El documento describe el modelo predominante en el centro como uno disciplinario combinado con uno mediador para resolver conflictos. Esto se debe al contexto social de los estudiantes que presentan dificultades de aprendizaje y problemas de disciplina. El modelo disciplinario ayuda a mantener el orden pero falta la implicación de las familias, especialmente de los estudiantes en riesgo de exclusión social. Se necesita aumentar la participación de profesores, orientadores y trabajadores sociales, así como la implicación de las familias, para avanzar hacia un modelo más dialógico.