1. TEMA X
REPLIEGUE BIZANTINO. DINASTÍAS HERACLIANA E ISÁURICA
(SIGLOS VIII-IX)
HERACLIO (610-641)
En la frontera persa, entre Akaba y el alto Éufrates, se extendió una red de
fortalezas enlazadas por vías de comunicación y defendidas por una especie de
soldados-colonos, dueños de tierras y bajo el mando de un dux. Después de la
invasión lombarda, Mauricio extendió el sistema a Italia para la defensa de sus
principales caminos. La fijación del ejército a la tierra producía importantes
transformaciones sociales, con auge de los vínculos de dependencia personal, y
también cambios administrativos, al situar en la misma mano funciones militares y
civiles. Así se crearon por Mauricio los exarcados de Cartago y Rávena, pero
Heraclio amplió el sistema a Anatolia y las islas próximas y las dividió en themas,
cada uno con una amplia guarnición de soldados–campesinos y bajo el mando de
estrategas. La transformación del orden político tardorromano se consumó
también en esa época. Bajo Justino II y Mauricio la crisis de autoridad imperial se
acentuó por los reveses militares y hubo un renacimiento del papel arbitral del
senado y de los partidos del hipódromo, que también daban su opinión. La
indisciplina del ejército, debido a que estaba mal pagado, favoreció la revuelta de
Focas, cuyo imperio del 602 al 610 estuvo dominado por el terror y apoyado en el
partido de los azules, con asesinatos políticos. La rebelión del exarca de Cartago
en el año 610 y el triunfo de su hijo HERACLIO se ven como una vuelta a la
normalidad. Heraclio introduce reformas que ya hacen de él un emperador
medieval, apoyado sobre todo en sus éxitos militares.
• Acabó con el poderío de la prefectura del pretorio al fragmentar sus funciones
en la hacienda en varios organismos, bajo el mando de logotetas, y oficializó el
uso del griego.
• Utilizó por primera vez el título de Basileus Romeion en lugar del latino
Imperator Caesar Augustus.
• En el plano religioso, intentó la adhesión de los monofisistas apelando a una
nueva tesis teológica, llamada monotelismo y que se basaba en la aceptación de la
unidad de las dos naturalezas de Cristo. Presentó la guerra contra los persas
como una empresa religiosa contra los infieles y en el año 630 corona su victoria
entrando en Jerusalén en medio de un ambiente de exaltación religiosa.
Heraclio cierra el período de transición y abre la época puramente griega
y medieval.
María Isabel Espiñeira Castelos 1
2. EL GOBIERNO DE LA DINASTÍA HERACLIANA (610-717). HELENIZACIÓN
DEL IMPERIO. PRINCIPALES REFORMAS ADMINISTRATIVAS Y
MILITARES. PROBLEMAS EXTERNOS: SASÁNIDAS, ESLAVOS Y
MUSULMANES. EL GOBIERNO DE LOS ÚLTIMOS MIEMBROS DE LA
DINASTÍA (641-717)
La introducción de nuevos procedimientos de designación de sucesor en vida
mediante el nombramiento de un co-emperador dio origen a una verdadera
dinastía, originada en Heraclio, hasta el año 717. Estos fueron sus componentes:
Desde el año 685
revueltas urbanas y
militares llevan al trono
a emperadores poco
duraderos como:
En el año 741 ocupa el trono León III el Isaúrico, estratega de Anatolia y con él
se acaba la dinastía heracliana. Las principales preocupaciones de Bizancio en el
siglo VII fueron la supervivencia y las luchas frente a los árabes, eslavos y
búlgaros, a la par que se perfeccionaba un nuevo sistema de gobierno. Las
pérdidas territoriales a manos de los árabes fueron irreversibles y, aunque
Constante II intentó reconquistar Alejandría, los invasores islámicos, con el
apoyo de los monofisistas, se consolidaron en Egipto e incluso, con la creación de
una importante flota por Muawiya, se conquistó Rodas y Chipre. Sólo la primera
crisis interna de los musulmanes detuvo un tiempo el avance y el emperador pudo
tomar la iniciativa con los eslavos balcánicos, especialmente en Macedonia. La
época de Constantino IV, hijo del anterior, fue decisiva para la supervivencia de
Bizancio. Las invasiones árabes se sucedieron en Asia Menor y Constantinopla
sufrió varios asedios navales, aunque los resistió y el emperador pudo acordar una
tregua con Damasco que incluía repartos de rentas en Armenia y Chipre. Esto
permitió a Constantino proyectar acciones de reconquista en los Balcanes, donde
había un nuevo equilibrio de fuerzas y los ávaros ya eran un simple recuerdo.
