1. CARTA A LOS PADRES Y MADRES DE FAMILIA SOBRE LA ASIGNATURA DE RELIGIÓN
León, 29 de mayo de 2020
Queridos padres y madres de familia y quienes hacéis sus veces:
Está a punto de concluir el mes de mayo y se acerca el final del curso escolar. Pensando ya en el próximo,
quiero enviaros un mensaje importante para la educación integral de vuestros hijos, los niños y niñas de hoy
que serán quienes recojan y disfruten, así lo espero, todo lo bueno que tanto vosotros como sus educadores
van sembrando en sus pequeñas pero preciosas vidas, que es como decir, en sus pensamientos y actitudes
para el mañana.
Recibid, en primer lugar, la expresión de mi aprecio personal y el de la comunidad católica de León que
extiendo también hacia las familias y personas particulares que se han visto afectadas, más o menos
directamente, por la pandemia del Coronavirus. A todas debe llegar nuestra condolencia y nuestra esperanza
y apoyo real. Como creyentes encomendamos a la misericordia de Dios a los que han fallecido y pedimos el
consuelo cristiano y la fortaleza necesaria para sus allegados. No en vano la familia constituye una de las
realidades humanas y sociales más valiosas y sólidas de nuestra vida. Como bien sabéis, es en ese ámbito,
definido por el amor y la responsabilidad de todos sus miembros, donde se cultivan los valores más
importantes de nuestra existencia, entre ellos la dimensión religiosa. No en vano la familia ha sido y será
siempre la primera escuela que transmite los principales valores, incluyendo la fe y los principios morales.
Sin duda sabéis muy bien que la familia es uno de los grandes tesoros de nuestra existencia. En el ámbito
familiar aprendemos a amar y a buscar con responsabilidad el bien de todos sus miembros. Una de las tareas
más hermosas, especialmente de los padres, consiste en la educación de los hijos. Es verdad que en esa tarea
no estáis solos: recibís la ayuda de la sociedad y, como creyentes, la que os ofrece la Iglesia Católica. Nunca
se ha de olvidar que los padres sois los primeros responsables de la educación de vuestros hijos. Las demás
instancias tienen un papel subsidiario. Por esto la Constitución española reconoce y ampara vuestro derecho
de “educar según vuestras propias convicciones” (cf. art. 27.3).
Todos los años, por estas fechas, tenéis la oportunidad de ejercer el derecho a elegir, en los colegios, la
asignatura de Religión y Moral Católica como pieza fundamental en la educación de vuestros hijos que,
unida a la catequesis y a la celebración de los sacramentos de nuestra fe, hará crecer en ellos su identidad
cristiana de discípulos de Jesús, nuestro Salvador. Os animo y os pido a que lo hagáis responsablemente un
año más, conscientes de que, además de ejercer un derecho que os corresponde como padres, estáis
cumpliendo la obligación que asumisteis el día del bautismo de vuestros hijos.
La clase de Religión, como bien sabéis, trata sobre Dios y sobre el hecho religioso, y al mismo tiempo,
introduce a los alumnos en el conocimiento de la cultura cristiana. Por otra parte, ofrece un espacio adecuado
para el crecimiento personal y comunitario, para el desarrollo armónico de la propia identidad, para el
estímulo de la convivencia, para el debate sereno y fundamentado sobre no pocas realidades, para la
asimilación de criterios de actuación, y para la consolidación de los rasgos, virtudes y valores que les
acompañarán durante toda su vida. Sin este aporte la educación humana es incompleta. Tenedlo en cuenta a
la hora de elegir la asignatura de la Religión para vuestros hijos.
Al pediros una vez más esta colaboración, deseo agradecer vuestro compromiso y determinación de ejercer
como padres cristianos, aunque tengáis que hacerlo en ocasiones contra corriente en nuestra sociedad tan
secularizada, pero conscientes también de que es lo mejor para la educación de vuestros hijos.
Con mi saludo personal y afectuoso recibid también mi bendición:
+Julián, obispo de León