El documento describe la evolución de la moda femenina y el mobiliario entre los siglos XV y XIX en Europa. Se detalla la aparición y uso de diferentes armazones como el verdugado, el guardainfante y el tontillo, así como el estilo Imperio popularizado por Josefina Bonaparte. Posteriormente se describe la moda romántica con sus faldas amplias y crinolinas, y el mobiliario ecléctico de la época con revivals de estilos pasados como el neogótico.
Los peinados femeninos de la antigua Roma desde la época griega clásica hasta el final del Imperio. Cuidado y adorno del cabello entre las mujeres romanas.
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Los muros paramétricos son una herramienta poderosa en el diseño arquitectónico que ofrece diversas ventajas, tanto en el proceso creativo como en la ejecución del proyecto.
Los atletas olímpicos de la antigüedad participaban en los juegos movidos por el afán de
gloria, pero sobre todo por las suculentas recompensas que obtendrían si ganaban..
Es una presentación desde el punto de vista histórico, escultórico y pictórico, gracias a la
cual podemos apreciar a través del tiempo como el arte ha contribuido a la historia de
los olímpicos.
3. VERDUGADO
Formado por un armazón de
alambres de madera o ballenas,
o de aros ("verdugos") forrados y
cosidos por su parte externa
creando un cuerpo cónico. Está
registrada su aparición hacia
1468, en la corte de Enrique IV
de Castilla, donde su esposa
Juana lo usó para disimular su
embarazo.
Se extendió por todas las cortes
europeas y se convirtió en
popular entre las clases altas.
Sirvió de modelo para otros
armazones, como el
guardainfante, el panier, el
tontillo, el miriñaque o la
crinolina
Fue muy criticado al principio, por considerar llamativo
su uso. En algunos lugares llegó a ser prohibido su uso
por orden de la Iglesia, bajo pena de excomunión,
porque exageraba demasiado las caderas.
INFANTA ISABEL CLARA EUGENIACATALINA DE MÉDICIS
4.
5. GUARDAINFANTE
Se puso de moda en el S.XVII. Llegó desde Francia. Se denominaba así porque
según se decía permitía ocultar los embarazos.
Era un armazón colocado alrededor de la
cintura, hecho con aros de metal o mimbre unidos
con cintas o cuerdas, cuya función era ahuecar la
basquiña (falda). Debido a su gran tamaño la tela
quedaba muy estirada por lo que lucía sin arruga
alguna. El aspecto exterior de la falda se asemejaba
a la forma de una enorme cesta invertida.
6. Constaba de un sayo (cuerpo) muy
entallado y apretado que aplastaba
el pecho, mangas acuchilladas y
un cuello amplio llamado valona
cariñana, en cuyo centro se
colocaba un broche.
El peinado tenía vital importancia,
ya que la cabeza debía tener un
tamaño acorde con la gran falda
para no parecer ridículamente
pequeña. Por ello, se ensanchó por
medio de pelucas y postizos que se
colocaban mediante alambres y se
adornaba con flores, plumas y
joyas.
7. El enorme tamaño del vestido hacía
que las mujeres no cupieran por las
puertas y tuvieran que atravesarlas
de lado. Además, se tuvieron que
modificar las puertas de los carruajes
y de las sillas de manos para que las
damas pudieran entrar. Más adelante
la forma redondeada de la falda
evolucionó hacia un tamaño alargado
que se llamó el guardainfante “de
codos” ya que estos podían apoyarse
en la falda.
CONDESA DE MONTERREY,
JUAN CARREÑO DE MIRANDA, 1665-1670
8. TONTILLO
Se popularizó en España a finales del siglo
XVII durante el reinado de Carlos II.
El guardainfante fue exagerándose hasta
convertirse en una especie de falda
extremadamente ancha de las caderas y
plana de la parte delantera y posterior.
9. A comienzos del Rococó en el siglo XVIII el tontillo
conquistó la moda francesa rebautizándose como
panier o tontillo francés hacia 1730. Este fue
aumentando gradualmente de amplitud a medida
que transcurría el siglo de las luces, llegando a
alcanzar casi un metro de largo por cada lado en la
época de María Antonieta.
10.
