Este documento presenta una introducción al arte rococó en el siglo XVIII, explicando el contexto histórico-cultural. El siglo XVIII fue una época de expansión y transición hacia la modernidad, dominada por la Ilustración y el racionalismo. Se desarrollaron los salones aristocráticos como centros de discusión intelectual y difusión artística. El documento también resume brevemente los diferentes temas que se abordarán sobre la arquitectura, pintura, música y artes decorativas del estilo rococó.
APUNTES FUNDAMENTOS DEL ARTE I. TEMA 12. ARTE DEL SIGLO XVIII (I): ROCOCÓ
1.
FUNDAMENTOS
DEL
ARTE
I.
TEMA
12.
ARTE
DEL
SIGLO
XVIII
(I):
EL
ROCOCÓ
2. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
2
TEMA
12.
ARTE
DEL
SIGLO
XVIII
(I):
EL
ROCOCÓ
1.Introducción
al
arte
rococó.
Contexto
histórico-‐cultural.
2.
La
arquitectura
rococó
3.
La
pintura
rococó.
4
La
imaginería
española:
Salzillo.
5.
La
música
rococó.
Mozart.
6.
Mobiliario,
indumentaria
y
artes
decorativas
rococó.
1.INTRODUCCIÓN
AL
ARTE
ROCOCÓ.
CONTEXTO
HISTÓRICO-‐CULTURAL
El
siglo
XVIII
fue
una
etapa
trascendental
de
la
historia.
Por
su
carácter
de
frontera
entre
dos
épocas,
la
moderna
y
la
contemporánea,
fue
un
período
confuso,
polémico
y
apasionante.
Pensemos
que
por
ejemplo,
en
Francia
se
inicia
con
Luis
XIV
y
se
termina
con
la
Revolución
Francesa
(1789).
Fue
un
siglo
de
expansión
en
todos
los
niveles:
demográfica,
económica
(inicios
de
la
revolución
industrial
en
Inglaterra),
cultural
(desarrollo
de
las
ciencias,
el
arte,
la
literatura).
La
máxima
potencia
europea
en
esta
etapa
es
Inglaterra,
gracias
a
su
agresiva
expansión
comercial
e
industrial1
y
a
su
imperio
colonial,
uno
de
los
mayores
de
toda
la
historia.
Además
los
ingleses
consiguieron
evitar
un
proceso
revolucionario
como
el
francés,
desarrollando
un
sistema
político
liberal
y
estable.
Por
otro
lado,
se
desarrolla
la
Guerra
de
la
Independencia
de
Estados
Unidos:
las
colonias
norteamericanas
que
se
independizaron
de
Gran
Bretaña
edificaron
el
primer
sistema
político
liberal
y
democrático,
alumbrando
una
nueva
nación,
los
Estados
Unidos
de
América.
El
siglo
XVIII
es
llamado
el
Siglo
de
las
Luces.
denomina
así
a
este
periodo
porque
es
una
etapa
donde
impera
el
Racionalismo,
es
decir,
todo
debe
ser
“iluminado”
o
sometido
al
dominio
de
la
razón,
dejando
de
lado
supersticiones,
oscurantismos
y
aspectos
irracionales.
Es
la
época
de
la
Ilustración.
La
Ilustración
es
un
fenómeno
cultural
europeo,
observable
en
todos
los
países
del
continente
desde
Portugal
a
Rusia.
Fue
un
movimiento
intelectual
que
valiéndose
de
un
utillaje
ideológico
renovado
(razón,
naturaleza,
progreso,
felicidad),
trataba
de
conseguir
la
modernización
de
la
cultura
y
la
reforma
de
la
sociedad.
Para
el
filósofo
Kant,
la
Ilustración
supuso
“el
fin
de
la
minoría
de
edad
del
hombre”.
En
aquellos
tiempos,
dominaban
por
toda
Europa
monarquías
absolutas
basadas
en
el
ideal
político
del
Despotismo
ilustrado
con
su
célebre
lema
“todo
para
el
pueblo
pero
sin
el
pueblo”.
Pretendían
realizar
reformas
en
la
sociedad,
que
se
tradujeran
en
mejoras
económicas,
sanitarias,
sociales
y
sobre
todo
educativas
y
culturales.
Los
déspotas
ilustrados
querían
que
estas
reformas
fueran
llevadas
a
cabo
desde
“arriba”,
desde
los
sectores
privilegiados
y
cultos
de
la
sociedad.
Un
ejemplo
de
este
intento
de
sistematizar
los
conocimientos
es
la
publicación
de
La
Enciclopedia
(1751-‐1765),
de
D'Alembert
y
Diderot2
,
obra
clave
de
la
Ilustración.
Ilustración
y
enciclopedismo
sustituyen
a
Dios
del
centro
del
universo
y
ponen
en
él
al
hombre,
potenciando
el
progreso
industrial
y
científico
y
todo
aquello
que
pudiera
1
En
Gran
Bretaña
surgió
la
Revolución
Industrial
en
el
siglo
XVIII.
2
Intervinieron
más
de
cien
colaboradores
en
esta
obra
que
consta
de
28
volúmenes.
3. 3
3
contribuir
a
la
mejora
de
sus
condiciones
de
vida.
Otros
grandes
filósofos
de
esta
época,
ligados
a
la
Enciclopedia
fueron
Montesquieu,
Voltaire
y
Rousseau.
El
fruto
maduro
de
la
Ilustración
fue
la
Revolución
francesa
de
1789.
En
otro
orden
de
cosas,
en
el
siglo
XVIII
se
ponen
de
moda
los
Salones
donde
los
aristócratas
y
burgueses
se
reunían
para
discutir
de
literatura,
política,
arte,
filosofía
o
música
y
también
para
bailar
y
divertirse;
son
el
marco
idóneo
para
la
difusión
de
los
artistas.
Algunas
mujeres
relevantes
son
las
organizadoras
animadoras
de
los
Salones,
cosa
que
ejemplifica
su
nuevo
papel
en
la
sociedad,
hasta
el
punto
que
dos
de
estas
damas
darán
nombre
a
la
época
y
al
estilo:
Madame
Pompadour
y
Madame
Du
Barry.3
Retrato
de
Madame
de
Pompadour
por
F.
Boucher;
Retrato
de
Madame
du
Barry
por
Lebrun.
En
España
el
siglo
XVIII
coincide
con
la
llegada
de
una
nueva
dinastía
tras
la
guerra
de
Sucesión:
los
Borbones.
El
primer
Borbón
en
acceder
a
la
Corona
española
fue
Felipe
V,
nieto
del
rey
francés
Luis
XIV.
Desde
el
punto
de
vista
artístico,
los
estilos
que
encontramos
en
el
siglo
XVIII
son:
1.
Tardobarroco
o
barroco
tardío.
Es
la
etapa
final
del
siglo
XVIII
y
se
desarrolla
en
los
inicios
de
ese
siglo4
.
2.
Rococó:
es
una
corriente
estética
de
origen
francés,
que
se
desarrolla
durante
la
primera
mitad
del
siglo
XVIII.
3.
El
Neoclasicismo:
supone
una
reacción
al
estilo
rococó.
Se
desarrolla
en
los
siglos
XVIII
y
también
XIX.
Es
un
decidido
retorno
al
ideal
de
belleza
clásica,
utilizando
un
lenguaje
frío,
severo
y
solemne,
donde
lo
helénico
se
convierte
en
norma
académica.
En
el
siglo
XVIII
se
pone
de
manifiesto
la
llamada
“ruptura
del
paradigma
clásico”,
es
decir,
que
el
modelo
clásico
–basado
en
el
ideal
de
belleza
grecorromano-‐,
vigente
durante
siglos,
entra
en
crisis
y
se
buscan
nuevas
fuentes
3
Las
contradicciones
de
esta
época
están
muy
bien
reflejadas
en
la
novela
de
Pierre-‐Ambroise
Choderlos
de
Lacios
(1741-‐1803)
las
amistades
peligrosas.
4
Un
ejemplo
de
edificio
tardobarroco
es
la
Iglesia
de
San
Carlos
Borromeo
de
Viena
(1715)
de
Fischer
Von
Erlach.
4. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
4
de
inspiración
ajeno
a
modelos
clásicos
como
el
arte
egipcio,
el
oriental
–chino,
japonés-‐,
etc.
Así
se
sentarán
las
bases
del
arte
contemporáneo.
El
primer
estilo
artístico
propiamente
dieciochesco
es
el
arte
Rococó.
Ha
sido
denominado
también
como
estilo
“rocalla”
(que
deriva
del
francés
rocaille,
piedra
y
coquille,
concha)
ya
que
este
elemento
decorativo
es
el
más
característico
de
esta
tendencia5
.
Podemos
definir
el
complejo
concepto
de
rocalla
como
la
mezcla
de
conchas
marinas
irregulares
y
asimétricas.
Recordemos
que
las
rocallas
como
motivo
decorativos
aparecían
ya
en
grutas
y
jardines
desde
el
manierismo.
El
término
rococó
surgió
con
carácter
despectivo,
siendo
una
corriente
cultural
extremadamente
compleja
que
ha
suscitado
controvertidos
debates
entre
los
historiadores.
Podemos
definirlo
como
un
estado
de
ánimo,
una
actitud
ante
la
vida,
el
pensamiento,
la
sociedad,
que
se
inicia
a
principios
del
siglo
XVIII.
El
arte
rococó
surgió
en
círculos
aristocráticos
de
Francia
hacia
los
años
1710-‐15
y
teóricamente
estuvo
vigente
hasta
mediados
del
siglo
XVIII.
