grupo diana en el desarrollo de todo el programa de EpS (diseño de mensajes de salud, estrategias de intervención, etc.).
Evitar utilizar intervenciones o mensajes de salud que puedan parecer coercitivos por parte del grupo diana.
Realizar una primera valoración para identificar las creencias y los valores relevantes del grupo diana para diseñar un programa que sea relevante con sus creencias.
6.- Las normas sociales y las relaciones sociales tienen una influencia fundamental y persistente en la forma de comportarse de las personas.
Muchas de las teorías que estudiaremos en el siguiente capítulo enfatizan la importancia de estas normas y relaciones. Cuanto más fuerte sea el sentido de afiliación hacia un grupo, más intentaremos comportarnos conforme a sus normas y creencias. Los programas educativos que tengan como grupo diana grupos sociales deberían tener en cuenta este principio. Las implicaciones para la práctica derivadas de este principio incluyen:
Utilizar el modelado realizado por iguales como una estrategia para iniciar y mantener la conducta saludable.
Tener en cuenta que las recomendaciones del programa educativo deben ser consistentes con las normas sociales del grupo diana.
Cambiar las prácticas de salud dentro de los grupos sociales incrementa el potencial de cambio de conducta individual.
Utilizar procesos de influencia normativa para modificar las normas, usando métodos que creen presión social como contratos sociales o compromisos públicos.
7.- La conducta de salud no es independiente del contexto en el que ocurre; las personas influyen y son influenciadas por su ambiente físico y social.
Este principio argumenta que las conductas relacionadas con la salud están influenciadas por un conjunto de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, normativos, etc. Por tanto tendremos en cuenta la integración del conocimiento de las teorías de cambio de conducta con el conocimiento de otras disciplinas ampliamente utilizadas en salud pública como la sociología, la epidemiología, la economía, etc. Las implicaciones para la práctica incluyen:
La importancia de realizar cambios ambientales para promover y facilitar el cambio de conducta individual.
Se necesitan intervenciones ecológicas que empleen muchas estrategias de cambio en todos los niveles de influencia intentando involucrar a los miembros de la comunidad en el cambio de sus ambientes físicos y ambientales.
8.- El proceso de aplicación de las teorías de salud conductual en la práctica debe realizarse con métodos de investigación y evaluación.
Las teorías de salud conductual identifican muchos factores que explican la variación en las conductas de salud. Tendremos que utilizar métodos de investigación para realizar correctas valoraciones de esos factores y métodos de evaluación para medir si el programa que diseñamos en la práctica consigue modificar los factores y por tanto cambiar la conducta. Será importante que tengamos en cuenta:
El uso y el conocimiento de la literatura científica que apoya las diferentes teorías para determinar si los conceptos teóricos son relevantes para la situación práctica específica a la que nos enfrentamos.
El uso de los métodos de investigación para definir, operativizar y medir los conceptos teóricos.
El diseño de investigaciones que sean capaces de demostrar relaciones causa-efecto y que eliminen explicaciones alternativas.
El segundo marco práctico consiste en una lista de ocho condiciones que fue desarrollada en una conferencia por eminentes científicos sociales. En este marco están representadas las teorías de salud conductual más representativas.
Para que una persona adopte o cambie una conducta se deben dar una o más de las siguientes condiciones:
Que tenga una intención muy sólida (o se haya planteado un compromiso) de realizar la conducta.
Que no haya obstáculos ambientales que hagan imposible la práctica de la conducta.
Que la persona tenga las habilidades necesarias para practicar la conducta.
Que la persona crea que las ventajas (beneficios, resultados positivos anticipados) de practicar la conducta sobrepasan a las desventajas (costes, resultados negativos anticipados).
Que la persona perciba más presión social para practicar la conducta que para no practicarla.
Que la persona perciba que la conducta es consistente con su auto imagen y no viola sus estándares personales.
Que las reacciones emocionales de la persona para practicar la conducta sean más positivos que negativos.
Que la persona crea (tenga confianza) en que puede ejecutar la conducta en circunstancias diferentes (que tenga autoeficacia percibida).
Las primeras tres condiciones se consideran “necesarias y suficientes” para adoptar una conducta. Las cinco restantes afectan a la intensidad y la dirección de la intención. Los autores de este marco van más allá y explican cada condición añadiendo estrategias para ayudar a las personas. Esto convierte el marco en una ayuda excelente para la práctica en EpS. Sin embargo, no debemos olvidar que es necesario el conocimiento de las teorías de salud conductual.
Condición 1: Tener una intención sólida de cambio implica que las personas creen que tienen riesgo si siguen con sus conductas, que las consecuencias son graves y que la acción de salud recomendada disminuirá el riesgo o prevendrá el problema.
Posibles estrategias:
Ofrecer información sobre la conducta recomendada a la población de riesgo.
Incrementar la conciencia de las personas sobre la necesidad de cambio.
Ofrecer detalles de los esfectos sobre la salud si las conductas no saludables continúan.
Personalizar la información sobre los riesgos y los beneficios.
Incorporar información sobre los efectos positivos de adoptar la conducta saludable.
Ejemplos sobre la conducta no saludable: “tomar el sol sin protección”
Explicar claramente a todas las personas expuestas al sol que deben utilizar protección solar, realizar campañas de comunicación sobre los efectos de tomar el sol sin protección, mostrar los efectos de la radiación solar sobre la salud (melanoma, quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, etc.), utilizar modelos similares a la población diana para mostrar los efectos en personas con la conducta saludable y no saludable, discutir los beneficios de tomar el sol con protección, etc.
