Las disoluciones químicas son mezclas homogéneas de un soluto y un solvente que forman una sola fase. La solubilidad de un soluto depende de la similitud de sus características con el solvente, ya que cuanto más similares sean, mayor será la atracción entre ellos. El proceso de disolución es espontáneo cuando aumenta la entropía y cuando las atracciones soluto-solvente son mayores que las atracciones soluto-soluto y solvente-solvente.