En
la
práctica
el
rococó
no
puede
considerarse
totalmente
finiquitado
hasta
el
periodo
1775-‐80
aproximadamente,
pues
sus
representantes
ofrecen
mucha
resistencia
a
las
nuevas
ideas.
De
Francia
se
extendió
a
toda
Europa
(Alemania,
Austria,etc.)
Sobre
este
apartado
véase:
http://artpower-‐ana.blogspot.com.es/2012/10/actividad-‐introductoria-‐al-‐siglo-‐
xviii.html
2.
LA
ARQUITECTURA
ROCOCÓ
El
estilo
rococó
busca
el
arte
total
o
Gesamtkunstwerk, especialmente
en
la
arquitectura
y
las
artes
decorativas.
Tiende
así
a
la
fusión
entre
todas
las
artes
dentro
de
una
estética
exquisita
que
concede
una
enorme
importancia
a
la
exuberancia
decorativa
(rocallas,
motivos
vegetales,
etc.)
Los
interiores
suntuosos
se
valoran
más
que
los
exteriores.
Utilizan
estucos
dorados
que
crean
atmósferas
esplendorosas
dentro
de
una
rica
policromía.
En
el
rococó
predominan
las
formas
fantasiosas,
dinámicas
y
curvilíneas
trabajadas
en
entrelazos
infinitos.
Sienten
predilección
por
lo
exótico
y
oriental.
Esa
atracción
por
Oriente
se
plasma
en
motivos
decorativos
chinescos
–denominadas
chinoiseries
o
chinerías-‐
que
estuvieron
en
boga
en
los
interiores
palaciegos
y
en
la
porcelana
de
la
época.
El
palacio
de
Versalles,
aunque
se
inicia
en
el
Barroco
–es
el
retrato
en
piedra
de
Luis
XIV6
-‐
presenta
añadidos
arquitectónicos
y
decorativos
rococó
e
incluso
neoclásicos,
ligados
a
la
Reina
María
Antonieta
y
al
rey
Luis
XVI,
que
finalmente
acabarían
guillotinados
durante
la
Revolución
Francesa
(fines
del
siglo
XVIII).
5
Los
franceses
prefieren
utilizar
el
término
“rocalla”
antes
que
“rococó”.
6
El
origen
de
este
palacio
es
un
primitivo
pabellón
de
caza
de
Luis
XIII
que
el
Rey
Sol
amplió
hasta
convertirlo
en
un
ejemplo
emblemático
de
la
poderosa
Francia
del
siglo
XVII.
5. 5
5
Los
motivos
decorativos
rococó
se
extendieron
por
toda
Europa
gracias
a
los
grabados,
que
proporcionaban
los
modelos
y
a
la
labor
desempeñada
por
arquitectos
que
alcanzaron
una
gran
difusión
como
François
Cuvilliés
(1695-‐1768).
La
decoración
rococó
la
encontramos
sobre
todo
en
palacios
aristocráticos
y
en
iglesias.
En
este
estilo
abunda
la
utilización
de
los
espejos,
los
tonos
pastel
y
los
motivos
decorativos
dorados.
Ejemplos
destacados:
los
salones
del
hôtel
Soubise
de
Paris
;
el
palacio
Nymphenburg
de
Munich
(de
F.
Cuvilliés);
el
palacio
Stupinigi
de
Turín
o
la
Sacristía
de
la
Cartuja
de
Granada.
Un
perfecto
ejemplo
del
arte
rococó:
el
Hôtel
Soubise
(Palacio
Soubise)
de
Paris.
La
decoración
de
interiores
fue
realizada
por
Germain
Boffrand
a
mediados
del
siglo
XVIII
y
pasa
por
ser
el
primer
ejemplo
de
arquitectura
rococó.
3.
LA
PINTURA
ROCOCÓ
La
pintura
rococó
es
predominantemente
decorativa,
frívola,
alegre
y
de
carácter
profano7
.
Es
deudora
de
la
pintura
renacentista
(especialmente
la
veneciana)
y
la
barroca
(Rubens).
Poco
tiene
de
la
espiritualidad
barroca
y
no
es
una
simple
derivación
de
ese
estilo.
Los
géneros
pictóricos
que
privilegia
el
arte
rococó
son
desnudos,
retratos
y
escenas
galantes
(coqueteo
amoroso)
de
tono
amable,
en
ocasiones
ambientadas
en
jardines
frondosos
o
lujuriosos
paisajes.
Los
personajes
aunque
estén
insertos
en
la
naturaleza,
portan
indumentos
lujosos,
como
si
de
un
espectáculo
teatral
o
baile
pastoril
se
tratase.
Asimismo,
abundan
las
escenas
inspiradas
en
la
Comedia
del
Arte
italiana,
la
música
y
la
danza,
que
tienen
su
correlato
en
las
figuritas
de
porcelana
de
la
época
(Meissen
o
Sèvres
por
ejemplo).
En
la
pintura
rococó
la
mujer
adquiere
un
gran
protagonismo
como
sujeto
pictórico.
Las
pinceladas
suelen
ser
pastosas,
sueltas
y
matéricas.
La
pintura
rococó
refleja
el
hedonismo,
la
alegría
de
vivir,
el
elegante
y
refinado
dolce
far
niente
de
aristócratas
ociosos
y
burgueses
enriquecidos.
En
los
retratos
son
habituales
los
personajes
disfrazados
(con
motivos
orientales,
mitológicos,
etc.).
Son
frecuentes
también
las
escenas
familiares,
en
las
que
se
hace
especial
hincapié
en
la
ternura
de
los
niños.
Los
marcos
de
los
cuadros
adoptan
recargadas
ornamentaciones
en
ocasiones,
con
formas
elípticas
o
de
medallón.
El
origen
de
la
pintura
rococó
se
encuentra
en
Francia,
pero
se
difundió
por
todas
las
cortes
europeas.
Los
pintores
franceses
por
antonomasia
del
arte
rococó
fueron
BOUCHER,
FRAGONARD
y
WATTEAU.
En
ellos
encontramos
las
características
del
rococó
anteriormente
reseñadas.
WATTEAU
se
inspiró
en
los
espectáculos
teatrales
y
se
especializó
en
escenas
galantes
y
costumbristas.
Conoció
la
pintura
renacentista
veneciana
que
le
influyó
notablemente.
Sus
cuadros
están
ambientados
en
jardines
aristocráticos,
con
elegantes
personajes
que
muestran
el
ambiente
social
del
rococó.
La
obra
cumbre
de
Jean-‐
7
Las
pinturas
de
temática
religiosa
renuncian
al
tenebrismo,
apostando
por
colores
más
suaves
y
personajes
idealizados.
6. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
6
François
WATTEAU
es
Embarque
hacia
Citerea,
la
isla
donde
según
la
mitología,
nació
Afrodita
y
lugar
de
peregrinación
a
su
culto.
François
BOUCHER
fue
el
máximo
exponente
del
decorativismo
rococó
francés.
Entre
sus
principales
comitentes
descuella
la
favorita
del
rey
Luis
XV,
Madame
de
Pompadour,
a
la
que
retrató
en
numerosas
ocasiones.
Vivió
en
Italia
donde
le
fascinaron
las
pinturas
decorativas
del
rococó
Tiépolo.
Sus
mejores
obras
son
retratos
y
pinturas
de
inspiración
mitológica.
Jean-‐Honoré
FRAGONARD
también
se
formó
en
Italia.
Su
pintura
aúna
la
sensualidad
y
la
elegancia
de
escenas
galantes
-‐El
columpio
o
El
beso
robado-‐
llenas
de
alegría
de
vivir.
Asimismo
se
interesó
por
escenas
bucólicas
y
pastoriles.
El
advenimiento
de
la
Revolución
Francesa
terminó
con
sus
mecenas
de
la
nobleza,
siendo
su
estilo
desplazado
por
el
neoclásico
David,
por
lo
que
Fragonard
terminó
sus
días
en
la
pobreza
y
en
el
mayor
de
los
olvidos.
Tres
ejemplos
de
pintura
rococó
realizadas
por
Fragonard:
El
beso
robado;
Joven
leyendo,
El
cerrojo.
La
toilette
de
Boucher;
El
embarque
para
Citerea
de
Jean-‐François
Watteau.
7. 7
7
En
España
la
pintura
rococó
tiene
en
Luis
PARET
y
en
Salvador
MAELLA
con
sus
pinturas
preciosistas,
a
dos
emblemáticos
representantes.
También
Francisco
de
GOYA
muestra
el
influjo
de
estilo,
por
ejemplo
en
algunos
cartones
realizados
para
la
Real
Fábrica
de
Tapices,
con
obras
costumbristas
de
gusto
aristocrático
como
La
gallinita
ciega
o
El
quitasol.
El
mundo
de
majos
y
majas
protagoniza
buena
parte
de
la
obra
del
genial
Goya:
La
Maja
Vestida;
La
Pradera
de
San
Isidro.
En
Gran
Bretaña,
el
siglo
XVIII
y
el
primer
tercio
del
siglo
XIX
están
considerados
como
la
época
de
máximo
esplendor
de
la
pintura
inglesa.
Abundan
los
retratos
en
bellos
paisajes
como
apreciamos
en
los
cuadros
de
Gainsborough
o
de
sir
Joshua
Reynolds.
Las
escenas
de
costumbres
son
muy
característicos
de
este
período,
muchas
veces
con
una
carácter
moralizante,
como
por
ejemplo
en
la
serie
Matrimonio
a
la
moda
de
Hogarth.
8. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
8
La
obra
de
MARIE-‐LOUISE-‐ÉLISABETH
VIGÉE-‐LEBRUN
(1755-‐1842)
La
artista
italiana
Rosalba
CARRIERA
y
en
especial,
la
francesa
Mª-‐Louise
VIGÉE-‐
LEBRUN
descuellan
dentro
del
panorama
pictórico
europeo
del
siglo
XVIII.
