El documento resume los hallazgos de una investigación que muestra que los humanos no son racionales ni lógicos al tomar decisiones, sino que están influenciados por emociones de forma inconsciente. Aunque intentamos ser razonables, nuestro cerebro se inunda de sentimientos guiados por pasiones. La clave para tomar mejores decisiones es desarrollar metacognición para entender mejor cómo funciona nuestro pensamiento y así poder adaptarlo a cada situación.