Este documento analiza los desafíos de la economía cubana y propone algunas variables clave para el desarrollo de un nuevo modelo económico revolucionario. Aborda temas como la relación entre salarios, productividad e inflación en Cuba, así como los retos del sector agrícola y turístico. El objetivo es proveer fundamentos para las discusiones del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba sobre la reforma económica.
2. “Cuba podría convertirse en la Corea del Sur o el tigre asiático de Latinoamérica,
pues mediante el proceso de apertura que adelanta tiene acceso a la tecnología
de punta y cuenta con una buena base educativa, además de ser un pueblo
emprendedor”.
Michael E. Porter 1995
3. Título: Economía cubana: retos y desafíos.
Autores: Yiselle Ruiz Vega
Joanny Ibarbia Pardo
Dado el desolador panorama económico y social que afecta a los países del planeta, y
específicamente los subdesarrollados, el mundo se está convirtiendo en una especie
de volcán que puede estallar en cualquier momento. Es muy importante que todos
tengamos una idea clara acerca de estos serios problemas, tiene que desaparecer el
viejo hábito de pedir sin meditar en las consecuencias, y nadie debe limitar su
conocimiento y su visión de los problemas al estrecho ámbito en que se desenvuelve;
todo el mundo está obligado a pensar, a no descuidarse un segundo, cuando cada vez
resulta más imperdonable cualquier descuido.
Teniendo en cuenta estas premisas con carácter urgente, es que se confecciona este
trabajo el cual tiene como objetivo fundamental analizar en forma crítica y constructiva
algunas de las variables significativas a tener en cuenta en la construcción de ese
modelo económico nuevo y revolucionario que tanto necesitamos. Para cumplimentar
dicho objetivo nos apoyamos en otros más específicos como los que sustentan la
estructura interna de los epígrafes. La investigación está estructurada por la
introducción, resumen, cinco epígrafes referentes a temas de vital importancia en la
economía cubana como: la relación salario, productividad e inflación; la deflación; el
turismo, su situación actual y perspectivas futuras; el sector agropecuario, y los retos
del modelo económico que necesitamos crear, conclusiones, bibliografía y anexos. La
importancia de esta investigación radica fundamentalmente en que provee a los
lineamientos propuestos para el VI Congreso del PCC de fundamentos profundos a
tener en cuenta en la conformación del nuevo modelo económico cubano.
4. Title: Economy Cuban: challenges and defiance.
Authors: Yiselle Ruiz Vega
Joanny Ibarbia Pardo
Once the desolating cost-reducing and social panorama that affects the countries of
the planet was given, and specifically the underdeveloped the world is getting to be a
sort of volcano that can burst into anytime. You are very important that we all have an
obvious idea bring near of these serious problems, you have to the old habit to ask for
without meditating in the consequences disappear, and nobody must limit his
knowledge and his vision of the problems to the narrow space it becomes unwrapped
in; Everybody is required to think, to not to become careless one second, when each
time any oversight proves to be more unpardonable.
Taking into account these premises with urgent character, the fact that which
manufactures this work itself is it has like fundamental objective to examine in critical
and constructive form some of the significant variables to have in account at the
construction of that new economic model and revolutionist that so much we needed.
We backed up in more specific others the ones that they hold the internal structure of
the epigraphs like in order to carry out the aforementioned objective. The investigation
is structured for the introduction, summary, and five referent epigraphs to vitally
important themes in economy Cuban like: the relation salary, productivity and inflation;
deflation; tourism, his present-day situation and future perspectives; the agricultural
sector, and the challenges of the economic model that we needed to create, findings,
bibliography and attachments. The importance of this investigation lies fundamentally
in that you supply the proposed guidelines stops the VI Congress of the PCC of deep
foundations to take Cuban into account in the conformation of the new cost-reducing
model.
5. En forma de complemento para un mejor entendimiento del “Proyecto de lineamientos
de la política económica y social”, con vista al VI Congreso del Partido Comunista de
Cuba es que se realiza el presente trabajo investigativo; el cual se plantea como
objetivo fundamental: analizar en forma crítica y constructiva algunas de las variables
significativas a tener en cuenta en la construcción de ese modelo económico nuevo y
revolucionario que tanto necesitamos.
La selección y el enfoque de las ideas que aquí se presentarán tienen un marcado
índice de conciencia de que los imperativos económicos y políticos del modelo
económico actual se encuentran particularmente tensionados, lo que confiere una
especial complejidad en el diseño del nuevo modelo; y más aun cuando en Cuba las
conquistas sociales han constituido un elemento esencial de la supervivencia como
nación con identidad propia, de lo que deriva una profunda raíz histórica que sustenta
y da continuidad a las tareas de construcción de la nueva sociedad.
6. La relación salario, productividad e inflación en Cuba
En economías de mercado - donde la gran mayoría de los productores privados tienen
acceso al mercado laboral - el salario constituye un reflejo de las fluctuaciones de la
demanda agregada, el nivel de producción y el empleo. En su contratación anual
empleados y empleadores procuran preestablecer un salario de equilibrio en función
del poder adquisitivo y la productividad del trabajo. De esta forma el salario, como
costo laboral unitario, presenta una relación muy estrecha con la inflación y el
producto, constituyéndose en vehículo de una causalidad positiva entre estas dos
últimas variables.
Sin embargo, en la economía cubana dichas variables son impulsadas por una lógica
diferente. Al encontrarse limitadas las relaciones de mercado a favor de una
planificación centralizada, la correspondencia entre el salario, la inflación y la
productividad ha quedado a merced del manejo discrecional de la política. De forma
general, la determinación centralizada de la estructura salarial en Cuba, se rige acorde
a los principios de equidad y justicia social defendidos por el proceso revolucionario.
Al Triunfo de la Revolución, el objetivo del nuevo Sistema Salarial fue alcanzar una
reducción relevante de las asimetrías en la distribución de los ingresos monetarios de
la población y sus fuentes. Desempeñaba por tanto un papel homogeneizador de gran
impacto en aquel momento tomando en consideración que, tras la estatalización de la
ocupación, se produce un proceso de salarización de los ingresos familiares.