Procedente
de
una
familia
vinculada
al
arte
–su
padre
fue
pintor
y
su
primer
maestro-‐,
VIGÉE-‐LEBRUN
fue
una
afamada
retratista,
testigo
privilegiado
de
las
transformaciones
de
finales
del
siglo
XVIII,
de
la
Revolución
Francesa
a
la
Restauración.
Tuvo
una
fulgurante
carrera.
Aprendió
copiando
la
obra
de
los
grandes
maestros
como
Rembrandt
o
Rubens.
Su
pintura
evolucionó
desde
el
hedonista
Rococó
hacia
el
depurado
Neoclasicismo8
como
podemos
comprobar
a
través
de
la
indumentaria
que
aparece
en
sus
cuadros.
A
lo
largo
de
su
intensa
vida
–murió
con
86
años-‐
contó
con
numerosos
comitentes
de
la
realeza
europea
(francesa,
napolitana,
austriaca,
rusa)
y
de
la
aristocracia,
retratando
a
lo
más
granado
de
las
élites
culturales
y
políticas
de
la
época
(Lord
Byron,
Hubert
Robert,
Caroline
Murat,
etc.).
En
su
mansión
parisina,
en
su
Salón,
recibía
una
vez
por
semana
a
la
alta
sociedad
sin
reparar
en
gastos.
En
su
extensa
producción
pictórica
-‐900
cuadros-‐
predominan
abrumadoramente
los
retratos
al
natural,
de
carácter
rococó
(colorido
suave,
tono
amable,
idealizado
y
elegante,
detallismo
en
las
texturas,
captación
psicológica).
Entre
sus
retratos
femeninos
destacan
los
que
realizó
de
su
mecenas
la
reina
María
Antonieta
–una
veintena-‐,
la
princesa
de
Lamballe,
la
condesa
de
Polignac,
etc.
En
1788
pintó
una
de
sus
obras
maestras:
el
retrato
del
pintor
Hubert
Robert.
Pintaba
sobre
todo
al
óleo,
y
en
algún
caso
al
pastel.
Escribió
un
breve
ensayo
“Conseils
pour
la
peinture
du
portrait”9
y
su
autobiografía
a
la
que
denominó
“Souvenirs”.
Huyó
despavorida
de
Francia
cuando
estalló
la
Revolución
Francesa
disfrazada
de
obrera,
perdiendo
buena
parte
de
sus
posesiones,
refugiándose
en
Roma.
En
Italia
realizó
el
Grand
Tour.
Vivió
entre
Roma,
Florencia,
Venecia...
Diversas
cortes
europeas
solicitaron
sus
trabajos
como
reputada
retratista,
por
ello
se
estableció
con
gran
éxito
en
San
Petersburgo
(1795)
y
a
inicios
del
siglo
XIX
a
caballo
entre
Londres,
París,
Ginebra
etc.
Murió
ciega
en
París.
Su
fortuna
crítica
ha
sido
oscilante.
En
vida
gozó
de
gran
fama
pero
su
conexión
con
los
reyes
Luis
XVI
y
María
Antonieta
a
la
larga
la
perjudicaron
y
cayó
en
el
olvido
hasta
que
empezó
a
ser
reivindicada
y
valorada
con
justeza
en
el
siglo
XXI.
La
primera
gran
retrospectiva
de
su
obra
tuvo
lugar
en
París
en
el
año
2015.
4
LA
IMAGINERÍA
ESPAÑOLA:
SALZILLO
Entre
los
escultores
españoles
del
siglo
XVIII,
el
más
extraordinario
fue
sin
duda
Francisco
SALZILLO
(1707-‐1783).
Nació
en
Murcia
de
padre
italiano.
La
temática
de
sus
esculturas
es
predominantemente
religiosa:
pasos
8
En
mucha
menor
medida.
9
“Consejos
para
pintar
retratos”.
Se
lo
dedicó
a
su
sobrina.
9. 9
9
procesionales
–como
la
espléndida
Oración
de
Jesús
en
el
Huerto-‐;
esculturas
de
la
Virgen
María
y
santos;
un
Belén
de
tradición
napolitana
que
está
considerado
como
uno
de
los
mejores
del
mundo.
Era
esencialmente
imaginero,
es
decir,
se
especializó
en
la
realización
de
la
talla
en
madera
que
policromaba.
Recoge
lo
mejor
de
la
herencia
barroca
escultórica
y
su
producción
plástica
oscila
entre
el
tardobarroco,
rococó
e
incluso
anticipa
el
neoclasicismo.
Salzillo
se
especializó
en
escultura
religiosa:
el
Ángel
de
la
Oración
en
el
Huerto;
angelitos;
detalle
del
Belén;
Dolorosa;
Detalles
de
Pasos
Procesionales
(el
Prendimiento);
músicos
del
Belén.
El
estilo
personal
de
Salzillo
creó
escuela
en
su
tierra
natal,
la
llamada
Escuela
Murciana
de
Imaginería.
En
Murcia
se
conserva,
además,
un
extraordinario
museo
con
lo
esencial
de
su
producción.
10. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
10
5.
LA
MÚSICA
ROCOCÓ.
MOZART10
La
música
del
periodo
Rococó
se
inserta
plenamente
en
el
periodo
que
se
conoce
como
Clasicismo.
Se
trata
de
un
periodo
en
el
que
hay
una
dicotomía,
ya
que
mientras
algunos
músicos
seguirán
desarrollando
las
formas
y
tendencias
del
Barroco,
aparecerá
ahora
una
nueva
generación
que
intentará
poner
orden
en
la
explosión
creativa
del
periodo
anterior
y
que
tomará
forma
en
las
Academias,
que
se
encargarán
de
codificar
la
nueva
visión
de
la
música
haciéndola
más
racional.
Por
ejemplo,
las
composiciones
tenderán
a
usar
frases
con
un
número
par
de
compases
y
divididas
en
dos
periodos
iguales,
dotando
a
las
piezas
de
elegancia
y
regularidad.
Se
seguirán
perfeccionando
los
instrumentos
del
periodo
anterior,
y
aunque
la
flauta,
el
violín
y
el
clavecín
serán
los
instrumentos
preferidos,
pronto
se
desarrollarán
el
clarinete
y
el
piano
(inventado
a
principios
del
siglo
XVIII)
y
se
perfeccionarán
otros
ya
existentes
como
el
oboe
y
el
fagot.
Es
difícil
definir
un
estilo
musical
propio
del
Rococó,
ya
que
en
este
periodo
asistimos
a
una
dicotomía
entre
lo
frívolo,
galante
y
aristocrático
y
lo
reglado,
serio
e
ilustrado
que
desembocará
en
el
Neoclasicismo.
Sin
embargo,
muchos
músicos
participaron
de
ambos
espíritus.
El
genero
típico
del
Rococó
es
la
sonata,
pieza
que
originalmente
surgió
huyendo
de
corsés
y
que
se
estructuraba
de
manera
totalmente
libre,
explotando
el
virtuosismo
y
la
fantasía,
en
consonancia
con
el
espíritu
galante
de
la
aristocracia.
Con
el
tiempo,
las
sonatas
se
fueron
estandarizando
y
pasaron
a
tener
tres
o
cuatro
movimientos
con
una
estructura
fija
consistente
en
un
allegro
seguido
por
un
adagio
y
finalizando
por
otro
allegro,
aunque
a
veces
se
inserta
un
tercer
movimiento
en
forma
de
minueto
antes
del
último
allegro.
Además,
cada
uno
de
los
movimientos
tiene
tres
tiempos
bien
diferenciados
que
se
basan
en
dos
temas
interpretados
en
una
tonalidad
distinta
cada
uno.
En
el
primer
tiempo
de
cada
movimiento
se
plantean
estos
dos
temas,
en
el
segundo
se
juega
con
ellos,
creando
en
el
público
tensión
y
sorpresa,
y
en
el
tercero
se
hace
una
especie
de
síntesis
agrupando
ambos
temas,
que
se
interpretan
con
la
tonalidad
principal
y
se
rematan
con
un
colofón
llamado
coda.
Las
sonatas
típicamente
rococó
(o
sea,
las
que
no
se
adaptan
a
este
esquema
general
establecido
en
el
Clasicismo)
se
suelen
llamar
divertimentos
o
serenatas,
piezas
en
las
que
se
huye
de
la
erudición
clasicista
y
de
sus
estrechas
leyes,
poniendo
en
valor
la
imaginación,
la
improvisación
y
la
sutileza.
WOLFGANG
AMADEUS
MOZART
El
autor
más
prolífico
de
la
segunda
mitad
del
siglo
XVIII
es
Wolfgang
Amadeus
Mozart
(1756-‐1791),
intérprete
virtuoso
y
gran
compositor
que
desarrolló
su
labor
en
Austria.
Su
personalidad
es
tan
interesante
como
su
obra,
porque
al
igual
que
muchas
personalidades
de
su
época,
vivió
entre
dos
mundos,
el
de
la
Ilustración,
basado
en
la
Razón,
y
el
de
la
aristocracia,
basado
en
la
frivolidad
galante
e
insulsa.
Mozart
fue
un
niño
prodigio
que
ya
a
los
seis
años
dominaba
el
clavicordio
y
recorrió
las
cortes
de
toda
Europa
dando
conciertos
y
conociendo
a
la
élite
política
y
cultural.
Músico
autodidacta,
su
obra
es
una
síntesis
de
la
alegría
de
vivir
típica
de
la
nobleza
rococó
y
de
las
ideas
ilustradas
que
anunciaban
una
nueva
era.
