El documento argumenta que la verdadera asesoría se basa en la transmisión de experiencia práctica y no solo en la enseñanza teórica de manuales. Un buen tutor guía al estudiante para que tome sus propias decisiones, señala errores y ofrece consejos flexibles basados en cada caso particular, en lugar de simplemente remitir al estudiante al manual. El estudiante también debe ser proactivo, hacer preguntas valiosas y buscar aprovechar la experiencia del tutor, en lugar de conformarse con una tutoría pasiva.