El documento habla sobre María Magdalena y cómo Jesús perdonó sus pecados pasados. Explica que muchas personas se identifican con María porque luchan contra hábitos que les impiden vivir mejor. Sin embargo, Jesús ofrece una salida y el perdón a todos los que buscan un cambio en su vida y aceptan a Jesús como su Señor.
2. QUIÉN ERA MARÍA MAGDALENA Y
QUIÉNES SOMOS NOSOTROS
María Magdalena era una mujer
pecadora, destructora de relaciones, y
por esa elección de vida, era despreciada
por la sociedad, rechazada por los
amigos y familiares.
3. Nosotros nos identificamos con María, tal vez no
por el mismo tipo de pecado, sino porque sufrimos
cuando nos sentimos aprisionados por hábitos
que impiden una vida mejor y porque tenemos
una fuerza de voluntad pequeña para vencerlos.
¿Por qué cambiar es tan difícil?
El pecado es el virus más poderoso y
devastador que todos traemos. Como
pecadores, nuestra tendencia es para el mal.
4. ¿Qué hacen las personas cuando se sienten sin salida?
• Algunas culpan a otros o a las circunstancias por su situación.
• Algunas intentan librarse de las consecuencias de sus errores
huyendo, engañando, mintiendo, y al final crean otros problemas.
• Otras fingen que está todo bien.
• Otras intentan librarse de sí mismas, porque se sienten débiles,
imposibilitadas por no soportar un cambio.
• Algunas se acostumbran tanto que caen en el error fatal de creer
que está todo bien mientras viven en el error.
5. EL CAMINO PARA EL CAMBIO
El ser humano pude huir y negar que
Jesús es la salida, pero no tiene como
escapar de la necesidad de Dios y de
tener un encuentro con él.
6. “Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo
abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha
ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor”
(Lucas 4:17-19).
7. Jesús vino para ayudar a
todo aquel que desea dar
vuelta la página y cambiar el
rumbo de su historia de
desilusión y dolor.
8. Dios sabe nuestra necesidad.
Por eso, él dice:
“Venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados, y yo os haré
descansar” (Mateo 11:28).
9. “Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la
mujer, le dijo: ‘Mujer, ¿dónde están los que te acusaban?
¿Ninguno te condenó?’
Ella dijo: ‘Ninguno, Señor’. Entonces Jesús le dijo:
‘Ni yo te condeno; vete, y no peques más’” (Juan 8:10,11).
Esas son las palabras de aceptación
que todo pecador necesita.
10. QUÉ HACE EL ENCUENTRO CON CRISTO
EN NUESTRA HISTORIA
Nadie, absolutamente nadie que haya tenido un encuentro con
Cristo permanece de la misma manera. Cuando permitimos esa
rendición, ocurren algunas restauraciones:
• Nuestra estructura emocional y nuestro sentimiento de valor
son restaurados.
• Nuestra imagen social es restaurada.
• Nos despertamos a un compromiso con actitudes nuevas.
11. La construcción de un capítulo nuevo
pasa por ser perdonado, pero también
implica vivir como perdonado. Dios no
puede reconstruir por completo nuestra
vida si él no es el Señor, el soberano
en nuestro corazón.
12. Hay una diferencia entre aceptarlo como
Salvador y aceptarlo como Señor.
Cuando lo aceptamos como Salvador, le decimos a él y al
universo que creemos que la sangre de Jesús en la cruz
del Calvario tiene poder de perdonar nuestros pecados y
que somos justificados por él.
Cuando aceptamos a Jesús como nuestro Señor,
reconocemos que no somos capaces de seguir solos y
aceptamos su dirección en nuestra vida en todos los
sentidos, la dirección revelada en su Palabra, en sus
consejos y mandamientos.
13. Hoy, el perfume que derramamos sobre la cabeza y
los pies de Jesús es diferente al que ofreció María.
Él mismo dijo en Juan 14:15:
“Si me amáis, guardad mis mandamientos”.
Este es el regalo que podemos darle: una vida en la
que seguimos lo que él dice, una vida que busca
conformidad con su voluntad.
14. “María Magdalena vio la crucifixión y la sepultura
de Jesús, y eso fue muy triste. Ella fue restaurada,
pero también recompensada al ser la primera
persona en ver a Jesús resucitado”
(Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 732).
¿Ha pensado en lo que puede perder por no
decirle sí a Jesús?
15. Dios lo mira de la misma manera como
miró a María Magdalena y, con su
mirada le dice:
“Ven, mi gracia es suficiente para
aceptarlo, mi sangre perdona todo y
cualquier pecado. Mi poder está a su
disposición para fortalecerlo”.