AFICHE EL MANIERISMO HISTORIA DE LA ARQUITECTURA II
El patriota
1. El Patriota
Sinceramente, no le creí. Y es que es difícil aceptar, así de buenas a primeras, una versión como esa “Qué
soy parte de una brigada venida desde Antares. Nos enviaron por recursos. Nuestros habitantes están al
borde del colapso. Por el oxígeno no hay problema. Nuestra atmósfera a pesar de ser muy liviana, regula
mucho la entrada de los rayos de nuestro surtidor de energía y calor. Estamos a casi 180000000 millones
de varitzas de Magenta, alrededor de la cual giramos. Y completamos giro cada 18 molinares. Tenemos luz
y sombra. Cada 32 virulas en una u otra. Tenemos tres Liberias. Dos de ellas las vemos cada trescientas
virulas. La otra, permanece siempre a nuestra vista. Se llaman: Ilquiria, Igueranda y Farquidia. Cuatro
Guijantes inmensos proveen de menina densa y pesada para regular la formación de nenunes y de ayejas,
que nos permiten respirar y regular las visirias que, a su vez, nos permiten invariar y cargertar.
En verdad le digo que llegamos hace 1080 virulas. Viajamos casi mil millones de varitzas, por cerca de
setecientas molinares. Nuestra misión es conectar a Antares con esto. Creo que lo llaman, ustedes, Tierra;
a través de rotardaros, para enviar menina liviana, libre de la vetista que tienen nuestros Guijantes. A
ustedes los venimos observando desde hace un millón de molinares. Hemos aprendido su forma de
comunicarse, sus costumbres y valores. Por eso le hablo así, como ustedes hablan entre sí. Por cierto
sabemos que son diversos y que hay muchísimos erìgenes, lo que ustedes llaman pobres o miserables.
Tenemos conocimiento de todas sus guerras de exterminio. Tal vez por esto, nuestro Regentoris construyó
este proyecto. Porque sabe que ustedes acceden a cualquier cosa, con tal de obtener algún beneficio. Le
propongo, entonces, don Álvaro que nos permita vivir en su casa, mientras hacemos los arreglos de rigor.
Le prometo que, en contraprestación, lo llevamos a Antares a usted y a su familia. Allí nadie envejece. Y le
prometo, además, que lo nombraremos Ejidios en alguno de nuestros Cotolences…”
Me quedé pasmado. ¿Cómo supo mi nombre este man? Y empecé a echar cabeza. Lo primero que pensé
fue en este deseo de poder tan verraco. Luego pensé que, en verdad, si somos así como lo describe este
marciano. O antarense. No sé cómo se les puede llamar. Porque, eso sí tenemos los terrícolas. Somos bien
desleales, atravesados, envidiosos, ambiciosos y oportunistas. Y, además, pensé en que se nos van a llevar
lo que ellos llaman menina. Que no es otra cosa que la agüita, según deduzco. A pesar de lo tarado que
soy. Pero, a lo bien, a mí que me importa. Si, de todas maneras, me puedo abrir de aquí. Con mi Herminia
y con Jerónimo y con Tomás. Según le entiendo a este extraterrestre, allá podemos vivir como reyes. O
como Ejidioses, según dice este pendejo. Y le dije que sí. Hágale mijo, le dije. Mi casa es toda suya. Armen
aquí su Estado Mayor. Qué más da. ¿Eso no es lo que hacen, todos los días, los gringos? Y la Merkel. ¿Y,
en fin, todos los de mi perfil?… Hágale marciano.
Comen todo lo que les damos. Desde bofe, pajarilla e hígado de marrano y res. Hasta cubios, habas,
arracacha, guineos, chontaduro…Eso sí, toman agua cada tres segundos. Como si no hubieran bebido en
toda su vida. Un dìa les di a probar aguardientico. Se tomaron como diez botellas. Y como si nada. Hablaron
más de lo normal. Pero no los emborrachó.
Y si que empezaron a conectarse. Unos tubos transparentes, brillosos. Y dele sacando agua a la lata. Dìa y
noche. Lo que no se es como bombeaban. Porque no vi motobomba alguna, por ahí. Todo silencio. El agua
se iba yendo. Como a mil por segundo. ElPatrón, yo le empecé a decir el perro. Mandaba aquí y allá. Gritaba
a todo momento. Lo del perro tenía que ver con su forma de orinar. Alzaba una de sus cuatro patas. Y lo
hacía cada segundo. Qué man más miòn.
Cualquier dìa escuché por Radio Universal “Atención, atención. Nos estamos quedando sin agua. Se han
secado el Tigris, el Támesis, el Danubio, el Amazonas, el…. Las represas siguen bajando su nivel
aceleradamente. En Londres, París, New York, Bogotá, Medellín, Quebec, Brasilia, Rio de Janeiro, ciudad
Méjico, Buenos Aires…, la gente se está muriendo de sed. No sabemos que está pasando. Atención,
atención…”.
Justo ese dìa, me subieron a una joya de nave. Y partimos para Antares. Qué más da. Al fin y al cabo,
vamos a ser rey, reina y principes. De eso se trata. De probar suerte en otra parte.