Tras la crisis del noventa la situación de la distribución de los ingresos cambia
radicalmente. En una coyuntura hiperinflacionaria las autoridades económicas deciden
mantener prácticamente estáticos los niveles salariales, en aras de no contribuir a
profundizar los fuertes desequilibrios monetarios y fiscales existentes. Así, el salario
medio permitía cubrir con creces la canasta básica racionada, que por demás
resultaba insuficiente, pero no solventaba los elevados precios del mercado negro y el
sector emergente a un tipo de cambio extraordinariamente depreciado. Dicha situación
provoca un profundo deterioro del poder adquisitivo del salario real -, a la vez que se
redistribuye el ingreso a favor de productores privados del sector agropecuario e
informal, así como otros trabajadores del sector emergente. La polarización del ingreso
desemboca en una emigración de la fuerza laboral - en especial la calificada - del
sector estatal hacia el privado, en busca de ingresos extraordinarios que permitieran el
acceso a los nuevos mercados; se genera así en la mayoría de los casos un fenómeno
de subutilización de esta fuerza de trabajo.
7. ¿Qué efectos genera sobre la productividad del trabajo, de forma intuitiva, dicho
comportamiento en el salario?
El salario, como pago por el trabajo, constituye un factor dinamizador de la
productividad laboral; función que cumplirá en mayor o menor medida en tanto
represente un vehículo mediante el cual el grado de satisfacción de las necesidades
materiales depende directamente de los resultados del trabajo. En última instancia, por
tanto, es el salario real quien posee la capacidad de incentivar a un mejor desempeño.
La fuerza de trabajo cubana no constituye una excepción a dicha regla. Si bien un
sistema salarial que - conducido por bienintencionados criterios de igualdad- distancie
el poder adquisitivo individual de los resultados del trabajo, puede reducir la capacidad
dinamizadora del salario sobre la productividad; asumir la total desconexión del salario
de la realidad económica irreductiblemente conducirá a un desempeño inadecuado de
la fuerza laboral, constituyendo un lastre al desarrollo económico.
Después de más de una década de inelasticidad, y en un contexto de estabilización
macroeconómica, crecimiento estable del producto y favorables relaciones
comerciales, en el año 2005 comienza un proceso gradual de Ajuste Salarial, que aún
hoy continúa en ejecución. El objetivo explícito de dicha reforma, es lograr una
distribución más adecuada de los ingresos, el acceso al bienestar y el consumo, de
forma tal que constituya un incentivo a la productividad del trabajo.
Como enunciara Alfredo Morales, principal dirigente del Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social, en entrevista concedida a Cuba a la Mano en el 2006: “El proceso
de revisión de los sistemas de pago que actualmente se aplican en el país, (…) busca
fórmulas que permitan una mejora continua de la productividad (…)Se avanza, pero se
podría mejorar ambos indicadores (salario y productividad) si elevamos la organización
del trabajo, el aprovechamiento de la jornada y la disciplina laboral, sin invertir nuevos
recursos”.
Ciertamente, aunque un ajuste del salario con arreglo al trabajo es una condición
necesaria en la reactivación de la productividad, está muy lejos de constituir una
condición suficiente. Analizando dicho fenómeno desde un enfoque empresarial,
podría enumerarse como factores que influyen sobre la productividad a:
Tecnología e Infraestructura: el perfeccionamiento de los medios de producción
utilizados en un proceso productivo, permite aumentar la producción con igual o menor
esfuerzo y tiempo por parte del trabajador. Esta es la forma clásica de obtener
aumentos de productividad.
8. Especialización, Calificación y Experiencia de la fuerza de trabajo: dichas cualidades
imprimen agilidad, precisión y calidad al producto del trabajo. Actualmente el valor de
los productos mejor cotizados a nivel internacional proviene en gran medida del
conocimiento empleado en su producción. Es el factor más dinámico de la
competitividad.
Métodos de organización, dirección, liderazgo y participación: se afirma que a mayores
niveles de responsabilidad personal y de compromiso con los objetivos de la entidad,
así como la posibilidad de exploración y creatividad, permitirán al trabajador volcarse
en su labor como un medio de satisfacción de sus necesidades sociales, dando el
máximo de sí y por tanto siendo más productivo.
Ingresos Laborales: una relación directa entre la satisfacción de las necesidades
materiales y los resultados del trabajo, conduce a un mayor esfuerzo.
Ergonomía: referido al diseño del ambiente laboral, incluye condiciones ambientales
como temperatura, iluminación, ruido, la distribución del espacio, así como el
establecimiento de turnos, disciplina laboral entre otros factores organizativos.
Sistemas de Salud, Protección, entre otros.
Sin la adecuada articulación de los factores antes mencionados, difícilmente el
estímulo salarial pueda traducirse en un aumento efectivo de la productividad. Dado el
caso, el incremento en el nivel de salario derivaría en exceso de liquidez y presionaría
a la inflación. Una comparación visual entre la evolución de la diferencia o brecha del
salario medio con respecto a la productividad, y la inflación se puede obtener mediante
los Gráficos 3 y 4.
La hiperinflación acontecida de 1990 a 1993, observada en la Gráfica 3, coincide con
la mayor distancia detectada entre el comportamiento del salario y la productividad.
Así, la pendiente inflacionaria del 90-91 va acompañada de una caída en la
productividad (explicada por la caída del producto y no del empleo) en contraposición
a un salario estable en el mismo año.
Del 91 al 92 hay una pequeña desaceleración de la inflación reflejada de igual forma
en la leve reducción de la brecha producida por una caída de la productividad menos
abrupta que en el año anterior y una pequeña disminución del salario. En el año 93
vuelve a acelerarse la caída de la productividad junto a un pequeño aumento del
salario medio y ello se refleja en aceleración de la inflación. La disminución de la
9. productividad para este año fue menos abrupta que en el 91, a pesar de constituir el
punto mínimo del producto, debido a la disminución del total de ocupados. La deflación
del 94 y el 95 coincide con la zona donde la brecha se vuelve negativa, o sea donde el
crecimiento de la productividad es superior al del salario medio. En el año 2000 se da
un caso especial donde un aumento de la cantidad de ocupados sin respuesta similar
en el PIB indica una disminución de la productividad, aumentando la brecha ante un
comportamiento estable del salario, sin embargo la inflación en dicho año no refleja
este desequilibrio, permaneciendo inalterable.
En los últimos años el crecimiento del salario medio ha superado el crecimiento de la
productividad, lo cual se ha reflejado en un aumento de los precios. A diferencia de
períodos anteriores, dicho aumento de precios ha sido realizado en el segmento de
precios regulados. Se puede afirmar que, a excepción del año 2000, el
comportamiento de la inflación se corresponde con la brecha anunciada. Sin embargo,
dado que en la actualidad los ingresos de la población incluyen a un gran número de
aspectos dentro de los cuales el salario representa solo una parte, probablemente el
comportamiento de la inflación pueda ser mejor explicada a través de una medida de
ingresos más abarcadora.