11. ESTILO IMPERIO
La Revolución Francesa produjo un profundo
cambio en la estética de la moda. Se produjo
un periodo de transición a finales del siglo
XVIII, cambiando de los extravagantes
atuendos al sencillo vestido camisa de
cintura alta.
A comienzos del S. XIX, coincidiendo con la
dominación napoleónica en Europa, el estilo
predominante en la vestimenta fue el
denominado Estilo Imperio (Regency en el
Reino Unido), surgido como reacción a los
excesos del Rococó. En consonancia con la
admiración de la Antigüedad clásica
grecorromana, una de sus principales
características fue su sencillez, la comodidad
de la ropa.
Retrato de Catherine Worlée, Princesa
de Talleyrand-Périgord
12. Josefina Bonaparte, icono de estilo
Josefina Bonaparte impuso la
moda de las pashminas, desterró
el corsé y creó el corte de estilo
imperio. Puso de moda los vestidos
sueltos en muselinas de gran caída,
ceñidos bajo el pecho.
Llegó a poseer una colección de más
de 500 sombreros y tocados, junto
con más de 1.100 pares de guantes y
600 pares de zapatos.
Adornaba sus ropas, peinados y
accesorios con flores de tela.
13. Las mujeres vestían una camisa larga
(vestido camisa), que se ceñía debajo del
busto, con escote generoso, mangas
abullonadas y falda larga y recta, de forma
tubular hasta los pies. Este vestido fue
popularizado por Josefina Bonaparte,
esposa del emperador Napoleón Bonaparte.
Encima del vestido se llevaba un abrigo-
capa abierto por delante o una chaqueta
corta, que terminaba bajo el busto conocida
como Spencer, de origen británico.
El conjunto se completaba con guantes
largos y ceñidos y chales rectangulares de
lana con motivos de cachemira. Se
abandonaron también los tacones en
beneficio de zapatos planos, como
sandalias. Los peinados rizados hacia arriba
se inspiraron en modelos grecorromanos.
Los sombreros ostentosos del Rococó
fueron sustituidos por otros de estilo
campesino llenos de listones o pequeñas y
cofias.
https://vestuarioescenico.wordpress.com/2014/06/21/el-
pecho-casi-descubierto-la-moda-del-imperio-y-los-escotes/
16. Los hombres adoptaron el
modelo de indumentaria
británico, con frac de larga cola
y calzones estrechos y ceñidos
insertos en las botas o bien por
debajo de la rodilla, dejando
vez las calzas blancas.
Como prenda de abrigo se
usaba el redingote (especie de
capote abrochado por delante).
Como accesorios se utilizaban
un bastón de paseo y un
sombrero cilíndrico negro.
22. MODA DEL ROMANTICISMO
Tras el fin de las guerras
napoleónicas y el comienzo
de la época de la
Restauración, se produjo un
cambio significativo en la
moda femenina, mientras
que la indumentaria
masculina continuó la línea
de sobriedad inspirada en la
vestimenta de la burguesía
británica.
23. Las características de la indumentaria
femenina del Romanticismo son:
- La pieza básica del Romanticismo es el
vestido de una pieza o vestido
compuesto de falda y cuerpo. En el
cuerpo se encontraba la cotilla, una
especie de corsé interno. Las faldas son
muy pesadas, acampanadas, con
múltiples enaguas y volantes para
aumentar el volumen, pero la
incomodidad y el peso que generaban
llevaron a diseñar el miriñaque o
crinolina hacia 1830. La crinolina al
principio eran sencillas enaguas rellenas
de crin de caballo. Con el tiempo se
fueron haciendo más amplias y
complejas. El largo de la falda hacía
que pareciese como si la mujer se
deslizara más que andar.
24.
25. http://www.comocubriruncuerpo.org/breve-historia-del-corse/
Breve historia de la cotilla o corsé:
Fue una moda opresora del
cuerpo, recatada, voluminosa
y muy incómoda, que
dificultaba la libertad de
movimientos y transmitía una
imagen de la mujer como
sujeto pasivo e inerte, pero al
mismo tiempo enfatizaba los
rasgos esenciales de la
anatomía femenina.
Predominó la cintura de
avispa, muy ceñida y ajustada
por medio de corsés muy
apretados.