Condición 2: Las barreras pueden ser tangibles (no hay dinero suficiente, no hay programas disponibles, etc.) o psicológicas (ansiedad, dolor, presión social) y pueden ocurrir en muchos niveles: comunitario (local, provincial, políticas nacionales), organizativo (escuelas, lugares de trabajo), ambiente familiar, etc.
Posibles estrategias:
Determinar las posibles barreras para intentar eliminarlas o minimizarlas
Crear ambientes que apoyen la conducta saludable cuando sea posible
Ejemplos sobre la conducta no saludable: “Fumar”
Crear normas y regulaciones para impedir la venta y el consumo de tabaco en lugares públicos, proporcionar programas de deshabituación tabáquica en diversos entornos (centro de salud, trabajo, universidad, escuelas, etc.), subvencionar la terapia sustitutiva de nicotina cuando sea necesario, etc.
Condición 3: La persona tiene el conocimiento y la habilidad para que los pasos hacia la conducta saludable sean más fáciles y probablemente con éxito. Esto implica que hay que hacer la conducta de manera apropiada para conseguir el resultado deseado.
Posibles estrategias:
Explicar la acción recomendada claramente y ofrecer el entrenamiento necesario para que se realice de manera apropiada con objetivos parciales y cuantificables.
Identificar y mostrar modelos que hayan adoptado la acción recomendada.
Anticipar las posibles barreras de realizar la conducta saludable y enseñar técnicas de afrontamiento.
Analizar las recaídas en la conducta no saludable para afrontar el fracaso sin volver a la conducta no saludable.
Ejemplos sobre la conducta saludable: “Auto-inyección de insulina”
Mostrar modelos similares al grupo diana que hayan conseguido realizar con éxito la conducta saludable, entrenar de manera progresiva dividiendo la conducta final en pequeñas conductas (cargar la insulina, realizar la asepsia, etc.).
Condición 4: Los beneficios y los costos pueden ser tangibles (ahorro de dinero, pérdida de peso, efectos secundarios de la medicación) o psicológicos (ansiedad, disconfort, sentimiento de aprobación, etc.).
Posibles estrategias:
Enfatizar los resultados positivos de la acción recomendada y minimizar las consecuencias negativas.
Incrementar los beneficios mediante refuerzos e incentivos.
Mostrar mediante modelos los beneficios de realizar la conducta saludable.
Ejemplo sobre la conducta saludable: “Tomar la medicación antihipertensiva correctamente”
Mostrar mediante modelos los beneficios de la conducta saludable, reforzar verbalmente los logros conseguidos, tratar de convencer de que merece la pena tener algún efecto secundario de la medicación por el gran beneficio para la salud que se obtiene, etc.
Condición 5: La persona percibe que las personas importantes para ella (amigos, familia, comunidad, líderes de opinión de redes sociales, celebridades, médicos, etc.) apoyan y animan a la conducta recomendada.
Posibles estrategias:
Identificar y mostrar modelos relevantes para el grupo diana que hayan adoptado la conducta saludable.
Determinar las personas importantes para el grupo diana y conseguir que apoyen la conducta saludable.
Ejemplo sobre la conducta saludable: “No consumo de drogas”
Mostrar líderes entre sus iguales que hagan la conducta saludable, solicitar la ayuda de algún líder deportivo al cual admire la audiencia que explique al grupo diana los beneficios de no tomar drogas, etc.
Condición 6: La solución o la acción recomendada deben ser relevantes y apropiadas para la cultura, estilo de vida, valores y creencias de los individuos.
Posibles estrategias:
Diseñar el programa respetando la cultura, los valores y las creencias de las personas.
Fijar objetivos de cambio que respeten su estilo de vida
Ejemplo sobre la conducta saludable: “Alimentación equilibrada baja en grasas”
Asegurarse que los modelos mostrados son valorados y pertenecen al entorno de la audiencia, adaptar las dietas a los platos habitualmente consumidos por las personas, etc.
Condición 7: La reacción emocional se puede ver afectada por como la persona perciba los beneficios y las recompensas de realizar la conducta. Las recompensas pueden ser tangibles o psicológicas y suministradas por ellos mismos o por las personas de su entorno. Es importante que las recompensas sean significativas.
Posibles estrategias:
Enfatizar los resultados positivos de realizar la conducta saludable.
Buscar sistemas de refuerzo a través de incentivos que sean relevantes.
Ejemplo genérico:
Decidir con las personas qué tipo de recompensa conseguirán cuando realicen la conducta saludable, establecer grupos de apoyo, proveer feedback reforzador, administrar pequeños incentivos cuando se consiguen logros, etc.
Condición 8: La persona cree (tiene confianza) que podrá realizar la conducta en circunstancias diferentes, incluso cuando tiene dificultades.
Posibles estrategias:
Explicar la acción recomendada claramente y ofrecer el entrenamiento necesario para que se realice de manera apropiada con objetivos parciales y cuantificables.
Identificar y mostrar modelos que hayan adoptado la acción recomendada.
Anticipar las posibles barreras de realizar la conducta saludable y enseñar técnicas de afrontamiento.
Analizar las recaídas en la conducta no saludable para afrontar el fracaso sin volver a la conducta no saludable.