La deflación en la economía cubana
Hasta hace solo unos años la principal preocupación de los bancos centrales era la
inflación, por lo que los instrumentos de política monetaria tenían como objetivo final
alcanzar bajos crecimientos en los precios. Actualmente, en varias economías la
preocupación comienza a ser el proceso contrario: la deflación. Japón, Hong Kong y
Taiwán ya estuvieron inmersos en fuertes procesos deflacionarios, otros, como por
ejemplo Alemania, tuvieron un alto riesgo de caer en un escenario similar. Todos estos
países están enfrascados en evitar esta situación, pues una caída generalizada en los
precios atenta contra el crecimiento económico, el empleo, el sistema financiero y el
manejo de la política económica.
En el caso de nuestro país, las estadísticas del Índice de Precios al Consumidor (IPC)
indican que la economía cubana ha presentado deflación en los últimos años; sin
embargo este nunca ha sido un tema de atención; lo que se podría explicar por las
características distintas de nuestro modelo económico, que hacen que las
implicaciones de la deflación no alcancen las mismas dimensiones que en economías
con otra estructura y forma de asignación de recursos.
La teoría económica y las experiencias de procesos deflacionarios indican que los
mayores costos se pueden localizar en el crecimiento y en el empleo, debido
fundamentalmente a las rigideces en variables nominales. La rigidez a la baja de los
10. salarios nominales lleva a un incremento de salarios reales ante una caída de los
precios; por lo que se afecta la rentabilidad marginal de los productores, disminuye la
producción y aumenta el desempleo. Un menor empleo además se propaga al resto de
la economía al representar una menor demanda agregada (multiplicador keynesiano).
La deflación también perturba al sistema financiero; una reducción de precios no
anticipada perjudica a los deudores y favorece a los acreedores. Sin embargo, es
probable que estos últimos tampoco se vean beneficiados pues una reducción de
precios reduce el valor de los colaterales, de este modo, lo que ocurre es un aumento
en los préstamos no recuperados con consecuencias negativas para la cartera de los
bancos.
La deflación se agrava al crear expectativas de mayor disminución de precios en
próximos períodos. Esto conduce a una reducción de consumo presente por gastos
futuros, en un momento en que se necesita una mayor demanda para estimular la
oferta; significa que la economía tiene un exceso de ahorro sobre la inversión en el
período presente. Dentro de un proceso deflacionario aumenta la demanda de bonos
al disminuir el rendimiento esperado de activos como casas o terrenos, crece por tanto
el precio de estos, presionando de esta manera a una menor tasa de interés nominal.
La política monetaria, que sería la herramienta que podría ser utilizada para expandir
la demanda agregada y darle un impulso a los precios, pierde efectividad cuando la
tasa de interés nominal es baja. Así, las tasas de interés reales comienzan a crecer,
dado el límite mínimo que tienen la tasa de interés nominal (cero por ciento),
encareciendo el crédito; con lo cual se contrae aún más la demanda agregada.
La deflación que ocasiona los costos mencionados anteriormente es la que tiene como
determinante un shock de demanda. Es el caso en que una contracción de la
demanda provoca una caída de los precios que origina una caída de la producción
(anexo 1). La deflación puede tener también como causa inicial un shock de oferta:
bajan los precios debido a un aumento de la oferta (anexo 2).
Un ejemplo de este último tipo de deflación se tiene en la economía China, la cual ha
presentado caída en los índices de precios como consecuencia de su entrada a la
OMC y una mejora en la productividad, que se ha producido gracias a la adopción de
nuevas tecnologías, una creciente inversión extranjera directa y reformas importantes
dentro de las empresas estatales.
En nuestra economía la deflación responde a un shock de demanda provocado por
una contracción de la cantidad de dinero. Cuando se observan las series históricas de
los agregados monetarios de distintos países en muy pocas ocasiones se encuentra
una reducción interanual, por lo general la cantidad de dinero siempre tiende a crecer;
y si se quiere aplicar una política monetaria contractiva lo que se reduce es el
11. crecimiento de los agregados monetarios (se desaceleran).En nuestro caso la política
monetaria ha tenido dos razones fundamentales para perseguir resultados
deflacionarios. El primero, como ya apuntamos, la estabilidad de la moneda; que está
dispuesto así por la ley: “El Banco Central de Cuba tiene por objeto velar por la
estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, contribuir al equilibrio
económico y al desarrollo ordenado de la economía...”
Mediante el control de la liquidez en poder de la población se ha tratado de evitar
desequilibrios que nos lleven a la situación vivida a principio de los años noventa. La
segunda razón, es que se ha promovido la reducción de precios como forma de
incrementar el poder adquisitivo de la población. La pérdida del valor de los ingresos
reales que tuvo lugar a inicio de los años noventa se ha tratado de ir recuperando
fundamentalmente por la vía de la disminución de los precios. Esto lleva a que,
contrario a otras economías, en nuestro caso la deflación es bien recibida, pues
permite aumentar el poder de compra de los asalariados y pensionados, que fueron
los sectores más afectados durante la crisis económica.
Aunque las características peculiares de la economía cubana evitan que un escenario
deflacionario presente las mismas implicaciones que en otras economías, al menos en
las dimensiones que predice la teoría; la deflación sí podría ocasionar costos sobre la
actividad económica, sobre todo por el hecho de que existe un sector agrícola que
opera con mecanismos de mercado y costos rígidos a la baja, y más aun en estos
tiempos donde se propone la inserción de nuevos tipos de empresas cooperativas que
estarán marcadas por la máxima del mercado: la ley de oferta-demanda.
Lo significativo del análisis de la deflación en Cuba no radica en oponerse a una
disminución de precios en la agricultura que obedezca a factores reales, es decir, a un
shock de oferta. Así, no estamos manifestándonos en contra de las medidas que
pueden ser tomadas dentro del sector agrícola para que disminuyan los precios
producto de mejoras tecnológicas, organización de la intermediación o mayor
flexibilidad; sino en contra de la disminución de precios que tiene como causa una
política monetaria que reduzca la cantidad de dinero y contraiga la demanda (shock de
demanda).
