El Greco fue un pintor del Renacimiento que desarrolló un estilo muy personal. Nació en Creta y vivió diez años en Italia donde aprendió de maestros como Tiziano antes de establecerse en Toledo, España, donde pasó el resto de su vida. Sus figuras se caracterizaron por ser alargadas, delgadas y muy expresivas, en contraste con los fondos oscuros. Recibió importantes encargos religiosos que le dieron fama, como los retablos de Santo Domingo el Antiguo y la catedral de Toledo.