Este documento describe cómo una maestra logró establecer autoridad y promover la libertad en un grupo de estudiantes desafiantes. Al principio, las estudiantes no respetaban a la maestra ni las reglas del aula. Sin embargo, a través de la paciencia, el afecto y dándoles libertad con responsabilidad, la maestra ganó su respeto y logró una transformación positiva en su comportamiento.
1. En mi práctica
docente:
«Autoridad y Libertad»
Integrantes:
• Barranzuela Yenque, José
• Castillo Tapia, Dalia
• García García, José Luis
• Gómez Araujo, Giovanna
• Gómez Narváez, Jaime
• Macavilca Chumbimuni, Juan
2. En mi práctica docente:
«Autoridad y Libertad»
Siempre mis colegas han expresado que tengo dominio de
aula, hecho que he logrado con mucha paciencia,
demostrando afectividad y consideración con mis alumnas a
las que doy libertad de participación y con autonomía, pues
son mi razón de ser y a su servicio estoy en el buen sentido de
la palabra. Sin embargo hace tres años me asignaron cuatro
quintos de secundaria en el área de “Formación Ciudadana y
Cívica”. Había trabajo desde tercero con tres quintos, sabían
mi metodología y estaba feliz de cómo estas niñas habían
cambiado, desde como trabajaban sus cuadernos, como
exponían y hasta nuestra relación de maestra amiga. Pero
con un quinto al que tenía por primera vez no sucedía lo
mismo. Ingresaba al aula y no contestaban el saludo, estaban
fuera de su sitio, seguían conversando, no traían sus textos por
lo que no podían trabajar bien.
3. En mi práctica docente:
«Autoridad y Libertad»
¿Qué hacer?...lo consulté con algunas de mis
colegas del área y me manifestaron que no me
preocupara porque para ellas había sido un dolor
de cabeza el tenerlas como alumnas y me
aconsejaron que dejara de poner la mejilla y que
mirara para otro lado cuando pasara por su aula y
así evitaría problemas y el sentirme mal.
Es así que cansada de esperar una respuesta a mi
saludo, tratando de que aprendieran con el
ejemplo, opté por el consejo y cada vez que
pasaba por el aula miraba hacia el otro lado para
no sentirme decepcionada.
4. En mi práctica docente:
«Autoridad y Libertad»
Pensé que el problema se había solucionado, pues
en el aula les daba libertad para trabajar, para
construir sus nuevos conocimientos, sin embargo no
fue así, el problema había empeorado. De esto me
di cuenta cuando un día subió la Directora a la
mapoteca y entre la conversación me preguntó
¿Por qué es usted tan pedante con las alumnas con
las alumnas del quinto “X” y no con los otros
quintos? Yo le contesté: señora las personas que me
conocen no pueden creer eso y le pregunté por
quién había manifestado eso. La respuesta fue que
algunas madres de familia habían ido a su
despacho a contárselo, Le dije que solucionaría la
situación.
5. En mi práctica docente:
«Autoridad y Libertad»
Al día siguiente ingresé al aula parecía que no habían
hecho algo. Así que terminada la oración les narré una
parábola de la Biblia, concluyendo que el Señor en el día
del juicio final nos pedirá obras en nuestras manos, todas
dirigidas al prójimo, porque todo lo que hagan con él, lo
harán con él también. El silencio parecía absoluto,
entonces pidieron disculpas, reconocieron que algunas no
se habían comportado bien, otras manifestaron que no
habían participado y que no estaban de acuerdo con las
denunciantes. En ningún momento las grite, no me quejé y
menos las amenacé porque estaban aprendiendo a
convivir y de los errores también se aprende.
6. En mi práctica docente:
«Autoridad y Libertad»
Antes de iniciar la clase les dije que esperaba que este
hecho les sirviera para deponer actitudes y para
crecimiento personal y continué con el tema que
estábamos tratando relacionándola con autoestima,
autonomía y libertad con responsabilidad, tema que
investigaron y lo plasmaron en papelógrafos, quedando la
exposición para la siguiente clase, pues había que
reafirmar conocimientos.
7. En mi práctica docente:
«Autoridad y Libertad»
Cuando llegó el próximo viernes (dos últimas horas)
apenas ingresé al aula, las niñas se pusieron de pie al
unísono, escuché sus pies como si fueran soldados que
saludaban con respeto a la autoridad, yo no pedí eso,
pero ellas así demostraban su respeto a la autoridad
en el aula. Hoy recuerdo ese día, me conmuevo con el
cambio, de cómo tomaron la decisión en libertad de
dejar los distractores en provecho propio y de los
demás.
8. Reflexión
Siempre he sido una convencida que el dar solo
órdenes, el obligar a hacer las cosas y el
autoritarismo, no es beneficioso para las alumnas
porque no se les permite ser autónomas, ni tener
una vida en valores y con libertad. Vida que las ha
de conducir a contribuir en la formación de una
sociedad pacífica, que vive en armonía y
respetando a los demás.
9. Reflexión
El docente es autoridad en el aula, autoridad no
castradora sino mediadora y debe estar
encaminada hacia el desarrollo de la libertad en la
discípula o discípulo al que se le debe tratar siempre
afectuosamente y con paciencia, lo que muchas
veces no tienen en sus casa porque papá y mamá
trabajan, esto es bueno, mas el error está en que si
no pueden dar cantidad de tiempo, si están en el
deber de dar calidad de tiempo para tener
presencia en sus vidas, que es lo que necesitan para
ser felices y poder realizarse en sus metas.
10. Reflexión
La autoridad no se impone se gana, ese fue mi
trabajo, darles libertad de actuar, confianza para
que me reconocieran como su profesora, su amiga
que desea que cambien no por mi bien sino por el
suyo. Lo logré de la forma más inesperada, la
transformación fue abismal, reconocieron mis
acciones y se comprometieron a cambiar. Les pedí
que por su bien hicieran lo mismo con los demás
profesores para que así cesen las quejas. Así lo
hicieron.
11. Reflexión
Al término del año escolar se acercaron y se
despidieron cariñosamente. Algunas han venido a
visitarme, las que estudian y me da gusto verlas tan
arregladas, con la autoestima en alto, independientes
y que dialogan sobre sus aspiraciones que están
haciendo realidad porque se han hecho responsables
de sus actos en libertad, han comprendido que
autoridad y libertad no son valores que se
contraponen sino por el contrario van juntos y ayudan
al ser humano a ser autónomo, capaces de darse sus
propias leyes, tomar decisiones en el ámbito en el que
les ha tocado desenvolverse, sin atropellar al otro. Esa
es la clase de ciudadanos que necesitamos,
conscientes que libertad es participación en la
comunidad con autonomía y con autoridad.