María Isabel Espiñeira Castelos 2
Constantino III, hijo de Heraclio.
Constante II, nieto de Heraclio, emperador hasta
688.
Constantino IV, hijo del anterior.
Tiberio II.
Bardanes.
Artemio.
Teodosio III.
Constante II y su hijo, Constantino IV
3. Aunque para los bizantinos un peligro nuevo venía a sucederles: los búlgaros, un
pueblo de origen turco dividido en varias ramas, todas islamizadas. La instalada en
el bajo Danubio estableció relaciones de alianza con los bizantinos y las
poblaciones eslavas en tiempos de su kan Kuvrat, pero la expansión del reino
jázaro obligó a su hijo el kan Asparuch a desplazar a su pueblo hacia el delta del
Danubio para luego instalarse en la antigua Mesia, entre el río y los Balcanes.
Bizancio reconoció el asentamiento en su territorio e incluso pagó tributo a los
búlgaros para mantener la paz. En 705 el kan Kervel recibía el título de César
como pago al apoyo que prestaba a Justiniano II. Aquél fue el primer estado
búlgaro eslavo con corte en Pliska, que duraría más de tres siglos. Frente a los
eslavos balcánicos la actitud fue mucho más dura. La gran ofensiva de Justiniano
II consolidó la presencia griega en Tesalónica, con trasvases forzosos de
población eslava hacia Asia Menor para su colonización y defensa. La deposición de
Justiniano provocó desórdenes y retrocesos exteriores, pues los árabes
conquistaron todo el exarcado de África y también se apoderaron de Tirana, la
capital de Capadocia. Los búlgaros y los jázaros intervienen para apoyar a
Justiniano II en 705 y a Bardanes en 711, aunque el kan Tervel se encarga de
deponerlo al año siguiente en un asalto que llegó a la misma Constantinopla.
En esta época el imperio se transformó. El problema político religioso del
monofisismo perdió importancia debido a que se perdieron las provincias donde
más abundaban los monofisistas. La protección oficial al monotelismo se confirmó
por Constante II a pesar del rechazo papal. El Papa es acusado de traición, se le
apresa y es conducido a Constantinopla, pero, ante la inoperancia de la doctrina, se
ha de modificar la política religiosa y el concilio de 680 condena el monotelismo,
que sólo es vuelto a adoptar brevemente por Bardanes. La identidad de la iglesia
ortodoxa griega en torno al patriarca de Constantinopla se afianza en el concilio,
prohibiéndose prácticas paganas relacionadas con los Carnavales, la vendimia y las
hogueras en noches de luna nueva.
La administración imperial se modifica, pues se extinguen las funciones
hacendísticas de la prefectura del pretorio y el régimen de themas se amplía y
perfecciona. En 687 había todavía dos exarcados en Italia y África, restos de la
prefectura del pretorio del Ilírico. Al frente del thema hay un estratega que
reúne los poderes militares, civiles y hacendísticos. El ejército de mercenarios
casi ha desaparecido, aunque existían cuerpos para la defensa del emperador y el
principal del sistema defensivo ahora eran los stratiotes o soldados–campesinos,
que recibían un usufructo inalienable de tierra. A la thema también se podían
añadir campesinos libres. Se intensificó por todo ello la mezcla de razas y etnias
diferentes, pues bastantes stratiotes eran antiguos mercenarios desplazados,
germanos, eslavos o armenios, y para ellos la relación con su estratega era sobre
todo personal, así como los lazos con la tierra que defendían y de la que vivían.
María Isabel Espiñeira Castelos 3
4. Hay una forma de proto-feudalización en varios aspectos, aunque en menor medida
que en Occidente. En el siglo VII las ciudades pierden parte de su peso social y
económico, aunque siguen siendo centros administrativos, religiosos y del
artesanado, pero el peso del mundo rural se acentúa debido a cierto auge
demográfico por el asentamiento de colonos. Las desigualdades regionales debían
de ser muy grandes. Gracias al llamado “Código rural” conocemos las profundas
reformas tributarias y se sabe que la unidad tributaria es el poblado o chorion,
que responde también del pago de las tierras abandonadas, añadiéndolas a sus
bienes comunales y redistribuyéndolas entre los campesinos contribuyentes
cuando, después de treinta años, han prescrito los derechos de uso anteriores.
Sólo los campesinos propietarios pagan el impuesto territorial o telos, mientras
que la capacitación personal o kapnikon alcanza a todos sea cual sea su profesión.
Los jázaros
Las oleadas de pueblos de las
estepas euroasiáticas iniciadas
por los hunos a finales del siglo
III y los ávaros a mediados del
IV continuaron con los búlgaros y
los jázaros en el siglo VII.
