La hipertensión pulmonar es un estado en el que la presión arterial pulmonar es mayor a 25 mmHg. Se clasifica en primaria (etiología desconocida) y secundaria (asociada a otras enfermedades). Los síntomas incluyen disnea y fatiga. El tratamiento incluye diuréticos, oxígeno y nuevos fármacos como prostanoides y antagonistas de endotelina. El pronóstico depende del tipo de hipertensión pulmonar.