28. El polisón sustituyó al miriñaque en 1870.
Atado a la cintura bajo un par de enaguas,
lo usaron las mujeres de finales del siglo
XIX para que abultasen los vestidos por
detrás, pero cayendo rectos por delante. El
aumento de volumen de la falda quedó
restringido a la parte trasera.
29. Abundaron los lazos, bordados y encajes. Era habitual la presencia de amplios
cuellos y el canesú, pieza superior de la camisa o blusa a la que se pegan el
cuello, las mangas y el resto de la prenda.
30. Predominan los escotes barco que dejan
ver los hombros, y las mangas jamón,
muy amplias.
31. Sobre los trajes se usaban chaquetas, capas, chales, y sobre la cabeza todo tipo
de sombreros y capotas cubiertas con flores, plumas y lazos. En invierno se
solían utilizar redingotes o vestidos‐abrigo.
32. - El prototipo de pie bello es pequeño y
delicado, por eso se tratará de que
parezcan lo más pequeños posibles.
Utilizaban zapatos con poco tacón de
seda o crepe y botas o botines.
- Los tejidos más lujosos y sutiles, así
como los vestidos más escotados, se
reservaban para las veladas musicales
de salones y teatros. En esas ocasiones,
las joyas eran el complemento
perfecto.
33. Retrato de Marie Duplessis
"la dama de las camelias",
1847
En los peinados, las mujeres del Romanticismo preferían
la raya en medio, con recogidos que dejan mechones de
pelo lacio sobre las sienes o con tirabuzones.
José Espalter, Familia Flaquer, Madrid,
Museo del Romanticismo.
Raimundo Madrazo, Leocadia
Zamora, 1847
34. En esta etapa surgió el
traje masculino
contemporáneo,
vinculado a la burguesía,
sobrio, negro y elegante.
La imagen del hombre es
de tal seriedad y
uniformidad que la
indumentaria masculina a
partir de 1850 desaparece
de las revistas de moda.
35. Sólo se escapan de esta generalización
los dandis, estetas y decadentes, que
buscan la máxima belleza y
extravagancia a través de su
indumentaria, intentando desmarcarse
del resto de la sociedad. Imitaban un
estilo de vida aristocrático, aunque
procedieran de la burguesía.
El dandismo surgió en Gran Bretaña y en
Francia desde finales del siglo XVIII.
George Bryan Beau Brummel (1778-
1840) fue el creador del dandismo. Fue
un referente de la moda del siglo XIX.
Entre sus seguidores destacan Oscar
Wilde, Barbey d´Aurevilly y Lord Byron.
Solían llevar sombrero de copa, camisa
con cuello alto, chaqueta (frac, levita,
Spencer…), pañuelo anudado al cuello o
“cravate”, bota alemana, guantes y
bastón. Y nunca rechazaban algún
elemento excéntrico en su porte e
indumentaria.
Beau Brummel Oscar Wilde
36. MOBILIARIO
En el siglo XIX, con la recuperación de
movimientos artísticos del pasado, no
predominó un único estilo, sino el
eclecticismo y los revivals o recuperación de
estilos del pasado (historicismos): neogótico,
neomudéjar, neobarroco…
Azulejos diseñados por Owen Jones en
1842, inspirados en los nazaríes.
Sillón, 1820 Sillón, 1850
37. La técnica del dorado al mercurio,
también denominada ormolu (oro
molido), que consistía en aplicar a un
objeto de bronce un revestimiento de
oro molido, fue muy popular en los
S.XVIII y XIX. Para realizar este proceso,
también llamado bronce dorado, se
necesitaba una solución de nitrato de
mercurio, muy tóxica, que ponía en
peligro de muerte a los artesanos que
utilizaban esta técnica, que no
sobrevivían más allá de los 40 años. Por
esta razón, a partir de 1830 la
fabricación tradicional de ormolus en
Francia, hubo de abandonarse porque la
ley prohibió el uso de mercurio.