También
refleja
su
ideología
masónica
como
se
puede
apreciar
en
su
ópera
la
flauta
mágica.
Su
amplia
producción
abarca
casi
todos
los
campos:
-‐Sinfonías:
escribió
cerca
de
50,
aunque
se
admite
su
autoría
sin
ninguna
duda
de
41,
destacando
las
tres
últimas,
sobre
todo
la
41
(llamada
Júpiter).
-‐Sonatas:
muchas
de
ellas
para
piano
y
violín.
-‐Serenatas.
Destaca
su
Pequeña
serenata
nocturna.
-‐Cuartetos
para
diversos
instrumentos
de
cuerda,
acompañados
algunos
de
flauta,
clarinete,
etc.
10
El
apartado
de
la
música
(texto
e
imágenes)
es
un
extracto
del
libro
de
J.V.
Patiño
http://escueladeartetalavera.blogspot.com.es/2015/09/libro-‐de-‐texto-‐
para-‐fundamentos-‐del.html
11. 11
11
Mozart
también
escribió
grandes
obras
del
género
lírico.
Podemos
dividirlas
en
dos
tipos:
-‐
Óperas
con
libreto
en
italiano,
como
Don
Giovanni
(que
destaca
por
el
sabio
uso
de
grandes
recursos
escenográficos),
Las
bodas
de
Fígaro
(típico
ejemplo
de
ópera
bufa
o
cómica)
o
Così
fan
tutte.
-‐
Singspiele,
u
óperas
en
alemán.
Destacan
El
rapto
del
Serrallo
y,
sobre
todo,
La
flauta
mágica,
obra
con
un
fuerte
contenido
simbólico
y
difícil
interpretación,
ya
que
se
cree
que
Mozart
introduce
la
simbología
masónica
en
la
una
trama
que
es,
aparentemente,
lúdica.
Mozart
alcanzó
el
culmen
de
su
genio
con
su
Requiem
(KV
626),
su
obra
póstuma
(fue
acabada
por
uno
de
sus
discípulos,
Franz
Xaver
Süssmayr).
Tiene
mucha
influencia
del
Réquiem
de
Haydn
de
1771.
El
Réquiem
es
en
realidad
una
misa
de
difuntos.
La
estructura
de
la
misa
quedó
ya
establecida
desde
el
Renacimiento,
y
es
la
siguiente:
1º
Kyrie.
Del
griego
kyrie
eleison
(señor,
ten
piedad).
2º
Gloria.
Parte
de
exaltación
de
la
gloria
de
Cristo.
3º
Credo.
Es
la
parte
más
extensa
de
la
misa,
y
en
esencia
recoge
el
contenido
del
Credo
de
Nicea
(la
profesión
de
fe
católica).
4º
Sanctus.
Repite
la
letanía
Santo,
santo,
santo
es
el
Señor,
rematando
con
Hosanna
en
el
Cielo.
5º
Benedictus.
Como
en
la
parte
anterior,
bendice
a
quien
viene
en
nombre
del
Señor,
y
se
repite
el
Hosanna.
6º
Agnus
dei.
Del
latín
cordero
de
Dios.
A
veces
se
añaden
otras
partes
para
darle
vistosidad.
Por
ejemplo,
se
inicia
la
misa
con
un
introitus,
que
es
una
pieza
que
acompaña
al
oficiante
al
hacer
su
entrada,
se
añade
una
pieza
para
acompañar
la
consagración
de
las
hostias
(Offertorium),
antes
del
Sanctus,
o
la
comunión
(Communio),
que
en
el
caso
del
Réquiem
de
Mozart
consiste
en
la
pieza
titulada
Lux
Aeterna,
basada
en
la
repetición
de
fragmentos
del
Introitus
y
del
Kyrie,
con
la
que
se
cierra
la
misa.
El
Réquiem
de
Mozart
sustituye
también
las
partes
musicadas
del
Gloria
y
el
Credo
por
un
desarrollo
más
amplio
compuesto
por
seis
partes,
la
última
de
las
cuales,
la
Lacrimosa,
es
una
obra
de
profundo
lirismo.
6.
MOBILIARIO,
INDUMENTARIA
Y
ARTES
DECORATIVAS
ROCOCÓ
El
mobiliario
ROCOCÓ,
ESTILO
LUIS
XV
El
mobiliario
y
la
decoración
de
interiores
rococó
presenta
como
claro
precedente
el
arte
barroco.
Ambos
buscan
el
arte
total
o
Gesamtkunstwerk,
la
confluencia
de
todas
las
artes
en
un
estilo
homogéneo,
que
pretende
epatar
al
espectador.
Cronológicamente,
la
etapa
de
máximo
esplendor
del
mobiliario
y
la
decoración
de
interiores
del
rococó
corresponde
con
los
años
1725-‐1775.
Es
un
estilo
ligado
a
la
corte
del
monarca
francés
Luis
XV,
que
se
caracteriza
por
refinamiento,
elegancia
y
exuberancia
decorativa,
con
predominio
de
tonos
pastel
–como
en
la
indumentaria-‐,
y
la
fascinación
por
la
rocalla,
con
sus
curvas
y
contracurvas
extremas,
elemento
definitorio
de
la
decoración
de
interiores
de
esta
tendencia
artística.
Durante
el
siglo
XVIII
el
arquitecto
se
convierte
en
una
figura
cada
vez
más
importante
en
el
diseño
de
los
interiores
de
las
casas
de
los
aristocráticas
y
ricos
burgueses.
En
las
residencias
importantes
se
mantiene
una
clara
separación
entre
las
dependencias
“de
parada”
es
decir
de
representación,
colocadas
siempre
hacia
el
exterior,
y
las
privadas
que
dan
al
interior.
Con
el
paso
del
Barroco
al
Rococó
aumenta
el
número
de
las
antecámaras
que
con
frecuencia
desempeñan
la
función
de
salones
o
comedores.
Las
habitaciones
se
hacen
más
pequeñas
y
se
difunde
el
uso
de
cortinas
en
las
ventanas
y
de
las
alfombras,
mientras
que
la
búsqueda
de
confort
conduce
a
la
creación
de
nuevos
muebles.
Los
cuartos
de
baño
adquieren
cada
vez
más
importancia
y
a
menudo
la
decoración
de
los
mismos
es
tan
lujosa
como
la
de
las
demás
dependencias.
La
decoración
tiende
a
ser
más
intimista
que
en
el
barroco,
con
espacios
de
reducidas
dimensiones
–recordemos
que
Luis
XV
estableció
su
corte
en
el
Palais
Royal
de
París
y
no
en
Versalles-‐
y
mobiliario
confortable,
apto
para
el
ocio
y
las
tertulias
de
los
Salones
en
los
que
las
mujeres
tenían
un
papel
protagonista
(Madame
de
Pompadour,
Madame
de
Staël,
etc.)
12. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
12
La
pintura
decorativa
de
bóvedas,
cúpulas
y
paneles
en
las
paredes
se
incardina
perfectamente
en
la
arquitectura.
La
temática
suele
ser
mitológica,
escenas
galantes,
paisajística,
putti,
chinoiseries,
etc.
Las
paredes
se
decoran
con
papel
pintado
o
telas
o
son
pintadas
con
diversos
motivos
decorativos.
Los
espejos,
como
en
el
barroco,
tienen
una
gran
preeminencia
decorativa,
así
como
las
mesas-‐esculturas
de
diseño
asimétrico,
ondulante
y
recargado
(consolas,
bureau
plat...)
Los
elementos
decorativos
de
origen
oriental
–fundamentalmente
chinescos-‐
son
denominados
como
chinerías
o
chinoiseries
y
son
muy
representativos
de
la
decoración
de
interiores
dieciochesca.
La
porcelana
china
también
es
omnipresente,
tanto
en
vasos
(jarrones)
dispuestos
en
las
consolas
como
en
placas
cerámicas
decorando
las
paredes.
Los
biombos
chinos
hacen
también
acto
de
presencia
como
podemos
comprobar
en
la
pintura
rococó
de
la
época.
Interiores
de
palacios
rococó: Salón
principal
(salón
de
espejos)
en
el
pabellón
de
caza
Amalienburg
(Palacio
Nimphenburg,
Múnich,
1740),
obra
maestra
de
François
Cuvilliés.
El
fondo
es
de
tonos
gris
turquesa;
Sala
de
baile
en
el
Palacio
Charlottenburg
de
Berlín;
Salón
Gasparini
del
Palacio
Real
de
Madrid.
Salón
de
Porcelana
del
Palacio
Real
de
Aranjuez
con
chinerías
de
la
Manufactura
de
Buen
Retiro,
inspiradas
en
las
pinturas
de
Boucher
para
Luis
XV.
Las
aplicaciones
de
bronce
dorado
así
como
taraceas
e
incrustaciones
incrementan
la
riqueza
decorativa
caracterizada
por
el
horror
vacui.
Asimismo,
el
auge
del
vidrio
propició
la
aparición
de
espectaculares
arañas
o
lámparas
de
grandes
dimensiones.
Por
lo
que
se
refiere
al
mobiliario,
los
muebles
de
asiento
reflejan
una
gran
variedad
de
sillas
y
butacas.
Las
sillas
fueron
perdiendo
importancia
en
detrimento
de
los
cómodos
sillones
(fauteuils)
o
butacas
(bergère).
En
general,
predominan
las
de
patas
curvadas
como
las
de
una
cabra
(en
forma
de
S,
en
cabriole).
La
chaise
longue
se
compone
de
dos
bergère
y
un
cuerpo
intermedio.
Son
muebles
acolchadas
(asiento,
respaldo,
apoyabrazos)
y
confortables.
