El documento define los estilos de aprendizaje como el conjunto de características psicológicas, cognitivas, afectivas y fisiológicas que una persona utiliza al aprender. Los estilos de aprendizaje no son inamovibles sino relativamente estables y cada estilo tiene valor. La clasificación de Honey y Mumford agrupa los estilos en cuatro categorías: activos, reflexivos, teóricos y pragmáticos.