La comunidad de diálogo es un método desarrollado por Mathiew Lipman para promover conversaciones basadas en problemas. Consiste en discusiones autorreguladas, igualitarias y centradas en preguntas que exploran un tema común sin perder de vista la cuestión principal. Los roles incluyen un moderador y dos secretarios para guiar la discusión, así como miembros que comparten ideas y llegan a conclusiones respetando las opiniones de los demás. El objetivo es fomentar el pensamiento autónomo mediante el diálogo.