El documento analiza el modelo de convivencia en un centro educativo, identificando que predomina el modelo disciplinario con escasa participación de familias y alumnado. Esto genera pocos resultados en la mejora de la convivencia. Se sugiere avanzar hacia un modelo más dialógico creando equipos de mediación, asambleas participativas y canales de comunicación. Actualmente se gestiona la diversidad mediante agrupamientos homogéneos y existe un proyecto de mediación, pero falta más diálogo e implicación de familias en la toma de decisiones.