*Las
consolas
disminuyen
de
tamaño
y
las
cómodas
–muebles
con
cajones-‐
muestran
formas
abombadas
(bombé).
*
Parte
de
los
muebles
de
asiento
y
las
consolas
se
alineaban
a
lo
largo
de
las
paredes
de
los
salones.
El
mobiliario
más
confortable
se
situaba
en
el
centro
de
las
estancias.
13. 13
13
*En
las
esquinas
de
los
salones
se
disponían
grandes
candelabros
de
uno
a
dos
metros
de
altura
llamados
torchères.
*Se
concedía
una
gran
importancia
al
tapizado
de
los
asientos,
como
el
célebre
toile
de
Jouy,
desde
entonces
un
clásico
en
la
tapicería.
*Entre
los
ebanistas
rococó
descuellan
los
franceses
Jean-‐François
Oeben
y
Bernard
van
Riesenburgh.
Este
último
realizó
muebles
para
Madame
de
Pompadour,
algunos
de
ingenioso
diseño,
como
los
de
higiene
íntima.
Fue
el
primero
en
incorporar
a
los
muebles
la
porcelana
de
Sèvres,
que
se
pondrá
de
moda.
Ejemplos
de
mobiliario
Luis
XV:
una
butaca
bergère;
una
cómoda
bombé
(abombada)
de
Riesenburgh;
un
fauteuil
(sillón)
à
la
reine
con
patas
en
cabriole
(S);
Chaise
longue
con
motivos
chinescos.
El
mobiliario
rococó
es
el
antecedente
remoto
del
Modernista
o
Art
Nouveau
de
finales
del
siglo
XIX
e
inicios
del
XX.
Tapizado
toile
de
Jouy,
característico
del
rococó.
En
este
caso
aparece
una
escena
galante;
Canapés
del
Museo
de
Artes
Decorativas
de
París.
Fuente
de
las
imágenes:
Blog
de
Pablo
Pena
http://historiadelmueble.blogspot.com.es
La
moda
ROCOCÓ
(1715-‐1785),
una
creación
esencialmente
francesa
Luis
XV,
un
rey
“rococó”:
El
enorme
prestigio
que
había
adquirido
la
corte
de
Versalles
hizo
que
se
prolongase
la
influencia
francesa
en
la
cultura
del
siglo
XVIII
en
toda
Europa.
Europa
se
afrancesaba,
culturalmente,
en
todos
los
aspectos,
por
ello
en
las
cortes
europeas
se
impuso
como
idioma
de
la
diplomacia
y
signo
de
distinción
y
buen
gusto
el
hablar
en
francés.
Era
la
época
del
rey
francés
Luis
XV
(1710-‐1774),
biznieto
y
sucesor
de
Luis
XIV,
coincidente
con
el
arte
rococó.
Reinas
y
favoritas,
iconos
de
estilo:
Madame
de
Pompadour,
favorita
del
rey
Luis
XV
y
figura
dominante
de
la
Francia
de
la
época,
fue
esencial
en
la
difusión
del
estilo
rococó.
Desde
mediados
de
la
centuria,
ella
fue
la
gran
definidora
del
gusto
francés.
La
austriaca
María
Antonieta,
esposa
del
rey
Luis
XVI,
fue
un
símbolo
de
la
moda
francesa
del
siglo
XVIII.
Era
tal
su
pasión
por
los
vestidos
y
las
joyas
que
recibió
el
apodo
de
“Madame
Déficit”
por
los
cuantiosos
gastos
que
14. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
14
esta
afición
ocasionaba
al
erario
público.
A
través
de
su
indumentaria
podemos
observar
las
diversas
tendencias
en
la
moda
del
siglo
XVIII
que
oscilan
del
rococó
al
neoclasicismo.
Entre
sus
diseñadoras
favoritas
descuella
Rose
BERTIN,
la
modista
más
conocida
de
París,
reclamada
por
todas
las
cortes
europeas.
Su
labor
en
pro
de
la
difusión
de
la
moda
francesa
fue
tal,
que
enviaba
periódicamente
maniquíes
a
las
principales
cortes
europeas
para
mostrar
sus
nuevos
modelos
a
la
moda.
Por
aquel
entonces
surgieron
las
primeras
revistas
y
periódicos
con
mensajes
publicitarios
y
noticias
de
las
últimas
tendencias
en
la
moda.
Rose
Bertin
era
considerada
como
“la
ministra
de
moda”
por
la
propia
la
reina
María
Antonieta.
En
el
centro
uno
de
sus
extravagantes
diseños,
lejos
todavía
de
la
estética
neoclásica.
La
moda
femenina
rococó
Francia,
árbitro
de
la
moda:
La
vestimenta
estrella
del
siglo
XVIII
es
la
femenina,
que
se
beneficia
del
nuevo
papel
que
adquiere
la
mujer,
sobre
todo
en
Francia.
En
cambio,
el
atuendo
masculino
–que
en
épocas
anteriores
había
adquirido
un
gran
protagonismo
e
importancia
en
el
mundo
de
la
moda-‐
se
vio
relegado
a
un
segundo
plano.
Materiales:
en
cuanto
a
los
materiales,
podemos
destacar
el
predomino
de
las
sedas
en
los
trajes
de
corte
y
las
lanas
para
las
vestimentas
de
uso
cotidiano.
Poco
a
poco,
el
algodón
se
difunde
con
fuerza,
gracias
en
gran
parte
al
papel
de
Gran
Bretaña
que
comercia
con
esta
materia
prima
ya
que
se
abastece
de
ella
en
las
Indias
Orientales.
Y
es
que
no
sólo
Francia,
sino
Gran
Bretaña
también
se
convertirá
en
conformadora
del
gusto
en
la
indumentaria
y
centro
creador
de
tendencias
en
la
moda.
Recordemos,
por
lo
demás,
que
la
revolución
industrial
surgió
en
ése
país
durante
el
siglo
XVIII
y
que
parte
la
industria
textil
será
esencial
en
el
proceso
industrializador
europeo.
Con
el
rococó
la
indumentaria
fue
elevada
a
la
categoría
de
arte.
En
contraposición
con
la
solemnidad
severa
del
vestuario
del
siglo
XVII,
los
vestidos
de
la
mujer
ahora
son
más
ligeros,
sofisticados,
alegres
y
muy
femeninos.
Colores:
la
moda
francesa
que
se
impone
es
muy
colorista
y
alegre.
Los
tonos
que
predominan
en
la
vestimenta
femenina
son
los
pastel,
como
en
la
decoración
de
interiores
rococó.
Las
denominaciones
de
los
colores
eran
muy
fantasiosas:
“humo
de
Londres”,
“llama
del
Vesubio”,
“ratón
huidizo”,
“español
enfermo”…
Fuentes
pictóricas:
los
pintores
de
la
época
–como
Boucher,
Fragonard
o
Watteau-‐
nos
han
dejado
maravillosos
ejemplos
de
los
atuendos
de
esta
etapa
a
través
de
sus
pinturas.
Prendas
y
tipologías
de
vestidos.
Sintetizando
mucho
podemos
destacar:
*El
miriñaque:
El
miriñaque
apareció
en
la
moda
cortesana
francesa
entre
los
años
1715
y
1718.
Consta
de
una
falda
interior
guarnecida
con
aros
metálicos
cosidos
sobre
el
tejido,
siendo
el
interior
especialmente
rígido
para
conseguir
la
necesaria
tirantez
y
anchura
en
el
borde
del
vestido.
Con
diferentes
denominaciones
y
características
a
lo
largo
del
siglo
XVIII,
el
uso
del
miriñaque
–al
principio
dando
forma
semicircular
a
las
caderas
en
el
caso
del
vestido
volante,
más
adelante
con
un
perfil
ovalado-‐
se
prolongará
hasta
la
época
de
Luis
XVI
y
sólo
desaparecerá
con
el
advenimiento
de
la
Revolución
francesa,
como
símbolo
del
Ancien
Régime.
En
inglés
al
miriñaque
se
le
denomina
como
“pannier”
mientras
que
en
España
se
le
conoce
como
“tontillo”.
Sea
como
fuere,
15. 15
15
será
un
elemento
esencial
de
la
vestimenta
rococó
femenina.
El
objetivo
del
miriñaque
era
enfatizar
la
cintura
entre
grandes
caderas.
El
miriñaque
es
heredero
del
verdugado
y
el
guardainfante
y
será
antecedente
de
la
crinolina
del
siglo
XIX.
Retrato
de
la
reina
consorte
de
Prusia
Elisabeth
Christine
von
Braunschweig-‐Bevern
(1715-‐1797),
Antoine
Pesne,
c.
1739.
Porta
el
característico
miriñaque
del
siglo
XVIII
en
un
vestido
“a
la
francesa”;
ejemplos
de
miriñaques;
La
reina
María
Luisa
con
tontillo
pintada
por
Goya,
1789.
*El
Vestido
Volante
o
Vestido
Watteau:
Una
de
las
prendas
más
características
de
la
vestimenta
rococó
de
la
etapa
del
rey
Luis
XV
fue
el
vestido
con
vuelo
o
volante,
también
llamado
Vestido
Watteau
porque
aparece
con
frecuencia
en
los
cuadros
de
este
pintor.
Son
vestidos
muy
sueltos,
sin
entallar,
con
pliegues
en
la
espalda.
*Vestido
a
la
Francesa
(Robe
à
la
française)
Andando
el
tiempo,
el
vestido
volante
evolucionaría
hacia
el
denominado
Vestido
a
la
Francesa
circa
1720-‐50.
Es
el
modelo
de
traje
rococó
por
excelencia.
La
parte
delantera,
muy
ajustada,
presenta
forma
de
triángulo
invertido.