Por otro lado, a nuestra economía le favorece la deflación para aumentar el poder de
compra de la población, pero hay que tomar en cuenta que una disminución de precios
beneficia, junto a las personas de bajos ingresos, a las de altos ingresos. Con esta
política se aumenta el poder adquisitivo de los asalariados y pensionados, pero
también se beneficia a las personas que reciben remesas o a los trabajadores que
12. perciben este ingreso de forma no legal. Mucho más eficaz sería incrementar
directamente el pago de salarios y pensiones. En definitiva, lo que se desea es
incrementar el salario real en la medida en que aumenta la productividad del trabajo, y
esto puede lograrse subiendo el salario nominal por encima de la inflación.
El turismo en Cuba: situación actual y perspectivas futuras
Un análisis profundo del sector turístico cubano evidencia la existencia de un grupo de
desequilibrios e insuficiencias que deben ser enfrentados. Estos, a su vez, en
condiciones de dualidad monetaria, se erigen en importantes limitantes y en algunos
casos, verdaderos desafíos para el desarrollo futuro del sector. La oferta del producto
turístico cubano se ha visto afectada por insuficiencias en su diversificación. La
diversificación del producto turístico significa, desde el punto de vista de la oferta,
aprovechar al máximo las posibilidades geográficas, económicas, sociales y culturales
para llegar a todos los segmentos de mercado y a la mayor cantidad de mercados
emisores de turistas, haciendo a todo el territorio nacional actor y beneficiario del
turismo y evitando, a su vez, oscilaciones bruscas de la demanda según el período del
año que puedan poner en peligro la estabilidad macroeconómica. Ello ha contribuido a
la existencia de tres desequilibrios básicos en el sector, a saber: temporal, espacial y
en mercados emisores.
Las estadísticas muestran que, a pesar de contar con un clima relativamente estable,
el turismo en Cuba no está exento de cierta dosis de estacionalidad. Existe un grupo
de factores que han incidido en esta estacionalidad que resalta, incluso, dentro del
contexto caribeño: la dependencia de mercados como el europeo y el canadiense con
marcadas preferencias en huir del crudo invierno, el acceso cada vez más limitado al
mercado estadounidense y el temor a las temporadas ciclónicas, entre otros. Sin
embrago, probablemente el factor que más halla incidido desde el punto de vista de la
oferta sea el concebir como producto turístico por excelencia el de sol y playa,
desestimando o desarrollando de forma insuficiente otros productos atractivos que
posibilitan una mayor estabilidad de los flujos de turistas y, a la vez, una mayor
agregación de valor.
Entre las ofertas que pudieran resultar atractivas se encuentran las asociadas con la
cultura, la historia y las tradiciones del país, dirigido a un segmento ávido de
información acerca de nuestro patrimonio histórico-cultural, acompañado de un
enfoque más personalizado. La historia, la arquitectura, la música, el cine y la plástica,
entre otras, son manifestaciones que pudieran agregar valor a un producto turístico
más acabado, integrado y sostenible mediante la explotación de importantes ventajas
13. heredadas. Igualmente, el producto turístico científico, académico y de convenciones
pudiera incorporar interesantes ofertas en todas las épocas del año, así como las
ferias y exposiciones comerciales, dirigidos a segmentos o nichos más específicos que
posibilitan una mayor agregación de valor. El turismo de salud constituye otra opción
significativa que se sustenta en el reconocido prestigio internacional de la ciencia
médica cubana lo que concede una ventaja competitiva en el área. También la
educación y el deporte constituyen fuentes importantes de desarrollo de productos
turísticos especializados a tenor con los logros alcanzados en el país en estas dos
esferas. Asimismo, el ecoturismo puede incorporar variadas ofertas y erigirse en un
producto turístico interesante si se tienen en cuenta las importantes reservas del país
en esta esfera. Todo ello demanda una importante integración de la economía interna
a los efectos de aprovechar dichas potencialidades.
Otra de las debilidades que presenta el producto turístico cubano en la actualidad es
su desequilibrio espacial, es decir, su alto grado de concentración en dos polos, La
Habana y Varadero, los que generan más del 60 % del ingreso global del sector,
absorbiendo igualmente más del 60 % de las capacidades hoteleras del país. Este
fenómeno, asociado a una débil diversificación territorial, ha sido objeto de atención en
los últimos años, destinándose más de 700 millones de dólares en inversiones de
infraestructura para el desarrollo de otros polos turísticos. Sin embargo, salvo algunas
excepciones, como son los casos de Jardines del Rey y el Norte de Holguín, aún
presentan dinámicas débiles de desarrollo.
Un tercer desequilibrio de consideración se asocia a los mercados emisores. No se ha
logrado la mayor apertura posible de las corrientes de turistas a escala mundial según
su lugar de procedencia que evita la dependencia excesiva de flujos desde un
determinado país o región. Por tal motivo, no ha sido posible reducir la vulnerabilidad
provocada por la concentración de la demanda. En la actualidad, a pesar de los
esfuerzos desplegados por reducir la dependencia respecto a determinados mercados
emisores, los resultados obtenidos pueden catalogarse aún de incipientes. En Cuba,
los arribos de turistas extranjeros se han incrementado a un ritmo promedio anual por
encima de la media mundial. Sin embargo, se ha ido consolidando una tendencia a la
concentración de los mercados emisores en un reducido grupo de cinco países, todos
con emisiones de más de 100 000 turistas en el año. Estos países representan
aproximadamente el 55 % de las emisiones de turistas, con Canadá (17,5 %) a la
cabeza, seguida de Alemania (11,5 %), Italia (10 %), España (9 %) y Francia (7 %).
Más del 75 % de los flujos de turistas se concentran en dieciocho países, once
europeos y seis de las Américas. Esta dependencia, fundamentalmente asociada con
14. la región europea y Canadá, genera cierta vulnerabilidad en el sector ante cualquier
cambio que se produce. Uno de los fenómenos concretos que afecta en este sentido
consiste en las variaciones de las tasas de cambio de las monedas, específicamente
del euro y el dólar canadiense frente al dólar norteamericano, lo que obliga a repensar
fórmulas de cotización de los paquetes turísticos.
Además del desafío que implica lograr un mejor balance estacional y espacial del
producto turístico y mayor variedad en sus demandantes, existe un grupo de retos
adicionales que deben enfrentarse como parte del proceso de expansión y desarrollo
del turismo en la economía cubana. A continuación se analizan los que, a juicio de los
autores, constituyen los que mayores esfuerzos demandan.
