2. La responsabilidad social puede servir como herramienta, para contribuir a mejorar la capacidad de
recuperación no solo de las empresas, sino a el país, sobre todo en los tiempos de crisis.
Las empresas como agentes sociales que son, juegan un papel muy relevante en el desarrollo de la
sociedad en la que operan.
Las economías más avanzadas ofrecen mayores niveles de bienestar a sus ciudadanos, porque cuentan con
un sector empresarial dinámico y moderno, y con modelos de gestión más sostenibles.
La capacidad de crecer, de crear empleos y generar riqueza de las empresas, depende de la calidad de sus
modelos de gestión, de la participación de las partes interesadas y de la capacidad distintiva que sean
capaces de desarrollar, que pueden acabar constituyéndose en ventajas competitivas.
3. Si, la responsabilidad social se aplica correctamente en las empresas y en el resto de las
organizaciones, esta puede ayudar de una forma determinante a restablecer la confianza
perdida, necesaria para una recuperación económica sostenible y para mitigar las
consecuencias que la crisis económica ha provocado.
La responsabilidad social, tanto en las empresas como en las administraciones públicas,
puede, sin duda, contribuir a alumbrar modelos de gestión sostenibles en el tiempo y
generadores de ventajas competitivas. Sin olvidar que el fin de esta Estrategia es acelerar el
desarrollo sostenible de la sociedad, el comportamiento responsable y la creación de empleo.
El compromiso de las compañías con la responsabilidad social empresarial genera una cultura
corporativa más innovadora, más atractiva internacionalmente, con más recursos para
anticiparse y adaptarse a los retos de un mercado global y cambiante.
4. La responsabilidad social no puede ser un mero instrumento de marketing, ya que la
única manera de desarrollarla es mediante su integración en la estrategia global de la
empresa y aplicarla en las operaciones cotidianas.
Una estrategia de Responsabilidad Social en las empresas debe aspirar
a impulsar acciones que persigan los siguientes objetivos:
• Reforzar los compromisos de las empresas y de las Administraciones
Públicas con las necesidades y preocupaciones de la sociedad, entre las
que se encuentra la generación de empleo.
• Contribuir a reforzar los modelos de gestión sostenibles que ayuden a
las empresas a ser más competitivas y a las administraciones públicas
más eficientes.
• Y, por último, potenciar aquellos programas de responsabilidad social
que impulsen la credibilidad internacional y la competitividad de la
economía, junto a la sostenibilidad y la cohesión social.
5. El objetivo de esta estrategia es difundir los valores de la Responsabilidad Social en el
conjunto de la sociedad poniendo énfasis en las pequeñas y medianas empresas, que
constituyen una parte importante en nuestra economía.
(www.empleo.gob.es/es/sec_trabajo/EERSE_WEB.pdf)
6. Cómo integrar la RSE
Para la competitividad de las empresas es cada vez más importante un enfoque estratégico
sobre RSE. Este puede reportar beneficios en cuanto a la gestión de riesgos, el ahorro de
costes, el acceso al capital, las relaciones con los clientes, la gestión de los recursos
humanos y la capacidad de innovación.
Es importante para una organización tomar conciencia de las actitudes actuales, el nivel
de compromiso y el compromiso en la gestión responsable por parte de sus líderes. Una
comprensión a fondo de los principios, las materias fundamentales y los beneficios de la
responsabilidad social ayudarán mucho a su integración en toda la organización y su
esfera de influencia.
7. Puntos a considerar
Para incorporar la RSE en la práctica empresarial, es importante situarnos en el
contexto, establecer una debida diligencia, en el marco de un proceso exhaustivo y
proactivo llevado a cabo para identificar los impactos negativos sociales,
ambientales y económicos (reales y potenciales) de las decisiones y las actividades
de una empresa, con el propósito de evitar y/o mitigar dichos impactos.
Diagnóstico integral
Es muy relevante delinear una línea base de gestión responsable para establecer el punto de partida y determinar la
situación actual; así como identificar y levantar las expectativas de los grupos de interés significativos internos y externos de
la compañía (prioritarios). Además de realizar un autodiagnóstico de gestión actual, basada en las buenas prácticas.
8. Estrategia de RSE y sostenibilidad
Luego del Diagnóstico, con toda la información recopilada y analizada puede definirse una
estrategia de sostenibilidad a partir de los impactos negativos en su cadena de valor extendida,
de sus drivers internos, sus riesgos y oportunidades, su modelo de negocio y asuntos
relevantes.
Es recomendable para ello: analizar y adaptar el modelo de negocio, definir recursos y
capacidades clave, identificar riesgos y oportunidades, mecanismos de mitigación, establecer
la materialidad y asuntos relevantes de la compañía y su propia industria, priorización de
asuntos relevantes de sostenibilidad y validación por parte de los lideres de la organización.
9. La responsabilidad social corporativa en México
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