Son
vestidos
muy
escotados
y
aparecen
adornados
con
todo
tipo
de
cintas,
lazos
y
encajes.
Son
trajes
“abiertos”
que
dejan
ver
la
falda
interna,
muy
decorada
con
todo
tipo
de
encajes
y
bordados.
Las
manga,
más
o
menos
ajustadas,
llega
hasta
el
codo.
A
ese
tipo
de
manga
se
la
denomina
“manga
francesa”.
Pueden
estar
rematadas
con
varios
volantes.
Se
denominan
entonces
“mangas
pagoda”.
En
español
al
vestido
a
la
francesa
se
lo
denominaba
“bata”.
16. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
16
El
cuello
se
adorna
con
alguna
joya
como
un
collar
de
perlas
o
una
cinta
anudada
por
lo
general
de
la
misma
tela
que
el
vestido.
*Vestido
a
la
Polonesa:
vestido
recogido
en
abultados
pliegues.
Ejemplos
de
la
moda
rococó:
Madame
de
Pompadour
retratada
con
un
precioso
vestido
a
la
francesa
por
Boucher,
1759,
Wallace
Collection,
Londres;
Madame
Boucher
de
F.
Boucher;
Los
Campos
Elíseos
de
Watteau.
Vestido
a
la
Polonesa;
Vestido
a
la
Francesa:
En
este
retrato
oficial
de
la
Marquesa
de
Pompadour
realizado
por
Quentin
de
Latour,
aparece
en
un
entorno
rococó,
apoyada
sobre
un
cabinet
de
ese
estilo
y
rodeada
de
atributos
culturales
alusivos
a
la
literatura,
la
música,
la
astronomía
o
el
grabado.
Entre
los
libros
podemos
ver
la
Enciclopedia,
obras
de
Montesquieu
y
de
Voltaire.
*Vestido
a
la
Inglesa
Junto
a
esta
fascinación
por
la
moda
francesa
hay
que
destacar
la
atracción
que
hacia
la
moda
inglesa
se
aprecia
a
partir
de
1750.
Es
el
traje
a
la
inglesa
que
tendrá
gran
éxito
gracias
a
su
simplicidad
y
elegancia.
La
vestimenta
inglesa
femenina
se
caracteriza
por
vestidos
que
marcan
mucho
la
cintura,
con
mangas
muy
amplias.
El
corpiño
va
abrochado
por
delante,
con
escote
bajo,
relleno
con
encajes
o
pañuelos.
En
la
vestimenta
femenina
inglesa
se
prescinde
del
miriñaque
y
se
apuesta
por
una
por
una
falda
interna
de
tela
bastante
rígida
y
una
especie
de
cojinete
almohadillado
dispuesto
a
la
altura
de
los
riñones
sobre
el
que
repartir
el
amplio
vuelo
de
la
falda,
acumulado
sobre
todo
en
la
espalda.
17. 17
17
Ejemplos
de
“Vestidos
a
la
Inglesa”:
no
llevan
miriñaque
sino
una
especie
de
almohadilla
rellena;
Los
motivos
ornamentales
pueden
ser
de
rayas,
florales,
fitomorfos
(vegetal
o
plantas),
etc.
El
cuerpo
va
armado
con
ballenas
y
presenta
escote
redondeado
adornado
con
encaje.
Accesorios
El
sombrero
adquiere
muchísima
importancia,
suelen
ser
muy
grandes
y
con
muchos
adornos.
Los
sombreros
de
diseño
británico
influirán
en
los
modelos
de
tocados
franceses.
Por
lo
que
se
refiere
al
peinado,
es
uno
de
los
aspectos
más
cuidados
por
la
mujer
y
aunque
comenzó
el
siglo
con
una
cierta
sobriedad
en
la
realización
de
un
pequeño
moño
y
rizos
flotantes
sobre
las
orejas,
pronto
se
convertiría
en
el
aspecto
más
frívolo
del
atuendo
femenino
con
la
aparición
de
infinidad
de
postizos,
encajes,
cintas,
flores,
plumas,
tules
y
toda
clase
de
aditamentos,
que
hacen
del
peinado
un
andamiaje
sobre
el
que
dictan
sus
efímeras
leyes
los
peluqueros
de
moda
como
Léonard
o
Legros.
Acompañados
de
cofias
o
de
gorros
–cuya
variedad
y
diversificación
de
nomenclaturas
es
similar
a
la
de
los
peinados-‐
es
costumbre
empolvar
los
cabellos
con
almidón,
para
lo
cual
las
damas
debían
someterse
a
laboriosas
manipulaciones.
El
calzado,
en
cambio,
se
muestra
más
conservador
y
mantiene
la
puntera
aguda
y
elevada,
el
tacón
alto
y
las
hebillas
como
complemento
ornamental,
variando
sólo
el
tipo
de
material
utilizado
para
su
confección
según
el
momento
del
día
o
el
conjunto
con
que
se
utilicen.
Zapatos
del
siglo
XVIII.
Museo
del
Traje,
Madrid.
Durante
el
siglo
XVIII
no
había
diferenciación
en
la
horma
entre
el
pie
izquierdo
y
el
derecho;
Evolución
de
las
pelucas,
del
rococó
al
neoclasicismo
18. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
18
La
moda
masculina
rococó
Elegancia
y
sencillez:
el
traje
masculino
del
siglo
XVIII
ligado
al
rococó
se
basa
en
los
modelos
barrocos
aunque
sin
cintas
ni
lazos.
Es
mucho
más
sencillo
y
elegante.
Es
el
antecedente
del
traje
masculino
de
hoy
en
día.
Prendas
básicas:
predominan
como
prendas
básicas,
fundamentalmente
tres:
casaca,
calzones
y
chaleco,
en
ocasiones
realizados
con
telas
fastuosas
profusamente
bordadas.
El
sombrero
de
tres
picos
fue
de
uso
común
durante
todo
el
siglo.
El
calzón
llegaba
hasta
debajo
de
la
rodilla
–hasta
donde
alcanzan
las
medias
de
seda
blanca-‐
y
allí
se
recogía
con
cintas
anudadas
o
hebillas.
Se
abrochaba
con
botones
primero
y
desde
1730,
con
bragueta
y
se
va
haciendo
más
alto
hasta
alcanzar
la
cintura
siguiendo
el
paralelo
acortamiento
de
la
chaqueta.
A
consecuencia
de
esta
evolución,
cuando
el
calzón
llega
a
la
cintura
aparecen
los
tirantes.
La
chaqueta,
muy
larga
en
los
comienzos
del
reinado
de
Luis
XV
en
que
se
prolonga
casi
hasta
las
rodillas,
utiliza
tejidos
vistosos
y
ricos
sólo
en
las
dos
piezas
del
delantero,
pues
las
mangas
–excepto
el
borde-‐
y
la
espalda
se
confeccionan
con
forro
o
tejidos
más
ordinarios,
puesto
que
no
se
ven.
Las
chaquetas
evolucionarán
hacia
los
chalecos
o
chupas
cuando
prescindan
de
las
mangas.
La
casaca
se
llevaba
sobre
la
chupa
y
el
calzón.
Ejemplo
de
casaca,
chupa
y
calzón.
Es
el
antecedente
del
traje
masculino
de
hoy
en
día;
Casaca
de
seda
verde
clara.
El
calzón
está
confeccionado
con
el
mismo
tejido
que
la
casaca;
Chupa
masculina
en
satén
de
seda
color
marfil
forrada
en
lino
con
bordados
de
motivos
fitomorfos;
Retrato
de
Henry
Dawkins,
c.
1750
por
M.
Quentin
de
Latour,
National
Gallery
de
Londres.
La
corbata
es
sustituida
durante
estos
años
por
una
vuelta
del
cuello
de
la
camisa,
cuya
pechera
asoma
por
el
borde
de
la
chaqueta.
Las
pelucas:
la
moda
de
la
peluca
pervivió
hasta
la
Revolución
Francesa.
Con
el
tiempo
se
hicieron
más
simples
y
cortas.
Solían
acabar
en
un
bucle
o
coleta
atada
con
una
cinta
negra.
En
relación
con
las
pelucas
hay
que
destacar
que
para
evitar
que
perdieran
el
almidón,
los
sombreros
de
la
época,
como
el
característico
sombrero
de
tres
picos
–a
la
suiza-‐
solía
llevarse
bajo
el
brazo
y
nunca
puesto.
Influencia
inglesa:
La
huella
de
la
moda
inglesa
masculina
sobre
la
francesa
va
a
ser
cada
vez
más
evidente.
La
moda
inglesa
se
caracterizaba
por
su
elegancia,
sentido
práctico,
sobriedad
y
ausencia
de
cintas,
encajes
y
bordados.
Los
ingleses
tendían
cada
vez
más
a
prescindir
de
las
pelucas
y
el
peinado
característico
era
con
el
cabello
echado
hacia
atrás
y
trenzado
con
una
cinta.
Esencial
de
todo
gentleman
que
se
preciara,
era
la
presencia
de
un
bastón,
que
llevaba
colgado
de
los
botones
del
traje
mediante
una
cinta.
19. 19
19
En
este
retrato
de
caballero
pintado
por
el
británico
Gainsborough
se
aprecia
la
presencia
de
un
tricornio;
Evolución
de
las
pelucas
del
rococó
al
neoclasicismo.
Sobre
la
indumentaria
rococó
véase:
http://artpower-‐ana.blogspot.com.es/2014/07/exposicion-‐frivolite-‐indumentaria-‐del.html
y
http://artpower-‐ana.blogspot.com.es/2015/06/accesorios-‐de-‐la-‐moda-‐rococo-‐tocados.html
Las
MANUFACTURAS
REALES
EUROPEAS.