1) Elevación de la eficiencia del sector
A pesar de algunos avances en materia de eficiencia económica, aún quedan
importantes reservas de eficiencia por explotar en el sector. Una de las más
importantes está asociada a la efectividad del proceso inversionista, caracterizado por
la dilación de los períodos de preparación, inicio y ejecución de las inversiones, así
como por el crecimiento de los presupuestos destinados a ellas, lo que ha conducido
al encarecimiento del proceso y a la congelación de importantes recursos. Por otra
parte, existen deficiencias asociadas con la elevación de los costos y gastos por dólar
de ingreso en la actividad propiamente turística, en las que han incidido múltiples
factores como son, entre otros, los relacionados con la cadena de impagos y el
consiguiente aumento de las cuentas por cobrar y pagar, deficiencias en las relaciones
contractuales, la facturación y el control interno de los recursos.
Todo ello impone un reto asociado a la necesidad de adoptar medidas que contribuyan
a un más efectivo control y análisis de los recursos de que dispone el sector, mejorar
la contabilidad y garantizar la adecuada correspondencia de los ingresos de los
trabajadores con los resultados de su labor; insistiéndose además en el mejoramiento
de la gestión comercial y financiera.
2) Carencia de recursos financieros para el desarrollo de la actividad
La posibilidad de intensificar el desarrollo del sector turístico en Cuba enfrenta un
importante desafío asociado a las limitaciones de recursos financieros como barrera a
las potencialidades de crecimiento. En este sentido cabe destacar que existen factores
de índole externa e interna que inciden en este fenómeno que convienen ser
analizados. Desde el punto de vista externo, el acceso limitado al crédito internacional
y el predominio de variantes crediticias a corto plazo con altas tasas de interés,
15. asociadas al llamado riesgo país en la que se encasilla a Cuba en la mayoría de los
centros financieros internacionales, han sido factores críticos que han impedido
avanzar aún más en el desarrollo del sector. Si bien, en alguna medida, esta amenaza
ha sido sorteada mediante la asociación con entidades foráneas, no es menos cierto
que impone serias limitaciones al crecimiento endógeno del sector. Por otra parte, los
imperativos internos de recursos para el mantenimiento y desarrollo de programas
básicos del país generan una escasez de divisas que ha dado al traste con el normal
funcionamiento de los cobros y pagos entre empresas, con alguna incidencia en las
relaciones con las agencias de turoperadores y suministradores externos, lo que
dificulta la actividad turística en sentido general.
Aun en estas circunstancias, el sector turístico ha logrado en cierta medida aligerar la
escasez de financiamiento interno en los últimos años. En ocasiones, sus ingresos se
consideran como garantía para la concesión de nuevos fondos. El reto consiste en
lograr, bajo esas restricciones, continuar demostrando una habilidad en la
diversificación de sus fuentes de financiamiento, lo que de hecho puede convertirse en
una ventaja competitiva del sector.
3) Elevación de las potencialidades del efecto arrastre
Es indiscutible el importante salto que ha dado el turismo como sector pivote de la
economía cubana en materia de arrastre del resto de los sectores de la economía
nacional, a partir de las exigencias de su demanda agregada. “Es apreciable que el
turismo cada vez más se distancia del resto de los sectores por sus aportes y, todavía
más, por el efecto multiplicador hacia la economía interna”. Y es que uno de los
aspectos básicos que se consideró al adoptar la estrategia de desarrollo del sector fue
precisamente su posible y necesario efecto sobre las restantes ramas de la economía,
pues ello constituye una de las grandes ventajas que tiene potencialmente para
cualquier país el apostar por este sector. Esta se manifiesta no solo en la reanimación
de la planta productiva del país, sino también en la adopción de nuevos patrones de
calidad y estabilidad en el cumplimiento de las entregas con que se tiene que entrar a
competir.
No obstante, aún existe un grupo de problemas que entorpecen un mayor y más
amplio crecimiento de la presencia de la producción nacional en la satisfacción de la
demanda turística y que constituyen verdaderos retos a enfrentar en el futuro. Algunos
estudiosos del tema han señalado dificultades de carácter técnico- productivo
(asociadas con el atraso tecnológico y el tamaño de algunas instalaciones que no
garantizan la calidad, flexibilidad y entrega en los plazos requeridos); organizativas
16. (entre las que se destacan los mecanismos burocráticos en la toma de decisiones, las
deficiencias en la planeación y el control de las actividades, falta de rigor en el
cumplimiento de contratos unido en no pocas ocasiones a la falta de un sistema
adecuado de estimulación a los productores nacionales); financieras (vinculadas con la
escasez de recursos, las condiciones del financiamiento, así como con problemas de
indisciplina financiera entre suministradores y entidades turísticas); y de
comercialización (relacionadas con la deficiente presentación de algunos productos,
falta de estudios de mercado, así como problemas en los mecanismos de fijación de
precios que no estimulan la eficiencia en la producción).
Adicionalmente, existen otros retos no menos importantes en este sentido. En primer
lugar, la necesidad de estrategias empresariales más orientadas a la agregación de
valor mediante enfoques diferenciadores o de alta segmentación, que eviten la
reproducción mimética de productos foráneos, el incremento desmesurado de
componentes importados y la tendencia al mero ensamblaje de productos.
En tal sentido, un aspecto importante a considerar será la incorporación de la
dimensión del servicio a las ofertas que se generen. En segundo lugar, deberá
trabajarse por una mayor integración interna de las producciones nacionales, logrando
un mayor encadenamiento de los productores pertenecientes a las diferentes ramas
de la economía como vía más expedita para la creación de lo que se ha dado en
llamar “tejido industrial”. Para ello, será necesario desterrar la idea de que las alianzas,
asociaciones o producciones cooperadas solo son posibles mediante la participación
de socios extranjeros y demostrar que es posible la concreción de estas entre
productores nacionales. Por último, dada la incidencia que tienen los alimentos en los
insumos del turismo resulta necesario enfrentar el sesgo que aún presenta el sector
agropecuario respecto al sector industrial en materia de suministros al turismo.
4) Elevación de la calidad de la oferta turística
A pesar de los ingentes esfuerzos destinados a la preparación y recalificación del
personal del sector, aún la oferta turística presenta grietas en cuanto a la calidad, que
no alcanza en muchos casos los estándares requeridos internacionalmente para
determinados servicios básicos en el sector. Cabe destacar que se han logrado
avances importantes en la implantación de sistemas de calidad que se adecuan a las
exigencias y estándares internacionales de los servicios que se prestan. Sin embargo,
en muchas ocasiones, el factor humano conspira contra la consolidación de estos.
Según criterios de varios especialistas, los mecanismos de compensación y
17. estimulación existentes constituyen una de las limitaciones fundamentales para el
logro de una calidad verdaderamente sostenida y sustentable.
