Aquí se presentan algunos ejemplos de los usos de la biodiversidad tomados del Manual de Guardaparques, Ecología, Biodiversidad y Conservación (MAE, EcoFondo, CEPP).
ACERTIJO LA RUTA DE LAS ADIVINANZAS OLÍMPICAS. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
Ejemplos usos biodiversidad
1. Uso medicinal: El caso del palo de las calenturas
La gente del campo y la selva sabe que prácticamente todas las plantas, incluso las consideradas
“malas hierbas” por quienes viven en la ciudad, sirven para algo. Se ha reportado la existencia
de al menos 200 especies de plantas medicinales nativas. Entre las más solicitadas cabe señalar
el caballo chupa (para las inflamaciones), el iso (para la tos), el matico (para infecciones), el
sunfo (para dolores estomacales), el sangorache (para la circulación) y la calahuala (como
depurativa). En Loja, la célebre horchata es una infusión digestiva con más de 25 plantas
medicinales propias e introducidas.
Una historia particularmente interesante sobre las plantas medicinales de nuestro territorio es la
de la cascarilla. Esta planta, del género Cinchona, es propia de los bosques andinos
especialmente de la parte sur. Crónicas de la época colonial ya dan cuenta de sus bondades:
En los términos de la ciudad de Loja, diócesis de Quito, nace cierta casta de árboles
grandes, que tienen la corteza como de canela, un poco más gruesa, y muy amarga; la
cual, molida en polvos, se da a los que tienen calenturas y con sólo este remedio se
quitan[...]
Bernabé Cobo, S.J (1653)
Desde las épocas de la colonia española se hicieron varias expediciones a los sitios donde se daba
naturalmente este árbol, incluido el Ecuador. Se formaron colecciones de semillas y se empezó a
plantar la cascarilla en varias partes del mundo, cercanas a los lugares donde la gente se
enfermaba. Ahora se sabe que la corteza de la cascarilla contiene un alcaloide muy efectivo para
Uso para la construcción: Casas con productos del bosque
Las formas de construir las casas en las que habitan y los materiales que utilizan para hacerlo
nos permiten identificar cómo es una cultura o un pueblo. En el caso de los pueblos indígenas,
negros y montubios del país, la base de estas edificaciones son elementos de la biodiversidad.
✦ En la zona de Guamote, en Chimborazo, se hacen chozas de paja de páramo. Para que los
fuertes vientos helados no se lleven esta paja, se elaboran grandes trenzas con la misma paja, y
se colocan sobre el techado. Así estas edificaciones tienen un aspecto inamobible.
✦ En muchos sitios del bosque andino se construyen casas enteramente de madera, las cuales se
asientan sobre bloques hechos con los troncos de helechos gigantes, a veces de varios metros
de altura, que no se pudren con la humedad del ambiente.
✦ En el Oriente las diferentes etnias poseen sus propios tipos de casas, hechos con hojas de
palma y troncos de muchas especies de árboles.
Un elemento muy especial que ahora está siendo utilizado cada vez más fuera de sus usos
tradicionales, es la caña guadúa, llamada también bambú, que es el nombre genérico que se les
da a varias especies de estas particulares gramíneas. La guadúa crece en la Costa y Oriente y sus
troncos son muy resistentes y a la vez muy livianos, lo que los vuelve especialmente buenos para
las construcciones. Desde los inicios mismos de la actividad humana en nuestro territorio, la
gente usó este “saco de regalos de la naturaleza” para sus construcciones y para utensilios como
canales y macetas.
EJEMPLOS DE LOS USOS DE LA BIODIVERSIDAD
2. Uso ritual: Costumbres ancestrales
A pesar de que en siglo XXI sabemos más acerca de cómo funciona la naturaleza en términos
científicos, esa necesidad de las sociedades de establecer contacto con los seres superiores no ha
desaparecido, y es mucho más fuerte en aquellos grupos humanos que están en contacto directo
con la biodiversidad: las etnias de la Amazonía y de otras partes del Ecuador.
Para entrar en contacto muy profundo con la naturaleza, cuentan con personas muy preparadas:
los curanderos o taitas, también conocidos como chamanes. Un chamán, a su vez, no entra en
contacto con los mundos más allá del nuestro por sí solo: necesita de plantas especiales que le
abren los sentidos. Estas plantas mágicas poseen sustancias químicas llamadas alcaloides que
tienen ese efecto si se usan apropiadamente. Por supuesto, un uso inadecuado puede tener
consecuencias graves para la persona y quienes le rodean.