LA
PORCELANA.
EL
VIDRIO
El
auge
de
las
artes
decorativas
durante
el
siglo
XVIII
va
vinculado
al
surgimiento
de
las
Manufacturas
Reales
europeas.
Las
Manufacturas
Reales
fueron
un
tipo
de
empresa
de
características
muy
singulares
que
vivió
su
etapa
de
esplendor
en
el
siglo
XVIII.
El
modelo
había
sido
creado
en
Francia
por
Colbert,
el
ministro
de
Finanzas
de
Luis
XIV
(1638-‐1715)
al
crear
la
Manufactura
Real
de
Gobelinos
en
París.
Respondía
a
razones
de
orden
político,
económico
y
funcional,
orientadas
a
realzar
el
prestigio
de
la
monarquía,
equilibrar
en
la
balanza
de
pagos
evitando
importaciones
de
lujo
y
amueblar
y
decorar
los
palacios
reales.
Desde
el
punto
de
vista
de
la
producción,
las
Reales
Fábricas
representan
un
papel
intermedio
entre
el
artesonado
y
la
industrialización.
Por
un
lado,
operaban
con
un
bajo
nivel
de
mecanización
y
por
otro
tenían
organizado
el
trabajo
por
sectores
especializados
y
proporcionaban
empleo
a
un
elevado
número
de
operarios.
Las
manufacturas
reales
europeas
abarcaban
la
producción
de
artes
suntuarias
muy
diversas.
En
el
caso
de
España
destacan
la
Real
Fábrica
de
Tapices
de
Santa
Bárbara
(textiles),
Porcelana
del
Buen
Retiro
(cerámica),
Real
Fábrica
de
Platería
Martínez
(plata),
Real
Fábrica
de
La
Granja
de
San
Ildefonso
(vidrio),
etc.
Felipe
V,
el
primer
rey
Borbón
en
el
trono
de
España
y
promotor
de
las
Manufacturas
Reales
en
nuestro
país;
El
alquimista
J.
F.
Böttger
fue
el
primer
europeo
en
conseguir
la
elaboración
en
1709
de
la
porcelana,
concretamente
en
Meissen,
Alemania;
Porcelana
de
la
manufactura
real
de
Viena
con
motivos
de
inspiración
chinesca.
Por
lo
que
se
refiere
a
la
cerámica,
el
XVIII
es
el
siglo
de
la
porcelana.
20. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
20
Recordemos
que
la
porcelana
fue
un
invento
chino11
cuyo
secreto
de
composición
guardaron
celosamente
durante
siglos
a
pesar
de
los
infructuosos
intentos
de
los
europeos
de
averiguarlo.
Ya
desde
el
siglo
XVI,
bajo
el
mecenazgo
de
los
Medici,
se
intentó
crear
la
porcelana,
consiguiendo
en
realidad
una
porcelana
artificial
o
pseudo
porcelana
de
pasta
tierna
de
calidad
muy
inferior
a
la
china.
La
auténtica
porcelana
–la
china-‐
es
la
llamada
porcelana
de
pasta
dura.
Los
ingredientes
de
la
porcelana
de
pasta
dura
son
el
caolín
(un
tipo
de
arcilla),
el
feldespato
y
el
cuarzo
que
se
funden
con
las
altas
temperaturas
del
horno.
El
resultado
es
una
pasta
blanca,
impermeable
y
resistente.
Es
el
caolín
lo
que
da
a
la
porcelana
su
coloración
blanca
y
es
lo
que
mantiene
la
rigidez
y
estabilidad
en
la
pasta
a
alta
temperatura.
La
porcelana
europea
de
buena
parte
del
siglo
XVIII
ejemplifica
a
la
perfección
la
estética
rococó
como
en
estas
piezas
de
Meissen
(Alemania).
El
descubrimiento
de
la
porcelana
de
pasta
dura
en
Europa
está
unido
a
la
figura
del
alquimista
J.
F.
Böttger12
,
quien
al
servicio
de
Augusto
II
el
Fuerte,
elector
de
Sajonia
(un
cargo
político
de
Alemania),
consigue
su
elaboración
en
1709.
Ante
este
maravilloso
descubrimiento,
Augusto
II
decide
fundar
una
nueva
manufactura
en
Alemania
llamada
Meissen
en
1710
y
será
Böttger
el
director
y
figura
esencial
de
la
misma.
Durante
años
el
proceso
de
fabricación
de
la
porcelana
fue
mantenido
en
secreto
pero
la
demanda
de
la
nobleza
europea
por
el
preciado
material
no
tardó
en
extender
el
conocimiento
del
mismo
e
impulsar
el
establecimiento
de
nuevas
fábricas
de
porcelana.
Desde
Meissen,
la
fórmula
secreta
fue
propagada
por
toda
Europa
por
algunos
trabajadores
de
la
manufactura.
Así,
hacia
1770,
existían
en
Europa
alrededor
de
20
centros
de
fabricación
de
porcelana
dura,
casi
en
su
totalidad
protegidas
o
costeadas
por
reyes
o
nobles,
pues
el
carácter
de
piezas
de
lujo
de
estos
objetos
y
en
los
casos
de
elaboración
con
pasta
tierna,
el
constante
peligro
de
roturas
hacía
extraordinariamente
difícil
el
mantenimiento
de
estos
talleres.
Sus
secciones
de
laboratorio,
al
tiempo
que
guardaban
con
leyes
severísimas
el
secreto
de
composición
de
la
pasta
y
barnices,
trabajaban
sin
descanso
en
mejorar
lo
ya
existente
para
aventajar
a
los
competidores
en
atraer
clientela
que
paliase,
en
lo
posible,
los
graves
desequilibrios
económicos.
En
todos
ellos
fue
común
al
principio
la
imitación
de
las
formas
y
decoración
orientales
hasta
que
ya
asentada
la
producción,
fueron
derivando
hacia
caracteres
propios
de
cada
país
y
cada
manufactura.
La
porcelana
de
Meissen
vinculada
al
rococó
se
especializó
en
tipologías
muy
variadas:
escenas
galantes,
animales,
jarrones,
candelabros,
juegos
de
café
y
té,
etc.
Con
el
tiempo,
como
las
del
resto
de
Europa,
irán
evolucionando
hacia
un
gusto
neoclásico.
En
Francia,
por
impulso
de
Madame
Pompadour,
se
creó
la
real
manufactura
de
Sèvres.
Con
Sèvres,
Francia
se
puso
a
la
cabeza
de
las
manifestaciones
europeas
de
cerámica
y
porcelana. En
Sèvres
el
control
de
calidad
era
11
Los
primeros
vestigios
de
porcelana
que
se
conocen
se
remontan
a
la
China
de
hace
4000
años.
Sus
orígenes
se
sitúan
en
los
yacimientos
de
Kaoling
(yacimientos
que
han
dado
nombre
a
la
materia
prima
básica
de
la
porcelana)
situados
en
la
provincia
de
Kiangsi.
Pero
la
porcelana
tal
y
como
la
conocemos
hoy
alcanzó
su
máximo
esplendor
durante
la
dinastía
Sung,
dinastía
reinante
en
China
durante
el
siglo
XIII
d
de
C.
Desde
que
los
viajes
de
Marco
Polo
en
el
siglo
XIII,
pusieron
en
contacto
a
los
europeos
con
las
maravillas
del
Extremo
Oriente,
los
occidentales
se
entusiasmaron
ante
la
vista
de
unos
objetos
cerámicos
de
aspecto
más
delicado
que
sus
elaboraciones
comunes,
las
piezas
de
la
porcelana
Ming,
y
trataron
por
todos
los
medios
de
encontrar
el
secreto
de
la
elaboración
china.
Venecia
y
Portugal
intentaron
descubrir
la
naturaleza
química
de
tales
piezas
sin
llegar
a
más
resultado
positivo
que
tener
que
hacer
sus
pedidos
a
China
o
Japón.
Cuando
la
Compañía
de
las
Indias
Orientales
desde
el
siglo
XVII
inundó
a
Europa
de
porcelana,
eran
ya
muchos
los
químicos
dedicados
a
la
búsqueda
de
su
composición.
12
Sin
embargo,
esta
primera
pasta
no
incluye
aún
el
feldespato
y
es
poco
traslúcida,
sin
que
se
llegue
a
la
composición
realmente
porcelánica
hasta
1725,
después
de
muerto
Böttger.
21. 21
21
más
estricto
que
en
cualquier
otra
manufactura.
Las
piezas
con
el
más
mínimo
defecto
eran
desechadas.
Aunque
muchos
de
estos
“rechazos”
eran
sacados
fraudulentamente
de
la
fábrica
y
decorados
en
otros
talleres,
es
improbable
que
alguno
de
ellos
pueda
ser
confundido
por
una
pieza
original
de
Sèvres.
Para
proteger
sus
intereses
comerciales,
el
rey
Luis
XV
promulgó
unas
leyes
suntuarias
que
prohibían
la
utilización
del
dorado
a
cualquier
otra
manufactura
o
taller.
Las
piezas
rococó
de
Sèvres
son
muy
recargadas
y
ampulosas.
Realizaron
todo
tipo
de
piezas
de
rico
colorido
como
el
Rosa
Pompadour
o
Rosa
du
Barry
(en
honor
a
dos
de
las
amantes
del
rey).
Otras
manufacturas
reales
de
porcelana
europeas
son:
Viena,
Worcester
y
Chelsea
(Inglaterra),
Capodimonte
(Italia),
Buen
Retiro
(España),
etc.