Conclusiones parciales del turismo en Cuba
El desarrollo del turismo en Cuba es una realidad, así como la consolidación del sector
como factor estructural de la economía cubana. El crecimiento de la participación del
sector en el PIB es sorprendente y poco usual en la historia económica internacional,
mientras que en la arena internacional, el crecimiento de su participación en el
contexto caribeño algunos analistas lo consideran de espectacular en el escaso
margen temporal en que se ha desarrollado. Cabe destacar, no obstante, que este
crecimiento sostenido se diferencia sustancialmente de la situación de los demás
países caribeños e, incluso de otros polos turísticos dentro del Tercer Mundo.
Los factores asociados al bloqueo económico de los Estados Unidos generan un
contexto especial al respecto que Cuba ha sabido sortear de forma inteligente. La
estrategia de desarrollo del sector ha presentado, adicionalmente, otras
particularidades como son la definición de prioridades, la utilización del efecto arrastre
de otros sectores de la economía a partir de la demanda agregada turística, la
incorporación de agentes externos al proceso de desarrollo con características
específicas, así como una estrategia definida de desarrollo de sus recursos humanos.
Como resultado de la implementación de esta estrategia se han puesto de manifiesto,
a la par con los logros alcanzados, ciertos desbalances, dificultades y deficiencias que
se erigen en retos para el desarrollo perspectivo del sector. Entre ellos, cabe destacar
los relacionados con el logro de los equilibrios espacial, temporal y el de mercados
emisores. Por otra parte, aparecen otros retos que, en cierta medida influenciados por
estos desequilibrios, constituyen aspectos claves a considerar en la estrategia futura
del sector. En tal sentido emergen los problemas asociados a la elevación de la
eficiencia, la capacidad de financiamiento, la integración interna del sector en el
contexto de la economía nacional, el balance en cuanto a destinos de inversión y la
insuficiente calidad de los servicios que se ofertan.
Todo ello converge a un planteamiento esencial: el sector turístico cubano, después de
vencer una etapa de expansión sin precedentes, se enfrenta al desafío de elevar su
capacidad competitiva con importantes oportunidades que pueden ser aprovechadas,
así como un grupo de ventajas indiscutibles que pueden apalancar este proceso. A la
par, existen importantes retos a enfrentar, especialmente la permanente amenaza del
18. bloqueo económico norteamericano que le imprime un sesgo “sui géneris” a su
desarrollo.
El sector agropecuario en Cuba
En la actualidad el sector agropecuario no sólo representa para la economía cubana
una opción para mejorar la balanza de pagos a través del ejercicio exportador, existen
otros espacios donde el mismo puede desempeñar un rol igualmente positivo en la
captación de divisas, aprovechando los mercados surgidos dentro de las fronteras
nacionales asociados al emergente y creciente sector turístico y a las redes
comerciales minoristas que operan igualmente en divisas. Otra dirección en la que el
sector agropecuario puede también contribuir de manera significativa a la balanza de
pagos lo constituye la substitución de importaciones de alimentos, cuya dimensión
alcanza niveles significativos en renglones que se producen nacionalmente, aunque de
manera insuficiente para satisfacer la demanda de la población.
El problema más acuciante que gravita sobre el sector agropecuario y sobre la
economía nacional en la actualidad es la disponibilidad de divisas como consecuencia
de la pérdida de ingresos derivada del sesgo negativo en el intercambio comercial,
originándose una brecha externa entre exportaciones e importaciones, con las
consiguientes secuelas en cuanto al incremento de la deuda.
Tal como se expuso con anterioridad el sector agroexportador fue capaz, durante
años, de autosustentarse integralmente en divisas e incluso capturar excedentes para
financiar otras ramas de la economía, lo cual se ha revertido de manera dramática,
con fuertes impactos al interior del sector y en el aseguramiento de la seguridad
alimentaria de la población.
De ahí que la recuperación de las capacidades de generación de ingresos en divisas
del sector agropecuario por las distintas vías —exportaciones, ventas en fronteras,
substitución de importaciones— se convierta en uno de los objetivos estratégicos más
importantes en el mediano plazo, como premisa para consolidar la actual recuperación
económica; la que no obstante los crecimientos logrados en años recientes, aún no
alcanza los niveles de antes de la crisis.
Al cambiar tan bruscamente el soporte material de la producción agropecuaria, las
tecnologías en uso, altamente intensivas en recursos, se vieron compulsadas de
manera abrupta hacia otras mucho más blandas y autosustentables, tanto desde el
punto de vista económico como ecológico.
19. Esta transición tecnológica, aún en proceso, delinea no tan sólo un nuevo modelo
productivo en cuanto a la participación de los factores y escalas de producción, sino
que comporta cambios importantes en los mecanismos de gestión en función de una
nueva concepción tanto a escala macroeconómica como en el ámbito de la
microeconomía. Los actores sociales deben ahora desenvolverse con mayores grados
de libertad y autonomía en relación con las formas y mecanismos anteriores,
impregnados de un fuerte contenido administrativo en detrimento de palancas
económicas y financieras, propulsoras de la competitividad y la eficiencia.
Es así como desde la perspectiva de la política económica se han implementado
determinadas transformaciones, que en la práctica vienen a configurar una nueva
reforma agraria, con características sui generis, pues en este caso no se trata tanto de
una cuestión distributiva sino de lograr la forma de propiedad más efectiva, de acuerdo
las circunstancias.
No obstante, como se ha señalado, aún subsisten mecanismos regulatorios de corte
centralizado que de una u otra forma condicionan el pleno desempeño de los agentes
económicos en el sector agropecuario.
El lograr la recuperación sostenida de la producción agropecuaria de alimentos y el
incremento de la contribución a la balanza de pagos, representan las principales metas
para los próximos años en el sector agropecuario, lo cual no sólo involucra los factores
endógenos del propio sistema institucional de la agricultura, sino que también
trasciende al campo de las decisiones en la esfera macroeconómica.
Las reformas estructurales implementadas, la identificación de los impedimentos
asociados a elementos subjetivos y organizacionales, el mayor conocimiento del
entorno y la apertura económica, constituyen pasos trascendentales en el camino de la
recuperación iniciada.
Sin embargo, aún restan obstáculos por vencer: la organización de las fuerzas
productivas debe continuar perfeccionándose; los nuevos roles del sector público y los
actores sociales deberán delimitarse aún más, en correspondencia con el nuevo
sistema de relaciones económicas; los instrumentos fiscales y monetarios deberán
jugar un papel más activo entre las herramientas de control.
