El aprendizaje colaborativo implica que los estudiantes trabajen en grupos para aprender unos de otros y de los educadores. Los estudiantes aportan perspectivas individuales a proyectos grupales, lo que fomenta la tolerancia y la diversidad. Esta retroalimentación permite que los estudiantes dirijan su propia educación con la ayuda de otros. Las herramientas tecnológicas pueden facilitar la interacción y colaboración entre estudiantes para potenciar el aprendizaje.
1. ¿Qué es el aprendizaje
colaborativo?
El aprendizaje colaborativo forma parte del constructivismo como
postulado que parte la idea de la educación como un proceso de socio-
construcción, es decir de la apertura a la diversidad y la tolerancia, o lo
que es lo mismo, el perspectivismo. Dicho de otro modo, los alumnos
deben trabajar en grupos, colaborar y cooperar empleando para ello una
serie de herramientas varias que les faciliten la interacción y la
comunicación, de forma que cada alumno aporte una perspectiva individual
al proyecto común, formándose así un proyecto diverso que contiene el
acerbo, ideas y creatividad de cada uno de sus miembros.
Esta retroalimentación o feedback facilita y potencia las actitudes
cognitivas y dinámicas en el aprendizaje al dar al alumno la oportunidad de
ser su propio líder en su educación con la ayuda de educadores y
compañeros.
Vygotsky apunta que “el Aprendizaje Colaborativo (AC) consiste en
aprender con otros y de otros”, ¿incluye este precepto sólo a los
compañeros de clase, o podemos estar también hablando de los agentes
sociales, medios, educadores y padres? Dar a los estudiantes la oportunidad
de estar en el centro de su propio aprendizaje nos lleva a determinar o
planificar unos objetivos, metodología y estrategia que promuevan y
faciliten la tarea del alumno, tanto individual como colectivamente. ¿Quién
diseña los planes? ¿Qué herramientas ponemos en manos de los
estudiantes?
El aprendizaje colaborativo busca potenciar el valor de las relaciones
interpersonales que se dan en grupos al considerar la socialización e
integración, la diversidad, como valores o elementos eficaces para la
educación del alumno. En este punto, la solidaridad y la empatía junto con
la capacidad de los alumnos de relacionarse y generar vínculos sociales con
otros, son factores determinantes para su propia educación, y es esa toma
de conciencia la que se pretende conseguir en última instancia.
2. En otros post he hablado ampliamente sobre las muchas herramientas
colaborativas y educativas que tenemos a nuestra disposición desde el
mundo 2.0 para facilitar a los alumnos esta perspectiva e interacción
educativa; sin embargo no debemos olvidar que el valor de las herramientas
y software que empleemos no va más allá de la utilidad y facilidad que les
demos, y que son los alumnos los que colaboran y aprenden, y por lo tanto,
es a ellos a quien debemos prestar la máxima atención a la hora
de planificar una estrategia y escoger dichas herramientas.
Por otro lado y respondiendo a la pregunta anterior sobre la
responsabilidad de las familias y agentes sociales en la educación además
de alumnos y profesores, al menos para quien subscribe, es trascendental
que tanto padres como administración se involucren de forma activa y
participativa en el aprendizaje. Conozco muchos profesores frustrados con
la administración y decepcionados con las actitudes paternas, ¿se puede
trabajar así?¿Podemos pedir a nuestros hijos que se impliquen, que
colaboren y estudien cuando nosotros nos desentendemos? Por otro
lado, hay también una responsabilidad social de la que poco o nada se
habla, la responsabilidad de los Medios de Comunicación y Sociales, que
hoy en día se multiplica a través de la Web 2.0. Nuestra labor es la de
redireccionar el 2.0 hacia la colaboración, la creación de proyectos y la
cooperación, de modo que los estudiantes no sólo aprendan los contenidos
educativos necesarios, sino que desarrollen una actitud dinámica y
participativa sobre sus propios conocimientos al estar involucrados en la
misma.
Las TIC potencian en muchos aspectos la interacción:
Posibilitan el intercambio de información, conocimiento y diálogo.
Permiten la colaboración activa de los miembros de un grupo
Permiten la auto-evaluación y medición del rendimiento individual y
colectivo
Facilitan el acceso a una gran cantidad de información compartida y
la gestión de dicha información
3. Ponen en contacto a los estudiantes lo que les permite conocer no
sólo lo referente a los contenidos educativos, sino a lo personal, los
aspectos emocionales de la educación misma, percepciones,
intuiciones, opiniones, sentimientos, etc
En fin, podemos decir que el aprendizaje colaborativo se basa en la
potenciación de la inteligencia emocional del alumno para su propio
desarrollo educativo y personal empleando las TIC y herramientas
colaborativas como medio para facilitar la interacción con otros, de modo
que los condimentos no se acumulen en cajas que son fácilmente
almacenadas y olvidadas por los alumnos, sino que de un modo
participativo y dinámico, forman parte de la experiencia y vivencia del
estudiante en la diversidad y desarrollo.