Seguirían luego pechenegos y
cumanos en los siglos X y XI.
Los jázaros eran de estirpe
turca, establecieron un poder
político notable entre la taiga del
Caúcaso y los ríos Don y Ural y lo
mantuvieron hasta su
destrucción por los ataques de
rusos y pechenegos en el siglo X. Los primeros contactos de los jázaros con
Bizancio se remontan a la época de Heraclio y fueron elemento importante en la
lucha contra los árabes, además de que controlaban las rutas del comercio
caravanero. Desarrollaron ciudades como Sarkel, a orillas del Don, y Samanda, en
el Caspio. Practicaron una monarquía dual y consiguieron organizar políticamente a
otros pueblos cercanos como los iranios o los ugrofineses. Se interesaron por el
asentamiento de las tres grandes religiones (judaísmo, cristianismo e islamismo),
como lo demuestra que sen us ciudades existieran barrios separados para cada
confesión.
María Isabel Espiñeira Castelos 4
5. LA DINASTÍA ISÁURICA (717-820). EL GOBIERNO DE LEÓN III (717-
740). POLÍTICA INTERIOR Y EXTERIOR. MOVIMIENTO ICONOCLASTA.
IRENE Y LOS ÚLTIMOS ISÁURICOS
En ese momento, la preocupación principal de León el Isáurico era rechazar el
asedio de los árabes y en 717 marca el comienzo de la recuperación militar griega,
con esporádicos apoyos búlgaros y jázaros, aunque todavía existan incursiones
árabes.
Los grandes frentes de la actividad militar y defensiva de Bizancio siempre
fueron más o menos los mismos:
Italia, el mas lejano y donde se produjeron importantes pérdidas.
Los Balcanes.
Oriente, donde las preocupaciones principales fueron el dominio de Asia
Menor y la recuperación del mar.
Pero al mismo tiempo Bizancio mantuvo relaciones diplomáticas, eclesiásticas y
misioneras con mundos más amplios, ante todo con la sede apostólica de Roma y,
más allá de los Balcanes y del ámbito búlgaro, con pueblos diversos como los rusos
y los húngaros.
Tras la victoria sobre los árabes sitiadores de Constantinopla en 717, León III
dispuso de mayor tranquilidad y, contando con el apoyo de búlgaros y jázaros,
pudo dedicarse a la ampliación y mejora del régimen de themas, que aumentó de
número al tiempo que reducía su tamaño. Promulgó una importante compilación
legal, la Ecloqué, al tiempo que volvía la querella de las imágenes. Hizo pasar a
segundo término el avance lombardo en Italia y la pérdida de Rávena y su
exarcado.
La iconoclastia y su posición rival, la iconodulia, expresaron las tensiones y
actitudes diversas del marco religioso y que a veces iban más allá de él. El
fundamento cultural es la tendencia contraria al culto a través de las imágenes,
presente ya en los monofisistas y también entre los musulmanes, e incluso entre
los judíos. La iconodulia ya había sido una forma de reacción contra los
monofisistas y los monasterios se beneficiaban de la atracción que ejercía su
culto en forma de ofrendas y peregrinaciones. Los iconoclastas pensaban que esas
manifestaciones eran simple idolatría, pues pensaban que al tener Cristo una
naturaleza divina, no era lícita su representación. San Juan Damasceno
desarrollaría en varios sermones los argumentos a favor del culto a las imágenes y
sus límites ortodoxos, que serían la base de la iconodulia. Roma defendía la misma
posición.