El mercado, como espacio económico natural, tiene un papel importante que
desempeñar en este sector en que el nivel de socialización de la producción es más
bajo que en otros sectores de la economía. Empero, se da la paradoja de que el uso
de estos mecanismos es más restringido que en otras actividades económicas; en
20. especial en lo referente a las posibilidades de los productores de adquirir sus medios
de producción.
En lo interno se precisa un profundo cambio en las formas y métodos de gestión
respecto a los fondos exportables. Aunque la posible contribución de las asociaciones
económicas con capitales foráneos, entre otras acciones factibles, es importante para
lograr avanzar en la comercialización externa de los rubros agroindustriales, tanto
tradicionales como no tradicionales, esto no debe ser una vía única sino
complementaria a otras medidas de carácter interno.
Se trata además de crear una nueva conciencia empresarial nacional, emancipada de
las viejas prácticas paternalistas, dependiente de las decisiones superiores, que esté
más a tono con los desafíos planteados en el actual contexto económico, donde se
imponen las decisiones rápidas, para enfrentar los retos de los mercados, pues de otra
forma no es posible competir, ni aprovechar los espacios de mercado disponibles.
En esta dirección se impone la interiorización de una nueva concepción de renovación
ramal, basada en las evidencias aportadas por la experiencia internacional más
reciente, que indica que no hay ramas económicas para siempre, dada la dinámica de
la economía mundial, el desarrollo tecnológico y los cambios en los patrones de
consumo.
La vertebración económica de las cadenas agroindustriales, bien mediante
integraciones verticales o mediante relaciones horizontales adecuadamente
estructuradas, la recalificación de los cuadros de dirección, un sistema de incentivos
adecuadamente estructurado, así como una mayor utilización de las herramientas
fiscales y monetarias, son entre otras medidas, acciones que pueden promover los
necesarios cambios en las formas y métodos de gestión en función de lograr la nueva
conciencia empresarial en el menor tiempo posible.
La experiencia acumulada nacionalmente en cuanto a los aciertos y desaciertos en
materia de exportaciones permite reflexionar sobre las fortalezas y debilidades de los
mecanismos establecidos en cada rama; cuáles son sus puntos de estrangulamiento,
dónde se requiere introducir cambios en las prácticas que se han seguido y qué
acciones serán necesarias adoptar para enfrentar los retos.
En la región hay diversos ejemplos de proyectos agroexportadores exitosos, que
salvando diferencias de carácter estructural y de modelos económicos, señalan
aspectos de interés en relación con los métodos de gestión, el marketing, la
participación de los actores sociales, la organización de la producción y otros, que
21. pudieran servir de referencia para la formulación de políticas y la aplicación de
instrumentos que actúen a favor de un crecimiento sostenido del sector
agroexportador cubano. No se trata de extrapolar de manera acrítica tales
experiencias, sino de analizar los caminos seguidos y los nuevos paradigmas que se
derivan de los mismos, a fin de extraer las cuestiones que podrían ser útiles para
nuestro modelo.
El país cuenta con un potencial importante en función del sector agropecuario y
especialmente en su segmento exportador: tierra, recursos biológicos (fitogenéticos y
pecuarios), dominio de tecnologías, equipamiento técnico, infraestructura productiva y
capital humano. Estos son activos del sector cuya magnitud no es despreciable; se
trata pues de reorganizar sus capacidades y estructurarlas de conformidad con las
exigencias de los mercados en el nuevo contexto internacional, donde sólo es posible
insertarse mediante el logro de una mayor competitividad, basada en una alta
eficiencia de las cadenas agroexportadoras.
Tanto las experiencias nacionales acumuladas por cuatro décadas, como las
evidencias empíricas aportadas por la praxis internacional, indican que las soluciones
al manejo de la producción agropecuaria, no resultan una tarea fácil, trátese de países
desarrollados, como de países en desarrollo. Principalmente en los primeros, las
políticas públicas en relación con la agricultura, sobre todo después de la Segunda
Guerra Mundial, constituyen una evidencia incontrovertible del rol del Estado en la
regulación, y no pocas veces, en la protección del sector agropecuario. Ello se ha
expresado en la aplicación de políticas públicas, respaldadas por elevadas
erogaciones financieras, de apoyo y complementación de la agricultura mediante
subsidios, mecanismos de precios y crediticios, la prestación de servicios, la asistencia
técnica, el desarrollo de las investigaciones y la protección de los recursos naturales.
La identificación acertada de las debilidades y puntos de estrangulamiento aún no
resueltos en el caso cubano, así como la búsqueda de las alternativas más adecuadas
a las particularidades sociales y políticas nacionales, indican que el camino iniciado
debe conducir al sector agropecuario hacia un estadío superior, con la recuperación
gradual de las capacidades productivas y el aprovechamiento de las reservas
potenciales existentes. Es necesario desarrollar las capacidades gerenciales e
incrementar la competitividad, como vías para enfrentar los retos planteados;
conjugando acertadamente las políticas públicas y los principios económicos, así como
con otros objetivos de orden social.
22. Retos del modelo económico cubano que necesitamos crear
El modelo económico en el socialismo debe resolver tanto las tareas del crecimiento
económico como las relaciones económicas. Al igual que en el capitalismo, en la
construcción del socialismo existen diversas modalidades de funcionamiento. Hoy día
es común contrastar al capitalismo europeo con el más agresivo capitalismo
norteamericano; también en la construcción socialismo se han presentado variantes de
modelos económicos.