La ayahuasca es una bebida que todas las etnias de la Amazonía usan con fines ceremoniales y
curativos desde tiempos inmemoriales. El componente principal es una liana (Banisteriopsis
caapi), una planta trepadora que parece hecha de cordones muy gruesos, tejidos sobre los troncos
de los árboles. Cada etnia tiene una receta especial y secreta que incluye otras plantas que
también poseen poderes alucinógenos. La ayahuasca, conocida por muchos otros nombres, es
una especie de nexo de unión entre los diversos grupos humanos de la Amazonía. El nombre
puede traducirse como “soga de muerto” porque es como si permitiera que el alma se aleje del
cuerpo, pero sin desunirse completamente de él.
Uso artesanal: El arte que nace en los bosques
Oyacachi es una pequeña población indígena que está en medio de los Andes, rodeada de
páramos y bosques nublados. Parte de ese paisaje y de la historia de la legendaria población
Kichwa que allí habita son los árboles conocidos como alisos (Alnus acuminata). Aquí estos
hermosos árboles de troncos blanquecinos y follaje oscuro son muy buscados por su madera fina
y bella. Oyacachi era conocida desde hace mucho tiempo por las cucharas de palo y las bateas
típicas de las cocinas de la Sierra hechas con madera de aliso.
La artesanía ha seguido creciendo a pasos agigantados y ahora, aparte de utensilios muy útiles, su
gente elabora verdaderas obras de arte. Las manos hábiles de los talladores hacen unas esculturas
fantásticas de su biodiversidad nativa. Osos, cóndores, búhos y serpientes brotan con detalle
preciso e inmensa belleza de la corteza oscura y la madera clara del aliso.
El aliso de Oyacachi es solo un ejemplo de los muchísimos que se pueden hallar en el Ecuador.
La paja toquilla, que tan generosa crece en la Costa y Oriente, ha permitido que las hábiles
manos de la gente fabriquen tantas artesanías que sería muy largo enumerar. Pero no podemos
dejar de nombrar el sombrero de paja toquilla, reconocido recientemente como Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. La lista de artesanos de nuestros bosques
y ecosistemas parecería eterna: cestas también de paja toquilla de los Chachis; canastos de carrizo
en El Tingo; shigras de cabuya en Íntag, hamacas de palma chambira en la Amazonía.
3. Servicios ambientales: El agua que viene de las alturas
Muchas veces creemos que la biodiversidad solo quiere decir especies y que los beneficios para
el ser humano son solamente aquellos directos como los que ya hemos mencionado:
alimentación, medicinas y construcción, entre otros. Este último beneficio nos deja ver, por otro
lado, que hay muy pocas cosas que NO tienen que ver con la biodiversidad en tus labores
diarias, incluso si trabajas en una ciudad de hierro y cemento. La energía eléctrica que enciende
tu foco o tu computadora es el resultado de la transformación de otro tipo de energía: la que
tiene el agua cuando cae en una cascada natural o artificial. Esta caída hace que se muevan unas
grandes turbinas y que los cables internos se carguen de energía eléctrica y la conduzcan hasta tu
casa, donde puedes escuchar música y licuar frutas. Hasta ahora no hay nada de biodiversidad
en todo esto… pero resulta que el agua que hace mover los generadores electromagnéticos no
existiría o sería muy difícil de conseguir de no existir un ecosistema que la recoge y distribuye de
manera limpia y constante a las tierras bajas. Estamos hablando del páramo.
La biodiversidad actúa de dos maneras: por un lado, la vegetación sostiene el suelo, que es el
que funciona como esponja. Y por otro, la biodiversidad entra a formar parte de esa estructura
esponjosa con los restos de hojas y animales que son elementos fundamentales de ese suelo.
Tanto el agua como los paisajes que sirven para atraer turistas, forman parte de los
denominados “servicios ambientales” o “servicios de los ecosistemas”. A pesar de que la
evolución no “diseñó” los ecosistemas para que sirvieran para algo específico a los seres
humanos, resulta que así sucede. Muchas veces los servicios ambientales sirven en sitios muy
alejados, como es el caso del agua de los páramos en ciudades bastante apartadas de ellos.