María Isabel Espiñeira Castelos 5
6. El emperador dictó las primeras medidas
iconoclastas desde 726 e intentó negociar,
pero a partir de 730 ordenó directamente
la destrucción de las imágenes y depuso al
patriarca de Constantinopla. La crisis de la
iconoclastia supuso el enfrentamiento de
las dos Iglesias, latina y griega. Bajo
Constantino V se agudizó la persecución,
sobre todo a partir del concilio de 754. Sin
embargo, la regente y emperatriz Irene tomó una actitud muy distinta, al reunir
en Nicea (787) un nuevo concilio que acordó el retorno al culto de las imágenes. La
emperatriz se apoyó en los monjes iconódulos y en las masas de campesinos y
urbanas, puesto que había rebajado los impuestos, pero no se podía obviar que los
frentes exteriores se deterioraban y para mantener la tregua en las fronteras
hubo que pagar tributos tanto a árabes como a búlgaros. Este problema pasó
también al reinado de Nicéforo I y el emperador tuvo que restaurar la presión
fiscal y tomar medidas financieras extraordinarias, como el monopolio estatal
sobre el préstamo a interés para compensar las liberalidades de Irene. También
estimuló el aumento de solados–campesinos y la colonización de las tierras
eslavizadas de Grecia próximas a Bulgaria. Pero Nicéforo no pudo resistir la
ofensiva de los búlgaros y su sucesor, Miguel I, hubo de combatir cerca de
Andrianópolis y ante los muros de Constantinopla. Un golpe militar llevó al poder a
León V el Armenio, que salvó la situación de peligro de la capital y estableció una
tregua de treinta años con los búlgaros. Este emperador retornó a la iconoclastia
para fortalecer el poder imperial, aprovechándose del fracaso de la política
exterior de sus antecesores iconódulos, aunque la querella iconoclasta en esta
segunda fase no fue tan virulenta. Lo que León buscaba realmente era consolidar
el dominio sobre el clero que había obtenido la autoridad imperial a lo largo de la
crisis. Su sucesor, Miguel II, no tomó nuevas medidas en el conflicto pero hubo
de hacer frente a una revuelta social en Asia Menor y en la frontera oriental
promovida por iconódulos. Estas alteraciones continuarían esporádicamente con
las revueltas de los paulicianos. Bizancio pierde
Creta frente a los islámicos y se enfrenta también
a los primeros desembarcos de los árabes en
Sicilia. La situación empeora todavía con el hijo de
Miguel II, Teófilo, pues los abbasíes invaden Asia
Menor y conquistan Amorium. Bizancio busca
entonces una alianza con los jázaros y amplía el
régimen de themas a la costa del Mar Negro. A la
muerte de Teófilo, su viuda y regente de Miguel
III, Teodora hizo reunir un sínodo que retornó el
culto a las imágenes.
María Isabel Espiñeira Castelos 6
La emperatriz Irene en un mosaico de Santa Sofía
Los paulicianos eran llamados
así por su supuesta conformidad
con las ideas de Pablo de
Samosata (200-273 d.C.),
obispo de Antioquía hacia el
260, que consideraba que Cristo
carecía de naturaleza divina,
puesto que habría sido
adoptado por Dios en el
momento de ser bautizado a los
treinta años (de ahí que se
conozca esta doctrina bajo el
nombre de adopcionismo).
7. LA DINASTÍA FRIGIA O AMÓRICA (820-867). FOCIO Y EL PRIMER CISMA
La lucha iconoclasta concluye en el 843. La iconoclastia había contribuido bastante
a desacreditar al Imperio Bizantino en Occidente. Los emperadores iconoclastas
habían mostrado poco interés por la parte occidental de su imperio. La Iglesia
Bizantina llega a ser prácticamente idéntica con el Patriarcado de Constantinopla.
Esto empieza a sentirse sobre el propio plano de Roma, ya que el Patriarcado de
Constantinopla considera cada vez más a Roma como su rival. Esta evolución se
puede observar sobre todo en el período del patriarca Focio, que apoya
vigorosamente la cristianización del Islam meridional y oriental y busca extender
la zona de influencia bizantina sobre los Balcanes. En el tema de la jurisdicción
sobre Bulgaria, el conflicto entre Roma y Constantinopla sobre las zonas de
interés llega a su cénit. Focio llega a ser no sólo el campeón de la independencia de
la Iglesia Bizantina, sino también el portavoz de intereses vitales del estado
bizantino.
En el 86 un sínodo reunido en Constantinopla, bajo la presidencia del emperador
Miguel III, excomulga al Papa Nicolás I, condena la doctrina occidental...
...y declara ilegales las intrusiones romanas en las cuestiones internas de la Iglesia
Bizantina. El resultado de este sínodo es comunicado también a los demás
patriarcas orientales.
En este momento en que Focio había llegado al culmen de su poder y había llegado
a una formulación muy clara de su posición anti-romana, se produce una revuelta
de palacio en Bizancio. El emperador Miguel III es asesinado por un rival suyo, el
cual ocupó el trono con el nombre de Basilio I (867-886). Este golpe de estado
supuso también el cambio de dinastía, terminando la dinastía Amórica y
comenzando la dinastía Macedónica.
María Isabel Espiñeira Castelos 7
En el año 589, durante el tercer concilio de Toledo, donde tuvo lugar la solemne
conversión de los visigodos al catolicismo, se produjo la añadidura del término filioque, por
lo que el Credo pasaba a declarar que el Espíritu Santo “procede del Padre y del Hijo” al
decir:
Credo in Spiritum Sanctus qui ex Patre Filioque procedit (Creo en el Espíritu Santo que
procede del Padre y del Hijo).