De un modelo económico altamente centralizado, basado en el balanceamiento
material y la regulación administrativa de la economía, con un casi absoluto
predominio de la propiedad social y elevado empleo estatal, con un estrecho diapasón
en la diferenciación de los ingresos, se ha pasado a un modelo en el cual, si bien
continúa el predominio de la propiedad estatal y la regulación económica fundamental
responde a una planificación centralizada, también tienen participación importante
otras formas de propiedad como las empresas mixtas, las cooperativas, la explotación
de la tierra en usufructo, el trabajo por cuenta propia, así como, por su forma de
operación, las empresas estatales de tipo mercantil. La forma de regular la gestión
operativa empresarial ha adquirido un carácter eminentemente monetario-mercantil,
por responder a esquemas de autofinanciamiento y producir, fundamentalmente, para
mercados externos o internos. Bajo estas premisas es que en las modestas
consideraciones de un estudiante, debe formularse el nuevo modelo económico
cubano en el VI Congreso del PCC. Teniendo en cuenta además, que al inicio se
partió de una economía dividida en un sector emergente, que operaba en divisas y con
mayor autonomía, y un amplio sector de empresas estatales tradicionales, elevadas
sobredimensionadas, con pérdidas y altamente tuteladas, que a la altura del año 1993
conformaban un modelo dual, muy polarizado. Después se ha ido conformando un
modelo semintegrado. Aquí la economía emergente responde más directamente al
control y los objetivos fijados por la planificación central, ahora ya sin el detalle anterior
y sobre la base de indicadores financieros. La empresa estatal ha experimentado
importantes modificaciones que la han acercado, en alguna medida, a la forma de
operar de las empresas de la economía emergente, a través de los esquemas de
financiamiento, las operaciones de comercio exterior, los sistemas de estimulación y
otras facultades. Esto no excluye que aun se mantengan diferencias sustanciales y
muchas deficiencias por resolver.
En el plano de los ingresos, ha existido una importante tendencia a su mayor
correspondencia con los resultados del trabajo, aunque todavía no se ha logrado llegar
23. a la máxima socialista de a cada cual según su trabajo y su capacidad; también se han
incrementado las formas de participación directa de los productores individuales en los
mercados. Ello ha dado origen a una mayor diferenciación de los ingresos, aunque
debe destacarse que las mayores fuentes de desigualdad no son las asociadas a una
más amplia aplicación del principio de distribución socialista, sino responden a
determinadas particularidades económicas y sociales.
Las principales desproporciones de la economía derivadas del ajuste externo han sido
rectificadas, y los cambios estructurales han favorecido un nivel de gestión más
eficiente de la economía. En cierto sentido, se ha cerrado un gran ciclo de
transformaciones. En el caso del trabajo por cuenta propia, por ejemplo, se ha
producido un cierto grado de acotamiento a partir de las regulaciones e impuestos
establecidos para dicha actividad, todo lo cual ha dado pie para que se especule sobre
en qué medida se han detenido o no las reformas en la economía cubana.
La magnitud de los cambios desatados por las medidas ya implementadas tiene una
amplitud y profundidad difícil de calibrar para un observador externo. Se trata, ni más
ni menos, de un cambio radical en la cultura económica y de todos los instrumentos
para la regulación de la economía en las nuevas condiciones. Como un fermento,
estos cambios se dan en forma cotidiana, en muchos casos con una elevada
complejidad técnica, aunque sin la espectacularidad de las transformaciones iniciales.
Lo anterior no basta para tratar de sacar balance y reflexionar sobre cuáles pudieran
ser las alternativas en cuanto a perfeccionamiento y evolución del modelo y la política
económica, en el próximo Congreso del Partido.
No será tarea fácil la conformación de ese modelo económico que tanto necesitamos,
ese que integre el mantenimiento de las conquistas sociales alcanzadas con la
solución de las deficiencias económicas existentes. La economía política de una
economía mixta es un capítulo inédito de la teoría marxista. En un principio, se
consideró que construir el socialismo en un solo país no era posible. Después, la
historia transformó esa aspiración en una realidad; a partir de ella surge y se desarrolla
el campo socialista. Sin embargo, con la desaparición de la unión económica de los
países socialistas, se modifican nuevamente las premisas objetivas que sustentan a
las economías socialistas.
China, Vietnam y Cuba respondieron a este reto postulando la identificación de
intereses no incompatibles con los países capitalistas, de modo de establecer un
acceso mutuamente ventajoso al financiamiento, la tecnología y los mercados
capitalistas, indispensables en las nuevas condiciones. Ello a su vez, obliga a lograr un
24. modo de reproducción intensiva y de alta competitividad, a fin de que las economías
socialistas puedan mantener una dinámica aventajada. Este nuevo contexto se
presenta en un horizonte histórico que, por el momento, no es posible acotar.
Los dos imperativos del modelo económico socialista y el problema de su adecuada
correlación vuelven a cobrar vigencia: ¿cómo solucionar las tareas económicas y, a la
par, conservar y desarrollar los rasgos propios de una sociedad socialista? En el caso
de China, se ha planteado que una vez conquistado el poder político, la lucha de
clases se convierte en la contradicción secundaria, y la contradicción principal pasa a
ser el escaso desarrollo de las fuerzas productivas y las necesidades de la población y
de la sociedad. En Cuba la correlación entre los factores económicos y políticos es
diferente debido a las agresiones provenientes de su cercano y poderoso vecino, y de
la alianza de intereses que hasta ahora ha existido con la clase desplazada del poder
por la Revolución, que emigró a los Estados Unidos.
25. A lo largo de este trabajo investigativo se ha dado cumplimiento al objetivo
fundamental planteado, llegando con este cumplimiento a las importantes
conclusiones de que:
En Cuba no debe considerase conveniente continuar promoviendo la deflación.
La política monetaria podría proponerse como objetivo final alcanzar todos los
años valores moderados de inflación, con esto le brindaría estabilidad a la
economía y además evitaría el peligro de que la deflación afecte a la actividad
económica. Estas consideraciones deberían tenerse en cuenta en el Proyecto
de lineamientos de la política económica y social, para el VI Congreso del PCC,
específicamente en lo referente a la política de precios y la política monetaria.
Las debilidades del turismo en Cuba, asociadas a factores objetivos y
subjetivos tendrán que irse enfrentando en el marco de estrategias coherentes
en las que se involucre adecuadamente el uso del potencial humano del país
como recurso económico principal.
La identificación acertada de las debilidades y puntos de estrangulamiento aún
no resueltos en Cuba, así como la búsqueda de las alternativas más
adecuadas a las particularidades sociales y políticas nacionales, indican que el
camino iniciado debe conducir al sector agropecuario hacia un estadío
superior, con la recuperación gradual de las capacidades productivas y el
aprovechamiento de las reservas potenciales existentes.
Este es el gran desafío; el propósito de estas ideas no ha sido más que
contribuir, modestamente, a comprender las complejidades que se enfrentan y
estimular la búsqueda de soluciones respecto al modelo económico más
adecuado a nuestras condiciones. Hay, naturalmente, importantes aspectos no
abordados, y tampoco se ha pretendido decir la última palabra en los que han
sido examinados. No obstante, nos daríamos por satisfechos como estudiantes
y futuros economistas si lográramos contribuir de alguna manera a la reflexión
sobre un tema de vital importancia como lo es la economía cubana actual.
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