38. El arquitecto Pugin fue uno de los
mayores defensores del estilo
neogótico. Diseñó junto con Charles
Barry el Parlamento británico (Palacio
de Westminster) en este estilo e
influyó en toda una generación de
diseñadores. Sus muebles, casi
siempre destinados a las casas
proyectadas por él mismo, tienen
generalmente una estructura sencilla
y un aspecto macizo (arcos
apuntados, rosetones, pináculos,
etc.). Otros ejemplos destacados de
estilo neogótico en Gran Bretaña son
Strawberry Hill House y Fonthill
Abbey.
Armario neogótico diseñado por Pugin
39. Sala de Dibujo del castillo de Eastnor, Ledbury (Reino Unido).
Decorada por A. W. N. Pugin en 1814 según el estilo
gótico perpendicular, incluye bóvedas de abanico. Strawberry Hill House
41. Se desarrolló en el Reino Unido en paralelo
al estilo Imperio en Francia o al fernandino
o Fernando VII en España. Se denomina así
por un periodo de la historia del Reino
Unido que se extiende entre los años
1811‐1820, coincidente con la regencia del
príncipe Jorge, futuro Jorge IV, que reinó en
los años 1820‐30 y fue un gran mecenas de
las artes.
El mobiliario Regency se basa en los
elegantes diseños grecorromanos, pero
también adopta elementos eclécticos
tomados del arte del antiguo Egipto.
Thomas Hope fue uno de los principales
diseñadores de este estilo. Los diseños más
sencillos de Hope fueron popularizados por
el ebanista George Smith y muy copiados a
principios del siglo XIX.
ESTILO REGENCY (REGENCIA)
44. El Romanticismo en el mobiliario y
la decoración de interiores tiende a
un cierto recargamiento heredero
del arte barroco y el rococó. La
burguesía impuso sus gustos, que
tendían a ser interiores muy
recargados, confortables, y
acogedores, repletos de pequeños
objetos decorativos (bibelots) y
numerosos elementos textiles,
como cortinas, alfombras y cojines
de rico colorido.
Salón carmesí del Palacio de Alejandra en San Petersburgo
Gabinete de Larra, Museo del Romanticismo, Madrid
https://www.unaventanadesdemadrid.com/
museo-del-romanticismo.html
ROMANTICISMO
46. Dormitorio de Isabel II en el Palacio de Aranjuez
Salones del Museo del Romanticismo, Madrid
http://www.mecd.gob.es/mromanticismo/
47. Denominado así por Luis Napoleón
Bonaparte, sobrino nieto de Napoleón
Bonaparte y emperador del II Imperio
francés (1852-1870), que reinó con el
nombre de Napoleón III.
La esposa de Napoleón III, la emperatriz
Eugenia de Montijo, influyó en las artes
de la época y en la decoración de
interiores. Era una gran admiradora de
María Antonieta y le apasionaba la
decoración. Buscó los muebles que
utilizó Mª Antonieta en los castillos de
St. Cloud y Compiègne e hizo que los
copiaran para colocarlos en diferentes
residencias.
ESTILO NAPOLEÓN III O ESTILO SEGUNDO IMPERIO
48. De este estilo destacan las
residencias de Napoleón III en
Biarritz, en el Palacio del Louvre o
de las Tullerías de París. En este
último sobresalen los tres salones
que Héctor Lefuel decoró para la
emperatriz Eugenia, uno verde y
oro, otro rosa y otro azul.
Hôtel du Palais, Biarritz
50. Salón verde
Salón azul
Salón rosa
Reconstrucción de los salones
diseñados por Héctor Lefuel
en el Palacio de las Tullerías,
destruido durante la Comuna de
París y demolido durante la III
República
51. El mobiliario del Segundo imperio lleva
hasta sus últimas consecuencias el
eclecticismo del reinado de la etapa de
Luis Felipe de Orleáns (1830-‐1848), con
solapamiento de estilos, especialmente
los denominados Luis XIV, Luis XV, y Luis
XVI y fascinación por muebles
ostentosos y de decoración abigarrada.
En este periodo se concede mucha
importancia al salón, los asientos,
divanes, sillones y sillas. En estos
muebles es donde se manifiestan
nuevos modelos, como el indiscret,
asiento de tres plazas con una curiosa
forma helicoidal, el confident, con dos
asientos contrapuestos, o el pouf,
pequeño asiento bajo y de forma
redonda, siempre acolchado y forrado
de tela o piel.
Indiscret
Confident
Pouf