Ejemplos
de
porcelana
de
Sèvres
(Francia)
La
Real
Fábrica
de
Porcelana
del
BUEN
RETIRO
(1760-‐1808)
El
nacimiento
de
nuestra
porcelana
está
unido
al
nombre
del
rey
Carlos
III
cuando
rey
de
las
Dos
Sicilias,
residía
en
Nápoles.
Su
casamiento
en
1738
con
María
Amalia
de
Sajonia,
en
cuya
dote
figuraban
grandes
cantidades
de
porcelana
de
aquella
procedencia,
despertó
en
el
monarca
el
deseo
de
fundar
una
manufactura
para
ponerse
a
la
par
de
otros
reinos
europeos.
Recordemos
que
María
Amalia
era
hija
de
Augusto
II
de
Sajonia,
el
fundador
de
la
manufactura
de
Meissen.
A
esas
alturas
de
siglo,
la
porcelana
se
había
convertido
en
un
artículo
necesario
para
el
ornato
palaciego
de
las
principales
cortes
europeas.
Y
en
motivo
de
orgullo
para
los
monarcas
que
mantenían
a
sus
expensas
la
costosa
fabricación
de
este
producto.
Y
así
en
1743,
comenzaba
a
funcionar
en
Nápoles
la
fábrica
de
Capodimonte
a
instancias
de
este
rey
Borbón.
Al
cabo
del
tiempo,
cuando
por
fallecimiento
de
Fernando
VI
sin
sucesión,
Carlos
III
se
convierte
en
rey
de
España,
se
ocupa
personalmente
del
traslado
de
la
fábrica
a
Madrid,
incluyendo
al
personal
que
lo
deseara,
así
como
el
material
y
pasta
ya
preparada,
modelos,
vaciados
y
diseños
de
todo
tipo.
Así
es
como
se
crea
la
primera
manufactura
de
porcelana
fundada
en
España,
la
Real
Fábrica
del
Buen
Retiro.
Esta
empresa
típicamente
ilustrada,
en
la
que
no
se
reparó
en
gastos,
estuvo
al
servicio
exclusivo
de
la
Corona,
ya
que
los
intentos
que
se
hicieron
para
comercializar
su
producción
fracasaron
estrepitosamente,
tal
y
como
ocurrió
en
el
caso
de
otros
establecimientos
similares.
Funcionó
siempre
con
operarios
extranjeros,
como
también
lo
fueron
sus
directores,
con
la
excepción
del
último,
Bartolomé
Sureda,
al
contrario
de
lo
que
sucedió
en
Alcora,
en
donde
su
fundador,
el
IX
Conde
de
Aranda,
estableció
que
todos
los
que
trabajasen
en
ella
debían
proceder
de
tierras
de
su
señorío.
Pero
como
la
técnica
no
se
improvisa,
también
tuvo
que
importar
alquimistas
y
pintores
de
Meissen,
dispuestos
a
divulgar
los
secretos
de
aquella
porcelana
y
a
enseñar
a
los
aprendices
de
Alcora
su
fabricación.
Tanto
el
conde
de
Aranda
como
Carlos
III,
cada
uno
en
su
esfera,
intentaron
adaptarse
al
modelo
“ilustrado”
y
combinara
sabiamente
en
sus
porcelanas
cultura
y
utilidad.
Las
piezas
que
crearon
fueron
de
gran
belleza
y
calidad
excepcional.
Esta
manufactura
estaba
situada
en
los
jardines
del
madrileño
Palacio
del
Buen
Retiro
(aproximadamente
en
la
localización
actual
de
la
estatua
del
Ángel
Caído)
y
comenzó
a
funcionar
a
mediados
de
1760,
siendo
las
piezas
entonces
producidas
de
inspiración
napolitana
y
empleándose
en
ellas
la
pasta
y
los
modelos
traídos
de
Capodimonte.
Funcionó
hasta
la
invasión
de
los
franceses
en
1808.
De
hecho,
los
franceses
convirtieron
la
fábrica
en
un
fortín
y
finalmente
fue
destruido
en
1812
en
plena
guerra
de
la
Independencia.
22. Ana Galván Romarate-Zabala
Fundamentos del Arte I
22
Ejemplos
de
porcelana
del
Buen
Retiro:
en
una
sala
chinesca
del
Palacio
Real
de
Madrid;
putti
de
porcelana,
Buen
Retiro.
La
Real
Fábrica
de
Vidrio
de
LA
GRANJA
DE
SAN
ILDEFONSO
(Segovia)
El
rey
Borbón
Felipe
V,
nieto
de
Luis
XIV,
decidió
construir
un
palacio,
llamado
La
Granja
de
San
Ildefonso
(Segovia),
tomando
como
referencia
Versalles.
Andando
el
tiempo,
otro
rey
Borbón,
su
hijo,
el
rey
ilustrado
Carlos
III
instaló
en
las
cercanías
de
ese
palacio
la
Real
Fábrica
de
Cristales
de
La
Granja,
una
manufactura
real
y
prestigiosa
industria
suntuaria
que
hoy
es
sede
de
la
Fundación
Centro
Nacional
del
Vidrio.
Surgió
en
los
años
70
del
siglo
XVIII.
El
que
se
instalara
la
Real
Fábrica
de
vidrio
en
un
lugar
como
La
Granja
de
san
Ildefonso
obedecía
a
la
cercanía
al
Palacio
Real
y
a
la
abundancia
de
arena
silícea
y
madera
necesaria
para
los
hornos,
muy
abundante
en
la
zona.
Palacio
de
la
Granja
de
San
Ildefonso,
Segovia;
Lámpara
o
araña
de
la
manufactura
de
la
Granja;
Cristal
de
la
Granja,
la
imagen
de
la
derecha
es
una
opalina:
vidrio
blanco
lechoso.
Solían
estar
decoradas
con
esmaltes
polícromos.
Ejemplos
de
Cristal
de
la
Granja
de
San
Ildefonso
(Segovia)
y
Museo
Tecnológico
del
Vidrio,
Real
Fábrica
de
Cristales
de
la
Granja.
En
la
fábrica
de
La
Granja
se
elaboraron
todo
tipo
de
piezas
de
cristal
desde
ventanales,
hasta
espejos,
piezas
de
vajillas
como
botellas,
compoteras,
etc.
No
hay
que
olvidar
que
aunque
el
cristal
no
era
demasiado
caro
en
su
elaboración,
la
red
de
transportes
hacía
que
los
precios
se
dispararan,
por
lo
que
se
hacía
necesario
dotar
de
industrias
locales
para
surtir
a
la
aristocracia
de
esta
demanda.
23. 23
23
Sobre
la
Real
Fábrica
de
Vidrio
de
La
Granja
de
San
Ildefonso,
véase
http://www.realfabricadecristales.es/es/informacion/historia
https://www.youtube.com/watch?v=2qeAROTCsIo
La
JOYERÍA
ROCOCÓ
Este
estilo
hiperdecorativo,
de
una
exuberancia
ornamental
rayana
en
el
horror
vacui,
triunfará
en
el
arte
de
la
joyería
y
se
caracterizará
por:
*el
gusto
por
las
formas
asimétricas.
*la
pasión
por
las
líneas
sinuosas,
lazos
y
follajes.
*la
omnipresencia
de
los
motivos
florales
y
los
bouquets:
ramilletes
de
flores.
*la
presencia
frecuente
de
motivos
animalísticos
como
mariposas
y
pájaros.
Las
joyas
Rococó
van
a
estar
en
función
de
la
indumentaria.
Se
pretende
que
se
fundan
con
ellas
y
que
brillen
en
los
interiores
iluminados
a
la
luz
de
las
velas,
reflejados
en
los
numerosos
espejos
que
inundan
las
estancias.
A
partir
de
esta
época,
se
distingue
claramente
una
joyería
de
día
–más
sobria
y
sencilla-‐
de
una
de
noche
o
destinada
a
ceremonias
especiales,
de
mayor
empaque,
mucho
más
suntuosa.
Recordemos
además,
que
las
artes
plásticas
–pintura,
escultura-‐
son
una
fuente
documental
esencial
para
conocer
las
joyas
del
siglo
XVIII.
Merece
la
pena
destacarse
que
entre
los
materiales
utilizados
encontramos
el
empleo
del
oro,
la
plata,
esmeraldas,
lapislázuli,
etc.
y
de
gemas
como
los
diamantes
(gracias
a
los
yacimientos
que
se
descubrieron
en
Brasil)
y
se
desarrollará
un
tipo
de
talla
de
llamante
llamada
brillante
que
tendrá
una
gran
difusión.
Por
otro
lado,
no
debemos
olvidar
que
en
esta
etapa
se
crearon
imitaciones
de
gran
calidad
de
todo
tipo
de
joyas.
Encontramos
una
gran
variedad
de
tipologías
(muchas
de
ellas
se
las
conoce
con
su
nombre
en
francés):
*Broches.
*Pendientes
a
juego
de
collares
y
otros
accesorios
llamados
Aderezo
o
Parure.
*Joyas
para
el
pelo
o
los
tocados
denominados
Aigrettes.
*Pendientes
en
girandole:
Estos
pendientes
consistían
en
tres
piezas
o
gotas,
la
central
más
baja,
unidas
mediante
un
nudo
o
lazo.
Podían
estar
realizados
con
diamantes,
perlas...
*Relojes.
*Cajitas
de
rapé
(para
guardar
el
tabaco).
*Pulseras
y
brazaletes.
*Estuches
pequeñitos
para
guardar
peines,
etc.
denominados
Étuits.
*joyas
con
mensajes,
etc.
*
Los
châtelains
son
una
de
las
tipologías
de
joyas
más
características
del
siglo
XVIII.
Eran
colgantes
que
se
llevaban
en
la
cintura
y
de
ellos
pendían
todo
tipo
de
objetos
como
relojes,
peines,
etc.